Cuando digo que ojalá hubiésemos saltado esta década, es porque realmente lo digo con significado.

Lo que nos parecían achaques por la edad fueron diagnosticados como enfermedades que son inevitables cuando superas cierto tiempo de disfrutar una excelente salud.

Tuve que dejar de dibujar porque la fuerza y pulso en mis manos se volvió inexistente y me causaba dolor siquiera intentar. Algo mínimo pero importante para mí porque dibujar era mi escape de cualquier cosa que me molestara.

Pero eso no fue nada en comparación a lo tuyo.

ㅡDe acuerdo, señora Kang, debe tomar una de estas pastillas al despertar y otra en la tarde, si le causan alguna molestia deberemos modificar la dosis. ㅡel doctor te explicaba todo de una manera tan condescendiente que molestaba. ㅡLo importante ahora es mantener su corazón en un funcionamiento óptimo a pesar de los daños.

Paredes cardíacas adelgazadas, ventrículo izquierdo sobre crecido, obstrucción valvular leve, soplo cardíaco, arritmia a causa del mal estado propio del corazón.

Hyunnie, te habías convertido en una bomba de tiempo.

Ya estabas en tratamiento para tu hipertensión, pero en el paso de un año y sin aviso alguno tu corazón comenzó a sufrir todo esto sin mostrar síntoma alguno más que cansancio en últimas estancias.

Cansancio que hasta no mucho después se había convertido en fuertes dolores de cabeza, cuando te llevamos al doctor y pidió que se te realizarán esos estudios raros nos llevamos la amarga sorpresa.

No debías correr como normalmente lo hacías cada mañana, no debías someterte a situaciones que aceleraran drásticamente tu pulso, una dieta insípida, y llevar la vida con calma y paz.

Lo último fue lo único a lo cual le vi buen lado. Toda tu vida ibas en competencia con el reloj para lograr todo lo que querías, ahora tendrías que hacer lo contrario.

ㅡNo es tan malo ¿Cierto? ㅡpreguntaste acostada en el césped del jardín con tu cabeza en mi regazo. ㅡSolo debo tener calma y no alterarme.

Era más como una especie de soliloquio en vez de una conversación conmigo. Intentaba convencerte de que no era nada malo, y en realidad no lo era, solo era miedo lo que sentíamos.

Porque yo estaba aterrada de que algo pudiera pasarte si no cuidaba lo suficiente de ti.

Sigo cuidándote con devoción, no me he despegado de aquí por algo que no fuera necesario, te escribo esto mientras estás dormida o distraída con alguien más, porque el resto de mi tiempo es solo para ti.

Ese fue uno de mis votos, no lo recuerdo con exactitud pero prometí que mi tiempo y voluntad serían solo para ti, mi fuerza y estabilidad sería para mantenerte, y mi dolor para ti curar.

Te has quedado dormida con nuestras manos entrelazadas, Yerim dice que debería ir a casa y descansar, los niños piensan igual.

Pero no me iré de aquí, no hasta que puedas regresar conmigo.

𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑛𝑜𝑠 𝑝𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