v. por encima de mi cadáver
capítulo cinco: por encima de mi cadáver
FUERON MATANDO A TODOS LOS ZOMBIES QUE SE ENCONTRABAN. Uno a uno. Intentando que no los atraparan y los mataran a mordiscos.
—Mierda, son demasiados.— le grito Leon a la chica.
—Hay que salir de aquí. No pienso morir por estos cabrones.— dijo de vuelta.
En un rápido movimiento, Lynette corrió hacia uno y se echó al suelo, pasando por la entrepierna de uno de los zombies. Luego se levantó y le disparó en la cabeza.
—Wow, eso si que no me lo esperaba. cada momento me sorprendes mas, Lynette.— comentó sorprendido el rubio.
Al ya tener a todos en el suelo, estuvieron a punto de salir por donde vinieron, pero al perecer Dios estaba en su contra, pues vieron aparecer al mismo engendro de antes. Mister X.
—Venga ya...—
—¡¿Es que nunca se rinde?— gritó la castaña cansada del extraño de dos metros.— No creo que podamos con él ahora, estoy demasiado débil.
Kennedy miró a la fémina y notó cómo en su pierna había una herida no muy profunda, pero que podría retrasarla. Estaba sangrando y no sería de mucha ayuda que perdiera sangre, aunque sea un poquito.
—Mierda... Cuando lo perdamos de vista te curaré la herida. Por ahora intenta aguantar ¿Si?—
—Eso he hecho toda mi vida. No creas que me rendiré tan fácil, poli.— sonrió forzadamente, en serio le dolía.
Los dos se sentaron el uno al otro y empezaron a correr lo más que pudieron. El chico notó como Lynette cojeaba un poco pero que intentaba andar con más normalidad. estaba muy preocupado por ella.
En unos pocos minutos pudieron llegar al Parking. Pasaron cerca de una de las paredes y desgraciadamente esta se rompió por la gran e insuperable fuerza del mutante. El impacto tiró a Jones al suelo, casi desorientada, mientras que Mixter X sujetaba a Leon por el cuello y lo levantaba del suelo.
—Argh...— gimió Kennedy de dolor.
—Dios...— murmuró la castaña todavía sin estar en sus cinco sentidos.
Por suerte pudieron escuchar el rugido de un motor. Giraron un poco sus cabezas, y vieron a uno de los camiones de los S.W.A.T. No tenían ni idea de quien lo conducía pero se lo agradecerían mentalmente.
El camión de los S.W.A.T arrancó y fue hacia los tres con rapidez. Jones se levantó aun mareada y se echó hacia Leon para arrancarlo de la mano de Mister X. Para que así el extraño del vehículo pudiera atropellarlo sin problema.
—¡¿Hey, estás bien?!— le pregunto al rubio con preocupación.
Este no respondió al momento por que al ver quien salía del camión se levantó.
—¡Ada!—
Lynette vio como no le dijo nada a ella, ni le preguntó cómo se encontraba por el impacto de los trozos de la pared. Eso la deprimió un poco sinceramente. Lo dejó pasar y se levantó también del suelo.
—Al parecer si que estas bien, poli.— dijo llamando la atención del rubio. Leon notó que había ignorado la pregunta de su ex por la presencia de la chica, y se disculpó mentalmente.
—Me estoy cansando.— se metió la de pelo corto.— De salvarte, ya van dos. De tí no me quejo porque ésta ha sido tu primera vez.
—No sabia que ibas contándolas.— intento bromear.
—¡Mirad, esto no es un juego!—
La asiática no pudo terminar porque el ruido del camión de los S.W.A.T los alertó. El vehículo se movía poco a poco, mostrando a Mister X todavía con vida.
—Lo repito, este nunca se rinde.— rodó los ojos la castaña.
De repente el camión exploto. Pues al parecer si había muerto. Y quien lo había matado fue Ada, con un monitor.
—¿Tenéis la tarjeta llave?—
—Si, y esto...— era la grabadora, se lo mostro Leon. Luego se lo echó.
—¡Hey!— le llamo la atención Lynette.
—Lo siento, pero creo que ella lo necesita mas que nosotros.—
—Eso lo crees tu, no lo hemos hablado. Puede que yo si lo necesitara.—
—¿Para que?— preguntó con obviedad.
—No te creas que te lo pienso decir, no te interesa. Sigues siendo un desconocido.— uy, eso si que le había dolido al rubio.
—Agh, vámonos ya. No quiero presenciar la típica escena de peleas de pareja.—
—¡No somos pareja!— gritaron los dos a la vez con cierto sonrojo en las mejillas.
