Mary abrió los ojos para encontrarse con absolutamente nada. Se sentó lentamente para mirar al rededor de la habitación. No había nadie. A su lado de la cama había quedado la figura de su esposo,parece que se había ido ya hace mucho. La castaña se frotó el rostro con lentitud. ¿Porqué pensó que un simple sexo iba a cambiar todo?

Se levantó de la cama con pereza y se encaminó a su baño. Luego de una ducha rápida se vistió y se ató el cabello en una coleta para bajar a la cocina. Ya estaba preparada para otro día más que fuera igual a las anteriores.

La sorpresa que se llevó Mary al ver la mesa puesta y a su esposo cocinando no tenía nombre.

"¿Mary?" Preguntó el chico con una dulce voz al verla. No dudó en regalarle una suave sonrisa. "Buenos días,cielo." Los ojos de la francesa se volvieron cristalinos. "¿Chiquita? ¿Qué pasa?" Preguntó una vez más dejando todo de lado para voltear a ella.

La castaña comenzó a caminar con lentitud a él hasta que llegó a sus brazos. Lo abrazó y él la abrazó de vuelta. Marilyn rompió en llanto en los brazos de Alexis mientras este frotaba su espalda con frecuencia.

"Alex,tenía miedo.." sollozaba a la vez que hipaba. "No quería perderte,temía que te aburrieras de mí.." dijo entre sollozos.

"Ay,mami..." El pelinegro sonrió con amor para acariciar su cabello. "Ya te lo dije una vez,mi vida,primero te aburres tú de mí que yo de ti." Le dijo con dulzura para dejarle un beso en la cien.

Mary lloró en su pecho sin separarse de su pecho. Ya tenía su camisa mojada. Se habían extrañado como desgraciados a pesar de vivir bajo el mismo techo y estar juntos prácticamente todo el tiempo. Habían probado un poco de lo que sería sus vidas si se divorciaran,ya vieron que no querían separarse ni un poco.

"Te amo,mi amor,te amo como no tienes idea." Le dijo abrazándola. "Te amo más de lo que crees y nada se compara con lo que siento por ti." Alex estaba seguro que necesitaba una palabra más grande para poder explicar lo tanto que la amaba.

Y después de tanto tiempo,desayunaron juntos disfrutando de una buena platica y de la compañía del contrario.

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