✦✧EXTRA III
Luego de mucho tiempo, he vuelto. Este extra es para agradecer los 100k de lecturas, espero que les guste.♡
Taehyung nunca habría imaginado cuán drásticamente cambiaría su vida de un día para otro. Pero a pesar de lo extraña que pudiera parecer la situación, no podía evitar sentir una profunda gratitud al respecto. A lo largo de toda su vida, siempre había experimentado la sensación de que algo le faltaba, un vacío constante en su interior que persistía sin importar sus esfuerzos por colmarlo. De cierta manera, había aprendido a vivir con ello. Sin embargo, jamás esperó que la solución a ese vacío no sería un qué, sino un quién.
Encontrar a Jungkook fue sin duda alguna inesperado, pero Taehyung estaba feliz de volver a ver al chico al que había jurado una vida atrás volver a encontrar. Tener ciertos recuerdos de lo que fue su vida anterior era una sensación extraña. En ciertos momentos, se sentía como si fuera dos personas diferentes, pero a pesar de ello, la felicidad que experimentaba en esos momentos por estar nuevamente con Jungkook hacía que todo valiera totalmente la pena.
—¿Puedes recordar algo más? —preguntó el menor, mientras sus dedos acariciaban las hebras azabache del otro.
—No, es extraño. Solo tengo algunos recuerdos de ambos juntos, pero no puedo recordar nada más allá de eso, ni siquiera sobre el Inframundo.
—Lo mismo me pasa a mí. Solo puedo recordar ciertos momentos que pasamos juntos —declaró, un tanto abrumado por los vacíos en su memoria.
Taehyung notó la inquietud en el rostro del castaño, así que levantó la cabeza de su regazo y lo miró con ternura, deslizando su mano hacia la mejilla del otro.
—No te atormentes pensando en eso. Lo importante es que podemos estar juntos de nuevo.
El menor lo observó un momento antes de esbozar una sonrisa y recargar su rostro en la mano de Taehyung.
—Tienes razón. De todas formas, tenemos que pensar qué es lo que haremos —declaró con seriedad, alejándose del tacto del otro—. Si esta situación es extraña para nosotros, no imagino lo que será para los demás. Creo que deberíamos... ¿me estás escuchando? —cuestionó Jungkook, frunciendo el ceño al darse cuenta de que, aunque Taehyung lo veía fijamente, parecía que su mente estaba en otro lado.
—Eres muy bonito, ¿lo sabías? —respondió el azabache, lo que hizo que las mejillas del contrario se tiñeran de rojo—. Te estoy escuchando, pero no puedo evitar perderme en tus ojos. Siempre fueron mi perdición —declaró con tanta fascinación en su tono de voz y en su mirada.
La expresión de Jungkook se suavizó y no pudo evitar soltar una ligera risa, mientras negaba con la cabeza.
—Olvidaba lo descarado que podías llegar a ser —dijo, rodando los ojos e inclinándose un poco para dejar un fugaz beso en los labios del otro—. Pero hablo en serio, Tae.
—Acabo de encontrarte, ¿no puedo disfrutar más de eso?
—Tenemos mucho tiempo y vidas por delante —declaró el castaño con una sonrisa, sintiendo cómo la idea de que ya no habría manera de separarse de Taehyung llenaba su corazón de una felicidad inmensa.
—De acuerdo, bonito, tú ganas —concedió Taehyung—. Mi mejor amigo posiblemente se enoje conmigo, solemos contarnos todo, así que no le hará gracia que de la nada me salió un novio.
—¿N-novio? —cuestionó el menor con nerviosismo.
Taehyung sonrió con diversión.
—Casi novio —corrigió con una sonrisa coqueta que sonrojó al otro—. ¿Qué hay de ti?
Jungkook se sumió en silencio por un momento, como si estuviera perdido en sus pensamientos. Luego, finalmente, negó ligeramente con la cabeza.
—Mis amigos estarán aliviados de que finalmente alguien me haya llamado la atención, ya que nunca he sido capaz de conectar con nadie. Ahora entiendo la razón —declaró con suavidad, una amplia sonrisa apareciendo en su rostro—. Pero obviamente, tendría que decirles que apenas nos conocimos.
—¿Te refieres a empezar desde cero? —cuestionó Taehyung con una mueca inconforme—. ¿Es realmente necesario?
—¿Por qué estás tan desesperado? —preguntó Jungkook con una sonrisa juguetona.
Taehyung sonrió ligeramente mientras se acercaba más al menor para envolverlo entre sus brazos.
—Durante mucho tiempo he sentido un vacío en mi interior, que por más que lo intentara, no lograba llenar con nada. Me sentí tan solo a pesar de tener personas a mi lado, y encontrarte hizo que esa sensación de vacío desapareciera. Sin embargo, al recuperar ciertos recuerdos me hizo ser consciente del tiempo que llevo esperando por ti. No me importa lo que los demás puedan decir de lo extraño que es esto entre nosotros, ya no quiero desperdiciar más tiempo.
