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𝟏𝟎, una nueva promesa e ilusiones rotas.







1996, Fuerte Apache.






El Cochi, con una mueca de disgusto, les grita a Candela y Danilo que dejen de "chapar", provocando risas en ambos. La atmósfera se llena de complicidad y alegría mientras los cuatro deciden continuar la noche yendo a un bar, donde Danilo les explicará acerca de los papeles que tenían que firmar.

En el bar, Anabella y el Cochi piden unas birras, sumergiéndose en una charla amena y relajada. Por otro lado, Danilo opta por algo de comida, hace algunos días que no comía y no iba a desperdiciar la oportunidad de hacerlo.

—Ta' ma flaquita vos—Anabella rompió el silencio recibiendo una sonrisa incómoda por parte de Cande—come dale.

—Gracias, Anabella, pero posta, no tengo ni un poquito de hambre—respondió y su franqueza sobre su falta de apetito en ese momento, pero también puede dar indicios de sus propias luchas internas con la alimentación y la imagen corporal.

Anabella frunce ligeramente el ceño y mira el rostro de la niña con atención. La preocupación en sus ojos refleja el deseo genuino de entender lo que podría estar sucediendo con Cande. Aunque no lo dice nota las ojeras bajo sus ojos y los ojos ligeramente rojos.

—Tengo que ir a Liniers y llevar este papel de mierda firmado por mi viejo, así que necesito que ustede' lo firmen—los cuatro rompieron en carcajadas cuando Danilo comenzó a explicar—Después voy a pedir algo más legal. Igual, cuando vean cómo juego y que sin mí no puede' ganar, me lo van a dar ellos.

—Vite' yo te dije—agregó con una sonrisa Candela, sus dientes algo amarillentos por el consumo de droga y de a días la falta de higiene.

—Bien, me gusta eso e' un plan, siempre hay que tener un plan en la cabeza—Anabella examinaba a Candela, miraba sus pómulos más marcados y sus manos más fragiles y delgadas—y vo' tenés un plan, ¿o no?

Anabella, mientras mira al Cochi, parece tener una inspiración instantánea. En un gesto casi imperceptible, el Cochi, con una sonrisa casi imperceptible, saca discretamente bolsitas de droga y se las pasa a Anabella. La complicidad entre ellos se refleja en la manera en que intercambian miradas cómplices, sugiriendo un acuerdo o rutina establecida.

—Vení Candela—espeto Anabella levantándose de la mesa, Candela, sintiéndose algo dudosa, vacila por un momento antes de decidirse a seguir a Anabella. Sus pensamientos se debaten entre la incertidumbre y la necesidad de abordar lo que está sucediendo en su vida.

—Anabella, ¿qué quilombo ta' metida?—pregunta Candela con una sonrisa y una pizca de confusión.

—Cucha' te conozco desde que eras una nena chiquita, ¿eh? No me andes con vueltas. ¿Ta' comiendo bien?—Con sorpresa y nerviosismo palpable, Candela se ve tomada por la pregunta directa y cargada de preocupación de Anabella. Sus manos se tensan ligeramente mientras busca las palabras adecuadas para responder.

—Sí, Anabella, no te preocupe' toy' comiendo bien—La mentira se cuela en sus palabras, y la tensión persiste en el aire.

—Candela, te conozco. No me cierra mucho esa respuesta, ¿eh?— dice Anabella, su tono ahora más firme—¿Julieta te ha estado dando de comer o qué ta' pasando?

—Es que... me cuesta un montón comer, Anabella—hablaba entre susurros, su voz entrecortada era lo único que se escuchaba—cada vez que como, siento como un peso, ¿entende'?

Candela, al liberar esas palabras que llevaba guardadas, siente una extraña combinación de alivio y culpa. Por un lado, expresar lo que siente le proporciona una sensación de ligereza, como si hubiera quitado un peso de sus hombros. Pero al mismo tiempo, una sombra de culpabilidad la envuelve, como si parte de ella resistiera la idea de salir de la lucha que tiene con la comida.

—Anabella, por favor no le contes a Danilo, no quiero meterlo en otro quilombo—los ojos cristalizados de Candela reflejan el deseo de no querer que más gente cargue con sus problemas.

—Ta' bien pero cucha', sabé que no estás sola en esto, ¿eh?—aclaró Anabella, la niña asintió sin decir nada más, se sentía mucho mejor, quizás podría mejorar y junto con Danilo salir del barrió y vivir una vida más tranquila.

O al menos eso creía Candela, la mente humana tiende a buscar refugio en pensamientos esperanzadores aunque la esperanza ya no exista para ella.

