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❀25

Narrador Omnisciente


La tarde se desvanecía en tonos dorados sobre los muros de Hogwarts. Draco Malfoy, con su característico porte altivo, esperaba en la entrada del colegio. Su novia, Nelly, debía salir pronto; ambos tenían planes para visitar Hogsmeade. Sin embargo, antes de que pudiera vislumbrar a Nelly, una lechuza blanca descendió con gracia y dejó una carta en sus manos.

El sello era inconfundible: el emblema de los Malfoy. Draco rompió el sello y desplegó el pergamino. La caligrafía elegante de su madre, Narcissa, se deslizaba sobre el papel.




"Querido Draco,

Espero que te encuentres bien y está carta llegué lo más pronto posible a ti. Tu padre y yo hemos estado observando tus amistades y tus elecciones últimamente. Kara Parkinson nos ha contado acerca de tu reciente relación con la chica de Ravenclaw, Lupin, y no puedo evitar preocuparme por ti.

Debo advertirte, querido hijo, que ella no es la compañía adecuada para alguien de nuestra estirpe. Su sangre no es pura, y su linaje no carece de la nobleza que mereces. No olvides de dónde vienes, Draco. No te mezcles con aquellos que no comparten nuestra grandeza.

Amaltea, tu prima, es otro asunto. Aunque comparte nuestra sangre, su parentesco con los Lovegood la hace diferente. Son excéntricos, inadecuados para nuestra familia. Mantén las distancias.

Pero hay más. Pansy Parkinson, esa muchacha está involucrada con Eros Evans. Perseus Parkinson no está contento con esta relación. Debes advertirle a Pansy que se aleje de Eros. No permitiremos que nuestra sangre se mezcle con la de los inferiores.

Draco, sé que esto es difícil para ti. No quiero que rompas corazones, pero debes proteger nuestra herencia. Si no puedes hacerlo por ti mismo, piensa en tu padre. Lucius tomará medidas si no sigues nuestras indicaciones.

Cuídate.

Con amor, Narcissa Malfoy"






No podía decirle esto a Nelly; no quería romper su corazón. Pansy, por otro lado, estaba demasiado feliz con Eros. No podía separarlos.

Sin embargo, el secreto pesaba sobre él. Cuando volviera de Hogsmeade, buscaría a Eros. Tal vez, encontraría una solución. Draco no podía permitir que su familia se desmoronara, pero tampoco podía sacrificar el amor y la felicidad de aquellos a quienes apreciaba.

Se debatía entre el deber y el corazón, entre las advertencias de su madre y los latidos de su alma. El destino de los Malfoy dependía de una balanza, y él debía encontrar el equilibrio perfecto.

Draco dobló la carta con cuidado y la guardó en su túnica. El papel crujía bajo sus dedos, como si llevara consigo un secreto prohibido. Las palabras de su madre resonaban en su mente, una advertencia que pesaba más que el oro de Gringotts.

No olvides de dónde vienes, Draco. No te mezcles con aquellos que no comparten nuestra grandeza.

Draco cerró los ojos, tratando de encontrar respuestas en la oscuridad. ¿Cómo podría proteger su linaje sin romper corazones? ¿Cómo podría seguir su corazón sin traicionar a su familia?

Entonces, como si el destino mismo lo hubiera escuchado, Nelly apareció. Su cabello negro caía en ondas suaves sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con una luz que Draco no podía resistir. Llevaba una bufanda de colores vivos, y su sonrisa era como un hechizo.

—¡Draco!—Nelly se acercó corriendo, y el sintió que el mundo se detenía. —¿Estás listo para ir a Hogsmeade?

Draco asintió, incapaz de apartar la mirada de ella.

—Sí, estoy listo.

Nelly se puso de puntillas y besó su mejilla.

—Eres adorable cuando estás pensativo, sabes. —Draco se ruborizó.

—¿Adorable?

—Sí, adorable. —Nelly rió, y su risa llenó el aire con una magia que Draco no podía explicar. —Vamos, Draco. Hosmeade nos espera.

Con la carta aún oculta en su túnica y los sentimientos enredados en su pecho, Draco Malfoy siguió a Nelly hacia el pueblo. Las advertencias de su madre quedaron atrás, porque en ese momento solo existía Nelly, con su hermosa sonrisa y su capacidad para regresar a Draco al presente.

Hogsmeade se extendía ante ellos, sus calles empedradas llenas de magia y promesas. Draco caminaba junto a Leonor, sintiendo la calidez de su mano en la suya. El aire olía a dulces, y el sol de la tarde pintaba destellos dorados en los escaparates.

—¿Qué te parece si empezamos por Las Tres Escobas?—Nelly señaló el acogedor pub. —Me han dicho que tienen el mejor pastel de calabaza.

