La pareja mágica se estaba alejando de su hogar poco a poco, en un intento de encarar a los mismos acólitos de Gellert Grindelwald, liderados por Ethan Grindelwald. Mayssande los espiaba a lo lejos, mientras que Theseus preparaba todo lo necesario para preparase ante los duelos. 

—Se están acercando— avisa la argelina. 

—Está terminado— indica Theseus acercándose a su amada —estás segura de que quieres hacer esto?— vuelve a preguntar. 

Ella lo observa con detallamiento —se nos acabó el tiempo, Theseus. Nos han encontrado— revela —tenemos que entregarle la Piedra si no queremos que toque a nuestros hijos— recalca —debemos hacerles creer que tienen la ventaja para acabar con Grindelwald de una vez por todas y liberar a Elliott de su control.

Theseus toma a su pareja por los hombros —deja que yo lidie con Elliott, tengo un plan— pide. 

Mayssande no estaba segura de aquello —es mi responsabilidad también, Theseus. Es por mi que nuestro hijo se encuentra en manos de Grindelwald y...

—Deja de culparte, quieres?— intenta calmarla con un delicado tacto en su mejilla —deja que te quite un peso de encima de tus hombros, de acuerdo? Te digo, lo tengo todo bajo control.

La bruja se atreve a robarle un corto beso al Auror —confío en ti, Theseus. 

—Así como yo también confío en ti— le dedica una sonrisa —pongamos en marcha el plan.

Alistan los detalles finales y toman diferentes caminos. Mayssande se adentra al lugar donde se encontraban varios acólitos de Gellert patrullando el camino. La Buscadora se deja ver en su panorama alzando la Piedra de la Resurrección en sus dedos —acaso esto es lo que buscan?— pregunta alzando una ceja —por qué no intentan quitármelo de las manos? Los reto. 

Eran exactamente seis magos contra Mayssande quien a simple vista se veía como un duelo para nada parejo. No obstante, Mayssande había estado practicando y preparándose para estos encuentros. Por lo que la batalla da comienzo con la bruja deshaciéndose con facilidad y encarando los restantes. Sin embargo, otros cuatro magos salieron de las sombras para combatir a la Buscadora. 

—Esto es tan injusto, pero adoro los duelos— comenta al respecto para ganar tiempo.

Todo iba bien, al parecer los hechiceros no le llegaban a la altura de la argelina. Hasta que uno de ellos logró desarmarla por detrás logrando rodearla de todos lados. Mayssande alza los brazos en señal de rendirse y con ello, uno de los acólitos la pone de rodillas y con las manos en la nuca. Le busca en los bolsillos la reliquia sin éxito alguno. 

En eso, el encargado de desarmarla se hace presente. El líder del grupo de magos mira con detenimiento a quien fue alguna vez su amiga y compañera de colegio —Mayssande Bensebaini. Mucho tiempo sin vernos. 

La de cabello negro lo fulmina con la mirada al recordar que Ethan seguía en posesión de su hijo Elliott —dónde está Elliott?! Dónde lo tienen?— cuestiona amenazando con voz grave. 

 El platinado camina alrededor de ella —sabes? Tenía que primero asegurarme de que la varita de sauco regresara a serle leal a Gellert, cosa que estoy a nada de lograr. Veras, la varita te pertenecía por un tiempo cuando desarmaste a Grindelwald en el Valle de Godric. Por lo que ahora que yo te he desarmado, me pertenece ahora.

—Dónde está mi hijo?!!— reclama con más enojo. 

Ethan se pone en cuclillas para estar al mismo nivel —no te preocupes, está a salvo, por ahora— sonríe burlón —eso dependerá de ti— indica cuando se levanta —tienes algo que deseamos, algo que buscamos junto con los hermanos Scamander. Lo recuerdas?

—Planeas que haga un trueque por mi hijo— descubre Mayssande —no puedo creer que has dejado que el poder te haya consumido de este modo. 