—Me da igual, lo único que quiero es salir de aquí viva.—
Los tres empezaron a caminar hacia la persiana del parking que daba al exterior sin decir nada, seguidamente Kennedy inserto la tarjeta dentro de la maquina.
Luego de que se abriera caminaron para al fin poder salir a la ciudad. Los coches estaban destruidos y tirados por cualquier sitio.
—¿Son los datos que buscas?— le pregunto Leon al notar que Ada había escuchado la conversación de la grabadora.
—Por desgracia, no. Pero el tema de la ultima conversación me ha ayudado un poco.—
—Me alegro.— Jones rodo los ojos con burla, pero nadie lo noto.— ¿Y aparte de eso que estas buscando exactamente?
—Información de los responsables de este desastre.—
—¿Y que hay de vosotros? ¿Intentando salvar el mundo?—
—Yo solo vine para buscar a alguien, nada interesante.—
Leon la miro con un pequeño destello en los ojos, el creía y esperaba que ese persona fuera el. y efectivamente, lo estaba buscando a el.
—Y yo... le dije al teniente que traería ayuda.— respondió segundos después de estar observando a la castaña y esta no prestarle atención.
—Buena suerte a los dos con eso.—
—Gracias... supongo.—
El trio siguió caminando hasta pararse encima de donde pasaba el metro.
—Habrá que ir a través de esa tienda de armas.— señalo la chica al establecimiento de donde ponía "Gun Shop Kendo".—Vaya, la puerta esta cerrada.— se quejó.
—Quita, déjamelo a mi.— los dos se apartaron y Lynette le dio una fuerte patada a la puerta, abriéndola al instante. Leon y Ada la miraron confundidos.— ¿Que? estuve yendo a clases de karate durante tres años.— mintió perfectamente, porque el par le creyó.
Después de que la puerta fuera abierta entraron, todo estaba echo un desastre.
—Dios, esta hecho una mierda.— murmuro la de coleta con asco.— Voy a ver qué hay por ahí.
Leon asintió y Ada no hizo nada, ni mirarla ni responderla. Ya se había acostumbrado que la ignorara. Con cuidado, camino por los pasillos de la tienda, por suerte encontró una caja con cartuchos de balas para sus pistolas, así que las guardo en su bolsillo derecho. Cabía decir que su mochila había sido arrebatada por unos zombies. pero por lo menos había conseguido guardar lo necesario en los bolsillos del pantalón. Como sus cuchillos, y la pequeña foto que tenia Leon en su mesilla de noche. Desgraciadamente había perdido el álbum con las demás fotos de ellos, pero no era momento para llorar y lamentarse.
Jones sacudió su mente liberándose de los recuerdos y siguió caminando para ver. Salió por la puerta trasera y se quedo parada en el pequeño techo que la resguarda de la lluvia que recién había empezado.
Cerro los ojos por unos momentos y respiro con serenidad, desde que había ido a Raccoon City había sido el único momento en que tenia tranquilidad. No se dio cuenta, solo escucho un ruido detrás de ella y se dio la vuelta hacer ningún movimiento brusco pensado que era Leon. Pero noto que no era el, sino un señor de unos cuarenta años apuntándola con una escopeta.
—No te muevas...—
—Oye, relájate un po...—
—¡He dicho que no te muevas!—
—Vale vale, no hace falta que te pongas así.— levanto las manos hasta su cabeza, pero ya tenia la situación controlada.— Solo estamos de paso, nos iremos enseguida. Te pido que bajes el arma.
—Y una mierda. Te irás por donde viniste.—
La fémina estaba apunto de reclamarle pero vio otra figura detrás del hombre, una niña pequeña. Pero tenia algo raro, como si estuviera en un estado de shock, o algo peor.
—Señor, su hija necesita ayuda. Urgentemente.—
—No me digas que hacer con mi hija.—
En eso, Ada y Leon aparecieron en la escena, apuntándole al pobre y asustado hombre. El rubio miro con preocupación a su ex y se acerco a ella.
—Lynette ¿Estás bien?—
—Perfectamente, no hacia falta que os metierais. Lo tenia controlado.— le respondió con cierto enojo. El chico agachó la mirada.
En el momento en el que Ada camino hacia la niña todavía apuntando con el arma, Jones corrió hacia ella y le arrancó la pistola de una patada. El resto quedaron sorprendidos.