En un silencio que habla más que las palabras, Candela y Anabella se entienden sin necesidad de añadir más al intercambio emocional. El gesto de complicidad entre ellas es suficiente para sellar la confianza y la comprensión que comparten.

Ambas mujeres regresan a la mesa, donde la charla animada y la risa de Danilo y Cochi continúan.

—¿Papá Cochi? ¿Qué pongo?—Cande comenzó a reír, ambas mujeres toman asiento, sumiéndose en un ambiente más calmado— Cochi, toma ahí firma.

Anabella recibe el papel aún entre risas—Che, ¿Vos te acordás el nombre de tu vieja o pongo el mío?

—Poné cualquiera, poné el tuyo—Anabella devuelve el papel entre risas, Candela recibe el papel y se lo entrega a Danilo, con una sonrisa de oreja a oreja.

—Mirá que me prometiste algo, pendejo—Candela examina a Danilo mirándolo con una ceja alzada esperando su respuesta, este solamente le guiña el ojo—¡Bueno, pero ahora soy tu viejo y me tene' que hacer caso!

—Ojo, eh que yo soy tu vieja entonce'—agregó Anabella agarrando un vaso.

—¡Bueno che, por papá Cochi y mamá Anabella!—exclamó la niña sacando risas a los tres presentes los cuales hicieron un brindis, sumiéndose en un ambiente de risas y tranquilidad, como si fueran una familia.

Danilo, juguetón como siempre, se acerca a Candela y, con un gesto de complicidad, toma sus mejillas entre sus manos y le da un rápido piquito. Candela, sintiéndose nerviosa por el gesto repentino pero tratando de mantener la compostura, suelta una risita nerviosa y evita la mirada de Cochi y Anabella.

—Sos un boludo—Candela, entre risas y con tono juguetón y a la vez nervioso le responde a Danilo.

—Mira a eto' dos, andan de casados—exclamó esta vez Anabella, los dos niños rieron ocultando su notable sonrojo, que para los adultos era demasiado notable.

—Y si, e' mi novia la Cande—agregó repitiendo lo que había dicho hace unas horas.

Candela llega a su casa, el eco de las risas y la complicidad de la noche aún resonando en su mente. Se despide de Danilo con un beso tierno, gesto que la deja con un torbellino de emociones no completamente familiares. La conexión entre ellos se siente más intensa, y aunque disfruta de la cercanía, el vértigo de estos nuevos sentimientos la deja un tanto desconcertada.

La niña, a pesar de la alegría y la cercanía compartida con Danilo, siente el oscuro eco de su lucha interna. La tentación de la droga sigue acechándola, como una sombra persistente en su mente. A pesar de sus intentos de negar su influencia, sucumbe una vez más a la tentación. En un momento de debilidad, la voz de la droga parece más fuerte que nunca, susurrándole promesas de alivio y escape.

La contradicción de sus emociones la envuelve mientras el polvo blanco se esparce nuevamente en la mesa.

Ella tratando de negar la realidad, cede ante la tentación que promete alivio momentáneo. La autodestrucción, disfrazada de evasión, se entrelaza con los momentos de felicidad y las complicidades de la noche, formando una dualidad que amenaza con socavar su bienestar.

El sonido repentino de la puerta abriéndose hace que Candela se sobresalte, y su corazón se acelera cuando ve a Danilo parado allí, mirándola con una expresión de desconcierto. En un intento desesperado por ocultar cualquier evidencia de su recaída, Candela limpia rápidamente su nariz, pero el rastro de droga sigue allí, visible para Danilo. En un intento rápido por ocultar cualquier evidencia, Candela limpia apresuradamente su nariz, pero el rastro de droga persiste, una señal clara de sus luchas internas.

Danilo, con la voz casi ahogada se atreve a hablar.

—Tomá, olvidaste tu campera—Candela no pudo ni reaccionar cuando Danilo terminó por arrojar el abrigo al suelo y retirarse, dejando a Candela con las palabras en la punta de la lengua.





𝙖𝙪𝙩𝙝𝙤𝙧'𝙨 𝙣𝙤𝙩𝙚;

ESTABA TODO BIEEN y ahora Danilo vio como Candela se drogaba, ¿que pasara?
Estoy totalmente agradecida por el apoyo, no saben lo feliz que estoy, muchas gracias por todo.

Manifestemos que Candela se recupere y que hable con Danilo y se casen y tengan 100 hijos (todos sabemos que no pasara)

¡RECUERDEN COMENTAR Y VOTAR!
BESOS, SOFI. ❤️


así los veo manifestando que todo salga bien:



Edit: CHICOS MUCHAS GRACIAS POR LOS 10K, LOS AMO MUCHÍSIMO NO SABEN LO FELIZ QUE ESTOY!!❤️❤️

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