Protección extra.

Cuando Jihyo escuchó esas palabras de Soojin no esperó ver mayor cosa, tal vez unas cuantas centenas de soldados, algunos barcos de guerra y otras cosas más que ayudarían a su nación para sobrevivir.

Pero vaya sorpresa se llevó cuando T/n regreso al reino dos días después con más de la mitad de la flota de Hwaa...

Jihyo había trasladado temporalmente la ciudad capital a la ciudad costera de Taipéi, en la isla Zhou, allí estableció su gobierno provisional en dónde estando en el puerto principal de Baltica en las cercanías de los demás continentes podría estar cerca de la acción y proteger a su pueblo. Regresando a lo otro. T/n había vuelto dos días después con los demás restantes aerotransportes, en total, serían siete cruceros de guerra gigantes custodiando en todo momento y todo lugar los cielos y los mares del continente, trayendo consigo a más de siete millones de soldados del ejército escarlata, eso sin contar los cientos de cazas de guerra que trajeron consigo -aparatos que Jihyo nunca había visto antes, había visto aviones antes, pero muy antiguos- y cualquier tipo de arma que pudiera servir como medio disuasorio contra las amenazas del exterior.

¿Una potencia abrumadora? Por supuesto. ¿Pero quién le dice que no a la sonrisa encantadora de Shuhua y a las palabras bonitas de Soojin?

¿Algo exagerado?  Demasiado.

La reina Jihyo había pasado de tener una milicia pacifista pobre y escasa de material bélico a contar con un arsenal que fácilmente podría acabar con toda la humanidad unas diecisiete veces.

En otro lugar, mientras las demás reinas de Hwaa (que habían decidido visitar el hogar de su primera reina) y las emperatrices, junto a Sana y Jihyo comenzaron a planear un plan de estrategia en caso de que todo lo anterior fallara en convencer a Jungkook de no iniciar una guerra, Chaeyoung se encontraba observando la arena del mar. Últimamente habían pasado muchas cosas, había encontrado cosas maravillosas y personas increíbles, eso incluía a la mujer que estaba a su lado recogiendo algunas conchas pequeñas que el agua del océano traía consigo.

Tantas cosas por disfrutar... Y que no podía por qué la guerra estaba tocando a las puertas de su nación.

T/n se dió cuenta del suspiró de Chaeyoung, y dejando sus nuevas posesiones en una cubeta pequeña se acercó hasta la más baja, tomando su rostro por sus mejillas sonrojadas y obligandola a mirarle.

—¿Sucede algo, Chaenggie?

Chaeyoung se sonrojó aún más por el lindo apodo, y asintiendo, le dió la razón a la azabache.

—Estoy un poco cansada, no es nada -esta musitó, desviando su mirada- ¿Por qué preguntas?

La azabache rió levemente.

—Puedo sentir como tu corazón late lleno de tristeza cariño, y tus pensamientos son algo... Deprimentes -esta dijo, Chaeyoung frunció el ceño- No leo mentes si es lo que piensas -la más pequeña rió, esa posibilidad pasó por su mente- Solo siento las vibras de tus pensamientos, el alma de tus sentimientos, y estas son tristes. ¿Por qué estás así, pequeña?

Chaeyoung suspiró nuevamente, desde que está había conocido a T/n sus defensas habían caído. Técnicamente se había vuelto una especie de libro abierto y de fácil lectura para la azabache. Nuevamente miró a T/n a los ojos.

—¿Por qué está sucediendo esto ahora? -preguntó- ¿Por qué cuando creo haber encontrado felicidad que tanto he buscado es cuando inician los problemas? -reiteró, T/n frunció los labios- Durante años intenté buscar algo que me motivará, algo que me diera felicidad, me metí en varios problemas por eso, y ahora que estoy aquí, y que tú estás aquí... Existe la pequeña posibilidad de que todo se vaya a la mierda.

T/n solo hizo silencio, dejando que la menor se desahogara.

—La mitad del mundo se ha aliado para atacar a Jihyo, y luego todas ustedes... Las reinas y tus madres se han visto involucradas en todo este problema, no es justo... -luego cerró sus ojos- Tengo miedo de perder a alguien importante para mí otra vez...

T/n sonrió, y al ver a Chaeyoung con amor habló.

—Chaeng, mírame -pidió, la menor se resistió pero al final accedió a ver a la mayor- Te juro con mi vida que nada malo nos pasará -dijo, Chaeyoung bufó- Lo hemos hecho antes, lo haremos ahora. En Hwaa no nos dejamos pisotear tan fácil, llegado el caso de que todo lo malo suceda no caeremos tan fácil. Daremos pelea.

—Que justamente es lo que menos quiero -respondió Chaeyoung molesta- Tus madres me explicaron cómo funciona sus cuerpos, el tiempo no les afecta como a nosotros, y pueden vivir eternamente sin morir por enfermedades o por envejecimiento, ¡Pero eso no evita que el daño y las heridas de gravedad les hagan el suficiente daño como para matarlas!

—Chaeng yo...

—¡Me dijeron que la última vez casi mueres! -interrumpió, T/n hizo silencio- No quiero que... No quiero... -sollozó- No quiero perder a alguien que amo T/n, no quiero vivir eso otra vez. Solo es eso...

—Chaeng -dijo, la nombrada la miró con un puchero en su rostro, T/n atinó a sonreír y acariciar las mejillas húmedas de Chaeyoung- Te prometo con mi vida que no permitiré que alguien me separe de tí, y me cuidaré mucho, pero tampoco me pidas que no intente hacer algo para protegerte y a las personas que son importantes para tí. ¿Me comprendes? -Chaeyoung asintió- Esto se podría tomar como una consecuencia directa de nuestros problemas en el pasado. Dejamos que la corrupción resurgiera nuevamente en Sendai. Indirectamente es nuestra culpa, y lo vamos a resolver.

Chaeyoung sonrió, aún sollozando, terminó por asentir y confiar en las palabras de T/n.

—Mientras tú estés bien... -explicó- No me importa nada más...

T/n sonrió, y abrazando a Chaeyoung, terminaron viendo como el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte.

Su pequeño momento de paz había iniciado sus últimos momentos, pronto la tormenta llegaría.

Y mientras tanto, al otro lado del océano, el emperador Jungkook observaba con alegría como la flotilla aliada que había reunido para atacar al reino de Seúl terminaban de preparar los últimos detalles de la invasión. Pronto podría acabar con los infrahumanos que tanto odiaba. A la escoria coreana.

Pronto podría terminar lo que sus ancestros habían iniciado hace más de dos mil años. Y si todo lo que creía era cierto... Podría acabar con la leyenda que tanto atemorizó a su pueblo.

¿La devastación escarlata?

Pronto sería solo un mito más.

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