Escuchar eso permitió a Jungkook comprender mejor a Taehyung, ya que él también había experimentado ese vacío durante mucho tiempo. Aunque, a diferencia del azabache, recordar no le había generado esa sensación de una interminable espera, pero entendía que las circunstancias de Taehyung eran diferentes, ya que en su vida pasada le había tocado vivir mucho más tiempo.
—Entiendo, pero ahora mismo estoy aquí, en tus brazos —susurró Jungkook con ternura, aferrándose con fuerza al contrario—. No iré a ningún lado, y de tener que hacerlo... sé que volverás a encontrarme.
Era una verdad innegable: no importaba cuánto se alejaran o cuántas vidas pasaran, Taehyung se aseguraría de buscarlo y volver a él.
—Extrañaba esto, tener a mi cálido Kookie entre mis brazos —susurró Taehyung con nostalgia.
Una ligera risa escapó de los labios del menor, asintiendo en acuerdo.
—Yo también —respondió, separándose del azabache para tomar su mano y llevarla hasta su rostro—. Sigue estando fría —murmuró con fascinación, cerrando los ojos y disfrutando del toque del contrario.
—Está bien, Kookie. Me resultará difícil empezar de cero, pero es algo que soñamos antes, así que puedo hacerlo.
Jungkook asintió con una enorme sonrisa. Siempre se había imaginado cómo sería una vida en la que pudiera conocer a Taehyung en condiciones normales, donde este no fuera La Muerte que tendría que llevarse su alma y él no estuviera luchando contra el cáncer.
—Bien, entonces deberíamos volver a clases —exclamó el menor con emoción, poniéndose de pie.
Taehyung suspiró con fuerza pero también se levantó. Se acercó al contrario y acarició con suavidad su mejilla antes de inclinarse para dejar un beso en su frente.
—¿Te veré después?
—Sí, ya tienes mi número —asintió Jungkook, con un ligero rubor en sus mejillas.
El mayor se quedó un momento en silencio, observando al castaño con total fascinación. Su mirada se posó intensamente en su boca, lo que hizo que Jungkook sintiera un revoloteo de mariposas en el estómago y se pusiera un poco nervioso.
—¿Puedo? —preguntó Taehyung después de un rato, dirigiendo su mirada hacia el castaño, quien tímidamente asintió.
Una cálida sonrisa iluminó el rostro del mayor, que sin vacilar, se inclinó para besar los labios de Jungkook con ternura y amor, transmitiendo la intensidad de sus sentimientos. Cuando finalmente se separaron, ambos se miraron con una sonrisa en los labios. No obstante, fue la de Jungkook la primera en desvanecerse, mientras desviaba la mirada detrás de Taehyung.
—Esa persona nos está viendo raro, ¿lo conoces?
Taehyung frunció el ceño confundido y se giró para ver de quién se trataba. En cuanto sus ojos se encontraron con los del otro, se abrieron con sorpresa y supo en ese momento que mantener las apariencias ya no sería efectivo.
—¿Quieres conocer a mi mejor amigo?
El resto del día transcurrió de forma incómoda entre ambos amigos. Taehyung comprendía la frustración de su amigo; si los roles estuvieran invertidos, él también se sentiría mal si le hubieran ocultado algo similar. Además, la incapacidad de Taehyung para explicar cómo sucedió todo aumentaba aún más la molestia de Seojoon.
Por más que lo intentara, no encontraba la manera de explicar la situación sin que su amigo pensara que mentía o que estaba delirando. Admitir que había estado ocultando su relación con Jungkook desde hace tiempo tampoco era una opción, ya que no quería recurrir a la mentira.
La tensión entre ellos aumentaba a medida que pasaba el día. Incluso los mensajes de Jungkook intentando animarlo y asegurándole que todo estaría bien no lograban calmarlo por completo. Así fue como transcurrió todo el día y Taehyung no logró resolver las cosas con Seojoon.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook en cuanto llegó a donde el azabache le esperaba—. ¿Lograste solucionarlo?
Taehyung suspiró con fuerza y negó ligeramente con la cabeza.
—No, él piensa que le oculté la verdad y más que molesto, está herido, y con toda razón. Yo me sentiría igual en su lugar. Pero no encuentro la forma de explicar la situación sin recurrir a mentirle. Ya encontraré una solución. No te preocupes, bonito, ¿de acuerdo?
—Está bien, pero recuerda que estoy aquí para apoyarte.
—Lo sé —respondió el azabache con una sonrisa—. ¿Y bien, dónde están tus amigos? —preguntó, mirando a su alrededor.
—Les dije que esperaran. Primero quería asegurarme de que estuvieras bien antes de presentártelos. No quería presionarte —explicó el menor, haciendo un puchero que Taehyung encontró adorable.
—No hagas eso si no quieres que te bese —advirtió Taehyung con tono serio, lo que hizo que Jungkook sintiera un cosquilleo en el estómago y su corazón latiera con fuerza.
—Quizás luego —respondió Jungkook con una sonrisa coqueta, mientras tomaba la mano de Taehyung—. Vamos.
Taehyung asintió y siguió a Jungkook mientras este lo conducía hacia donde estaban sus amigos esperando.
