Capítulo 17
Dime que puedo sentir algo, por que siento que soy una lata vacía
Advertencia: Escenas sexuales y problemas psicológicos.
Toma una ducha después de meditar mirando a la pared blanca, la ropa que le han comprado le parece un poco grande pero no se siente con energías para quejarse cuando el guardia viene a por el. Caminan un rato por el complejo, el mira todo para aprender el camino en caso de ser necesario, no es muy difícil pues no dan muchas vueltas. El hombre un poco mas alto que el lo mira cuando se detiene frente a una puerta roja, como si fuese a dejarle pasar primero.
— Aquí es la oficina del jefe, entra — Es todo lo que le dice antes de abrir la puerta.
Ni siquiera se toma gran molestia en agradecer, entrando con la mirada moviéndose de un punto a otro por la decoración. Luego de unos cuantos pasos dentro escucha como la puerta se cierra y como si fuera como las películas, lee se da la vuelta con su silla para encararle. Sus ojos chocan con rapidez, no con animo de desafiarse, solo la necesidad básica de cada humano de reconocer a otro.
— Llegaste.
— ¿Para que me necesitas? — Es directo, no tiene nada de que hablar.
— Tu contrato, las reglas de este sitio, mis reglas. Varias cosas que debes empezar a entender — Se levanto para acercarse.
Al sentir la intensión su cuerpo se tenso, y de repente se sintió ajeno a todo, no podía recordar lo sucedido en la mañana. Su respiración se corto un poco, y dio dos pasos atrás. ¿Qué había dicho aquel hombre? Solo recuerda que le vio en el hospital, lo saco y luego llegaron al sitio.
— ¿Por que retrocedes? — Le pregunta cuando lo tiene acorralado contra la pared. — ¿Es acaso este otro de tus episodios?
No sabe que responder, porque no entiende a que se refiere. Siente la respiración del otro cerca de su cuello, alterando todo su sistema; la cercanía le asusta porque puede notar que el hombre parece conocerlo, tocando todos los botones correctos para tenerlo así. Lo asusta el hecho de no recordar lo que había dicho, no saber si le explico como lo conoce, por qué se hace responsable de el de cierta manera. Todo es una deuda que saldara matando personas, al final.
— ¿No recuerdas nada, verdad? — Susurra con seguridad en su oído, cortando su respiración.
El hombre finalmente se separa y vuelve a su sitio original, dejándole unos minutos en el rincón mientras puede estabilizarse. Después de respirar un rato y no centrarse en lo aterrador del encuentro puede sentarse en una de las sillas frente a él.
— Solo recuerdo que tengo una deuda.. que debo matar y servirle.
Lee parece sorprendido por el cambio de actitud, pero no dice nada. — Soy Lee para ti, Hoseok. Este lugar en el que estas es la sede de mi mafia, y te he acogido por que eras un pobre chico sin futuro con dos padres muertos y ningún familiar existente. ¿Entiendes?
El vacío en su pecho se expande cuando lo escucha hablar así, por que lo ha pensado, lo sabe pero duele mas como aquel hombre le hecha en cara que para el ya no existen las esperanzas de una vida normal. Entiende ahora lo de los episodios, por su mente pasa un vago recuerdo del doctor diciéndole días antes que su dolor era tan grande que tenia anulación excesiva de recuerdos; su cerebro quería eliminar todo después de ese día, pero tan curioso era que no quería parar de recordarle el accidente por cada respiración que daba.
— Tomare tu silencio como un si. Estarás aquí entrenando tres años, luego harás misiones en grupo para que pueda evaluar tu desempeño, después de esto iniciaras con misiones importantes y en solitario. ¿Esta claro? — Pregunto con un deje de autoridad — también recibirás atención medica de ser necesario, y por el momento tratare tu memoria con algún profesional, no me servirás de nada si no puedes recordar nada de lo que te digo — gruño.
Asintió a todo, solo escuchando con amargura en su paladar y en su corazón. Muy en el fondo no podía negar que Lee tenia razón, incluso si el lograra huir y contar lo sucedido, no cambiaria nada y su vida seguiría vacía, como si hubiera sido una lata ya usada que dejaron de lado. Dejo la habitación una o dos horas después de entrar, con el cielo en tonos anaranjados que anunciaban la pronta llegada de la noche.
Para agosto, tres meses después, ya se encontraba familiarizado con su nuevo mundo. Ahora con su pierna recuperada ya podía hacer los entrenamientos con normalidad, poco a poco volviendo a tener la rapidez en sus movimientos que tuvo en un pasado. En esos meses había hecho encargos pequeños como parte del entrenamiento, nada demasiado importante que valiera realmente la pena. En una de esas ocasiones, mientras estaba infiltrado en una asociación conoció a un grupo de chicos que pudo considerar cercanos después de tanto.
