Nick Burkhardt soltó un suspiro cansado mientras se sentaba en la silla, toda era muy estresante en estos días, hace poco volvió a ser un grimm, las cosas con Juliette estaban un poco tensas, y sobre todo ser policía/detective eran cansadores y más si todos los casos involucran más de un wesen.

Su compañero y mejor amigo, Hank Griffin, dejó un vaso de café frente a él, mientras se sentaba en su lugar,estos días eran pesados para su amigo.

—¿Estas bien, Nick? — preguntó Hank mirando a su compañero.

—Lo estoy, solo que es un poco estresante lo que pasó hace unos días — respondió el pelinegro.

—Mmhn —asintió el moreno, y cuando iba a decir algo más, su teléfono sonó, y cuando vio el nombre en la pantalla, una sonrisa aprecio en sus labios.

Nick lo miro curioso, pero a la vez divertido, mientras miraba a su amigo hablar por teléfono el bebía de su café.

—Estaré ahí cuando llegues — fue lo último que dijo Hank para después cortar la llamada, su sonrisa no se borró —¿Que? — dijo cuando vio la mirada de Nick sobre el.

—¿Quien será la afortunada? — preguntó Nick con una sonrisa traviesa.

Hank hizo una mueca de asco ante lo que Nick estaba insinuando.

—No es lo que tu piensas — aclaro rápidamente el moreno.

Nick de dio una mirada que decía "¿entoces"?, el moreno solo un suspiro, mientras se apoyaba en el respaldo de la silla.

—Mi hermana menor, vendrá a vivir conmigo aquí en Portland

Nick levantó una ceja, sorprendido.

—¿Tu hermana menor? Nunca me habías hablado de ella — dijo Nick, por que es verdad, Hank jamás le había comentado que tenía una hermana.

Hank sonrió, un poco nostálgico.

—Sí, bueno, ha estado viviendo en Nueva York desde que terminó la universidad. Pero ahora ha decidido mudarse aquí para estar más cerca de la familia. Además, habría una pastelería serca de la tienda de especies — contó Hank muy orgulloso de su hermanita.

Nick asintió, comprendiendo.

—Eso suena genial. ¿Cómo es ella?

Hank se recostó en su silla, pensando en su hermana.

—Tiana es increíblemente inteligente y tiene un corazón enorme. Siempre ha sido la más brillante de la familia. Pero también es muy testaruda y no se deja intimidar fácilmente.

Nick sonrió, intrigado, algo dentro de él quiso saber mucho más sobre ella.

—Parece que va a ser interesante tenerla por aquí. ¿Cuándo llega?

—Esta noche. Voy a recogerla al aeropuerto después del trabajo.

Nick asintió, tomando otro sorbo de su café.

—Bueno, será un placer conocerla. Estoy seguro de que se adaptará rápidamente a Portland... aunque espero que no se vea envuelta en nuestros problemas con los wesen.

Hank rió suavemente.

—Eso espero también. Pero con nuestra suerte, quién sabe.

Esa noche, Hank estaba esperando en el aeropuerto, mirando ansiosamente la puerta de llegadas. Finalmente, vio a Tiana salir, arrastrando una maleta y con una sonrisa radiante en su rostro. Hank se acercó rápidamente y la envolvió en un abrazo.

—¡Tiana! ¡Es tan bueno verte!

La morena de cabello rizado rió, devolviendo el abrazo con fuerza, oh cuando había estrañado a su hermano.

—¡Hank! Te he extrañado tanto.

Después de unos momentos, se separaron y Hank tomó la maleta de Tiana, mientras los dos caminan hacia el auto del mayor.

—Vamos, te llevaré a casa. Debes estar agotada después del vuelo.

Mientras caminaban hacia el coche, Tiana miró a su alrededor, tomando nota de su nuevo entorno.

—Portland es muy diferente a Nueva York. Pero me gusta. Tiene un encanto especial.

Hank sonrió mientras cargaba la maleta en el maletero.

—Sí, es un lugar único. Estoy seguro de que te adaptarás rápidamente.

Durante el trayecto en coche, Hank le contó a Tiana sobre su trabajo y sus amigos, incluyendo a Nick.

—Nick es un gran tipo. Estoy seguro de que te llevarás bien con él. Aunque, debo advertirte, nuestra vida puede ser un poco... complicada a veces.

Tiana levantó una ceja, intrigada y curiosa.

—¿Complicada? ¿A qué te refieres? — preguntó mirando a su hermano.

Hank dudó por un momento, pensando en cómo explicarle a su hermana sobre los wesen y el mundo sobrenatural en el que vivía.

—Bueno, hay algunas cosas que tendrás que ver por ti misma. Pero no te preocupes, te mantendré a salvo — prometió del moreno mirando de reojo a su dulce hermana.

La Griffin sonrió, confiando en su hermano.

—Siempre lo has hecho, Hank. Estoy segura de que todo estará bien — le dio una sonrisa.

Cuando llegaron a la casa de Hank, él le mostró su habitación y la ayudó a instalarse. Mientras desempacaba, Tiana no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que le deparaba esta nueva etapa de su vida.

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