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Capitulo 1

Dentro del caos de un alma rota, solo queda una alma igual de rota para sanarla.

lunes 30 de agosto, 2021

Aquella mujer esbelta y delicada se centraba en su trabajo, llevando a los hombres a su casa y cobrando el trabajo como si la pequeña niña habitaciones atrás no existiera. Los agrios sonidos de sexo forzoso y los gemidos pequeños llenaron el pasillo alcanzando la habitación de la niña nuevamente, despertándola del sueño que poseía tranquila y sometiéndola a aquellos sonidos que ya sabia identificar a tan temprana edad. Luego de unos minutos, la mujer ya despotricaba y gritaba en gemidos de satisfacción, mientras la pequeña niña intentaba conciliar el sueño o no pensar demasiado en lo que hacia su madre habitaciones adelante.

Luego de unas rondas mas, el silencio reino la casa mientras el hombre de aquella noche salía de allí con una sonrisa satisfecha, mientras que la mujer se quejaba en su caminar; muchas veces sus clientes eran demasiado rudos con ella. Vivir de un trabajo así se consideraba indigno, pero a la mujer parecía que le gustaba y ya no había nada que hacer. La niña salió de su habitación cuando escucho a la mujer entrar a la habitación propia, caminando con el sigilo que podía a la cocina para sacar algún snack de la nevera y tomar leche tibia par poder dormir. Nuevamente miro a un rincón de su pequeño hogar, la mujer conservaba una foto de un hombre algo joven y de cabello negro, sabia que era su padre pues la mujer se lo decía cada que la pillaba viéndolo.

¿Cómo se sentiría conocer a su padre? ¿Seria diferente?.

- ¿Qué haces despierta, mocosa? - Escucho la voz rasposa de la mujer justo detrás suyo.

- T-Tenia hambre, mami - Volteo con miedo, mirando a la mujer a los ojos.

La mayor, simplemente suspiro y empujo a la niña de su vista, causándole su caída. Ver a ese fruto de un amorío pequeño con Hope le provocaba nauseas y lo peor era que cada día se parecía mas a ese hombre. Sabia que seguramente había cambiado en apariencia, se metieron cuando llevaba muy poco siendo un asesino y apenas sabia sobre el oficio, fue el único hombre que la vio como una mujer; aparte de un alivio sexual. Gruño al recordar esos días y descargo la furia contra aquel vaso que había agarrado para tomar agua, estrellándolo en la pared asustando mas a la niña que temblaba aun en el suelo.

- ¿Mami? - Pregunto la niña al borde del llanto, no quería que le pegara nuevamente.

- ¡NO SOY TU MADRE, CALLATE! - Levanto su pierna y golpeo directamente el abdomen de la menor -, ¿Quieres conocer a tu padre eh? Te pareces tanto a el, me da asco - Escupió y levanto a la niña de los cabellos -. Te tuve 9 meses en mi vientre, ¿sabes? no pude trabajar por tu culpa, y ni siquiera te pareces a mi - Suspiro con molestia y tiro a la niña a un lado, chocándola contra la mesa -, ya vete a dormir Haseul, que pronto te llevare como quieres con el hijo de puta de tu padre.

Haseul temblaba tratando de conseguir aire, sentía la sangre bajar de su cabeza y todo dar vueltas, en su pequeña conciencia reviso la esquina de la mesa que conocía era algo mas filosa y reconoció un poco de su sangre en esta, después todo se volvió negro. Se despertó de repente en el mismo lugar, agitada pero con todos sus sentidos alerta, levanto su cuerpo como era capaz y siguió el pasillo al baño para conseguir el botiquín de primeros auxilios, limpio la herida y se puso un pequeño parche.

- Pronto conocerás a papá, el no es como mamá, confía - Se dijo para consolarse a si misma.

Reviso la hora y suspiro, los niños aledaños a su casa salían a esa hora a estudiar mientras ella se quedaba en su habitación o tendida inconsciente en algún lugar de la casa. Escucho a su madre llamarle para desayunar, mientras la regañaba por no limpiar el desastre que hizo con su sangre. Salió del baño y limpio todo rápidamente para sentarse a comer lo poco que se le sirvió. Miro nuevamente la única foto que existía de su padre y suspiro, faltaba poco para huir de ese lugar.

