32| ❝Damon, Glenn y Calipso❞
╰─────➤Un amigo
siempre se sacrifica por el otro en la amistad.
J.V
DAMON Y CALIPSO caminaban mientras escuchaban los alagos de la gente del campamento, habían quedado como héroes al traer un caballo y dos cerdos que Hershel se ocupó de cuidar y recuperar.
—Preparen sus tampones —Glenn, se acercó hasta estar frente a ambos —porque Rick va a empezar una discusión contigo —señaló a Calipso.
—¿Por qué me hablas como papá enojado? —preguntó, alzando sus cejas.
—¡Porque se fueron sin mi, a hacer actos de rebeldía sin mi! —se señaló, indignado, haciendo sonreír a ambos —se supone que somos amigos.
—es que, en realidad, íbamos por un regalo de bodas para ti —Admitió, Calipso. Glenn, abrió los ojos sorprendido —te espera en la torre de vigilancia, ven, vamos.
Fueron con el asiático hasta allí. Glenn les preguntaba que había pero ellos fingían labios sellados, y fue cuando llegaron, que entendió todo.
Maggie tenía un pequeño y cortó vestido blanco, simple, casi uno veraniego, mientras Hershel estaba a su lado con la biblia. Dentro, además de ellos, solo estaban Daryl, Beth, Carol, Carl y Rick con Judith en brazos.
—me pareció injusto que no tengan una boda decente, aún en contra de todos, me arriesgue con Damon solo para que tengas lo que te mereces, Glenn —susurró, Calipso, palmeando su brazo mientras Damon le ponía una moño rápido al asiático que sonrió viendo a sus dos amigos.
—Gracias, los adoro —Susurró, moviendo su vista para apreciar a Maggie que sonreía con los ojos cristalizados.
—Ya lo sabemos —Damon, palmeó su brazo, caminando con Calipso hasta mezclarse con sus amigos.
Vieron a Glenn llegar hasta tomar las manos de Maggie, Hershel fue quien ofició esa pequeña ceremonia intima entre ellos, para que, al final, los dos sellen su amor en un beso, escuchando sus aplausos.
—es la boda más rara a la que he ido —Admitió, Carol, sonriendo divertida.
—¿Lo dices por los caminantes, porque es en una torre de vigilancia de prisión o porque un veterinario, padre de la novia, oficia su unión? —preguntó, Calipso, con cejas alzadas.
—Yo iba a decir que porque fue la novia la que esperaba en el altar al novio —murmuró, haciéndolos reír.
Calipso se giró a Rick, viendo al ojiceleste sonriendo, se acercó a tomar a Judith de entre sus brazos mientras él fingía un cierre en su boca, negado a discutir por lo que hizo Calipso cuando había conseguido tres animales junto a un momento tranquilo y alegre para todos.
—calladito y bonito, así me gusta —susurró, divertida. Rick puso una mano en su cintura, negando con una pequeña sonrisa —¡Que conste que soy la madrina de bodas! —gritó en alto para que escuchen. Rieron, viendo a Damon levantar su mano.
—Y yo el padrino... ¡No acepto discusiones, Daryl!
[…]
Los días pasaban y pasaban, así, la cárcel ya parecía ser un auténtico hogar para todos ellos. Incluso para Calipso. La castaña se encontraba frente a los cerdos en el jardín de la prisión, pero volteó al escuchar pasos.
Rick iba caminando en su dirección, el ojiceleste se había levantado igual de temprano, limpió su rostro con el agua fría para refrescarse y llegó a su lado.
—buenos días —saludó, el hombre, poniendo las manos en la cintura ajena.
—días, porque buenos no son, con este olor no. Ya huelen como Daryl —Señaló a los cerdos, escuchando la risa del hombre. Puso las manos en su pecho, mientras él se acercaba a dejar un beso en sus labios —oye, esto se está haciendo costumbre.
—¿Y no te gusta? —alzó su ceja, divertido, tomando su mano para ir a los cultivos.
—no dije eso. Simplemente que parecemos una pareja, claro, sacando de lado que nadie sabe que estamos... En esto —Se encogió de hombros, tomando el rastrillo. Él igual, comenzando la rutina matutina de cuidar las plantas.
—¿No somos pareja? —cuestionó, con curiosidad, ella negó y él se acercó a tomar su mentón —que te quede claro, Dixon, eres mía —le dió un corto beso.
—oh, no me llames Dixon, Grimes —se quejó, pero sonriendo —soy tuya, si eres mío.
