ㅡHabía olvidado muchas de esas cosas, Seulgi-ah. ㅡsu risa al leer mi carta es de felicidad plena, sé que ha traído viejos y bonitos recuerdos.

Ya la había terminado y pensé que era momento de entregársela, aprovechando el momento a solas. Bueno, medianamente a solas.

El sonido de estas raras máquinas que marcan sus signos vitales y me recuerdan la razón por la cual estamos en esta habitación de hospital.

Joohyun sufrió un infarto la semana pasada y aunque se le pudo estabilizar, su corazón solo ha tenido los latidos contados desde esa mañana. Es un destino que todos debemos cursar, pero es doloroso cuando se trata del amor de tu vida.

ㅡVen aquí, amor. ㅡgolpea el lado vacío de la cama.

Con algo de dificultad logró acostarme a su lado, ambas mirándonos de frente, una batalla que sé cómo terminará y me mata aceptar.

En silencio, sin movernos siendo arrullada por los inconsistentes pero calmados sonidos de la máquina que registra sus latidos mis ojos comienzan a humedecerse al analizar los cansados de ella.

Sigue siendo hermosa para mi, después de setenta años juntas Joohyun sigue siendo lo más hermoso en mi mundo. Su ahora escaso pero realmente largo cabello recogido en un moño alto, las ligeras bolsas debajo de sus brillantes ojos y las arrugas que las decoran son lo más bonito que hay. Pero veo la derrota detrás de todo eso.

ㅡEstá bien, todo va a estar bien. ㅡJoohyun me ofrece una honesta sonrisa. Qué ángel el que tengo a mi lado.

Ella es quien necesita ese apoyo ¿Por qué soy yo quien lo recibe de ella? Yo soy quien debe cuidarla, quien debe protegerla, pero estoy fallando en esa misión.

Su impenetrable aura de tranquilidad y su sonrisa de luz de sol. Y aún así aquí está, titilando, opacandose... Apagándose.

ㅡSeulgi-ah...

ㅡNo, no hables, el doctor dijo que debes descansar y estar tranquila. ㅡsiento mi corazón comenzar a agrietarse por primera vez y es un dolor del demonio.

Me vuelve a sonreír, no quiero que siga haciendo eso. Su tranquilidad me perturba, su paz es algo que no quiero en este momento. Quiero a la altanera Bae Joohyun, la que no soportaría un no por respuesta, quiero a mi esposa como solía ser antes de esto.

ㅡ¿Recuerdas esa breve conversación que tuvimos a los veinte?

Niego rápido con mi cabeza, intentando retener las lágrimas que se comienzan a escapar de mis ojos.

ㅡCreo que ya llegó el día en que esto termine.

El sonido de la máquina comenzó a hacerse regular pero mucho más lento, indica el decline aún más profundo de su salud. Su delicada mano y todavía suave a pesar de las arrugas toma la mía.

ㅡEstá bien, está bien. ㅡrepite suavemente entre sollozos ahogados, su mano entrelazando con fuerza la mía que comienza a temblar.

Mi llanto ya no puede ser controlado.

Quiero gritar, huir con ella... Quiero rogarle a la deidad que existiese para que detenga esto. Le daría mi alma que me pertenece a Joohyun, mis ojos que solo pueden ver a ella, mi boca que le pertenece, le daría promesas de seda y oro cualquier cosa para detener su sufrimiento; tenerla saludable y feliz en mis brazos.

La única cosa, la única persona que me mantenía en la realidad era ella, la que me hace recordar cosas importantes que puedo olvidar, la que todavía me enseña a amar cuando creo que no sé hacerlo más.

No sé vivir si no es de la mano con Joohyun, todo lo he hecho a su lado y no se que pasaría si eso deja de ser así. Tampoco quiero saberlo.

ㅡNo digas eso, Hyunnie, ㅡmi voz suena distorsionada por lo rota que está. ㅡtodavía hay mucho tiempo para nosotras, todavía tenemos mucho que vivir juntas. No dejes que nos hagan esto.

ㅡTe amo, Seul...

La mano que no sostiene la mía va directamente a su pecho cuando un jadeo fuerte sale de su boca. Sus ojos apretándose con fuerza antes de que ese maldito sonido me sentenciara.

El fuerte pitido de esa máquina al su línea quedar fija retumba en las cuatro paredes blancas de la habitación aniquilando la esperanza de ser salvada.

ㅡHyun... Joohyun... Por favor, no me dejes...

Su mano deja de apretar la mía, sus párpados se relajan y ese último aliento llena el mío.

La realidad parece detenerse junto a mi corazón finalmente rompiéndose en millones de piezas.

La puerta de la habitación se abre de golpe para que quien sea que es se encuentre con la imagen de una mujer aferrándose al cuerpo inerte de la única persona que ha podido amar en su larga vida.

He olvidado muchas cosas, olvidaré muchas más, pero el día en que olvide a Bae Joohyun... 𝐻𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑠𝑒 𝑑𝑖́𝑎 𝑚𝑒 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑟.

Hasta Ese Día©
Hwasahoe

En realidad está historia tiene una baseline por si no lo habían notado, que es la canción Hasta Ese Día de Lasso.

Lit el día en que salió la canción me puse a llorar porque nadie me la dedicaría y fue suficiente para mí escribir está historia.

Espero hayan disfrutado de esta pequeña historia. Muchas gracias por leer.