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𝟎𝟑, tiros locos y llantos descontrolados.






1996, Fuerte Apache.






Los días habían pasado volando, Candela había estado ayudando a Anabella con algunas cosas, ganándose una guita para poder comprar algo de comer, aunque sea unos sándwiches. Y así lo hizo, había llegado con un par de galletitas y sándwiches, para ella y su hermano, y tenía un par de galletitas para Danilo.

Esperaba verlo hoy, aunque no lo creía. Estaba estudiando, tenía que estudiar si quería salir de el barrio, ella si quería ser alguien en la vida. Aunque sabía que la educación no aseguraba un futuro ella aún tenía esperanza.

Julieta estaba dormida con las cosas todas desparramadas en cualquier lugar, Edu estaba jugando en la sala de estar y su tío debía andar trabajando, o quien sabe. Trato de concentrarse en su libro pero comenzaron a golpear la puerta, odiaba el ruido que se hacía cuando tocaban la puerta.

Se apresuró a levantarse mientras caminaba hacia la puerta—¿Quien e'?consultó pero nadie respondió, estaba apunto de irse cuando volvieron a tocar.

—Abrime gila'—reconoció la voz del Uruguayo al instanteapura' que estoy hecho percha.

Candela suspiró y abrió la puerta, encontrándose con un Danilo todo sudado y sosteniendo la bici, Cande le dejó pasar.

—¿Que hace'?—consultó cuando lo vio apoyar su bici afueraentrala pelotudo, mira si te la afanan.

Por primera vez Danilo le dio la razón entrando la bici, con cuidado de no tirar ni romper nada, golpeó a Edu en la cabeza cuando pasó a su lado.

—Mírate, ta' re grande vo'dejó la bici apoyada en una de las paredes, junto a la cocina.

—¡Uru!exclamó el niño sonriendo, ambos solían jugar mucho fútbol cuando Julieta aún no comenzaba a falopearse, ahora al menor no lo dejaban salir ni a palo.

—Sí, y cada día más insoportableagregó la mayor.

—Eh, amanecimo' re caliente hoyse burló Danilo, Candela solo le dedicó una mala mirada mientras ambos caminaban a la habitación de ella.

—Cerra' el orto, Uruguayorespondió¿que hace' acá vos?

—Vamo' a ganarle a lo del nueve, tenes que venir, le vamo' a romper el ortoCandela deseaba ver eso pero por otra parte tenía que estudiar, estaba dudando de que hacer.

—No puedo, Uruse lamentó esta.

—¿Que decís?Danilo con toda la confianza del mundo se tumbó en la cama de Candela mientras estiraba los piesvo' venis porque venis.

—Tengo que estudiar, mira si me llevo alguna materia, no me volve' a ver en tu vidase negó nuevamente a irllévate a alguno de lo nene' que se yo.

—Y si, pero vo' venisvolvió a repetire' un ratito, dale Candu. Yo mismo me encargo de que llegue' bieninsistió.

—¡Bueno, che!suspiro rodando los ojosaguántame un cacho, me voy a poner las zapas.

  El Uruguayo tenía una sonrisa de oreja a oreja, había logrado su cometido, por su parte Candela ya se había puesto las zapas y se había llevado un buzo, se negaba a pasar frío. Danilo se despidió del hermano menor de Cande antes de que ambos comenzaran su camino hacia la cancha.

El viaje era tan agradable, los brazos de Candela rodeaban el abdomen del Uruguayo el cual sentía algo en la panza, y Cande estaba igual, podía sentir su corazón latir cada vez más fuerte, como si fuera a salirse de su lugar y sentía como su vista se desvanecía, se sentía tan relajada con Danilo.

Como si ambos estuvieran destinados.

—Te tenía un paquetito de galletasCandela rompió el silenciolo olvide en casa, soy una boluda.

—Sos un ser de luzespetó Danilogracias por todo gila'agregó, su corazón también latía fuertemente.

Ambos se sumieron en un silencio cómodo, Danilo no iba muy lento ni muy rápido, era un ritmo normal, ese tipo de ritmo que te deja disfrutar del viaje y sobre todo relajarte.

O así era hasta que Danilo se detuvo fuertemente, haciendo que Candela casi caiga de la bici, el chico solo se limitó a cagarse de la risa mientras Cande intentaba recuperar la postura.