El mago ignora su comentario —ahora me puedo considerar uno de los magos más poderosos del mundo, cierto? Después de todo, la varita más poderosa me pertenece ahora— exclama egoísta. —Y con la futura posesión de la Piedra de la Resurrección, me quedará por buscar la Capa de Invisibilidad para convertirme en el Maestro de la Muerte. Algo que mi querido padre ha estado soñando por décadas. 

Tenía un punto. Ethan estaba a nada de poder convertirse en el Maestro de la Muerte. Sus habilidades habían crecido a niveles bastante altos desde la última vez que se vieron. Mayssande no podía permitir que ninguno de los Grindelwald tuviera las tres Reliquias juntas, pero para ganar la guerra, tendría que perder la primera batalla. 

—Te lo vuelvo a preguntar, dónde esta la Piedra?— cuestiona una vez más. 

Mayssande alza la mirada acompañada de una sonrisa irónica —buena suerte encontrándola— indica la señal alzando su puño para avisar a Theseus de que lanzara los fuegos artificiales mágicos para crear una distracción y escapar en un intento de ver las cosas más difíciles para la perspectiva de Ethan.  

La argelina logra escapar del control de los temibles mago recuperando su varita y reagrupándose con Theseus quien también ahora estaba luchando con los demás magos. La pareja logró deshacerse de cada uno de los rivales sintiendo el roce de la victoria. No obstante, pasaría algo que ninguno de los dos esperaba ver.

—La piedra— pide por última vez Ethan empuñando su varita directo al costado de la frente de un Elliott Scamander de 10 años asustado.

Los padres sentían como su corazón se estaba poco a poco rompiendo al ver a su hijo por primera vez después de bastantes años. Theseus por fin conocía a su segundo hijo, este no dejó de mirarlo a los ojos quien también Elliott comenzó a sentir una extraña sensación al estar en presencia de Theseus. 

El cabello del pequeño comenzaba a tornarse de un tono más oscuro, su piel pasó de estar completamente pálida a tomar un color más carmesí, sus ojos también cambiaron de color a oscuro anteriormente de tenerlos de un azul claro. Su hijo había adoptado su verdadera apariencia una vez que se encontró con su verdadero padre. Este hechizo lo había hecho Mayssande para comprarle más tiempo de vida a su hijo y hacerle creer a Gellert que había tenido un heredero con Ethan y así ganarse la confianza de los Grindelwald cuando estuvo capturada por ellos. 

Ethan al ver que Elliott había adoptado otra apariencia, se queda sin qué hacer a continuación —no volveré a preguntarlo!!— insiste. 

Mayssande tenía unas ganas de correr directo a su hijo y abrazarlo con fuerza. Todo lo que no se puede imaginar que su niño de 10 años ha vivido, prácticamente mínimo 8 años sin estar presente en su vida. —Mayssande, tengo que darle la piedra— interrumpe Theseus en un susurro —sabemos que la guerra está lejos de terminarse y nosotros podemos dar inicio al fin de esto.

Esto hizo que la bruja entrara en razón y permitiera que su amado hiciera el intercambio. El Auror camina lentamente hacia Elliott e Ethan quien seguía con la vista puesta en los padres. Theseus saca de sus bolsillos la auténtica Piedra de la Resurrección. El mago lo único que le importaba en estos momentos era la seguridad de su hijo. 

—Te prometo que todo va a estar bien, Elliott— dice Theseus. 

Ethan toma la reliquia de las manos de Theseus observando la piedra con bastante deseo —por fin!— celebra, seguido de mirar a su viejo compañero de clases —aún no— le dice susurrando y se teletransporta llevándose la Piedra y Elliott. 

/////holiiiii, he vuelto con la historia, no creerán que la he abandonado shshshs nooooo

como dije, me comprometo a terminar esta historia y como pueden leer, ya le falta poco para llegar al final, tons esperen actualizaciones estos dias xq esta semana si o si la termino, solo me encontraba ocupada con mi vida privada hehe

espero y les este gustando como va quedando y de vdd que muchas gracias por todo el apoyo que le han dado estos meses y woahhh!! ya mero se cumple un año después de su publicación 

en fin las dejo y les adelanto que queda una revelación mas y......... un suceso inesperado que hasta a mi me dolerá escribir

las dejo con la intriga hshshshsh