—Aquí estoy —dijo con una sonrisa tímida al llegar—. Este es Taehyung —presentó Jungkook a sus amigos, luego se giró hacia el azabache—. Ellos son mis mejores amigos, Eunwoo y Miyeon.
—Oh, así que este es el famoso Taehyung que logró cautivar el corazón de nuestro Jungkookie —exclamó la chica con emoción, observando al azabache con detalle para luego ver a su amigo—. Tenías razón, Kook, es muy guapo.
El mencionado se sonrojó por completo y se encogió de hombros. Taehyung lo observó de reojo y se sintió totalmente fascinado.
—No seas chismosa, Mi —intervino Eunwoo, negando con la cabeza y rodando lo ojos—. Un gusto, Taehyung. Jungkook nos habló de ti. Debo decir que fue una sorpresa, muy repentino, pero nos alegra saber que encontró a alguien que le gusta. Será un placer llamarte cuñado cuando se vuelvan novios.
—¡Nunu! —exclamó Jungkook totalmente sonrojado—. Prometieron que se iban a comportar.
—Nos estamos portando bien —dijo la rubia con ofensa, llevando su mano dramáticamente a su pecho.—. Solo estamos siendo honestos.
—Demasiado —negó Jungkook, suspirando con frustración antes de observar a Taehyung—. Lo siento, normalmente saben comportarse mejor —se disculpó con una sonrisa apenada.
El mayor dejó escapar un risa ligera y negó con la cabeza.
—No pasa nada, bonito —declaró con suavidad, colocando un mechón de cabello castaño detrás de la oreja del menor—. Un gusto, Kookie también me habló mucho de ustedes. Para mí también será un placer llamarlos cuñados.
Para entonces, Jungkook ya parecía más un tomate que una persona. Estuvieron charlando un rato más; los amigos del castaño parecían empeñados en avergonzarlo contando infinidad de historias pasadas. Taehyung disfrutó enormemente escuchándolas; saber de ese Jungkook que se perdió era algo que le llenaba de felicidad. Especialmente porque pudo darse cuenta de que seguía siendo el mismo chico alegre y bondadoso que recordaba.
Después de un rato, finalmente se despidieron de sus amigos. Taehyung se ofreció a acompañar a Jungkook a su casa, diciéndole que todavía no quería separarse de él. El menor, que se sentía de la misma manera, no tardó en aceptar.
—Tienes buenos amigos, son muy agradables —mencionó Taehyung con sinceridad, riendo suavemente al ver a Jungkook negar con la cabeza y bufar.
—Les dije que se comportaran y no contaran cosas mías del pasado, y parece que les hubiera pedido lo contrario —dejó escapar una leve risa—, pero bueno, así los quiero. No sé qué sería de mí sin ellos.
Escuchar la forma en que Jungkook hablaba de sus mejores amigos hizo que Taehyung pensara en el suyo. Honestamente, no le gustaba que Seojoon estuviera molesto con él. Habían sido amigos durante mucho tiempo y lo último que deseaba era perderlo.
Jungkook notó el repentino silencio de Taehyung y al observarlo encontró su mirada perdida, lo que le dio una idea de lo que lo estaba agobiando.
—Seguro que podrás arreglar las cosas con tu amigo, solo dale tiempo —declaró con suavidad, acariciando la mano del azabache con su pulgar.
Taehyung se tomó un momento para observar a Jungkook, y en ese instante, una sensación cálida inundó su corazón. Quedó sorprendido por la intensidad de la emoción, pero no le dio mucha importancia, ya que se encontraba completamente cautivado por los ojitos brillantes del castaño. Escuchar a Jungkook asegurarle que todo estaría bien le daba una sensación de certeza que lo reconfortaba profundamente.
—Está bien —asintió con una sonrisa, inclinándose un poco para besar la frente del menor.
De todas formas, no importaba cuánto se resistiera su mejor amigo, él seguiría insistiendo hasta que todo volviera a estar en orden.
Nada estaba en orden. Por un momento, Taehyung había olvidado lo obstinado que podía ser su mejor amigo. Una semana había pasado y las cosas con Seojoon seguían en decadencia. Taehyung había intentado hablar con él en varias ocasiones, pero el hecho de no poder darle una explicación coherente solo lograba enfurecer más a su amigo.
En este punto, Taehyung ya no sabía qué más hacer. Su corazón se encontraba en un gran dilema, porque mientras las cosas con Jungkook iban mejorando, con su mejor amigo solo iban empeorando.
—Puedes huir todo lo que quieras, pero no voy a dejar de seguirte —exclamó Taehyung con convicción, mientras seguía a Seojoon.
—Si consideras que no querer escuchar tus mentiras es huir, entonces sí, lo seguiré haciendo.
Un profundo suspiro escapó de los labios de Taehyung. Ya no sabía qué más podía hacer para que su mejor amigo lo escuchara. Tenía que admitir que, de cierta manera, Seojoon tenía razón. No le estaba dando una explicación coherente de las cosas, lo que podría interpretarse como que no lo consideraba lo suficientemente importante como para contarle las cosas.
