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13| ❝secretos❞

╰─────➤Deja en
libertad a tus ojos:
contempla otras bellezas.

W.S





HERSHEL TERMINABA de curar las heridas del torso de Daryl, Rick y Calipso estaban agachados frente a la cama donde reposaba el ballestero. Daryl había encontrado la muñeca de Sophia.

—La encontre cerca del arroyo, allí —señaló el mapa a su lado, poniendo hielo dónde la bala lo había rozado —se debe haber caído cruzando por algún lado.

—reduce la cuadricula, casi la mitad —Rick, miró de reojo a Shane que estaba sentado.

—si, de nada —se quejó, Daryl, con ironía.

—¿Cómo está, Hershel? —le preguntó Calipso, notablemente preocupada.

—no imaginé que los antibióticos se iban a terminar tan rápido —admitió el anciano y le sonrió a la chica —bien, está bien —luego miró a su hermano —¿Sabes que le ocurrió a mi caballo?

—¿El que casi me mata? —Preguntó. Rick tomó el mapa y lo dobló —si es inteligente, se fue del país seguro.

—la llamamos Nervi, por nerviosa —Hershel habló y se limpió las manos —te habría dicho que te tiraría, si hubieras preguntado.

—mi hermano no tiene modales, me disculpo, él es el doble de peor que yo —y Merle el triple, pero, por suerte, no lo conoció o le hubiera dado un ataque al corazón. Pensó Calipso, sonriendo inocente.

—me pregunto cómo sobrevivieron todo este tiempo...

—con gran esfuerzo, Hershel, con gran esfuerzo —Calipso, le dijo —Ahora, si me disculpan, déjenme a solas con mi hermano —todos compartieron una mirada antes de salir.

En cuanto cerraron la puerta, tan solo un segundo, se comenzaron a escuchar los gritos y reclamos de Calipso para Daryl ante la preocupación que le había provocado. Sabían que, por el momento, deberían dejar a Andrea a diez metros de distancia de Calipso.

Rick comprendió una sola cosa, cuando lo amenazó a él -con lo de Merle- y cuando amenazó a Andrea -por lo de Daryl-, solo podías enojar verdaderamente a Calipso Dixon cuando tocabas a sus hermanos.

[…]

Calipso estaba sentada frente a Rick. Todos en la mesa del comedor, siendo que Lori, Patricia y Carol habían preparado la cena, lastima el ambiente incómodo. Para su suerte, había hecho piedra, papel o tijera con Glenn, gracias a eso, ella estaba sentada allí, mientras el coreano estaba en una pequeña mesa con Jimmy, Maggie y Beth. La tan conocida como “mesa de los niños”.

Calipso bebió agua, escuchando solo el sonido de los cubiertos, miró a Rick que la veía. Tragó agua, con su mirada y el silencio incómodo, Calipso solo quería reír y parecía estar contagiando al ojiceleste que que trataba de contener su sonrisa.

—¿Alguien sabe tocar la guitarra? —preguntó Glenn, mirándolos desde la mesa de los niños, por consecuencia, Calipso mantenía la risa en su garganta, casi ahogándose —Dale encontró una buena. Alguien tiene que saber tocar —siguió ante el silencio.

—Otis sabía —Patricia, habló.

—si, y era muy bueno también —Hershel alagó. Volvieron al silencio incómodo. Calipso, rendida, terminó de comer.

—Delicioso, si me disculpan, debo ir a llevarle la comida al rabioso —Movió la silla para sonreír.

—¿Tienes perro? —Beth, le preguntó, confundida.

—tengo un Daryl.

Tomó un plato con comida y se fue a arriba, a la habitación donde estaba su hermano y entró viendo cómo él volteaba. Tenía una venda en su cabeza y otro en su abdomen.

—¿Te estás muriendo? —preguntó curiosa, dejando el plato en la mesa de luz —porque parece que lo estás.

—hace unas horas estabas llorando al pensar en eso, inútil —se burló tomando la comida.

—si, tú acto de valentía casi me hace salir canas —Asintió abriendo la puerta otra vez.

Carol estaba allí, traía un vaso de jugo para Daryl. Calipso sonrió dejándola pasar y salió.

[…]

La menor de los Dixon estaba apoyada contra la caravana, viendo cómo Carl afilaba las flechas que le enseñó a hacer. Glenn se acercó a ambos con una canasta de duraznos.

