24.
—Jamás esperé ver a Jennie comer tanta piña —Jeongyeon vio a Rosé, que sólo asintió, viendo a todos lados menos a la castaña más baja, que sólo ahogó su risa—. Jennie, ven aquí, bebé tigre.
—¿Qué pasó? Jeongyeon, ya sabes que no te volveré a prestar mi departamento para que pases las noches con Nayeon, el otro día volví y mi refri estaba ro-
—Eso no, bebé tigre... pero la próxima te prometo que no pasará nada —la pelinaranja negó, tomando de su jugo de piña—. ¿Quién te hizo ese jugo de piña?
—¡Oh, Rosé! Hemos estado haciendo dietas y haciendo ejercicio juntas, ella y yo salimos a correr, vamos al gimnasio y ella es la encargada de hacer estos jugos.
—¿Y cuántos jugos haz tomado hoy, bebé tigre?
—Éste es el séptimo de la semana.
—Oh, uno a diario. —Rosé sólo vio con ojos bien abiertos a la castaña más baja, que sólo ahogó su risa al ver el rostro feliz de Jennie al abrazar a su novia, o pareja, o chica con la que no sabía qué estaba pasando.
Jennie lo tenía planeado, se lo iba a pedir en medio antes de iniciar el acto, pero sabía que el día que Rosé la llevara a una cita, iba a ser el día que le quitaría el tesorito, a ella, sí, porque la pelinaranja estaba demasiado nerviosa, aún después de todas las clases de práctica que había tenido con la menor.
Aún así, volviendo a que no sabía qué eran, Jennie sólo la vio fija mientras Rosé le dejaba un beso en sus labios y se excusaba, yendo al baño con Lisa y Jeongyeon, dejándola sola con Nayeon, que sólo negó, viéndola.
—¿Aún no te dice nada?
—No, acordamos que íbamos a tener sexo cuando Rosie me lleve a una cita, estos días han sido muy ocupados, sabes, exámenes, proyectos, apenas tenemos tiempo para vernos, pero está bien, me parece lindo que me espere. —un tono carmesí invadió sus mejillas al mismo tiempo que se recargaba en la mesa, guardando el vaso de jugo en su mochila mientras veía a Nayeon confundida, parpadeando varias veces.
—Entonces Rosé te quitará el tesorito —no le gustaba que lo dijeran en voz alta. Hizo un mohín mientras sentía nerviosa, pero la otra volvió a hablar—. ¿Usará un arnés o algo?
—¿Qué?
—Ya sabes, ¿te explotará la cereza? —Jennie le aventó una papa frita mientras esta reía, nerviosa—. ¿¡Entonces qué?!
—No he tenido mi primera vez, no la he puesto, si hablamos en tu idioma —Nayeon la imitó, sacando la lengua—. Y aún así Rosé está esperando... Yo quiero hacer las cosas bien.
—Después de todo es tu primer novia. —Jennie asintió, jugando con sus dedos, y se acercó a ella, nerviosa.
—Sé que te juntas más con Rosie que conmigo, ¿puedo hacerte una pregunta? —la mayor asintió, viendo a la nerviosa pelinaranja hablar— ¿crees que le gusto?
Nayeon pestañeó un montón de veces mientras la veía fija al mismo tiempo que Jennie sólo esperaba una respuesta, con su rostro confundido, boca entreabierta, esperando una respuesta. La más grande sólo suspiró.
—Te diré la verdad, va muy seria contigo, está a 'plena Rosé', a este punto viven juntas, cuando habla de ustedes, dice casa, y nunca haría eso, ya te presentó a tu hermano, a su padre, te mostró su colección de peluches y juega contigo, Jennie, lo que acabas de preguntar es ridículo porque jamás la había visto así de seria con nadie.
El sonrojo en su rostro, su sonrisa tímida mientras parecía empequeñecer en su sudadera y juega con sus cordones, pareciendo boba.
No, no pareciendo, siendo boba. Jennie lo era, una boba tierna, y después de semanas donde la examinó, Nayeon comprobó que era una buena chica para su amiga.
Por lo que sólo sonrió mientras la escuchaba hablar de Rosé, mientras en el baño, estaban las tres viéndose en el espejo mutuamente.
—Mañana llevaré a Jennie a una cita, es un lugar de pizza donde los que hacen la pizza son robots y hay una figura de Chizuru Kagura en la entrada. —vio un gesto de sorpresa de la otra, y un silbido.
—Estás juntando el armamento pesado, bien, literal le estás dando las 3 cosas que más le gustan en la cara. —recibiendo los pulgares arriba de las mejores amigas de Jennie, sonrió, y después volvió a la mesa donde acababa de recordar que había dejado a su amiga y a su... ¿Novia? Solas.
Sí, necesitaban arreglarse eso porque todavía no sabían cómo presentarse. La vez que fue a la casa de los padres de Jennie para hacer kimchi de reserva, no supo qué decir cuando la mamá de la pelinaranja le había preguntado si ya eran novias.
Sólo cantó Baby Shark para desviar la atención de ese tema y que Jennie saliera por la ventana, robara un convertible y escaparan a Tijuana ahora llamadas Pancha y Fernanda... Pero Jennie sólo se quedó escuchándola, sonriendo, y al final de la canción le aplaudió, junto a los otros Kim, y la besó para responder.
''Es temporada de exámenes y proyectos y queremos que sea un momento especial, no algo que llegue de la nada.''
Entonces, eso era más fácil, afrontar la relación era la opción más fácil, que huir a México con otro nombre. Era nuevo para Rosé que tanto se le escapaban las relaciones, ellas les escapaba, pero ahora haría las cosas bien.
Se sentó al lado de Jennie, besó su mejilla y recibió un beso también en su mejilla, más un beso en su cuello. Sí, ese era el lugar donde merecía y quería estar. Se acurrucó más contra la pelinaranja, ahora besó sus labios, y vio a Nayeon, que las veía con una sonrisa.
Algo había pasado que le hizo darle esa mirada más tierna, y alzó sus cejas repetidas veces, un gesto juguetón.
Rosé negó, riendo, y comenzó a escuchar de nuevo la plática entretenida que estaban teniendo las demás.
Pero un pequeño quejido llamó la atención de todas, que voltearon a ver de quién vino el ruido. De la castaña más baja que señaló a Rosé, con la boca bien abierta.
—Con razón los jugos de piña por toda la semana.
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