"Después de todo él te complace todo."

¡Ah! Cada vez que esas siete palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza cierro mis ojos con fuerza arrepintiéndome de lo que dije, me doy golpes mentales cada cinco segundos mientras esa estúpida oración no sale de mi memoria.

De alguna forma me siento avergonzada y apenada.

¡Es que mierda, no! ¿Qué diablos voy a hacer cuando deba hablar con Jeon? Es más, ¿cómo rayos sé que hablaré con él? No puedo esconderme, no, no, eso sería muy cobarde de mi parte.

¿Cuántas bofetadas mentales debería darme para calmar mi ansiedad?

Ese no es el problema en sí, ¡el problema es lo que me hace sentir, maldición!

Por primera vez me siento nerviosa por algo que dije, y sobretodo porque lo dije por mero impulso. Eso me asusta.

Y para colmo San Andrés el que viene cada mes vino a visitarme.

— JeWeil, debo irme a trabajar. Más te vale ir a estudiar. —advirtió papá desde el otro lado de la puerta de mi habitación—. No entiendo porqué aún no te levantas, normalmente tú eres quien me despierta a mí.

— Aish... Lo haré papá, no soy una irresponsable. —dije como pude, adolorida.

— Eso espero. —carraspeó—. Debo irme, ve con cuidado. ¿De acuerdo?

— Sí. —musité en un tono alargado y perezoso.

— ¡Qué tengas un buen día, Miel! —exclamó animado.

— ¡Agh, ya te he dicho que no me agrada ese apodo, papá!

Su estruendosa risa resonó por el pasillo mientras escuchaba sus pesados pasos alejarse.

No quiero ir a estudiar hoy, de hecho solo voy a la escuela a calentar el asiento en el que me siento, ¡oh! Y también solo voy a comer.

Apenas si me sé la regla de los signos, sé multiplicar, dividir, sumar y restar, ¿qué más quieren? Con trabajo sé sacar raíz cuadrada, y sacar el cuadrado de 'X' número.

Ni si quiera sé por qué de repente estoy recordando monomios, binomios, trinomios y polinomios de la clase de álgebra.

Mi cerebro trabaja cuando se le da la regalada gana, joder.

Como sea, no quiero aburrirlos narrando una perezosa rutina por la mañana, es más, yo no la llamaría rutina. El punto es que ahora mismo estoy consolando a Hanhi porque discutió con Hoseok y no está dispuesta a decirme los motivos, y eso se respeta.

— ¡Ah, Jung Hoseok es un chico bueno que lastima mi corazón!

— Ya, ya, deja de llorar... —di leves palmaditas en su espalda—. Te vez más fea así.

— ¡Ay, y lo peor de todo es que te creo! —chilló suspirando desconsolada.

Cuando dije que dejara de llorar era porque literalmente lo está haciendo, ella realmente está llorando con sus mejillas rojas y húmedas debido a las lágrimas que resbalaban por éstas, sus ojos hinchados y su puchero triste me hacían saber que está vez no es broma.

— ¿Y-y si ha llegado la hora de que termine todo? ¿Qué haré, Weil?

Mierda, nunca la había visto así, ¿qué diablos hiciste Jung? O quizás, ¿qué hicieron los dos? E incluso ella.

— Hey, no digas eso. —musité tomando su mano—. Hanhi, tú y Jung parecen complementarse el uno al otro tan bien que en serio me sorprende y me preocupa saber que discutieron. —comenté abatida ante la situación.

— Lo mismo parecía cuando tú y WuSeo salían, y mírate, ese bastardo hizo que tu corazón saliera muy lastimado.

¿Por qué este tipo de cosas suceden cuando tengo la regla? ¡Odio los cambios de humor, maldición!

— Lee y Jung soy muy diferentes, demasiado, y tú mejor que nadie lo sabe Hanhi. —aclaré, sin soportar el hecho de que pueda haber un parecido de Lee con Hoseok—. Vamos, ni si quiera sé porqué pelearon y estoy aquí tratando de controlar mis ganas de ir y golpear a Jung por hacerte llorar y después preguntarle la razón.

