⋆·˚ ༘ * ☀️ 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐢𝐫𝐭𝐞𝐞𝐧
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍! 𝐓𝐇𝐀𝐍𝐊𝐒 𝐒𝐔𝐍𝐍𝐘
Sabía que algo andaba mal con Spencer, el nunca me trataría mal. Su pierna temblaba contra la mesa de madera y la hacía resonar ligeramente. No era la única que lo notaba, pero de seguro sería la única que haría algo al respecto.
Trate de acercarme en los momentos libres, pero es difícil acercarte a alguien que no quiere a nadie cerca.
Pero no había momento para pensar sobre Spencer, nos habían avisado que habían secuestrado a una nueva chica. Ya habíamos dado un perfil completo a los demás policías, esperando que ellos pudieran ayudarnos a encontrarlo antes de que se llevaran a alguien más. Pero algo había pasado, el alcalde Hughes no había creído en nuestro perfil, se le dificultaba pensar en un asesino de mujeres afroamericanas que fuera afroamericano, incluso había intentado sacarnos del caso, pero no podían hacerlo, habían demasiado cosas involucradas que los hacían necesitarnos.
Ya habían publicado el perfil, ahora nos tocaba ir a hablar con las chicas que estaban en peligro. Emily y yo habíamos tomado la iniciativa de ir a la escuela donde estudiaban.
Emily me ayudó y puso mis muletas en el asiento trasero del auto, ella empezó a conducir, me notó distraída.
—¿Qué pasa?
—Es sobre Spencer...
—Lo sé, también lo he notado.
—Sea lo que sea que Tobías le hizo también nos quitó al Spencer que conozco, está distante, su pierna y voz tiemblan, y es algo grosero.
—Creo que ambas sabemos lo que le hizo.–Nos miramos cuando el auto se detuvo ante una luz roja.
—Quiero ayudarlo.
—No tienes que. El es mayor, sabe lo que hace, además, no creo que el quiera cambiar.
—Tal vez no, pero quiero ayudar de todas formas, a recuperarse a si mismo poco a poco. Nos necesita, no lo dejaré solo ahora.
—En serio eres alguien que la gente merece tener cerca... todos merecen una amiga tan atenta como tú.
No supe que contestar, probablemente porque en este momento estaba muy roja y estaba segura que me temblaría la voz si soltaba palabra alguna, sus palabras me hacían sentir bien, importante y apreciada. Ella también era buena amiga.
[...]
Un policía había muerto.
El detective Rick Ware había sido asesinado por un vecino local, quien creía que se trataba del asesino.
Habían arrestado al sujeto, habían obvias implicaciones racistas en el porqué le había disparado.
Y lo peor de todo, habían secuestrado a una nueva chica.
Estaba sentada junto a JJ y Gideon, hablando sobre el tema. Mis ojeras eran cada vez más notorias y mi adicción al café se hacía mayor cada día. Ver un vaso lleno en mi mano se había vuelto parte de mi esencia para este momento. JJ terminó su llamada y nos miró a Gideon y a mi.
—La chica se llama Ally Hadley. Le dijo a su mamá que dormiría en casa de una amiga pero jamás estuvo ahí.
—¿La mamá está segura de que no estaba con otros amigos o con...?–Preguntó Gideon.
—Dice que jamás hace eso, es una...
—Chica buena.
—Si.
—Es afroamericana, quince años, le gusta cantar...
—Encaja perfectamente con el patrón.–Añadí. Spencer llegó apurado hacia nosotros.
—Oigan hay un testigo. Una chica que vio las noticias dice que un hombre la abordó hace un mes diciendo trabajar para una compañía disquera. Ya viene.
—Llamaré a los otros.–JJ empezó a marcar. Noté las pupilas de Spencer, incluso en la oscuridad de la noche podía notar lo dilatadas que estaban. El me miró de vuelta.
—¿Qué pasa?
—Nada.–Asegure y mire hacia delante nuevamente.
[...]
—Después del ensayo del coro en la iglesia. M e abordó afuera. Era afroamericano. Dijo ser ejecutivo de una compañía disquera y que iba a las iglesias del área a buscar talento. Dijo que tenía una gran voz y que quería grabarme.
—¿Qué le dijiste?–Le pregunte a la chica. Estaba sentada, me sentía medio muerta para este punto, el estrés de las tareas, el del caso, y sentirme inútil por usar muletas no me ayudaba mucho en mi actitud.
—Que no estaba interesada.–Me respondió como si fuera lo más obvio del mundo. No reaccione, aunque si hubiera podido hubiera rodado los ojos.–Me dio su tarjeta y dijo que lo llamara si cambiaba de opinión. Ni siquiera tenía el nombre de la compañía, solo su nombre y su teléfono. Se veía tan falso, ¿cómo es que alguien pudo creerle?
—¿Puedo ver la tarjeta?
—No tenía que conservarla.
—¿Por qué no?
—...Lo conozco.–Reveló.
Derek y yo nos miramos preocupados.
[...]
—Empezaba a pensar que ya se habían olvidado de mi.–Contestó Penelope del otro lado de la computadora.
