❛𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘- NINE❜
𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 👻☎️
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ El amor me volvió LOCO

Tengo que matar a Sam y a Tara.
Ya te lo dije, no son tus amigas🔪

𝐄𝐓𝐇𝐀𝐍 𝐒𝐄 𝐀𝐂𝐎𝐌𝐎𝐃Ó 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐁𝐎𝐑𝐃𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐂𝐀𝐌𝐀, su expresión era grave. La habitación estaba en silencio, sin contar con el sonido ocasional del viento fuera de la ventana. Me giré para mirarlo, aunque solo fuera un segundo, y vi que una nueva idea se le cruzaba en aquellos ojos oscuros.

—Lo que voy a contarte no excusa nada de lo que he hecho —empezó, su voz era fría—. Mi familia no es lo que parece. No solo me refiero a los asesinatos, sino a toda nuestra historia.

Me acomodé en la cama, cruzando los brazos. El enfado seguía ahí, pero la curiosidad y la necesidad de entender me hicieron permanecer.

—Mi padre —continuó Ethan—, es un hombre muy poderoso, pero su poder no siempre ha sido legítimo. Lo que comenzó como una forma de proteger a su familia se convirtió en algo mucho más oscuro. Nos enseñó que el fin justifica los medios. Cuando era niño, creí en sus ideales porque no conocía nada más.

Suspiré, y sentí cómo la culpa y la intriga se reflejaban en mis ojos.

—Cuando era adolescente, comencé a darme cuenta de lo que realmente estaba pasando. Pero ya era tarde. Mi padre me había metido en el círculo vicioso de violencia y manipulación. Empecé a entender que, para salir de esto, necesitaba hacer cosas que jamás imaginé. Y eso, Evelyn, me llevó a hacer cosas horribles. ¿Entiendes?

Se quedó en silencio un momento, como si estuviera buscando las palabras correctas.

—No, no lo entiendo —le respondí con frialdad—. ¿Cómo quieres que entienda tu mente enferma?

—No quiero que pienses que me he convertido en esto solo por influencia familiar, Eve y mucho menos "por tener una mente enferma". Parte de esto es responsabilidad mía. He tomado decisiones y no puedo deshacer lo que he hecho, tampoco me arrepiento, si es lo que quieres saber. Pero lo que quiero es ser sincero contigo ahora, y que entiendas por qué estoy en esta posición.

Miré hacia el suelo, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar. La revelación era impactante, pero en un sentido extraño, también explicaba mucho. Una parte de mí quería escucharlo y otra, darle una gran bofetada.

—¿Por qué me estás diciendo esto? —pregunté finalmente, ocultando el cansancio en mi voz.

—Porque necesito tu ayuda —dijo Ethan con firmeza—. Hay una manera de cambiar las cosas, de salir de este círculo. Pero necesito tu apoyo para enfrentar a mi familia. Si no lo hago, todo lo que hemos vivido solo será el principio.

Me senté en silencio, las palabras de Ethan resonando en mi cabeza. Todo era confuso, pero una cosa era clara: la decisión que iba a tomar a partir de ahora no solo afectaría mi vida, sino también, la suya. ¿Realmente quería verlo muerto?

—Si no me queda otra, te escucho —suspiré—. Dime lo que necesitas, Landry o quien seas.

Ethan ignoró esto último y por primera vez desde que entró en la habitación, su rostro mostró un atisbo de alivio. Sabía que estaba dando el primer paso hacia una resolución, pero también entendía que no sería fácil.

—Primero, necesito que confíes en mí —dijo—. Vamos a enfrentar esto juntos, pero antes de que podamos hacerlo, necesito que entiendas completamente lo que estamos enfrentando.

—¿Está bien? Supongo. Solo dilo ya, deja de hacerte el victimizado —respondí—. Cuéntame todo lo que necesites.

Ethan comenzó a hablar de nuevo, esta vez con más detalles, y mientras lo hacía, me di cuenta de que esta noche no solo iba a definir nuestro futuro, sino también el de todos los que estaban en juego.

Me preparé mentalmente para lo que venía, sabiendo que la verdad, por dura que fuera, era el primer paso para enfrentar el caos que se avecinaba.