—Cuidadito con lo que haces, asiática.—
—Tenlo tu, niña. No sabes con quién te has metido.—
—Tú si que no lo sabes, te has creído bastante fácil lo de que era una simple turista.— menciono con una sonrisa burlona. Ada la observo con desconfianza.
—Apártate niña. hay que eliminarla antes de que se transforme.—
—Por encima de mi cadáver.— la enfrento cara a cara. La chica tenia mas altura, pues llevaba sus tacones rojos de punta.
—¿Eliminarla? Es mi hija, joder.—
—Deja que se vaya, Ada...— le intento cambiar de opinión el rubio.
La de pelo corto rodó los ojos y se cruzo de brazos, indignada de tener que obedecer la orden de un policía novato.
—Emma, cariño, te dije que esperases adentro.— la niña murmuró algo en voz baja, y el hombre ese acercó a ella.— Papa ya esta aquí, ¿Vale?— se dirigió a Leon.— Las cosas que hay ahí afuera... Lo que han hecho... ¡Eres poli, tendrías que saber como ha pasado esto! Era nuestro ángel...
—¿Mamá...?—
—Mamá esta durmiendo, cielo.— le respondió el hombre.— Y tú también, ¿vale?
Sin nada mas que decir, el señor cogió a su querida hija en brazos y sin mirar al trio entraron de nuevo al almacén.
—Fuera... dejadnos en paz.— y cerró la puerta con la escopeta.
—Sabes, una cosa es ocultarnos la verdad... ¿Pero a el?— y en eso se escuchó un tiro. El gatillo de la escopeta había disparado. No hacia falta decir que había pasado, era mas que evidente.
Nadie dijo nada por unos instantes.
—Quiero saber qué está pasando, los dos.— señaló a la castaña.— Y parar al responsable. Ayudar a la gente así, por eso me uní al cuerpo.— Lynette miró al suelo con cierta culpa también. Ella se había alistado a las fuerzas militares para proteger a la gente de su país. Ciertamente ya echaba de menos su vida hace un día.
También echaba de menos a su amiga y niña a la que cuidaba, Ashley. Y aunque pareciera raro, al presidente también. Él siempre había sido bueno con ella desde que se conocieron.
—Mi misión es acabar con esta corporación de Umbrella. Y podríamos morir.— escuchó decir de Ada.
—Eso dilo por ti, asiática. Yo no he venido aquí para morirme. Agh, si me hubieran avisado de esto... ahora seguramente estaría en mi habitación viendo Braindead... Ja, irónico.— miró para otro lado para dejar que Leon y Ada siguieran hablando.
—Lo que sea para salvar la ciudad. Cuenta con nosotros.—
—Eh eh, yo no he aceptado.—
—Lynette...—
—...Vaale. Dios, estoy harta de que decidan por mi.— el rubio sonrió internamente.— Vamos, salgamos de este puto infierno y aniquilemos a esos imbéciles.
Ada pasó primero primero por la puerta de la reja. Seguidamente les preguntó algo a Leon y a Lynette.
—¿Conocéis la corporación Umbrella?— el rubio no sabía exactamente lo que era. La castaña si, pero no iba a decir que lo sabía, pues ella no recordaba como había conseguido esa información.— Es una empresa farmacéutica que fabrica armas biológicas. Tienen un virus... Transforma a la gente en criaturas indestructibles.
—Eso explica las cosas que hemos visto.— siguieron caminando hasta estar en el mismo sitio que antes.
—Y por eso busco a Annette Birkin.— mierda, otra vez ese dolor de cabeza.
La fémina frunció el ceño y sujetó su cabeza entre sus brazos, se agachó en el suelo y se quedó un rato ahí. Hasta que el par de adelante se dió cuenta. Kennedy corrió rápidamente hacia ella y la abrazó.
—Joder...— gimió Jones en voz baja. Ahora dolía más que el anterior.
—Tranquila Lyn, estás aquí. Despeja tu mente, relajate. Respira hondo.— intentó tranquilizarla el rubio.
—Estoy bien, de verdad. Solo ha sido un momento. No pasa nada.— se levantó e hico como si nada.
—No Lynette, cada vez son más frecuentes, y más dolorosos. No creas que no los he notado.— Leon, aunque no parezca, estaba muy atenta de su "ex".
—Si estáis listos, vamos. Tardaremos más si nos quedamos aquí parados.— intervino la china.
—Que amargada.— murmuró la de coleta rodando los ojos del fastidio.
Por cierto ¿Cómo estarán Claire y Naella? Esperaba que estuvieran sanas y salvas.
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