—¿Quieren? —ofreció viendo a ambos, Calipso sonrió con su ceño fruncido, pues Glenn estaba serio y comenzando a sudar.

—si, gracias —Carl tomó dos, dándole una a Calipso que señaló a Glenn.

—¿Estás bien? —preguntó mordiendo la fruta.

—si, bien, perfecto ¿Por qué no lo estaría? —cuestionó a la defensiva sorprendiendola.

—wow, tranquilo ¿Estás seguro de que estás bien? —Repitió, confundida.

—Estoy a la perfección, Calipso ¿Cuál es tú problema? —volvió a tomar la canasta de durazno, yéndose veloz con Rick y Shane.

—¡que susceptible! —le gritó. Volteando a Carl —¿Tú sabes algo?

—nada de nada —negó el pequeño. Calipso miró a Glenn a lo lejos, su mejor amigo no sabía mentir, se ponía nervioso. La única vez que intentó jugar al póquer y al truco con él, Glenn se fue al baño porque su vejiga no pudo con los nervios de mentirle.

—¡Hey! Lindo sombrero, amigo —Shane le dijo a Carl, el niño le dió la flecha a Calipso que la puso en el caraj que sostenía en la espalda —¿Sabes que le ocurre a Glenn? —le preguntó a Calipso.

—No, parece haber visto un fantasma —Negó, apoyándose en la parte delantera de la caravana. Shane se puso a su lado y Carl se puso frente a los dos.

—¿Qué sucede?

—quiero aprender a disparar ¿Me enseñas? —Le pidió a Shane, Calipso sonrió. Ella podría enseñarle cómo hacer flechas, limpiar un arma, saber todo de ellas, pero disparar era algo a lo que todavía no se atrevía.

—bueno, depende de lo que digan tus padres —Shane mordió el durazno.

—¿Pueden hablarles? —les pidió. Los dos se dieron una mirada confundida, para voltear al niño —es que a ustedes les hacen caso —Shane rió pero Calipso negó comiendo la fruta.

—¿Lo escuchaste, Cali? —preguntó, Shane, divertido.

—Ya lo veremos ¿Si? —Calipso le dijo al niño que asintió alejandose.

—Hey —Shane, lo frenó —muestrame lo que tienes ahí.

Carl levantó, titubeante, su camisa. Calipso abrió la boca sorprendida al ver un revolver negro allí, Shane tiró con fuerza la fruta mientras la menor de los Dixon se acercaba a sacarle eso a Carl.

—¿De dónde la sacaste? —le preguntó al niño que bajó la cabeza —Carl, confío en ti más que en Daryl, teníamos reglas. Entre nosotros no iba a haber mentiras —señaló a ambos, pues ella era la mejor amiga del pequeño Carl.

—De la caravana... Por favor, no le digas a mis papás.

—¿Si? Pues no importa lo que diga lo que diga Calipso —Shane, señaló molesto. Yendo hablar con Rick y Lori.

Calipso tomó la mano de Carl y lo llevó a sentarse en un banco, agachándose frente a él para que le cuente lo que había hecho, o si la usó. Pero el niño negó, prometiendo que no le mentía, no a ella. Suspiró, girandose a ver a los padres del niño con Shane y Dale, hablando a unos metros. Se levantó, acercándose a ellos.

—¿Cómo rayos pasó esto? —le preguntó Lori, Calipso le tendió el arma que ella se guardó en el pantalón.

—Bueno, es mi culpa, lo deje entrar a la casa rodante. Dijo que quería un transmisor que tú le habías pedido —contó, Dale. Calipso se llevó una mano a la frente.

—asi que, además de todo, mintió —Habló enojada, Lori —¿En qué pensaba?

—quiere aprender a disparar —le contestó, Shane —nos pidió que le enseñemos —señaló a Calipso, Rick la observó —sé que no es asunto mío, pero con gusto yo lo haría. Es su decisión.

—tampoco es mi asunto, pero, Lori... —Calipso argumento viendo a la mujer —Carl solo es un niño preocupado por su propia seguridad, no quiere estar indefenso en un mundo como este.

—si, lo sé, pero no me agrada la idea —explicó viéndola con duda, miró a los demás pero ellos estaban en silencio, observandola —no me hagan quedar como la irrazonable aquí ¿Rick?

—lo sé, también me preocupa, pero... —contestó el nombrado ante el pedido de auxilio de su esposa.

