Ya es mediodía, tras aquel aguacero mañanero, y atender a muchos clientes, Dahyun y Jihyo, se encuentran limpiando el empapado y desordenado lugar, mientras Sana hace una que otra travesura; como mover la escoba de sitio o esconder los detergentes, entre otros. La campana de la tienda suena una vez más, llamando la atención de las chicas.

—Lo siento, ya cerramos.—informa Jihyo a la persona que entraba con un florero a la repostería.

—Solo quiero entregar esto.—dice el chico.—Son para Tofu.—Dahyun se acerca al chico y él le hace entrega del florero, ella hace una expresión de sorpresa. Una vez entrega el florero, se marcha de la tienda.

—¿Quién lo habrá mandado?—se pregunta Dahyun.

—¿Acaso estás con otra mujer que no es Momo?—pregunta Jihyo sarcásticamente.

—"Amor, porque te mereces esto y mucho más. ¡Te amo demasiado! Eres mi otra mitad, el glaseado de mi dona, mi fresa de chocolate. Con amor, Momo."— Dahyun lee la nota en voz alta.—Que raro, hoy no es mi cumpleaños.—dice confundida.—¡Espera! ¿Hizo algo malo y está buscando la manera de recompensarlo?—aprieta el florero con furia.—¡Mierda!—maldice, cuando logra recordar el propósito del detalle.—Hoy cumplimos nuestro cuarto aniversario y no lo recordé.—puso el florero sobre una de las mesas.

—Estás mal Dubu, muy mal. ¿Cómo pudiste olvidar un día tan importante para ambas?

—¡No lo sé! ¡Me siento desesperada! ¿Qué voy hacer Jihyo? ¡Ayúdame!—coloca sus manos sobre los hombros de Jihyo y comienza a sacudirla.

—No, no puedo ayudarte, quiero pasar la mitad del día con Sana.

—¡Por favor!—suplica

—¡Ya, ya, ya!—se queja Jihyo y empuja a Dahyun.—¿Sana no te molesta que ayudemos a Dubu?—le pregunta.

—¡Claro que no!—responde.

—Entonces, ¿qué harías en su situación?—le pregunta nuevamente.

—Preparar una cena romántica.—responde.

—¿Y quién me ayudará a preparar la cena?—Jihyo voltea sus ojos.—¿Ustedes lo harían por mí?—Dahyun les sonríe mientras espera una respuesta afirmativa.

—No lo haremos todo por ti, solo te ayudaremos.—contesta Jihyo.—¿Qué sugieren para preparar?—saca de su bolsillo una pequeña libreta, en donde anota todos los pedidos de sus clientes.

—¡¿Patas de cerdo?! ¡A ella le encantan!—dice Dahyun—Es una tradición comerlo cada aniversario o cada dos días.

—Si bueno...—empieza a escribir las sugerencias de su amiga.—¿Segundo plato?

—No te compliques la vida, Jihyo, Momo luego de que vea el platillo le encantará, lo sé, acompáñalo con cualquier complemento.—comienza a recoger sus cosas.

—¿A dónde vas?—le pregunta.

—Al Sex Shop, perdón, quise decir, a ponerme guapa para mi novia.—responde y sale de la tienda.

Jihyo y Sana se quedan paradas, mirándose una la a otra.

—¡Que buena imaginación tienen los humanos! Sex Shop...—habla Sana.—¿Qué venden ahí?

—Cosas para el placer.—contesta.

—¿Existen más tipos de placeres, además de comer?

La coreana solo asiste con la cabeza, para así finalizar el tema de conversación.

—¡Vamos a preparar la cena!—comienza a caminar hacia la cocina.

—¡Sííí!—Sana da un par de pequeños saltos y abraza a Jihyo.— Preparar una deliciosa cena será estupendo, hay una frase que dice, que el amor empieza por la cocina.—le sonríe y ambas chocan miradas.

Jihyo se detiene para admirar aquellos brillantes ojos color café. Aquel repentino silencio, ocasiona más curiosidad en Sana, y solo apoya su cabeza sobre el pecho de Jihyo.

—¡Qué lindo se escucha tu corazón!—dice asombrada.

—Jejeje...—Jihyo ríe nerviosa.—Bueno, iré buscando los ingredientes.—se aleja un poco de ella.

Más de una hora cocinando, Sana corta algunos de los ingredientes, mientras Jihyo comienza a prepararlos.

—¿Qué tal esto?—Jihyo coloca un pequeño trozo de carne sobre la palma de su mano y lo guía hasta la boca de Sana.—¡Espera!—se detiene un momento.—¿Puedes comerlo?

—No lo sé.—Sana hace un gesto de confusión.—Pero quiero probar.—abre su boca e intenta morder el trozo de carne.—¡Ah!—gime.—¡Está caliente!

—Lo siento.—Jihyo lo sopla para que enfríe y lo llevo nuevamente a la boca de Sana, ella lo mastica suavemente y luego traga.

—¡Delicioso!—exclama.—¡Quiero preparar el postre!—se ofrece.

—¡Por supuesto!—acepta Jihyo.—Me encantaría probar algo tuyo, antes de que te vayas.—le sonríe.

—A mí también me gustaría probar algo tuyo.—dice en un tono coqueto.

—Pero has probado la mayoría de mis dul...—y Sana la interrumpe con un beso, un sencillo y agridulce beso.—¿Limón? ¿Limonada?—Jihyo se pregunta un par de veces y lame sus labios para sentir el sabor una vez más.—¿No son de miel?

—Hay cuatro fases...—comienza a explicar—la primera, beso sencillo: limón...—menciona—la segunda fase, debes acercarte más a mí y descubrirlo.