A veces trabajaba con ellos a escondidas, por que le proporcionaban información que servía para otros trabajadores de la mafia de Lee, que a su vez también le pagaban. Todos ganaban, el conseguía algo de dinero extra y aun que quisiera negar, muy en el fondo, algo de diversión y soporte en el grupo. Podía bromear, aun que todos usaran mascaras por seguridad, incluso si ya se conocían. También conoció a una linda chica pelirroja que se había presentado en casa de los chicos un día, había sentido su corazón latir ligeramente acelerado después de tanto tiempo, y se encontró a si mismo pensando en ella seguidamente los días siguientes.
No sabia si era amor, si era deseo, o que sentía, pero la necesitaba. Cuando inicio a matar gente y volvió a verla, le conto como se sentía y intento enamorarla. Lee parecía no saber nada aun, y así quería mantenerlo, por que ella parecía corresponderle, ambos si se unían podrían salir de ese mundo. Solo tenia que esperar un poco y podrían estarían juntos. El no quería perder el latido rápido que tenia en su corazón cuando pensaba en su mirada, las sensaciones que había perdido meses atrás resurgían y el solo quería sentirlas, sentirse vivo.
¿Estaba mal querer rogar por un poco de amor? Lo necesitaba, por que había olvidado todo sobre el.
Barrios Ricos, Seul 8:40pm 2021.
Esta agitada dentro de esa discoteca escondida entre callejones, pero con buena música y abarrotada de tipos con un aspecto decente y algunos billetes es la cartera. Su vestido ya se siente incomodo, su necesidad vuelve a surgir de sentir algo que la llene o simplemente mas de algún sentimiento que no la haga sentir vacía, suprimiendo a esa pequeña y diminuta voz en su cabeza llamada consciencia que le pide que pare y vuelva a su hogar, con Sujim, que pida perdón de rodillas por no ser capaz de controlarse y estar ahí.
Pero ella es experta en ignorar esa voz, y simplemente la calla mientras se besa con el tipo que se le insinuó en la pista de baile, uniendo sus bocas en un beso desordenado y necesitado. Todo su cuerpo arde por necesidad, quiere mas, quiere todo lo que el extraño le pueda dar. No reconoce realmente cuando cambiaron de sitio hasta que su cuerpo resiente el frio de la noche cuando él la saca mientras aun se están besando, se separan únicamente para ella tomar la mano de ese hombre y guiarlo a algún motel cercano sin importarle mucho.
Deja que el hombre pague la habitación y cuando ya están en la falsa privacidad que esta otorga, se deja llevar. Se quita su vestido con algo de cuidado, después de todo es lo único que no quiere dañar, mientras el otro hombre se desnuda con la misma necesidad. Lo besa una vez mas, mordiendo y succionando su labio inferior para que abra la boca y pueda meter su lengua, esta haciéndolo con prisa, casi rogando por un poco mas. Duran así hasta que la tira sobre la cama y se posiciona sobre sus piernas, no es para nada delicado pero no le da la importancia necesaria por que solo es como otro cliente mas, esta acostumbrada a que piensen mas en ellos que en ella.
Su cuerpo reacciona de inmediato sin necesidad de mucho, no espero nada del hombre, así que se limito a ver que no tuvo interés alguno en ver si estaba preparada. Grito rozando el dolor y la excitación en ese justo instante, la había penetrado con violencia, casi se sintió como si hubiera querido hacerle un agujero. No se quejo cuando el ritmo fue intenso y fuerte, golpeando su cérvix de manera incomoda, ignoro aquello, pero esa sensación nueva seguía ahí, pasando de incomodidad a un dolor ligero. El placer llego en determinado momento a pesar de que cada empuje le dolía un poco mas, pero no pudo venirse, solo sentir como el hombre seguía dentro de ella, llenándola, mientras parecía haber perdido consciencia por su orgasmo.
Intento salir luego de correrlo a un lado por el peso sobre ella, pero después de la adrenalina en su cuerpo, solo sentía ardor y dolor en su zona baja. Gimió con molestia cuando logro sacar el miembro flácido de su interior, logrando ver que aparte de la molestia de sentirse mojada por la corrida del otro y sus propios fluidos, había sangre.
— Maldito bruto, quería un polvo y ahora tengo que ir al jodido medico — Gruño, quejándose cuando pudo pararse y el dolor solo aumentaba.
Camino a pasos de bebe hasta el baño, tomando una ducha lenta para limpiarse todo, casi soltando el grito de dolor que atasco en su garanta cuando metió uno de sus dedos para limpiarse. Mas sangre fue lo que vio cuando saco su dedo, y ahora sentía como todo su interior ardía. Se maldijo a si misma, por que estaba tonta si creía que después de meses de no haber sentido nada y teniendo que usar sus dedos para calmarse un poco, podría recibir a alguien como normalmente hacia.