— Eso no suena justo. —murmuró, con su voz rota.

— Tú y Hoseok deberían hablar, y muy seriamente. Mírate, nunca en mi jodida existencia a tu lado te había visto tan mal por un tipo.

Verla así duele de alguna u otra forma. Ver cómo su sonrisa es sustituida por una mueca triste me hace querer tomar su lugar para no mirarla así de mal.

— Oye, ven aquí. Todo entre él y tú se arreglará Hanhi. —la animé para que recostara su cabeza sobre mi hombro, y sin refutar lo hizo—. Si sigues llorando tus ojos van a doler después. —comenté, limpiando las lágrimas de su rostro con mi pulgar—. Tranquilízate ya.

— ¿Me veo de la mierda, cierto? —cuestionó formando una pero muy diminuta sonrisa.

— Prefiero no responder. —dije.

— Chica cruel.

— Chica tonta.

— Pero aún así me quieres, mentira, me amas. —corrigió con un toque de diversión.

Rodé mis ojos. Supongo que ya no se siente tan mal después de todo, eso es bueno.

— Creí que odiabas el contacto físico. —musitó curiosa.

— Bueno, cuando es necesario hago una excepción. —contesté sin mayor problema.

— Ya que tú me has ayudado a recuperar parte de mi ánimo, yo te ayudaré con Jeon.

Parece una buena oferta... ¡Espera, ¿qué?!

— Ya quisieras. —respondí evitando mirarla.

— Uy. —alzó al fin sus comisuras por completo traviesa, aunque su nariz y sus ojos irritados dejaban en claro que segundos atrás estaba llorando—. ¿Eso quiere decir que estabas pensando en él? —resopló—. Increíble.

— Por supuesto que soy increíble.

— No evadas el tema de JungKook dándote halagos a tí misma para alimentar tu ego. —talló sus ojos con las mangas de su sudadera antes de continuar hablando—. Ya conozco estos síntomas, ¿o qué? ¿Vas a negar que estabas celosa de OhYeon?

— ¡Agh, ni la menciones!

— ¡Por supuesto que lo estabas! —confirmó por sí misma—. Ya no me digas que no, mejor dime tu plan para remediar las cosas con JungKook por lo que dijiste.

— ¿Qué? —bufé con indignación—. No creas que iré con él y me disculparé. Yo sólo dije la verdad.

— Weil, deja tu orgullo de lado ahora. —se puso de pie frente a mí, demandante—. Anda, deja de actuar así ya.

— ¿A qué te refieres con actuar? He sido sincera.

— ¡Error! Ahora hasta mentirosa eres.

— ¿¡Qué quieres que te diga entonces!? —dije entre dientes con desespero.

— ¡Qué aceptes que JungKook te atrae! —pronunció de inmediato.

— ¿En qué sentido? —pregunté frunciendo mis cejas.

— ¡Deja de hacerte la tonta! —ordenó chasquendo su lengua—. Sabes a qué me refiero, además, quién sabe. Puede que haya escuchado por ahí que JungKook está algo desanimado por lo de ayer.

¿Desanimado? ¿Por qué?

— Ya que sabes que él está así por tus hirientes palabras.-

— Hey, no son hirientes, son solo la verdad. —corregí e interrumpí bufando.

— Aigoo, deberías controlar un poco tu sinceridad si planeas acercarte a JungKook y hablar con él por lo de ayer.

— ¿Y qué se supone que le diga? Algo como: "oye, lamento haber sido sincera".

— ¿Por qué eres así, Weil?

— Lo mismo me pregunto a mí misma a diario y aún así no logro darme una respuesta. —musité irritada.

— ¿Tienes la regla, verdad?

Asentí en silencio, sufriendo el dolor de un maldito cólico menstrual. Estoy muriendo por dentro.