—Eso nunca será posible.–Sonreí, escuchar sus bromas era algo que me alegraba el día.
—¡Oh! Mi muñeca barbie de la vida real, ¿cómo estás preciosa?
—Mejor ahora que te escucho.–Coquetee un poco, ella rio.
—Te necesitamos más que nunca, linda.–Le dijo Derek.
—Aw, es música para mis oídos encanto. Dilo.
—Muy bien, escucha. Es un músico independiente. Toco el teclado en el musical escolar de las chicas, contactamos a la escuela y nos dieron su nombre. Terrance Wakeland.
—Terrance Wakeland. Entre el área metropolitana de Nueva York y el condado de Westchester... encontré a tres.
—Puede trabajar en un estudio musical o una compañía disquera.–Interrumpió Spencer.
—Muy bien, voy a comparar con los registros de impuestos. Lo tengo. Mount Vernon, afuera del Bronx. Estudios A&L. Parece que quebraron hace unos meses. Pero el aún trabaja ahí como guardia de seguridad.
—Gracias primor, eres la mejor.–Aseguró Derek y le colgó.–Vámonos.–Nos dijo. Lo seguimos. Esta vez fue Derek quien me ayudó a subir y JJ se aseguró que estuviera cómoda, Spencer ni siquiera me miró.
Nos subimos todos a un auto diferente, Derek iba junto a Hotch y un par de oficiales, nosotros íbamos JJ, Spencer, Emily y yo. Íbamos con los nervios de punta, demasiado preocupados como para siquiera hablar o pensar en otra cosa.
Tuvimos que encender las sirenas de la patrulla para no tardarnos y perder a los demás.
Dimos vuelta en una calle, pero estaba cerrada con una construcción, Emily dio una vuelta cerrada y siguió a los demás hacia el estudio.
Estacionó fuera el local, traté de bajar, pero Hotch me detuvo.
—Tu te quedas aquí.
—¡Pero Hotch!–Intente quejarme ante su decisión, pero sabía que no serviría.
—Nada. Aún no estás en condicione para esto.–Suspire frustrada y me quedé con los brazos cruzados mientras todos ellos salían a la acción, a hacer su trabajo, como yo debería de hacerlo.
Después regresaron, resultaba que no estaba aquí, había escapado. Tuvimos que recorrer un par de calles y encontramos al sujeto sujetándola del brazo, ella se veía claramente drogada, y un policía parecía estarlos cuestionando.
Bajaron para ayudar a la chica, todos apuntándole a el hombre.
—¡Wakeland! ¡FBI! ¡No te muevas!–Le gritó Derek. El hombre levantó sus manos, tratando de tranquilizarlos.
—¿Qué sucede?–Preguntó con voz dulce.
—Suéltala.–Exigió Hotch.
—¿Qué hice yo?
—Que la sueltes.
—¿Creen que se trata de las chicas asesinadas? ¿Eh? ¿Si?
—No la soltara.–Aseguró un oficial.
—Podría estar armado.–Mencionó otro.
—Cálmense.–Les pidió Derek.
—¡¿Que estamos esperando?!–Exclamó otro oficial.
—¡No disparen! Quiero que se relajen y bajen sus armas para poder movernos, ¡ahora! ¡Ahora!–Siguieron sus instrucciones. Me sentí orgullosa y ligeramente atraída hacia el.–Wakeland, aléjate de la chica.–Se acercó a el asesino, apuntándole, y da la vuelta. Manos a la nuca.
El asesino lo hizo sin dudar. Hotch alejó a la chica y Derek se encargó del arresto, trajeron a la chica a nuestra camioneta y yo me encargué de ayudarla y orientarla. Sus pupilas estaban tan dilatadas como las de Spencer.
[...]
Los funerales son siempre tristes, pero el funeral de una persona con familia lo es aún más. Los hijos del detective Rick lloraban y abrazaban a su madre, la bandera del país decoraba el ataúd y habían un montón de coronas de flores al rededor, unas de las cuales le había comprado el FBI, más bien nosotros habíamos aportado para comprarlas.
Mire a Derek, ya que el estuvo muy callado durante todo el evento.
—¿Estás bien?–Asintió.
—Tan solo pensaba... yo se lo que es crecer sin un padre.
—Su padre murió como héroe, tratando de salvar a las personas de aquí.
—El mío también. Y eso no lo hace fácil.–Acaricie su brazo y ambos nos fuimos caminando juntos, el disminuyendo su velocidad para no dejarme atrás.
[...]
Llegamos a casa y tenia mas sueño que nunca, mis pies dolían y mis brazos también, no había terminado mi tarea en el jet y aún tenía un montón de cosas que hacer.
A pesar de eso me acerqué a él.
—Si vienes a hablarme como lo intento hacer Derek, yo...–Lo abrace. El dudo por un momento, pero lentamente envolvió sus brazos contra mi cuerpo.
—No necesitas decírmelo. Solo necesitas saber que estoy aquí para ti.
—...Gracias Sunny.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro