d o c e
El día con Oli había acabado de una manera tan satisfactoria. Quackity se había quedado dormido en el sillón, supuse que sus compromisos de los días anteriores lo habían dejado agotado.
El timbre sonó y yo sabía que eran Luzu y Lana, no quise despertar a Quackity aunque sabía que aún temía un poco por el otro chico. Cargué a Oli que estaba dormido entre mis brazos y caminé hasta la puerta para abrir
—Buenas noches kiki.— saludó amablemente Lana —Gracias por cuidarlo hoy, fué muy lindo de tu parte.—
Luzu se acercó para ayudarme a cargar al pequeño, yo simplemente me quedé inmóvil esperando a que se lo llevara, mientras menos contacto mejor
—¿Y Quackity?.— cuestionó él
—Es otro niño que se quedó dormido.— reí un tanto nerviosa
—Debí imaginarlo.— rió también y suspiró —Bueno no queremos seguir interrumpiendo tu noche.—
—No se preocupen, siempre es un placer.— sonreí empezando a sentir el sudor corriendo por mis manos
—Dile a Quackity que te lleve a la casa a cenar alguno de estos días, creo que le agradaste a Oli.— exclamó Lana poniendo una mano sobre mi hombro
Asentí y ambos se despidieron nuevamente con un movimiento de manos, cuando ví que se marcharon cerré la puerta soltando un gran suspiro.
Rápidamente fuí a lavarme las manos, estaba sudando demasiado de nuevo.. ¿Por qué esto no estaba siendo tan fácil como lo fué con Alex? ¿Por qué no puedo simplemente acostumbrarme a ver a Luzu si no es la primera vez que interactuaba con él? ¿Por qué soy inmune a Quackity si prácticamente lo conocí hace menos de una semana?
Mientras pensaba en todo eso tallaba mis manos con fuerza para quitar todo rastro de sudor
"¿Por qué estás sucia? Niña estúpida".— la voz de un señor del orfanato retumbó el mi cabeza
"Débil e idiota, ¿por qué no haces lo que los hombres te ordenamos?".— impactó su mano en mi cara, era tan pequeña para entender la que estaba pasando
"¡Te quedarás sin comer hasta que aprendas que eres una insignificante mosca en comparación a cualquiera de los que cuidamos de este lugar! ¡Eres una huérfana sucia, bastarda que no merece ni una pizca de amor!".— nuevamente la voz apareció
Cerré la llave del grifo y sequé mis manos, ¿Por qué estaba tan metida en mis pensamientos? me estaba sintiendo muy mal en este momento. Fuí rápidamente por mi celular, quería llamar a Rubén para que me dijera que todo estaría bien, ya no era una huérfana que no merecía amor... ahora era Kiki, la chica que estaba rodeada de amor
Miré la hora, 9:39 pm, no podía llamar a Rubén porque allá serían aproximadamente las 3:39 am y él ya estaría dormido.
Fuí de nuevo hasta donde estaba Quackity acostado, aún estaba durmiendo, se veía tan pacífico así que fuí por una manta para cubrirlo.
—¿Qué hora es?.— cuestionó, al parecer ya lo había despertado —¿Y Oli?.—
Se acomodó para estar sentado y yo me senté a su lado, con la manta que estaba sobre él me cubrió también
—Son las 9:43 pm y ya vinieron por Oli, seguramente vayan camino a su casa.— respondí a sus dos preguntas y me miró fijamente
—¿Estás bien?.— preguntó ahora —Tu cara de vé muy triste, yo no soy quien para juzgar eso pero pareces un poco aplastada.—
Sonreí un poco, ¿Debía contarle que me sentía mal por haber recordado mis traumas de la infancia? El detonante fué prácticamente que me quedé atascada en el pensamiento de porque no me podía acercar a Luzu.. ¿Y si se ponía como Rubén y me encerraba para que no tuviera alguna reacción por las visitas de sus amigos?
—No pasa nada, solo siento que los primeros días fuera de casa serán los más duros.— respondí aunque no era del todo mentira —Es absurdo.—
—Nada que te haga sentir triste es absurdo.— consoló y sonreí un poco —¿Aún te sientes sola?.—
La soledad ya era parte de mí, lo había sentido durante prácticamente toda mi vida y ahora ni siquiera la percibía.. seguía sintiéndome así aunque por toda la adrenalina de estos días no me había puesto a pensar en todo eso
—No.— exclamé en forma de mentira y él sonrió
Mentirle a Quackity era como mentirle a Rubén, quería que no se preocuparan tanto por mí
—Me alegra kikiriki.— murmuró contento, parecía estar orgulloso
Era extraño, me sentía triste la mayoría del tiempo y cuando los demás me preguntaban prefería decir que estaba bien, quizás en algún momento me lo llegaría a creer
—¿Mañana que harás?.— pregunté cambiando de tema y él suspiró
—Prenderé directo en la tarde.— contó —Antes de eso estaré dormido hasta que parezca que estoy hibernando.—
Reí, su vida parecía tan simple que sinceramente lo envidiaba
—Como sea, debemos ir a dormir.— exclamó quitándose la manta de encima y levantándose —Mañana jugaré con Rubius, ¿Quieres que le pregunté algo? Seré discreto.—
¿Quería? Claramente que sí pero no quería seguir atormentandolo con temas sobre mí
—Solo pregúntale si está bien.— pedí —No puedo llamarlo ni mandarle mensajes sin sentirme de alguna forma culpable.—
Me levanté dejando la manta en el sofá, Alex asintío
—Rubius te extraña mucho, tu nombre fué tendencia durante estos días y la gente aún te sigue buscando.— dijo —Quizas podríamos esperar a que todo esto se calme y que tú estés mejor para decirle que estás aquí.—
Para mí lo mejor sería recuperarme y volver con Rubén, no había nada que me atara a Quackity y sin duda no quería que mi hermano se enterara de que estaba con él
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