Jueves 2 de septiembre, 2021

Haseul se levanto con emoción por primera vez en mucho tiempo, el suficiente como para olvidar como se sentía aquella emoción recorrer su cuerpo. Tomo la pequeña mochila en la que empaco lo poco que le pertenecía y se puso su ropa mas decente, viéndose linda ante el espejo roto de su cuarto.

- Haseul apúrate, no tengo todo el maldito día para esperarte - Escucho a su madre reñirle, pero no sintió mas miedo. La ansiada liberación estaba frente a esa puerta.

Salieron a paso rápido, su madre siendo mas tranquila de lo usual. Cruzaron las calles que conocía y llegaron a un lugar mas bonito que donde vivía, hasta una estación de tren que reconoció de las pocas veces que accedió a internet para saciar su curiosidad. No presto mucha atención en realidad esperando por subirse al tren, pero rápidamente entendió cuando otra mujer lo saco de allí y subió a un carro. El viaje será largo, le avisaron. kwuangju y Seoul estaban a dos horas en tren según habia escuchado, pero en carro no lo sabia. Esperaba que no fuera mucho, esa señora tampoco le caía bien. Luego de unas horas de que el sol se ocultara la vio parar en un hotel para descansar, aun que la mujer durmió en la cama y le obligo a dormir a ella en el suelo. El viaje continuo al día siguiente por la tarde, pasaron por varias ciudades y pueblos bonitos, era la primera vez que salía de su ciudad natal y amo por sobre todas las cosas los bonitos paisajes que recorrían las carreteras serpenteantes por las que conducían. Llegaron a Seúl cerca de las 5:45 de la tarde, esperaba que la mujer esperara con ella y que no la dejara sola, pero nuevamente le fallo el instinto, la horrible mujer la dejo en una calle que no conocía, en una acera algo descuidada y con los indicios de una fuerte lluvia presente. Sola.

Actualmente..

Luego de un pequeño apretón, hope atino a cargar a la niña para que entrara a su casa y poder bañarla antes de que se resfriara. En el minúsculo patio que poseía su casa dejo las pertenencias de la niña para que se secaran, mientras que la menor lo veía con ilusión.

- ¿Puedes bañarte sola? - Pregunto con suavidad.

- No, aun no puedo, mamá no me enseño.

Hoseok se sintió algo incomodo, nunca había tenido un bebe en brazos y mucho menos tenia experiencia con niños pequeños; muchos decían que eran revoltosos, fastidiosos o desobedientes, pero la niña se veía demasiado tranquila, solo se habían sonreído una vez y si el no le daba una orden ella no hacia nada. Rogaba que Roxanne, aquella mujer extranjera que aun recordaba, no le hubiera hecho la vida imposible a Haseul. Cuando termino de organizar las ropas mojadas de la niña y su mochila desgastada, la metió en el baño mirando en su celular un tutorial para como bañarla.

Aun que fue complicado y le fue incomodo tocar su cuerpo, logro bañar a la pequeña. Le coloco la poca ropa que tenia seca y fue a cocinar, absorto sin saber que decir o como hablar con ella simplemente se dedico a cocinar lo poco que sabia y que estaba seguro no incendiaria su hogar, bajo la atenta mirada soñadora de su hija.. Su hija sonaba como algo lejano, aun si era real ahora mismo. ¿Cómo seria en las películas? seguramente el padre correría como si toda la vida hubiera esperado ese momento, pero vamos, Hoseok ni siquiera había pensado en tener una pareja y ahora tenia una hija a su cargo. Haseul simplemente miraba a su padre, sintiéndose diferente a su lado. No hacia nada por miedo, pero aun así el no decía nada, la había bañado con delicadeza y ahora cocinaba para ella con esfuerzo. ¿Eso es amor? se preguntaba, pues no conocía a alguien que la tratase tan bien, conocía el dolor de primera mano pero el amor era nuevo. Ya no se sentía sola, no se sentía el vacío como cuando su madre cocinaba, algo en su padre la hacia sentir diferente y se sentía mas hogareño, sabia que habia tenido razón al decidir venir con el.