—Está bien, te diré la verdad —exclamó Taehyung, lo que hizo que Seojoon detuviera su andar y se girara para verlo con interés—. Posiblemente pienses que estoy loco, pero ya que quieres escuchar lo que realmente sucedió, te lo contaré.
—¿Hablas en serio? —preguntó Seojoon con precaución, sin confiar del todo en que Taehyung realmente fuera a decirle la verdad después de todas las veces que aseguró que lo haría.
—Totalmente en serio.
Seojoon lo pensó por un momento, pero terminó asintiendo y caminando hacia él.
—¿Y bien? Te escucho —dijo, cruzándose de brazos, enarcando una ceja y esperando la explicación.
—Está bien, pero podríamos sentarnos bajo aquel árbol —sugirió Taehyung, a lo que Seojoon asintió y caminaron hacia el lugar.
Cuando ambos estuvieron sentados, Taehyung sintió un hueco en el estómago. Era consciente de que lo que estaba a punto de revelarle a su amigo podría sonar como una locura. Si no estuviera viviendo la experiencia por sí mismo, también lo encontraría difícil de creer. Sin embargo, era su última opción y si, después de esto, Seojoon aún pensaba que seguía evadiendo el tema, entonces realmente estaría perdido.
—¿Recuerdas todos esos sueños en los que siempre despierto llorando? —Fue lo primero que dijo, consiguiendo que el contrario frunciera el ceño confundido pero asintiendo levemente—. Dijiste que en algún momento lograría descifrar qué era lo que significaban, que intentara no agobiarme pensando en eso.
—Lo recuerdo, ¿pero qué tiene eso que ver? —cuestionó confundido, y por la expresión plasmada en su rostro, un poco molesto.
—Todo —murmuró Taehyung con una ligera sonrisa—. Todo este tiempo, en mis sueños se repetía una y otra vez una despedida con una persona a la que no lograba distinguir. Podía sentir en mi interior un inmenso vacío cada vez que pensaba en esa promesa y una enorme necesidad de cumplirla.
—Pero solo eran sueños...
—No, no lo eran —intervino Taehyung, guardando silencio por un momento, consciente de que lo que estaba a punto de revelar no se trataba de cualquier cosa—. Eran recuerdos de otra vida.
Seojoon permaneció en silencio por un momento, que para el azabache se sintió como una eternidad. La falta de reacción y respuesta lo ponía sumamente nervioso. Además, la manera en que su mejor amigo lo escrutaba detalladamente con la mirada tampoco ayudaba a mantenerlo en calma.
—Sé que puede sonar como una tontería, soy plenamente consciente de eso, pero es la verdad. En el momento en que me encontré con Jungkook, lo supe. Era la persona que había estado buscando todo este tiempo. Recordé muchas cosas de esa vida, y no fui el único. Jungkook también fue capaz de hacerlo.
»Jamás te oculté nada; lo repentino de todo fue porque realmente ocurrió de esa manera. Y si no te lo había dicho es porque sabía lo estúpido que podía sonar todo esto, pero estoy harto de verte alejarte de mí y no poder hacer nada para impedirlo. Sé que esto es una locura, pero créeme, es la verdad.
Aterrado era poco comparado con cómo realmente se sentía; la forma en que Seojoon lo miraba tampoco ayudaba demasiado a calmar su ansiedad. Por lo general, Taehyung podía leer fácilmente a su mejor amigo, pero en ese momento se sentía completamente perdido, incapaz de entender qué pasaba por su mente.
—Es verdad, suena a una estupidez... —Finalmente dijo, consiguiendo que el semblante de Taehyung se llenara de inquietud al pensar que nuevamente su amigo no le creería—. Sin embargo, es lo más sincero que me has dicho en toda la semana.
Escuchar eso tomó por sorpresa al azabache, quien ya se había preparado para la posibilidad de que su mejor amigo lo rechazara después de escucharlo.
—¿Tú... me crees?
Seojoon suspiró con fuerza, y su expresión finalmente se suavizó. Taehyung logró reconocer en su mirada nuevamente a su mejor amigo, lo cual le llenó de alivio.
—Te conozco, y sé que no serías capaz de inventar algo como esto. Además, yo creo en las vidas pasadas, por lo que, aunque pueda sonar tonto, para mí tiene mucho sentido.
—Lamento no habértelo dicho antes; tenía miedo de que pensaras que estaba loco.
—Yo también lo siento, creo que solo estaba un poco celoso. Siempre hemos sido tú y yo, y todo fue tan repentino que no pude evitar ponerme a la defensiva —dijo con pesar y un tono de arrepentimiento en su voz—. Entonces... finalmente encontraste a quien buscabas.
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Taehyung mientras asentía con evidente felicidad.
—Sí, lo encontré.
Contemplar la alegría en el rostro de su mejor amigo provocó que Seojoon dibujara una sonrisa en su propio rostro. Había presenciado a Taehyung lidiar con un vacío persistente durante mucho tiempo, a pesar de sus esfuerzos incansables por llenar ese espacio en el corazón del azabache. Es por esta razón que, aunque las circunstancias no se desarrollaron como esperaba, la felicidad de Taehyung era suficiente para hacerlo sentir pleno y satisfecho.
