"Soy una acosadora", dijo Isabella. Su timbre vocal era serio y bajo, como si estuviera hablando de una misión secreta. "Soy tu fan número uno" eso no era mentira. "Estoy obsesionada", continuó, "y creo que necesito terapia", añadió, que probablemente sí necesitaba.

Fenrys se dio la vuelta, de espaldas a ella. Y fue por la forma en que todo su cuerpo temblaba lo que le dijo que estaba tratando con todas sus fuerzas de contener la risa. Lorcan no parecía impresionado, pero siempre lucía así. Rowan siseó entre dientes, una clara señal de que estaba perdiendo la paciencia. Gavriel siguió siendo el mismo: una sonrisa amable en su rostro que nunca pareció romperse. Isabella se había dado cuenta de que, efectivamente, era una sonrisa falsa. Uno que probablemente sólo utilizaría para interrogatorios "civilizados". Él estaba jugando al policía bueno, mientras que Rowan era el más cercano a un policía malo en la tienda. Fenrys era sólo un policía payaso y Lorcan... bueno, era un policía aburrido.

Ya le habían hecho muchas preguntas. De dónde era, cómo había acabado en el bosque, quién era, cómo los conoció, etcétera, etcétera. Ella había querido decirles la verdad, había decidido decirles la verdad, pero luego entró en pánico. Se habían acercado más y más a ella con cada pregunta, rodeándola como si fuera un objeto que no entendían del todo, y ella se había sentido prisionera de nuevo. Incluso había temido que intentaran tocarla, maltratarla, y eso había sido el colmo. Había estado tan asustada y nerviosa, con recuerdos corriendo por su mente, que casi intentó huir. Fue irracional y un fracaso destinado porque estaban literalmente al frente. De. Su. Cubriendo cualquier posible salida. Y los soldados todavía estaban fuera de su tienda. Y no había manera de que hubiera podido siquiera dar un paso afuera con ellos tan cerca de ella para detenerla.

Pero ella no lo hizo.

Lo habría hecho si Rowan no hubiera retrocedido varios pasos hasta estar nuevamente en su lugar detrás y cerca de Gavriel. Y si no hubiera prácticamente gruñido una orden a Fenrys y Lorcan para que también dieran un paso atrás. Ella no había entendido la orden porque no hablaban un idioma que ella conocía. E Isabella se había dado cuenta de que Remelle probablemente sólo le había permitido hablar un idioma de este mundo; y no era el que los machos hablaban entre ellos. Era una lengua extraña, no podía ubicar ninguna palabra y nada sonaba similar a nada que hubiera escuchado antes. Isabella imaginó que estaban hablando la Lengua de los Fae, un idioma que ningún mortal podía hablar porque su biología predispuesta les hacía imposible hacerlo. Fue muy frustrante, especialmente después de que finalmente logró entenderlos. Ella también pensó que era muy grosero pero se evitó decírselo y preguntarles si sus padres no les habían enseñado modales. Y no fue difícil evitar hacerlo después de recordar que la mayoría de ellos eran huérfanos.

"Isabella, por favor", le dijo Gavriel. Y la forma en que lo dijo le habría recordado a un hombre suplicando si no fuera por el hecho de que las manos de Gavriel estaban en puños. Fue inevitable para ella detener una de sus cejas para dispararse hacia arriba al ver las manos del hombre. Interesante. "Sólo estoy pidiendo la verdad"

Ella quería lo mismo. Quería admitirlo todo y que dijeran que no estaba loca y que en realidad todo era parte de un nuevo programa de televisión. Quería que todo fuera un malentendido. Ella quería que fueran humanos, que ella estuviera segura y que todo fuera normal.

Y aún así...
Y aún así una parte de ella quería que todo fuera real.

Pero ella también quería una respuesta racional.

"Estoy diciendo la verdad", le dijo a Gavriel, pero sabía que su tono no era convincente. Ella realmente no lo estaba intentando.

"No", murmuró, y dejó caer su sonrisa por primera vez desde que comenzó el interrogatorio. "No, no lo eres. Lo único real que nos has dicho es tu nombre"

"Lo cual es muy bonito, por cierto", añadió Fenrys. Gavriel le lanzó una mirada de incredulidad y Fenrys se encogió de hombros. "Lo es", le dijo al hombre. Como si eso fuera motivo suficiente y estuviera siendo completamente sensato.

"Es común", murmuró. No había querido decirlo, pero las palabras habían salido de su boca antes de que pudiera contenerlas. Era una estupidez murmurar una queja sobre su nombre ahora. Realmente no importaba, pero había conocido a muchos Isabella a lo largo de su corta vida y siempre había deseado un nombre más exótico. Un nombre único, digno de un personaje de libro, un nombre que sonaba a aventuras y a fuego, a magia y a amor sin fin.

Rowan fue el primero en desviar su mirada de los dos hombres para mirarla a ella. Sus hombros estaban tensos. ¿Fue porque ella había hablado? Pero él no habló, ni siquiera después de que ella apartó la mirada de él, porque sólo verlo fue suficiente para hacer que su corazón la tierra aceleradamente. Maldita sea la persona que me gusta, pensó.