Salió del baño para buscar sus cosas y largarse de allí, total, el hombre estaba prácticamente noqueado sobre la cama y aun si estuviera despierto, seguiría lo suficientemente borracho como para no hacerse cargo de nada y mandarla a la mierda. Luego de cambiarse, organizar sus cosas y sacarle algunos billetes al hombre, salió de la habitación cojeando un poco y camino hasta una vía principal en busca de una tienda de conveniencia donde comprarse algo para comer, mientras meditaba si llamar o no a Sujim.
Tenia otra opción, lo cual seria llamar a una de las chicas para que le diera posada hasta el día siguiente, pero la verdad es que la mayoría estaría en horario de trabajo esperando a alguien, o siendo partidas en dos en algún lugar o carro. Un sentimiento que desconocía se alojo en su pecho cuando le surgió la pequeña posibilidad de llamarla a ella, después de tantos años. Y luego de ello también pensó en sujim, no supo por qué ahora se sentía culpable; le había dejado en claro como era su vida, se suponía que ella nunca se sentía así.
¿Entonces por qué? Su corazón dolía en pensar en la mirada que seguramente le daría Sujim al verla en ese estado. Le apenaba pensar en SeulGi después de tanto tiempo, ahora sentía inmensas ganas de llorar que no sintió cuando la abandono y golpeo la ultima vez. Allí caminando, luego de que aquel desconocido casi le abriera un agujero y la lastimara, con el alcohol casi fuera de su sistema, una parte que creyó muerta con Felix, volvió a ella.
Se sentó en el suelo, con la cara oculta en sus manos y las rodillas pegadas a su pecho, empezó a llorar. Ya no quería mas, Roxxane ahora ya no sentía la necesidad que querer y pedir mas, de obtener cada parte de todo lo que le rodeara con la necesidad que sentir algo, ya no quería recibir lo que fuera. Sola, por primera vez pudo definir el sentimiento que la acompaño, sola y vacía, como una lata que sonaba hueca. Ya no tenia esa necesidad abismal de ir corriendo al primer sitio que se le ofreciera y beber, fumar o acostarse, tener algo desenfrenado para saciarse.
Ahora solo quería llorar, por todo lo que no lloro, por lo que paso o lo que no paso, lo que hizo. Como si la herida física en su cuerpo, le hubiera dado la cachetada de realidad que siempre necesito, dejo de querer mas, ahora solo quería una sola cosa. Necesitaba a Sujim, sus brazos sosteniéndola por que se sentía chiquita y insignificante, como cuando solo tenia 14 años y estaba en el rincón de su habitación, llorando porqué sus padres no la querían mas, porqué perdió a su mundo mientras lo miraba a los ojos y lo sostenía en sus brazos. Tomo su teléfono, ese nuevo que con confianza le había dado él. Marco, y luego de tres tonos escucho su voz.
— ¿¡Jiwoo!? — Parecía desesperado cuando la llamo por su nombre, el coreano. — ¿Dónde estas? ¿Estas bien? Mándame tu ubicación, dime algo, no lo se — Sonaba tan desesperado que sus lagrimas volvieron a salir. Se sintió culpable por primera vez, mas chiquita, mas rota.
— N-No lo sé.. — Contestó con la voz rota. — Ven por mí, por favor — Sollozo bajito, permitiéndose romperse mientras se hacia bolita en su lugar.
No sabe si el silencio indicaba algo, pero dejo de prestar atención alguna a su teléfono y se empeño en cerrar los ojos, ya no quería mas dolor, solo dormir, dormir y despertar con Sujim. Quería que la sostuviera, quería que la mirara a los ojos sin odio cuando supiera lo que hizo y que en cambio le mostrara una sonrisa como siempre mientras le prometía que la ayudaría, que todo estaría bien. Porqué ella le iba a creer, incluso si fuera imposible o ella estuviera tan rota que no existiera solución. Ella quería tenerlo a su lado, pero ya no con la urgencia de sentir algo, de sentir mas, ella solo quería tenerlo ahí, apoyarse en el. Recibir esa ayuda que le ofreció, y que se negó a recibir al inicio.
Ella solo quiere que la quieran, incluso si ha sido un monstruo toda su vida.
Cérvix: Es el cuello uterino y es la porción fibromuscular inferior del útero, la cual lo conecta con la vagina. Las funciones principales del cuello uterino se relacionan con la fertilidad de la mujer, también es por donde sale la sangre al menstruar.
El cérvix puede llegar a ser tocado por el miembro durante las relaciones sexuales y normalmente no pasa nada, pero si el miembro es muy grande o penetra con mucha fuerza, sí puede llegar a lastimar la vagina.
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