Eso era todo lo que deseaba para él, que fuera feliz.
—Tendrás que presentármelo algún día.
—Por supuesto, estoy seguro de que te caerá bien —aseguró Taehyung con una sonrisa tierna—. Kookie tiene un alma muy especial.
Cuando el día concluyó, Taehyung esperaba en la entrada de la universidad a que Jungkook saliera. Una enorme sonrisa iluminó su rostro al verlo aproximarse. Aún le resultaba increíble la inmensa felicidad que Jungkook le transmitía con solo su presencia. No podía evitar sentir gratitud hacia quienquiera que hubiera hecho posible que ambos pudieran estar juntos nuevamente.
—Hola, bonito —saludó Taehyung al menor en cuanto llegó hasta él, disfrutando de cómo los ojos ajenos brillaban—. ¿Estás listo?
—Sí, aunque estoy algo nervioso —confesó el castaño con cierta inseguridad.
—No tienes porqué preocuparte, mi madre puede ser un poco intensa, pero en el buen sentido. Y mi hermanito es un amor, seguro que van a adorarte. Además, voy a presentarte como un amigo, ¿no alivia eso un poco tu nerviosismo?
Jungkook se mantuvo en silencio por un momento y luego negó ligeramente.
—No, aún me siento nervioso.
—¿En serio? Te recordaba más intrépido —señaló el mayor, alzando ambas cejas con diversión.
—Esta es una situación totalmente nueva, no puedes compararlo —Jungkook se quejó, formando un puchero con los labios.
En ese instante, Taehyung dejó escapar un risa divertida antes de inclinarse y depositar un fugaz beso en los labios de Jungkook.
—Te advertí que si lo hacías, te iba a besar —dijo con tono juguetón al notar que las mejillas del menor se coloreaban de rojo—. Anda, vamos.
El camino a casa de Taehyung transcurrió entre charlas y risas, ya que el mayor se esforzó por tratar que Jungkook se relajara. Convencerlo de que conociera a su familia fue un desafío, ya que el castaño no veía la necesidad de apresurarse en ese aspecto. Sin embargo, Taehyung anhelaba que su madre pudiera conocerlo, evitando así que, cuando llegara el momento de presentarlo como su novio, no fuera una sorpresa similar a la que ocurrió con Seojoon.
Después de tantas súplicas, finalmente logró que Jungkook aceptara. Tenía que admitir que vivir todas estas experiencias con él se sentía sumamente gratificante. Especialmente porque una parte de él, no podía evitar pensar que eran cosas que les resultarían imposibles de cumplir. Sin embargo, ahora estaban juntos, experimentando cada una de esas vivencias que, en otra vida, solo podían ser anhelos.
—Aquí es —anunció Taehyung cuando finalmente llegaron a su casa. Jungkook observó el lugar intensamente, apretando con fuerza la mano del mayor—. No estés nervioso, ya le he hablado a mi madre de ti. Sabe que me gustas, así que posiblemente se la pase haciendo insinuaciones, pero debo advertirte algo: si ves que saca el álbum de fotos, entonces corre.
Escuchar eso provocó una risa en el castaño, consiguiendo relajarlo un poco.
—¿Por qué? —cuestionó con curiosidad al ver a Taehyung encogerse de hombros.
—No creo estar preparado para que veas eso —declaró avergonzado, logrando que los ojos del menor se llenaran de ternura—. Te aseguro que esta versión mía es mucho mejor; incluso la de cuando fui una Muerte, prefiero que te quedes con esa imagen.
—Ya, no prometo nada —declaró Jungkook con diversión, acercándose al contrario y poniéndose de puntas para dejar un beso en sus labios—. Creo que incluso me siento más animado, deberíamos aprovechar y entrar de una vez.
Taehyung chasqueó la lengua, pero al final sonrió aliviado. Al menos, Jungkook parecía más tranquilo, y eso, de alguna manera, también le infundió calma.
—De acuerdo, vamos.
Ambos se encaminaron hacia la casa, y al llegar a la entrada, Taehyung extrajo sus llaves y abrió la puerta, permitiendo que Jungkook entrara primero. Una vez adentro, el castaño observó todo con curiosidad; la casa resultaba aún más encantadora por dentro.
—¡Ya estoy en casa! —gritó Taehyung, lo que provocó que Jungkook diera un brinco por la sorpresa. Ni siquiera tuvo la oportunidad de quejarse, ya que pronto una mujer de cabello largo azabache apareció en la entrada con un precioso bebé de mejillas regordetas entre sus brazos.
Jungkook experimentó una sensación extraña al ver al pequeño, sin embargo, no tuvo tiempo de prestarle atención, ya que la madre de Taehyung ya le estaba sonriendo y saludando de manera efusiva.
—Tú debes ser Jungkook, un gusto, cielo. Soy Somi, la madre de Taehyung. Eres un chico precioso; ahora veo por qué mi Taehyungie quedó flechado —dijo con una sonrisa coqueta.