"¿Podría repetir eso?" -le preguntó Gavriel. Y tal vez, si sin querer se hubiera quejado de algo importante, no le habría respondido.

Pero ella no lo había hecho, así que lo hizo. "Es común", repitió, mucho más fuerte esta vez. Y tuvo que aclararse la garganta antes de volver a hablar. "Eso es lo que dije"

"¿Tu nombre es común en tu lugar de origen?"

"Sí"

"¿Y, dónde está eso? El lugar de donde vienes" Está bien. Ella debería haberlo visto venir.

"Muy, muy lejos", respondió ella, y deseó que entendieran la referencia de Shrek. Si lo hicieran, habría sido mucho más divertido. En cambio, todos tenían expresiones serias.

"¿Cuán lejos?" -Preguntó Gavriel.

"Muy muy"

Lorcan puso los ojos en blanco mientras Fenrys ronroneaba con un vaso de agua. Ella tragó. Tenía sed y no le habían ofrecido comida ni bebida desde que le sirvieron el almuerzo. ¡Y ya era de noche! Se había acostumbrado a hacer tres comidas al día y le impedían comer. ¿También le impedirían bañarse? Casi se abofeteó por siquiera pensar eso. Por supuesto no le iban a dar comida ni le iban a permitir salir de la tienda para que se bañara. ¡La estaban interrogando! Y su hambre era algo que podían utilizar a su favor, para obtener respuestas de ella.

"¿Podrías decirme dónde si te mostrara un mapa?" Gavriel insistió.

Isabel lo consideró. Le vendría bien ver un mapa y saber dónde se encuentra exactamente; tal vez incluso podría recordarlo y usar ese conocimiento para intentar escapar. Pero seguramente ellos lo sabían. ¿No la consideraban capaz de escapar, aunque le mostraran un mapa? Pendejos. Ella asintió con la cabeza de todos modos. Rowan tomó un papel amarillento doblado de debajo de un libro y lo desdobló antes de dejarlo frente a ella. Se inclinó más cerca de la mesa para mirarla detenidamente. Ella no sabía nada sobre mapas pero éste era hermoso. Tenía dibujos de árboles y flores, el océano y peces, pequeños ríos que corrían entre territorios y nombres para todo lo marcado. Isabella notó que era un mapa hecho a mano, definitivamente una artista talentosa porque los dibujos no sólo eran atractivos sino también extremadamente precisos. También notó que podía leer los nombres escritos en él, lo que significaba que le estaban mostrando un mapa en el idioma que podía hablar.

Fingió estar buscando el pueblo de donde era -que sabía que no encontraría porque no estaba en este mundo- y aprovechó ese tiempo para intentar memorizar la geografía de su mundo. Isabella consideró señalar un lugar al azar y fingir que era de allí, pero era demasiado peligroso. No podía arriesgarse a señalar un lugar donde la gente hablaba un determinado idioma porque esperarían que ella realmente hablara ese idioma y todavía no tenía idea de qué idioma podía hablar. E incluso si asumieran que ella no había hablado su "lengua materna" antes porque todo era parte de su "plan" -que no tenía- todavía era demasiado arriesgado. Todo era demasiado agotador y confuso y quería hacer un berrinche pero no lo hizo.

En cambio, se encogió de hombros y no miró a nadie en particular cuando dijo: "El lugar de donde vengo no está en este mapa". Estaba siendo honesta, así que esperaba que ellos también fueran honestos con ella.

"Eso no es posible", le dijo Gavriel. Ella simplemente se encogió de hombros, "Lo es", respondió. Pero ella estaba demasiado concentrada en lo que él había dicho como para preocuparse por su respuesta. Basado en lo que Gavriel había dicho, le habían mostrado un mapa del mundo, con cada reino y continente. Eso estuvo bien, había temido por un momento que tal vez solo le hubieran mostrado un mapa al que le faltaba información.

"No lo es", dijo Fenrys, y la sorpresa de que él realmente participara en su interrogatorio la hizo mirarlo. "Todo está ahí, ¿de dónde eres?" Terminó y señaló el mapa.

Ella volvió a mirarlo. Adarlan, Erilea, Eyllwe, La tierra desierta, Terrasen. Isabella sintió la repentina necesidad de tocar el mapa, de asegurarse de que era real, de rastrear las palabras de los reinos sobre los que había leído; y creyó que era sólo una fantasía. Pero ella no lo hizo.

"No estoy mintiendo", volvió a mirar el mapa por última vez antes de mirar a Fenrys, luego a Gavriel y Lorcan, terminando con Rowan; antes de decir "no está ahí"

Fenrys abrió la boca, listo para objetar, pero Rowan era más rápido que él. Él habló en cambio. "Este mapa no muestra todo" y la declaración era para Fenrys pero él la estaba mirando. Solo ella. "Simplemente muestra todo lo de este mundo", continuó y ella podía sentir las miradas cambiantes en los rostros de los otros hombres, pero solo se centró en Rowan. Ella no podía apartar la mirada de él. "Y ella definitivamente no es de nuestro mundo".

Bueno, eso no salió como ella había planeado.