—creí que había quedado claro —le sonrió, con ese gesto de seguridad. Ambos rieron, pero el ruido les hizo borrar sus gestos.
Voltearon a ver el alambrado, notando que había muchos más caminantes que nunca, se habían acumulado y golpeaban la cerca queriendo llegar a ellos. Los ojos de Calipso fueron a uno en especial, que tenía sus ojos rojos y sangre cayendo de ellos. Sintió un escalofrío.
—voy por agua... —avisó, luego de unos minutos.
—vamos —dejaron los rastrillos, él estiró su mano y entrelazaron solo sus meñiques, caminando hasta tomar el agua que había detrás del hogar de los cerdos.
—mira —Calipso, le señaló a Carl que iba en su dirección. Los dos caminaron acercándose.
—no me despertaron —se quejó, el niño.
—estuviste la noche entera leyendo historietas —se defendió, Grimes, volteando a ver a Calipso.
—¿Quién se las habrá dado? —preguntó, cruzandose de brazos, mientras fingía demencia. Los dos Grimes rieron —¿Ya te las acabaste tan rápido?
—si, las dejé en tú celda para que las leas luego —le contó, mientras los tres se apoyaban sobre la valla de madera. Admirando al animal de allí —¿Qué le pasa a Violet? —señaló chancho.
—Carl, te dije que ya no les pongas nombre. Ya no son cochinitos, son comida —reprochó, su padre.
—solo pensaba... Que hasta que... Okey.
—Eso fue cruel —Calipso, golpeó el brazo de Rick, viendo cómo este la miró ceñudo —dejalo ser niño, no pasa a menudo —susurró, suspirando. Luego del incidente donde Carl le había disparado a un chico del Gobernador, habían tratado de remediar los cambios que estaba provocando todo en él. No querían que madure tan rápido.
—ahm... No sé que le pasa —se resignó a decir, Grimes —puede estar enferma, puede que no sea nada... Siéntete mejor, Violet —rió viendo a Carl, provocando una sonrisa en Calipso.
Calipso despeinó al menor, pasando un brazo sobre sus hombros mientras iban a seguir con el trabajo.
[…]
—¡Calipso!
La nombrada volteó a ver a Glenn y Damon que corrían, tratando de alcanzarla. Se encontraba en el comedor de afuera de la prisión, sentada con Karen, Tyreese y Sasha. Los dos veinteañeros llegaron, agitados, Glenn puso las manos sobre sus rodillas y Damon cayó como si se desmayara.
—el piso está caliente, auch, auch —se levantó de las piedras del suelo que ardían por el sol. Damon, sonrió, llevando una mano a sus pulmones —no sabrás lo que pasó.
—tenemos... Chisme —Glenn, se reincorporó, apoyando su codo sobre el hombro de Damon.
—¿Vinieron corriendo hasta aquí, solo por eso? —rió, Sasha, mientras veía a los dos chicos.
—si no lo hacían, los mataba —Calipso, la miró obvia, volteando a ver a ambos chicos —cuenten —se levantó, terminando de comer veloz.
—Anoche estábamos caminando, pensando en hacerle una pequeña broma a Carl o a Daryl —contó, Damon, mientras acercaba más a Calipso para hablar en voz baja.
—te íbamos a buscar, pero nos desviamos cuando vimos a Rick salir del pabellón —asintio, Glenn, y no notaron como la expresión de Calipso se volvía sería.
Ella se había escapado a la torre de vigilancia con Rick en la noche.
—Lo seguimos, hasta la torre de vigilancia pero se suponía que Rick no debía tener guardia, era su día de descanso, además de que iba sonriendo —habló, Damon, mientras ponía suspenso con sus expresivas manos —pero, cuando entramos, escuchamos ruido arriba.
—no quisimos subir, podríamos interrumpir. Pero estamos más que seguros, que Rick tiene un amorío con alguien de la cárcel —Asintió, Glenn, mientras sonreía emocionado —es decir, es bueno. Superar a Lori, su mala racha con ella y Shane. Carl necesita una madre ¿No crees?
—Sabemos que lo odias, pero, además de que vinimos a decirte solo por decirlo, pensábamos que esto le haría bien a Grimes ¡Y podrías burlarte de él! —Asintió, Damon, mientras pasaba su brazo sobre sus hombros.
—Calipso —la nombrada se giró a Hershel que llegó.
—Santa Claus —saludó, Damon, escuchando la risa de Hershel.
—Hola, hijo —saludó al chico, viendo también a Glenn —muchacho. Lamento interrumpir, pero necesito hablar contigo.