—¿Que te reís pelotudito?dijo con falsa molestia pero se callo al instante cuando noto que estaban a un lado de la camioneta de Segundouh, hola Segundo.

—Candela, Uruguayorespondió en forma de saludo y Carlos que estaba a su lado se asomó moviendo la mano en forma de saludo.

—¿Que hace vo' que no estas cambiado?pregunto de forma obvia a Carlosdale que tenemo' que ganarle a los del Nueve.

¿Puedo ir?

—¿A qué?

—Al partidoCande sonrió, era gracioso ver como sus dos amigos trataban de convencer a Segundo de que dejara ir a Carlos a jugar.

—A jugar a la pelotatrató de alentar el Uruguayodale que tenemo' que entrar en calor.

—¿No te dije que no quiero que estés acá y menos de noche? Yo te lo dijeCandela suspiró antes de asomarse más, intentando convencer a Segundo.

—Segundo, los pibes juegan, ganan y nos venimostrató de explicartodos juntitos, para que Carlos no se vaya a dormir con la panza vacía.

Segundo reprimió una risa.

—Bueno, dale, andá', andála expresión de Carlos cambio en un instante, se bajo rápidamente de la camioneta mientras le agradecía a Segundo.

𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐎𝐒 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒 𝐀𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀Ñ𝐀𝐑𝐎𝐍 𝐀 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐀 𝐏𝐎𝐍𝐄𝐑𝐒𝐄 ropa más deportiva, Carlos no tardó demasiado y en segundos ya se encontraba cambiado, y de sus dos hombros colgaba una mochila pequeña, por parte de sus dos otros amigos no llevaban nada, solo una campera por si se ponía a helar, en estos tiempos hacía bastante frío.

  Caminaron lentamente hasta llegar a la cancha donde el grupo de Hernán comenzó a gritarles cosas, Cande trago incomoda, esperaba que los chicos ganaran lo más pronto posible para que se pudieran ir de ahí.

—Uh, al final vinieron los cagonesgritó y chiflo Hernán burlonamente.

  —Cállate' zapallo.

—Parece que e' de guapos que te caguen a goles, ¿no?gritó Danilo sin quitar la sonrisa de su rostro, los tres caminaban hacia un poste donde Cande se sentó en el suelo y los dos chicos les dejaron sus cosas.

—Con esa cara de pajero' no le ganan a nadieCande la miró con una ceja alzada, ¿con que cara se atrevía a decir eso?

—¡Cerra el orto, forra de mierda!gritó en respuesta Candela, siempre le había caído mal esa piba—¿con esa cara de trola habla'?

—¡Eh!exclamó Hernánmantenete callada calienta pijas.

  A Danilo le había molestado ese comentario, ahora si estaba dispuesto a cagar a goles al gil de Hernán, se sacó la campera mientras se la entregaba a Cande, le dedicó una sonrisa antes de ir hacia el centro de la cancha.

Cande sentía su cabeza dar vueltas, ¿como una simple sonrisa de Danilo podía afectar tanto en ella?

Trato de concentrase en el partido aunque no entendiera nada, el silbato sonó y todos comenzaron a correr, aunque Candela lo negara solo buscaba al Uru con la mirada al cual le dieron un pase haciendo que meta el primer gol, Cande no se aguantó las ganas y soltó un grito.

—¡Gol! ¡La puta madre!sus dos amigos rieron y como Danilo le había prometido cuando hizo el gol su dedo índice le estaba apuntando a ella mientras golpeaba su pecho, específicamente a la parte de su corazón, Candela sintió como todo el nerviosismo subía a su cuerpo.

Le dio una sonrisa de dientes a Danilo el cual hizo lo mismo, y seguido se volvió a concentrar en el partido. La noche ya había caído, el frío también se hizo presente por lo que Candela optó en colocarse su campera.

El resto del partido transcurría con normalidad, Carlos hacia la mayoría de   goles pero cuando el Uruguayo hacía uno no dudaba en dedicárselos a Cande y esa tranquilidad no duró por mucho cuando Hernán golpeó a Carlos haciéndolo caer. No estaba tan cerca para ver si su amigo se había lesionado gravemente por lo que esperaba que no fuera nada de otro mundo.

Quizás ella en un rato le podría curar la pierna, o al menos desinfectarsela.