El azabache puso los ojos en blanco, mientras que Jungkook se encogía de hombros y sentía su rostro arder.
—Yo te lo advertí —dijo Taehyung, dando un par de pasos para llegar hasta su madre. Le dio un beso en la mejilla y le quitó al pequeño Jimin—. Hola, Minnie. ¿Me extrañaste? —preguntó con dulzura, logrando que su hermanito dejara escapar un par de risas—. Quiero presentarte a alguien especial. Mira, este es Jungkook —señaló al castaño a su lado.
Jungkook le dedicó una tierna sonrisa; sin embargo, en ese momento, el pequeño, después de observarlo, se puso serio y se abrazó al cuello de su hermano, escondiendo su rostro allí.
—Oh, esto es nuevo —Somi mencionó con asombro—. Quizás sea porque no te conoce, pero no te preocupes, seguro que pronto se le quita lo tímido —aseguró con una sonrisa antes de dirigir la mirada a su hijo—. Voy a preparar la cena, ¿pueden cuidarlo mientras tanto? Le conté a tu padre que tendríamos visitas, así que vendrá para la hora de la cena.
Taehyung negó con la cabeza y suspiró. Había pedido a su madre que no fuera tan intensa con Jungkook, pues no quería hacerlo sentir nervioso. Sin embargo, su madre parecía tener una interpretación diferente de lo que significaba ser intensa. Ya que, al parecer, involucrar a su padre aún no era suficiente para cruzar esa línea de intensidad.
—Está bien, yo me ocuparé de mi hermanito.
—Gracias, cielo. Siéntete como en tu casa, Jungkook —declaró con una sonrisa, a la que el menor correspondió.
—Muchas gracias.
Después de que su madre se dirigiera hacia la cocina, Taehyung condujo a Jungkook hasta la sala. Al llegar, intentó colocar a su hermanito en la alfombra donde estaban sus cubos de colores, pero el menor se mostró reacio a soltarlo, lo cual desconcertó a Taehyung en gran medida.
—¿Qué pasa, Minnie? Kookie es una buena persona; no tienes porqué sentirte tímido.
Pero a pesar de sus intentos, Taehyung no logró que su hermanito se sintiera más cómodo alrededor de Jungkook.
—Está bien, Tae. No lo presiones; quizás con el tiempo pueda llegar a sentirse más cómodo conmigo.
El resto de la tarde transcurrió de forma tranquila; la cena fue una experiencia divertida, ya que la madre de Taehyung era una persona muy alegre y ocurrente. Todo lo contrario al señor Kim, quien era más tranquilo. Jungkook logró sentirse cómodo con ellos y disfrutó mucho de cada historia que escuchó sobre Taehyung. Ahora podía entender un poco mejor por qué el azabache había disfrutado tanto escuchando a sus mejores amigos hablar de él.
Cuando llegó la hora de volver a casa, se despidió de los señores Kim con una sonrisa, la cual le devolvieron con mucha alegría. La señora Kim no dudó en expresar que podía regresar cuando quisiera, y Jungkook se sintió sumamente feliz de ser aceptado de esa manera.
Todo había salido bien, y estaba agradecido por ello. Cuando Taehyung expresó su deseo de presentarlo a su familia, no pudo evitar sentir nerviosismo y rechazar la idea de inmediato. Taehyung parecía no comprender la importancia de ir despacio, y en parte podía entenderlo, ya que ellos se conocían desde una vida atrás. Cuando se reencontraron, creyeron que quizás habían cambiado, pero pronto se dieron cuenta de que seguían siendo las mismas personas que recordaban.
—Te dije que todo saldría bien —mencionó Taehyung de repente, sacando al menor de sus pensamientos.
—Tienes razón, me alegra que así haya sido —esbozó una sonrisa, sin embargo, la sonrisa de Taehyung se desvaneció al instante y su ceño se frunció.
—¿Por qué sonríes si hay algo que te inquieta?
Escuchar eso sorprendió al menor, quien abrió los ojos grandes mientras su mirada se llenaba de incredulidad.
—¿Cómo es que...? —murmuró a medias, todavía incapaz de creer que Taehyung pudiera leerlo con tanta facilidad.
—No lo sé, algunas veces puedo percibir tus emociones. No sabría explicarlo —Jungkook asintió comprensivo, mientras reflexionaba por un momento sobre las palabras del contrario—. ¿Estás así por mi hermanito, cierto?
El castaño dirigió su mirada a Taehyung, y después de un momento, un puchero se formó en sus labios, asintiendo.
—Oh, bonito. No te sientas mal, seguro que con el tiempo Jimin logrará aceptarte —intentó consolar al contrario, pero Jungkook no parecía satisfecho con eso.
—Aun así, quisiera intentarlo un poco más. ¿Tienes algo que hacer mañana?
—Uhmm no, los sábados normalmente los paso en casa. ¿Por qué? —preguntó con curiosidad.
—¿Me acompañarías al centro comercial? Quiero buscar un regalo para Jimin, y ya que no lo conozco, me vendría bien tu ayuda.