- ¿Te gusta el kimbap? - Pregunto Hoseok.

- ¿Qué es eso? - Pregunto curiosa al ver la comida en manos de su padre -, pensé que solo comeríamos ramyun - hablo bajito, no quería ser exigente.

- El kimbap es rico, ¿O te gusta el pollo frito? podríamos ir a comer con sprite - Hoseok hablo rápidamente, era la primera conversación decente y bueno, no quería asustarla.

- ¿Pollo frito? ¡Quiero probar eso, suena delicioso! - Haseul sonrió emocionada, estirando la comisura de sus labios hasta las mejillas, dejándose ver aquel hoyuelo en su mejilla izquierda.

- Esta bien, comámoslo mañana al almuerzo - Hoseok también sonrió, dejando ver la preciosa forma de corazón de sus labios.

No se dijo mas y empezaron a comer, disfrutando de ese momento padre e hija y la satisfacción de sentirse acompañados, luego de mucho tiempo estando en constante soledad. HaSeul casi sollozaba por la satisfacción, ¿Cuándo fue la última vez que comió algo así? Sabía mejor de lo que esperaba, era tan delicioso que quería seguir comiendo así por siempre. Luego de comer hoseok se dispuso a lavar los platos, dejando que la pequeña viera televisión, olvidando por un segundo que su casa tenia implementos de su trabajo por todos lados. Haseul, curiosa de conocer mas la casa miro a los lados, una estantería con diferentes cuchillos y algunas armas que si reconocía mejor eran pistolas, por las veces que su madre le habia dicho de ellas cuando salían a la calle; no sabia porque su padre las tenia, quizás era policía o algo así, su madre tampoco hablaba mucho sobre el.

Luego de curiosear un poco mas volvió a centrar su atención al televisor, sorprendida de ver uno muchísimo mejor que el que había en su casa pues este no tenia rayitas en la pantalla o era blanco y negro. Hoseok seco los platos mientras pensaba en su trabajo, recordando todo lo que estaba a la mano, un mal accionar y terminaría explotando su casa o autolesionándose. Mientras la niña veía entretenida la televisión el se encargo de organizar todo en su cuarto de armas, dejando todo organizado y cerrado con llave; no quería que la niña entrara allí por curiosa y terminara poniendo en riesgo su vida. Miro uno de los dos cuartos que tiene para visitas, optando por organizarle el mas cercano a su habitación por si la niña quería ir con el, como cuando el era pequeño y iba a la habitación de su hermana a dormir. Coloco sabanas nuevas y limpio un poco, tendió la cama y fue al patio a bajar la ropa seca, dándose cuenta que estaba demasiado degastada y descocida; tendría que comprarle ropa también.

La niña tenia solo 7 años, así que se preocupo un poco cuando anteriormente esta le dijo que no estudiaba y que su madre jamás la había sacado de casa para algo que no fuera acompañarla al supermercado. Debía mirar si podría meterla en alguna escuela para que no estuviera durante sus trabajos, todo seria dinero extra y tendría que sacar un buen monto de lo que le pagaron por el fiscal park para por lo menos darle un inicio a lo que la niña necesitaba. Fue al sofá para decirle que su habitación estaba lista, pero la pequeña ya estaba profundamente dormida y le dio pena despertarla, seguramente estaba cansada por estar bajo la lluvia. También recordó cuando la baño; se notaban un poco sus costillas, se veía ojerosa y con la piel pálida, se hizo una nota mental para llevarle al medico también para asegurarse que no estuviera enferma o que por lo menos, no fuera nada muy grave. La dejo cuidadosamente en la cama, mirándola dormir con tanta tranquilidad que sintió paz. Quizás ser un padre le hacia bien, rio ante el pensamiento y la dejo en la habitación sola, dirigiéndose a la habitación propia. Tanto Haseul como Hoseok, dormirían tan tranquilos como nunca antes.

Hoseok ya no estaría solo, y HaSeul conocería el amor de parte del sicario más codiciado de Seúl.


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