—¿¡Como le va' a pegar así, gil?!Danilo estuvo apunto de empujarlo pero se entrometieron así que solamente se acercó a Carlos, el cual yacía en el suelo con una mueca de dolor.

  No lograba comprender mucho de la situación, noto que Danilo le extendió la mano a Carlos y este la tomó gustoso.

  Según sus pocos conocimientos de fútbol ahora tendrían que ir a penales, o algo así era lo que había escuchado hablar a Danilo, los demás se comenzaron a posicionar esperando que Carlos golpeara la pelota, Candela apretó la campera de Danilo con ansiedad.

Y cuando Carlos estaba dispuesto a golpearla las luces que alumbrarán la cancha se apagaron de golpe, Candela se levantó rápidamente y en segundos muchos tiros comenzaron a escucharse.

  No sabía que hacer o hacia donde ir, jamás le había tocado vivir una balacera en persona. Siempre que había una estaba dentro de su habitación, su corazón latía muy rápidamente, sus manos en segundos comenzaron a temblar y ella sentía como la muerte se acercaba cada vez más a los tres.

Candela se levantó temblorosa, con la campera de Danilo aún en sus manos, no sabía a donde ir así que su primera acción fue caminar a donde estaba el Uruguayo el cual rápidamente sostuvo los hombros de la castaña.

  —¿Cande ta' bien?preguntó pero no recibía respuesta por parte de ella—¡Candela!

El grito la hizo salir de sus pensamientos y asintió repetidas veces aún temblorosa.

   —¡Carlos!Candela se giró al escuchar a la Chila gritar¿Qué hace' acá? ¡Camina para casa, sabe' que estoy sola y me haces ser malasangre!

En esos pocos segundos de distracción de Candela bastaron para que Danilo ya no estuviera a su lado, lo busco desesperadamente sin importarle toda la situación.

—¡Eh!, devolvé la bici, ¡logi!lo escuchó gritar y rápidamente se acercó a él, lo tomó del brazo evitando que siguiera a los demás—¡mi bicicleta!

  —¡Dani, vamo' vamo'Candela lo tiraba frenéticamente del brazo—¡Danilo!

La Chila apareció detrás de ambos amigos junto con Carlos, la mujer los obligó a irse con ella, por más asustaba que estuviera no dejaría que un tiro les llegara a los niños, ella como madre jamás se imaginaría lo complicado que es perder un hijo.

Danilo entrelazó su mano con la de Candela la cual la apretó, no sabía cuándo ni cómo pero sus ojos se habían llenado de lágrimas y una que otra bajaba por sus mejillas.  La Chila parecía histérica, los obligaba a caminar sin parar, casi correr.

  Soltó un quejido cuando su pie de dobló, trató de no darle importancia aunque en vez de caminar comenzó a cojear por el dolor. El mundo de los cuatro se volvió a paralizar cuando un hombre con una pistola se paró frente a ellos. Su corazón no paraba de latir con rapidez, Danilo noto eso y la apoyó contra su pecho, donde Candela noto que su corazón también latía sin parar.

La pistola estaba dirigida hacia la Chila la cual tenía sus dos brazos impidiendo que los niños pudieran avanzar.

—¡Ahí está el puto ese!

—¡Dale, dale, dale!

La Chila volvió a tirar del brazo de los niños para que los cuatro siguieran corriendo, Cande como podía les seguía el paso, se frenó un momento cuando vio al pibe de hace unos segundos muerto en el piso, ¿este era su castigo acaso? ¿La vida ya se la había cobrado?

—¡Candela!gritó esta vez Danilo tirándola hacia el, ella atontada solo dejó que él la tirara, se sentía muy débil como para seguir caminando por su mérito.

Carlos junto con la Chila abrieron la puerta obligando a los dos amigos a entrar, Cande estaba paralizada, no reaccionaba con nada y nadie parecía notar que su brazo sangraba sin parar, como si le hubieran dado un tiro aunque la bala no la hubiera atravesado.



𝙖𝙪𝙩𝙝𝙤𝙧'𝙨 𝙣𝙤𝙩𝙚;

no se porque me dio tanta pena
escribir este capítulo, amo a la chila lo juro
la quiero como mami

perdón por tardar tanto hoy en actualizar
me puse a chambear antes de entrar a la
u para tener algo de plata, así que ando
más ocupada que la mierda😔

en fin, disfruten el capítulo.

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