— Con razón no estás tan agresiva hoy, ¡es perfecto! —me tomó de mis antebrazos—. Vamos, debes ir a hablar con JungKook.

— ¡No te atrevas a tocarme! —chillé con molestia y fastidio de todo y de todos, hasta de mí.

— Olvídalo, me equivoqué. Mejor quédate lejos de él por hoy, es probable que lo mates.

— Siento que voy a morir. —susurré con un puchero.

— Rayos, que martirio debe ser soportar toda una semana esa cosa. —supuso abrazándose a sí misma—. Soy tan afortunada de que a mí solo me dure tres días y sin dolor.

— ¿Eres acaso la favorita de Dios?

— Tal vez, es genial, ¿sabes?

— ¡Aish, sabía que sería mejor haberme quedado en casa! —me quejé, arrepintiéndome de haber asistido a clases así.

— No puede ser tan malo, ¿o sí? —la miré con advertencia—. Supongo que sí.

¿Por qué no se me ocurrió llevar un parche conmigo hoy, eh?

— Hace rato no te veías así.

¿Saben? No era literal lo de tomar su dolor para que ella dejara de estar triste. ¿¡Si saben lo que es decirlo en sentido figurado, verdad!?

— Es obvio que no me veía así porque hace un momento no tenía cólicos, Hanhi.

— Ah... cierto, lo olvidé.

— Largo de aquí, me voy a la enfermería. Realmente duele como el infierno.

— De acuerdo, pero te acompaño, no vaya a ser que te lastimes o algo así.

Si se preguntan cómo rayos es que el receso ha sido tan largo y que por lo tanto Hanhi y yo hemos tenido suficiente tiempo hasta para llegar a la enfermería es fácil, los profesores están en junta o reunión, cómo gusten llamarle. Eso suele tardar un poco.

— ¡Oh, enfermera Choi! —gritó en cuanto encontró a susodicha—. Es un alivio que esté aquí, verá, mi amiga está que se la lleva la.-

— ¿Tiene algo para calmar los cólicos menstruales fuertes? —cuestioné interrumpiéndola, de verdad me estoy retorciendo del dolor.

— A-ah sí, por supuesto. —asintió con frenesí, guiándome a una de las camillas disponibles—. Recuéstate en la camilla por ahora. ¿Debería darte un parche también?

— No estaría de más. —susurré.

— Hanhi, deberías regresar ya a tu salón. —recomendó mirando el reloj que rodeaba su muñeca—. No tarda en sonar el timbre.

— Pero, Weil.-

— Ella estará bien, te avisaré cuando mejore. Ahora regrese a sus clases, por favor.

Me miró dudosa, ante eso asentí como una señal de que estaría bien.

— Bien, me iré. —dijo rendida—. Cuide bien de ella, ¿sí? —pidió con una mueca preocupada a la enfermera Choi.

— Ten por seguro que así será.

Una vez Hanhi había salido de aquí la señorita Choi me extendió un parche, más una píldora y por supuesto un vaso de agua.

— Debiste haberte quedado en casa si estabas en este estado, Weil.

— Ya lo sé.

— Iré a avisarle a tu profesor lo que ocurre, ¿bien? Toma eso, coloca el parche en tu vientre y recuéstate.

Y aunque no hacía falta que me lo dijera, espere hasta que terminara de decirme todas sus instrucciones.

Supuse que aquella píldora era lo suficientemente fuerte para quitar el dolor en mi espalda baja y vientre con rapidez que pareció haber hecho efecto como una droga, lo digo porque no tarde mucho en quedarme dormida debido a que mi cuerpo se relajó y descansó al ya no sentir tanta molestia como antes.

No obstante, al despertar no esperaba ver a nadie más a excepción de la enfermera, pero resultó ser mucho más sorprendente que eso.

— ¿Qué rayos haces aquí? —cuestioné indiferente ante su presencia.

— Oye, creo que yo debí de haber preguntado eso.

— ¿Qué hora es? —murmuré un tanto ida.

— Bueno, sólo falta uno hora y media para salir de aquí, ¿por qué? —respondió confundido.