Draco asintió, incapaz de apartar los ojos de ella.

—Suena perfecto.

Entraron en el local, y el aroma a especias y madera los envolvió. Se sentaron en un rincón junto a la ventana, donde la luz se filtraba entre las cortinas. Nelly pidió dos tazas de té y un trozo de pastel. Draco la observó mientras tomaba un sorbo, sus labios rosados dejando una huella en la porcelana.

—¿Deberíamos compartir el pastel o pedir uno para cada uno?—Nelly lo miró con curiosidad.

Draco sonrió.

—Compartamos. Así podré probar un poco de todo. —Nelly rió, y su risa llenó el pequeño espacio.

—Eres un glotón disfrazado de caballero.

—¿Caballero?—Draco alzó una ceja. —No sé si eso me describe bien.

—Oh, lo hace. —Nelly río. —Has sido muy amable desde que llegamos. No has mencionado ni una vez que mi bufanda no combina con mi abrigo.

Draco se encogió de hombros.

—Tal vez estoy aprendiendo a apreciar la diversidad de las cosas.

—O tal vez solo quieres probar el pastel de calabaza. —Nelly le dio un codazo juguetón.

Les sirvieron el pastel, y Draco tomó un bocado. La mezcla de especias y dulzura llenó su boca, y por un momento, olvidó las advertencias de su madre. Nelly también saboreaba su porción, con los ojos cerrados y una sonrisa de felicidad.

—¿Sabes?—Nelly apoyó la barbilla en la palma de la mano. —Creo que este es el mejor pastel que he probado en mi vida.

—¿Incluso mejor que el pastel de calabaza de la tía Pandora?—Draco arqueó una ceja.

—Tal vez igual de bueno. —Nelly le guiñó un ojo. —Pero no se lo digas a la tía Dora. —Draco rió, y el sonido llenó el rincón.

—Tu secreto está a salvo conmigo.

Terminaron el pastel y salieron a la calle. El sol se ocultaba tras las montañas, y las luces de Hogsmeade se encendían una a una. Nelly se detuvo frente a una tienda de caramelos, y sus ojos brillaron.

—¿Quieres algo?—Nelly señaló los frascos llenos de golosinas. Draco negó con la cabeza.

—No, gracias. Estoy satisfecho con el pastel. —Nelly lo miró con ternura.

—Eres un caballero y un glotón. Eso es raro.

—¿Raro?—Draco se acercó a ella. —¿Qué tal si soy un raro adorable?

Nelly sonrió, y su sonrisa era como un hechizo.

—Eso me gusta más. —poniéndose de puntillas para dejar un casto beso en sus labios que hizo sonreír aún más a Draco.

—Ven...—Draco la tomo de la mano con delicadeza. — Te comprare todo la dulcería si eso quieres.

Entre risas y dulces, Draco y Nelly caminaron por las calles de Hogsmeade. No era un cuento de hadas, pero era real y hermoso. Y mientras el mundo giraba a su alrededor, Draco supo que había encontrado algo más valioso que cualquier linaje o advertencia: había encontrado a alguien que le hacía sentir vivo.

La noche en Hogsmeade era fresca y llena de secretos. Draco caminaba junto a Nelly, su corazón dividido entre el deber y el deseo. La carta de su madre seguía resonando en su mente, como un eco persistente.

Nelly, ajena a los conflictos internos de Draco, hablaba animadamente sobre las tiendas, y el como pronto llegarían los demás colegios para el Torneo que Hogwarts organizaría ese año. Sus ojos brillaban con la emoción de la cita. Draco la miraba, preguntándose cómo podría romperle el corazón.

—¿Estás bien, Draco?—Nelly lo miró con preocupación. —Pareces distante.

Draco forzó una sonrisa.

—Estoy bien, Nelly. —la abrazo por un costado atrayendola hacia el, besando su frente.

¿Qué hay de lo que yo quiero? ¿De lo que nosotros queremos?

Draco no tenía respuestas. Pero mientras caminaban de regreso a Hogwarts, su mente se aferraba a una idea. Eros Evans. Tal vez él podría entender. Tal vez podría ayudarlo a encontrar un equilibrio entre el deber y el amor.

El castillo se alzaba ante ellos, imponente. Draco decidió que hablaría con Eros. No podía guardar el secreto por más tiempo. No podía romper corazones, pero tampoco podía sacrificar su propia felicidad.













































Lune_black

Draco y Nelly son muy lindosss
lástima que eso durará poco...😔

DESDE AQUI EMPIEZAN LOS PROBLEMAS GENTE BONITA

Spoiler: Sexto grado+Mansión de los Parkinson= pROblEmaS

BYEEEEEEEEEEEEEEEE

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