Tiana sonrió mientras dejaba las galletas en el horno, eran las ocho de la mañana, pero ella se había levantando hace una hora antes, se había bañado, se visitó y después bajó a la cocina ina a preparar el desayuno, tanto para ella como para su hermano.

Soltó un pequeño suspiro mientras se colocaba de pie, se dio la vuelta y comenzó a limpiar el pequeño desastre que dejó en la encimera de la cocina, comenzo a tararear una de sus canciones favoritas.

Estaba feliz y nerviosa, hoy es su primer día en Porlantd, lejos del campamento mestizo y de sus amigos, esto es un poco difícil para ella, ya que casi toda su vida estuvo en el campamento, viviendo muchas cosas.

Como la guerra contra Cronos y Gea, las muertes de sus hermanas y hermanos en esas dichas guerras, tan solo pensar en eso le entraban una ganas de llorar, pero negó con la cabeza, ya había llorado, ahora solo quedaba vivir por sus hermanos y hermanas.

-¿Eso que huelo, son galletas de chispas de chocolate? - preguntó Hank entrando a la cocina, con una sonrisa.

-¡Buenos días! - saludo Tiana con una sonrisa mirando a su hermano - Y si, son galletas de chocolate - dijo mientras señala el horno.

Hank sonrió emocionado, como había estrañado las galletas de su hermana, también estaba aliviado de que esas galletas no estuvieran hechizados por una Hexenbiest.

-¿Como amaneció mi princesa? - dijo Hank hacía su hermana, mientras se servía café recién hecho.

- Amanecí bien, y tu? - preguntó Tiana con una sonrisa, extraño que su hermano la llamara con ese apodo.

La morena camino hacia el horno una vez que esa sonó, indicando que las galletas qué están listas, se coloco los guantes, habrio el horno y saco las galletas, sonrió cuando las vio, estaban perfectas.

Hank sentado en la pequeña mesa, solo un suspiro cuando el olor a las galletas llegaron a sus fosas nasales, vio como su hermana dejaba las bandeja frente a él, cuando iba a tomar una, Tiana lo golpeó en la mano.

-¡Oye! - se quejo el mayor.

-Están calientes todavía, espera un poco - regaño la de cabellos rizados, mientras señaba a su hermano con un dedo.

Hank murmuró algo como "Para que las dejas enfrente mio, son una tentación", mientras tomaba de su café y seguía quejándose.

Tiana negó con la cabeza divertida mientras se sacaba el delantal, para después buscar algún recipiente o tapper para que su hermano pueda llevar algunas galletas al trabajo.

Una vez que encontró uno lo tomo y se fue hacia la mesa de la cocina donde Hank seguía mirando con anhelo más galletas.

-Ya pudes comer una - dijo Tiana hacia su hermano, el cual no dudo en tomar una.

Hank estaba disfrutando de su galleta cuando su teléfono comenzó a sonar. Miró la pantalla y vio que era una llamada del trabajo. Con un suspiro, contestó.

-Hola, Griffin aquí - dijo, levantándose de la mesa.

Tiana observó a su hermano mientras hablaba por teléfono, notando cómo su expresión cambiaba a medida que la conversación avanzaba. Después de unos minutos, Hank colgó y se volvió hacia ella con una sonrisa.

-Tengo que irme, parece que hay un problema en la oficina - dijo, tomando el tapper con las galletas que Tiana había preparado.

-Está bien, cuídate - respondió Tiana, acercándose para darle un abrazo. - Y no te olvides de volver para la cena.

-No me lo perdería por nada del mundo - dijo Hank, devolviéndole el abrazo. - Gracias por las galletas, son justo lo que necesitaba.

Con una última sonrisa, Hank salió de la cocina, dejando a Tiana sola. Ella suspiró, contenta de haber podido pasar un rato con su hermano antes de que comenzara su día. Ahora, tenía que prepararse para su propio primer día en Porlantd.

Tiana salió de su casa con una sonrisa en el rostro, emocionada por ver el local donde abriría su pastelería. Caminó por las calles de Porlantd, disfrutando del aire fresco de la mañana. Al llegar, se detuvo frente al local, que estaba justo enfrente de la tienda de especias. Miró el letrero que pronto llevaría el nombre de su pastelería y sintió una oleada de felicidad.

-¡Esto es real! - murmuró para sí misma, imaginando cómo sería el lugar una vez que estuviera lleno de clientes disfrutando de sus creaciones.

Mientras Tiana estaba perdida en sus pensamientos, Rosalee y Monroe salieron de su tienda y la vieron. Curiosos por la nueva vecina, decidieron acercarse a saludar.

-¡Hola! - dijo Rosalee con una sonrisa cálida. - Soy Rosalee, y él es mi esposo Monroe. Tenemos la tienda de especias justo enfrente.

Tiana se volvió hacia ellos, sorprendida pero contenta de conocer a sus nuevos vecinos.

-¡Hola! - respondió con entusiasmo. - Soy Tiana Griffin. Estoy muy emocionada por abrir mi repostería aquí.

Al escuchar su apellido, Rosalee y Monroe intercambiaron miradas de sorpresa.

-¿Griffin? - preguntó Monroe, intrigado. - ¿Eres pariente de Hank Griffin?

-Sí, es mi hermano mayor - respondió Tiana con una sonrisa.

Rosalee y Monroe se quedaron boquiabiertos por un momento antes de sonreír ampliamente.

-¡No sabíamos que Hank tenía una hermana menor! - exclamó Rosalee. - Es un buen amigo nuestro.

-¡Qué pequeño es el mundo! - añadió Monroe, riendo. - Estamos encantados de conocerte, Tiana. Si necesitas algo, no dudes en pedirlo.

Tiana se sintió aún más bienvenida y agradecida por la amabilidad de sus nuevos vecinos.

-Gracias, eso significa mucho para mí - dijo, sintiendo que su nueva vida en Porlantd estaba comenzando de la mejor manera posible.

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Espero y les guste.