—Kookie, realmente no tienes que hacerlo.
—Lo sé, pero quiero. ¿Entonces me ayudas?
Dejando escapar un suspiro, Taehyung finalmente aceptó.
—Está bien, te acompañaré.
Al día siguiente, los dos chicos se reunieron en el centro comercial. Taehyung estaba decidido a persuadir a Jungkook de que no era necesario que le comprara algo a su hermano. Sin embargo, al ver la emoción brillar en sus ojos, se encontró incapaz de decirle algo al respecto. Además, por alguna razón, Taehyung se sentía incapaz de negarle algo cuando le miraba con esos ojitos llenos de brillo.
—¿Y bien, qué crees que podría gustarle? —cuestionó Jungkook con emoción, logrando arrancar una sonrisa en Taehyung.
—Minnie no es una persona exigente; cualquier cosa que sea color amarillo lo hará feliz. Su juguete favorito es un cubo amarillo, creo que hay algo en el color que le atrae mucho.
—Ya veo —Jungkook asintió con comprensión—. Creo que tengo una idea. Vamos, en la segunda planta hay una tienda que podría servirme.
Taehyung asintió, tomó la mano del menor y se dirigieron a la parte de arriba. Jungkook lo llevó hasta una tienda de juguetes, donde ingresaron en el área que se encontraba repleta de peluches. Jungkook examinó los peluches uno a uno hasta que su mirada se detuvo en uno en particular.
—Ese de ahí es perfecto —señaló un pollito amarillo que se encontraba en la parte alta del estante frente a él—. ¿Podrías bajarlo para mí? —le pidió a Taehyung, quien aceptó gustoso.
—Todo lo que pidas —dijo con una sonrisa, estirándose para tomar el peluche y entregárselo a Jungkook junto con un beso en sus labios que tomó por sorpresa al castaño.
—G-gracias —declaró tímidamente—. ¿Crees que le guste?
—Es muy lindo, tiene el tamaño adecuado para él y, lo más importante, es amarillo. Seguro que le encantará —aseguró el azabache con una sonrisa.
—¡Perfecto! Iré a pagarlo entonces.
Ambos chicos se dirigieron al mostrador, donde Jungkook pagó el peluche y, después de recibir la bolsa con su compra, finalmente salieron del local.
—¿Crees que habrá algún problema si voy a tu casa para dárselo? No quisiera ser una molestia después de que ya me recibieron ayer.
—Jamás serías una molestia, Kookie. Escuchaste a mi madre, puedes volver cuando quieras.
Escuchar eso provocó una amplia sonrisa en Jungkook, quien estuvo a punto de responder, pero en ese momento chocó con alguien.
—Lo siento, no vi por dónde iba —se disculpó de inmediato.
—No te preocupes, yo también estaba distraído —restó importancia el contrario, esbozando una sonrisa—. Quizás ustedes puedan ayudarnos. Mi esposo y yo acabamos de mudarnos, y no conocemos muy bien el centro comercial. ¿Saben dónde podríamos encontrar esta librería? —preguntó, mostrando en su celular el nombre del lugar.
—Oh, sí. La encuentran en el tercer piso, saliendo del ascensor a mano izquierda hasta el fondo —indicó Jungkook con amabilidad, esbozando de igual manera una sonrisa.
—Muchas gracias. Vamos, cariño —indicó el hombre a su esposo.
—Espere... —exclamó Jungkook de repente; por alguna razón que no lograba comprender, sintió la necesidad de detenerle.
—¿Sí?
—Eh, ¿p-podría decirme su nombre? —cuestionó tímidamente, ya que quizás podría resultarle extraño al otro tal petición. Sin embargo, todo lo contrario a lo que esperaba, el joven sonrió mientras sus ojos le observaban con mucha ternura.
—Seokjin.
Al escuchar ese nombre, sintió cómo su corazón empezaba a latir con intensidad, sin comprender exactamente el motivo. No obstante, una inmensa felicidad lo invadió de repente.
—Es un lindo nombre.
Después de recibir las palabras de agradecimiento del otro, la pareja se giró y se alejó. Jungkook dirigió finalmente su mirada hacia Taehyung, quien había permanecido en silencio. Se sorprendió al descubrir que su atención estaba clavada en el moreno que resultaba ser el esposo de Seokjin.
—Tae, ¿está todo bien?
El azabache parpadeó un par de veces antes de dirigir su mirada al menor.
—Sí, solo me pareció algo familiar, no es nada. ¿Nos vamos?
Jungkook asintió con una sonrisa, y después de que Taehyung tomara su mano, finalmente se marcharon. Durante todo el trayecto, Jungkook no pudo evitar sentir nerviosismo, sin comprender la razón del rechazo de Jimin. Aunque le aseguraran que con el tiempo el pequeño podría aceptarlo, sentía la necesidad de hacer algo más.
Al llegar a la casa, Somi recibió a Jungkook con mucho entusiasmo, y después de mucha insistencia, logró convencerlo de que se quedara a almorzar. Al igual que el día anterior, Jimin se mostró reticente hacia él, refugiándose en el cuello de su hermano mientras lo abrazaba.
