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🐞19

-Chicos, necesito de su ayuda!- llega Martin a la casa de Granit donde se encontraba todos.

-Para qué servimos?- bromea Granit.

-Me ayudan a escoger un look para más tarde?- pide.

-Amor, cuáles son los gustos de Liz?- pregunta Benjamin.

-A ver- Vianey observa a detalle los conjuntos de Martin.

-Nosotras somos expertas en esto. Por qué crees que Granit y Benjamin se visten de buen estilo- Danny aprovecha para burlarse.

-Ouch! Gracias, amor- replica ofendido el suizo.

-A ver, yo no me visto tan mal- defiende Benjamin.

-Aha, porque llegué yo, bebé. No lo tomes personal- Vianey sigue la corriente y finalmente las dos chicas escogen el conjunto perfecto para Martin quien se va a cambiar.

El rubio sentía como sus manos sudaban mientras se colocaba su abrigo. Granit notó a su compañero nervioso -Haha. Todo estará bien, Ødda.

-Parece que esta es tu primera cita- se burla Houssem.

-No es una cita. Solo llevaré a Liz a dar una vuelta. Es todo.

-Entonces, qué es lo que te preocupa?- pregunta Benjamin.

-Que todo salga mal. Digo, muy apenas accedió a salir conmigo por Ferran, pero...

-Ødegaard, debes entender que no puedes salir con Liz. Ella es novia de Ferran- recuerda Danny.

El noruego suspira -Hubiera deseado llegar antes que Torres y así Liz hubiera sido mía.

-Quieres a mi hermana, cierto?- interviene Vianey. Martin asiente. -Solo ten cuidado, quieres?

-Suerte, bro- desea el francés y Martin se dirige a recoger a Lizbeth de su trabajo. Los dos dan una vuelta en la plaza y empiezan a platicar de todo tipo de cosas y ahí es cuando Lizbeth se da cuenta de que todas las cualidades que buscaba en un hombre las tenía Martin.

-Y cómo te va en el trabajo?- pregunta Martin mientras se sientan en una banca para comer su helado.

-Muy bien, gracias. Ya un poco más relajada sin la responsabilidad de la escuela.

-Admiro como puedes mantener un balance en tu vida. Por eso eres asombrosa- se le escapa decir a Martin.

-Ejem, créeme, lo intento. No es fácil- agacha la cabeza.

-No muchos aguantan vivir así, pero tu has sido fuerte para no rendirte.

-He tenido ayuda- dice en referencia al noruego.

-Siempre es bueno saber que sirvo para algo.

-No digas eso. El Arsenal estaría perdido sin ti- convence Liz.

-Vaya vaya! Acaso estas diciendo que me has estado viendo en todos mis partidos?- pregunta pícaro.

-No te emociones. Solo en algunos- Liz se sonroja.

-Sabes? Siempre tenía la poca esperanza de que me estarías viendo. Y es por eso que te dedico cada gol que anoto.

-Que lindo de tu parte. No merezco a un chico como tu- revela Liz.

-Soy tuyo, Liz- se inclina hacia la castaña -Aléjate de las malas vibras y quédate conmigo. Conmigo estarás a salvo.

La mente de Lizbeth estaba más que claro, quería quedarse con el noruego. Aunque no quería lastimar a Ferran.

Ferran...

En qué se había metido?

Acaso esto es suficiente para terminar algo que tuvo con Ferran por años? Martin Ødegaard vale la pena?

Tenia que dejar a Martin para continuar con Ferran. Eso si significaba que quería al noruego.

-Hubiera deseado que tuviéramos mas tiempo- habla después de una larga pausa.

-También yo- Martin considera el tiempo que le quedaba.

-Cualquier chica seria afortunada de tener a alguien como tu- al decir aquello, Liz sintió celos. En ningún momento podría ver al rubio con alguien más que no fuera con ella.

-Yo no quiero a otra chica que no seas tu- la mexicana se sintió mejor al escuchar la lealtad que Martin le tenia.

El jugador del Arsenal se lanza a los labios de la castaña y así besarla por un largo tiempo pero este es quién se separa primero -Está todo bien?

-Qué hago? Besando a la chica de alguien mas?- se frustra.

-Ferran y yo no estamos juntos. Nos dimos un tiempo- aclara. Martin sigue negándose -Descuida, Martin, aquí nadie nos ve. Por favor, te necesito- es ahora la mexicana quien besa al rubio intensamente.

-Eres increíble, Lizbeth Navarrete- se le escapa un leve gemido al noruego.

Liz sonríe -Vámonos de aquí- pide privacidad.

-Alguien esta caliente, eh?- nota Martin.

-Me tienes que aprovechar- recalca Liz.

-Como usted desee- y los dos se van a la casa de Martin.

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