—“pero” ¿Qué? —lo interrumpió histérica —le acaban de disparar, recién vuelve a caminar ¿Y ya quiere un arma?

—es mejor que si les tuviera miedo —defendió el ojiceleste, ocasionando una sonrisa en Calipso —por algo hay armas en el campamento, deberia aprender a usarlas.

Trataron de convencerla hasta que el mismo Carl defendió que era lo bastante responsable como para portar un arma. Así, Lori aceptó a regañadientes, yéndose mientras Carl veía feliz a Calipso.

—Sin más mentiras, ni irresponsabilidades —señaló al niño que asintió, entonces, así, Calipso suspiró contenta —bien, te felicito.

—si vas a hacer esto, escucha a Shane —le ordenó, Rick —¿Bien? Ve con cuidado.

—si, papá —Contestó yendo a dónde Shane esperaba con los demás para ir a practicar tiro.

—¿Vienen? —Shane le preguntó a Calipso y Glenn.

—No, Beth me va a enseñar a cabalgar —Le contó la chica sonriendo emocionada.

—y yo debo limpiar las bujías de la casa rodante. Dale me lo pidió —Dijo, Glenn —me enseñará mecánica, así que voy a buscarlo —señaló, apresurado de irse.

—me encontraste —Dale, detrás de ambos, habló. Miró a Shane —es un buen aprendiz.

—odias limpiar —murmuró confundida Calipso mientras veía a los demás partir a clase de tiro.

—Tú odias muchas cosas y nadie se queja —se defendió saludando a los autos, Dale se acercó a ambos.

—¡Wow, wow! Con mi asco a las personas, espacios reducidos, la ropa corta, y una larga lista de más cosas, no te metas —lo frenó volteando a verlo —¿Qué mierda te sucede? Yo puedo tratarte mal, pero tú no puedes tratarme mal a mi. Así no funciona nuestra amistad.

—lo sé, lo siento —suspiró con culpa.

—¿Quieres decirnos lo que sucede? —preguntó, Dale —porque ¿Bujías? ¿En serio?

—eres viejo —Calipso rió al escucharlo y Glenn se corrigió —eres... Sabes cosas. Calipso, eres mi mejor amiga —puso una mano en cada hombro de los dos —¿Qué pasaría si alguien les contara algo, que otro debería saber...?

—ya deja el drama, largalo —Pidió, Dale.

—Hay caminantes en el granero y Lori está embarazada.

[…]

Rick veía a lo lejos a Calipso que estaba dando vueltas con un caballo, aprendiendo a montarlo, él se llevó la mano a la boca, mordiendola, mientras la veía sonreír y hablarle al animal como si este pudiese entenderla. Todavía seguía sin comprender lo rara que era Calipso, pero su belleza sin dudas era una obra de arte. Y el arte jamás era perfecto, era extraño.

Había hablado con Lori, sabiendo que Glenn se había arriesgado a ir a la farmacia a buscar pastillas abortivas y que ella le confirmara lo que siempre sospechó. Su amorío con Shane. Lo que no se vió venir, es que Calipso sabía todo, todo y más.

La joven sabía cosas que él no, aún así, jamás decía un secreto ajeno, guardaba el peso de los demás ¿Y algunos se atrevían a llamarla “mala”? Tenía carácter, pero Calipso era todo lo contrario a una mala persona. Suspiró, moviendo la cerca para acercarse hasta frenar frente a ella.

—¿Qué tal? Glenn me dijo que cuando fuiste a Atlanta estabas en un caballo —le contó frenando, él asintió, acariciando al animal —a este no lo ofrezcas como carnada, por favor —le suplicó viéndolo entrecerrar sus ojos.

—Eso fue cruel —admitió haciéndola reír —sabes cabalgar bien.

—Beth me estuvo enseñando —se sinceró mientras avanzaba unos pasos y le tendió la mano. Rick, sonriendo, la tomó y se impulsó para subir detrás de ella —no lo disfrutes mucho.

—trataré —bromeó viendo cómo ella se giraba a verlo una pequeña sonrisa. Pero él, sin despegar su mirada, se estiró a tomar las riendas y darle un pequeño toque con el pie al animal, impulsandolo a caminar.

El caballo aceleró el paso con los dos sobre su lomo, el sol comenzaba a bajar y la menor de los Dixon observó el anochecer. Dale, a través de los binoculares, observó a Calipso y Rick salir de la granja, sonrió por ese panorama.

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