Exhalando un profundo suspiro, Jungkook agarró con firmeza la bolsa que contenía el peluche, intercambió una mirada con Taehyung y, tras un gesto de asentimiento, el azabache sacó al menor de su escondite y lo acomodó en su regazo.
La atención de Jimin se centró de inmediato en la bolsa que sostenía Jungkook entre sus manos; mostraba curiosidad, pero aún se resistía a ceder. Finalmente, el castaño extrajo el peluche de pollito de la bolsa, provocando que los ojos del pequeño se abrieran con emoción al ver la bolita amarilla ante él.
—Es una ofrenda de paz —explicó Jungkook, a pesar de saber que el menor no era capaz de entenderle. Le extendió el peluche y un poco dudoso, Jimin finalmente se dejó vencer por la curiosidad y lo tomó entre sus manitas.
En ese instante, al rozar sus manos, Jungkook se quedó inmóvil al sentir un par de cosas llegar a su mente. Después de un breve momento, esbozó una tenue sonrisa cargada de cariño.
—Ya entiendo... descuida, no le haré daño esta vez —susurró suavemente hacia el menor, quien no entendía las palabras exactas, pero lograba captar la intención a través del tono de voz del chico.
Jimin se llevó el pollito a la boca y, tras mordisquearlo por un momento, estalló en risas de alegría. Se inclinó hacia Jungkook, quien lo recibió entre sus brazos con una amplia sonrisa.
—Parece que tu plan surtió efecto —declaró Taehyung con alegría.
Jungkook asintió, dirigiendo su mirada hacia el pequeño azabache que mordisqueaba el peluche con entusiasmo entre sus brazos. Fue así que logró comprender, que no había sido el único que había estado esperando volver a reencontrarse con Taehyung.
—Luces feliz —comentó Taehyung de repente, atrayendo la atención de Jungkook hacia él.
—Lo estoy —confirmó con una sonrisa, apretando su mano contra la del otro—. Gracias por ayudarme hoy.
—No es nada, pasar tiempo contigo me hace feliz, lo sabes.
—A mí también.
Se miraron el uno al otro durante un instante, con sonrisas radiantes de alegría iluminando sus rostros. Después del almuerzo, Taehyung condujo a Jungkook a su habitación, donde se encontraban ahora, sentados con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, disfrutando de la compañía del otro.
—Ahora todo finalmente se encuentra en orden —declaró Jungkook con ternura, su mirada fija en el entrelazado de sus manos mientras acariciaba delicadamente la otra—. Quién iba a imaginar que enamorarme de La Muerte nos llevaría hasta este punto.
Taehyung soltó una risa suave, llevando su mano libre hasta el mentón del castaño para que encontraran sus miradas. En silencio, se quedó observando detenidamente el rostro de Jungkook, su mirada reflejando una devoción profunda que logró poner nervioso al otro.
—¿Por qué me miras así? —preguntó Jungkook con nerviosismo.
—Porque eres hermoso, ahora y siempre —declaró con tanta convicción y amor que Jungkook no tuvo manera de no creer en sus palabras—. No había tenido la oportunidad de decirlo antes, pero... gracias por haberme esperado de nuevo. Lamento la demora.
Una tierna sonrisa iluminó el rostro del menor mientras negaba con la cabeza.
—Te esperaría todo el tiempo que fuera necesario. Estoy seguro de haberlo dicho antes; no importa la espera, si al final estoy seguro de que volverás a encontrarme.
—Siempre regresaré a ti —declaró Taehyung con seguridad, inclinándose para susurrar sobre los labios del otro—. Esa es mi promesa, porque nada, ni nadie, ni siquiera la muerte, podrá separarnos.
Jungkook sonrió y terminó el espacio entre ambos besando los labios del azabache. Él sabía, en lo más profundo de su ser, que su destino era estar junto a este chico que le besaba con tanto amor. En ese beso, sentía la certeza de que su unión era eterna, que no había fuerza en el universo capaz de romper el lazo que los unía. Era un amor que desafiaba al tiempo, a la distancia, a todas las adversidades, un amor que trascendía la vida misma.
Su historia sería la prueba de que el amor verdadero perdura más allá de la muerte. Porque incluso, aunque sus cuerpos se separen, sus almas seguirán entrelazadas para siempre en el abrazo eterno de su amor inmortal.
Solo quiero agradecerles por todo el apoyo y cariño que ha recibido esta historia, en serio lo aprecio mucho. En algún momento llegué a comentar la posibilidad de una segunda temporada, pero por ahora lo veo un tanto imposible, así que quise traerles este extra. ¿Qué les pareció?💖 Espero que les haya gustado, a mí personalmente me encantó escribirlo n.n
Si hay algo que quisieran saber, pueden preguntarme con gusto aquí ----->
Les recuerdo que tengo una canal de difusión en WhatsApp en donde les tengo al día con todo respecto a mis historias. Así que si algún día surge algo para este fic, lo estaría comentando por ahí n.n
En fin, cuídense mucho y ya saben, manténganse sanos.💖
𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.
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