Las palabras casi susurradas de Ethan flotaban en el aire, y la habitación parecía encoger a nuestro alrededor, más aún con la puerta cerrada pero si la abríamos, sabía que Stacy y su hermano podrían oírnos. No había ninguna sombra debajo del hueco de la puerta, eso significaba que no estábamos siendo escuchados. Aún así, mi mente estaba en un torbellino, incapaz de procesar la gravedad de lo que acababa de escuchar.

—Tengo que matar a Sam y a Tara —dijo Ethan, como si el peso de sus palabras no me afectara—. Definitivamente, tengo que deshacerme de ellas. Ya te lo dije, no son tus amigas.

Me quedé sin aliento, el corazón palpitando con una mezcla de confusión. ¿Cómo podía él, la persona que amaba, pronunciar esas palabras refiriéndose a Sam y a Tara de que no eran mis amigas cuando él mismo había sido de todo menos ser amigo y una buena pareja?

—¿Insinuas que quieres que te ayude a matarlas?

Ethan se rió ante mi tono.

—Bueno, dicho así, suena... —se interrumpió cuando le di una bofetada en la cara. La fuerza del golpe hizo que el rostro de Ethan se quedara rojo y atónito—. Te estás acostumbrando a pegarme, no te lo aconsejo. Mira. Es necesario, ellas están obstaculizando mi camino.

—¡Eres un maldito monstruo! —Me puse de pie de un salto. Una ola de desesperación y rabia me inundó. Sí, de nuevo. El caos en mi interior se reflejaba en mi rostro, debía de parecer el mismísimo Grinch—. ¿Cómo te atreves a decirme quiénes son mis amigos? Yo sé perfectamente quiénes son y quiénes no y para empezar, tú no perteneces a la primera categoría.

—Claro que no, soy tu novio, no tu amigo. —Ethan se recuperó rápidamente de la bofetada, su mirada se volvió más intensa, casi fría. Y a pesar de ello, no mostró enfado; en cambio, su rostro se tornó serio, casi amenazante—. ¿Sabes que te amo, verdad? Y tú, por amor, deberías obedecerme. Si realmente me amas, entenderás que esto es necesario para que haya un buen final.

¿Y de qué va ahora? ¿De manipulador?

Su manipulación era clara, y su declaración me golpeó emocionalmente. ¿Realmente él estaba en peligro si no le ayudaba? ¿Realmente su familia estaba tan loca como para ponerlo en peligro si no hacía esto bien? De todas maneras, la idea de que el amor que sentía por él se usara para justificar un acto tan terrible me desquiciaba.

—No puedes usar ese supuesto amor para justificar tus crímenes. —Mi voz estaba in crescendo así que intenté en la medida de lo posible controlarme—. ¿Qué clase de golpe te dieron cuando eras pequeño? Tu cabeza no funciona bien.

—Mi cabeza funciona perfectamente.

—Tu cabeza funciona perfectamente mal —le corregí—. Esto no tiene ni pies ni cabezas. No pienso matar a Sam y a Tara.

—Tú no vas a matarlas, las mataré yo pero te necesito —dijo Ethan, su mirada fría y calculadora.

—¿Y qué diferencia hay? —le pregunté de manera retórica—. ¿Es inocente y libre de toda culpa aquel que observa y forma parte del asesinato pero sin mancharse sus manos de sangre durante el delito? No, no me contestes, ya sé la respuesta.

—Te estoy dando una oportunidad para demostrar tu amor por mí, no me vengas ahora con tus sermones de justiciera. Si me ayudas, podrás asegurarte de que todo termine bien y prometo acabar con todo esto. Seré aquel chico que siempre has querido que sea. Si no lo haces, no solo me perderás, sino que perderás a las personas que quieres proteger porque te prometo que sufrirán más.

Sus palabras fueron como un cuchillo afilado, cortando más profundamente de lo que había imaginado. La manipulación y el control eran tan evidentes que me hicieron cuestionar por ¿cuántas veces ya? todo lo que creía saber sobre él.

No podía soportar la idea de ser cómplice de un acto tan horrible pero sabía que si le daba la razón, se marcharía antes de allí.

—¿Qué necesitas, Landry?

La frialdad en sus ojos no se desvaneció.

—Perfecto. Empezaremos con el plan —me dijo—. Necesito que coordines todo para que parezca que no hay otra opción.

Cada palabra que él decía era una carga más pesada para mi alma. Me sentí atrapada en un dilema moral y emocional que parecía no tener salida pues entre más sabía, más dudas tenía. El amor te hacía volverte loco.

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