—claro, si —aceptó, rápido, volteando a sus dos mejores amigos —ni se les ocurra decirle a alguien ¿de acuerdo?
—bien —dijeron al unisono. Calipso, afirmó con su cabeza, yendo detrás del anciano —Hershel, no sabes de lo que me acabas de salvar con tú poder divino —agradeció, viendo la expresión divertida del hombre.
—ustedes tres son una pesadilla —Hershel, rió —aun que Damon es la parte más buena.
—ironico ¿No?
No había persona en el grupo que no amase a Damon. El chico se había ganado rápidamente el cariño de todos con su torpeza, lado bromista y amabilidad. Hershel estaba al tanto de que Damon tenía un enamoramiento en Beth, y lo aceptaba. Maggie ya lo había adoptado, sin el permiso de Glenn, igual que con Calipso. Claro que, quien más lo adoraban, eran los mismos Glenn y Calipso.
—quería hablarte sobre Rick —nombró el anciano, Calipso lo observó —sé que su relación es tensa, pero eres a quien más escucha. Siempre le das un golpe a la realidad cuando los demás no nos animamos a hacerlo ¿Podrías hablar con él? Ha estado saliendo sin armas, sin compañía. Se arriesga mucho.
—ya lo he mencionado. Pero intenta hablar con él, Hershel, si no lo logras, lo haré yo —ofreció, encogiéndose de hombros. Él asintió, agradecido —debo ir a preparar mis cosas, iré a la expedición de hoy.
—eso es bueno, los que irían prefirieron quedarse para limpiar el aumento de caminantes en la valla.
Calipso afirmó, trotando a las celdas para buscar las cosas.
[…]
—¡Jessie la vaquerita!
Escucharon el grito de Calipso que señaló a Michonne, yendo en el caballo que la misma Dixon había encontrado un mes atrás. Ante eso, Carl y Rick corrieron a abrir los portones de la entrada, dejando pasar a la morena.
—¿Cómo está tiro al blanco? —Preguntó, Calipso, llegando a acariciar al caballo.
—me duele que mi amiga extrañe más al caballo que a mí —Michonne, se bajó, riendo.
—encantados de verte —Rick, llegó a su lado.
—estoy encantada también; Calipso ¿Lo estás? —miró burlona a la nombrada que asintió riendo —me alegra. Porque alguien se ganó la lotería —sacó unos cómics que le dió.
—¿Es en serio? —preguntó, Carl, tomando la mitad que le daba Calipso mientras ambos la hojeaban —¡Increíble! Gracias.
—Mi trío de cómics —Calipso, pasó su brazo sobre los hombros de Michonne y Carl.
—si, los leeré cuando terminen —afirmó, sacando el brazo de Calipso que la miró, fingiendo indignación. Las dos rieron —y encontré esto —sacó una máquina de cortar cabello —es porque te está creciendo un poco... —señaló la barba de Rick.
—¿Un poco? Su pobre cara está perdiendo la maldita batalla —rió, cruzandose de brazos, Rick la miró con ojos entrecerrados, sabiendo que a ella le gustaba así y solo lo hacía para molestar —¿Te quedarás un tiempito?
—por poco tiempo —le contestó a Calipso.
Voltearon a ver a Daryl que se acercaba con la motocicleta, detrás suyo iba el auto verde y otro más. Calipso le dió un suave apretón a la mano de Michonne, a modo de saludo y le guiñó el ojo, con disimulo a Rick, subiendo en la parte trasera de la motocicleta.
—vaya, mira quién volvió —Daryl, saludó a Michonne.
—no lo encontré —admitió, compartiendo una mirada con Calipso que aplanó los labios —pensé en buscar cerca de Macon, vale la pena.
—ciento diez kilómetros de caminantes —respondió, Daryl —te podrías cruzar con algunos poco amables. Ya pedí que Calipso deje de ir en su búsqueda, podrías tú también intentarlo —murmuró, haciendo una mueca —¿No crees?
—bueno, hablemos de eso luego —pidió, Calipso, para no empeorar el momento —debemos ir.
—si, yo revisaré las trampas. No quiero que lo que atrapemos se lo queden los caminantes —afirmó, el ojiceleste.
—¿Vienes, Michonne? —le ofreció la menor de los Dixon.
—si, claro.
—pero acaba de llegar —Carl, argumentó, acariciando al caballo.
—y volveré —respondió, yendo al auto donde Damon la recibió con un abrazo.
Rick fue a abrir los portones para que salieran. Calipso afirmó sus brazos a la cintura de su hermano, tomando con fuerza la ballesta para que no se le cayera.
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