— ¿No se supone que deberías estar en clase ahora, Jeon? —supuse porque era obvio que no tenía nada qué hacer aquí.

— Sí, pero es más importante venir a ver tu estado que asistir a la clase de literatura.

— ¿Quién te dijo que estaba aquí?

— Nadie. —respondió con simpleza, por lo cual lo miré neutra—. Lo juro.

— ¿Fue Hanhi?

— No, en serio nadie me lo dijo. —apuntó con firmeza—. Si te digo cómo lo supe vas a creer que soy un acosador.

Se acaba de delatar solo.

— Además, no trates de cambiar el tema. Siendo sincero, te vez mucho mejor dormida que siendo agresiva despierta.

¿Me estás diciendo que me viste dormir? ¿Por cuánto tiempo, ah?

— Regresa a tu clase, Jeon. —ordené, haciendo ademán de recostarme de nuevo.

— No quiero, me iré hasta verte salir de aquí bien.

Lo miré de golpe sintiendo un leve calor acomularse en mis mejillas.

— No pierdas tu tiempo mirándome dormir, Jeon.

— No creo que sea una perdida de tiempo, chica extraña. —susurró sosteniendo mi mirada con seguridad. Trás unos largos segundos de silencio decidió hablar sin dejar de mirarme—. ¿Te duele mucho? Debiste haber tenido cólicos muy fuertes como para terminar aquí.

Puedo casi asegurar que mi rostro justo ahora está totalmente rojo, y no sé si sentirme avergonzada o sorprendida por su actuar. No pienso preguntar cómo es que sabe cuál es mi malestar porque es seguro de que la enfermera Choi se lo dijo y por supuesto que también lo dejo quedarse aquí seguramente con la idea de que esté tonto me cuidaría o algo parecido. Es tan típico y cliché.

— Está bien si quieres volver a dormir, bonita. No me iré aunque me digas que lo haga.

Él realmente está alterándome.

— Si estás planeando cuidarme o algo por el estilo, largo.

— Ya te dije que no. —se cruzó de brazos, mirándome fijamente.

— Tienes suerte de que hoy no pueda darte un buen golpe en tu nuca.

Formó una sonrisa cerrada negando con diversión con su cabeza.

— Avísame si necesitas algo, tal vez pueda ayudarte.

— Sí, házme el favor de irte.

— Exepto eso.

Bufé con ironía. Sibien podría usarlo para divertirme ante su ofrecimiento, pero no hay nada en especial que pueda hacer que él haga. No puede quitarme esté sentimiento del pecho tampoco.

Esté sentimiento que me hace querer arriesgar algo pero no sé qué.

— Lamento haberme comportado así contigo y con OhYeon. —me disculpé, avergonzada por mi forma de actuar ayer.

— ¿Por qué te disculpas? Lo dicho, dicho está, ¿no?

Sus palabras son tan frías que me siento culpable.

No creí que dejar mi orgullo de lado permitiría que él me respondiera de esa forma, no lo culpo, no he sido muy buena que digamos con ojitos de Bambi últimamente, ni con él ni con nadie.

— ¿Por qué te molesta tanto que OhYeon me guste? —inquirió pensativo—. Es decir, tú solo llegaste de la nada a decirme que me acercara y después a señalarme como un tonto, iluso e ingenuo. —hizo un recuento de lo sucesos con sus cejas fruncidas.

— Porque tú das mucho por ella y ella no da nada por ti, así de fácil te lo digo, Jeon. —contesté sintiendo lo injusto que fue y que tal vez sigue siendo—. Y sé que no soy nadie para decir si ella te merece o no, lo tengo claro, pero... hay personas que apreciarían hasta un maldito "hola" de tu parte. —mascullé con cansancio.

— Aún así, ¿no crees que tu sinceridad a veces es mala? —preguntó con un semblante que me decía que él estaba tratando de entenderme—. JeWeil, estoy conciente de que OhYeon aprecia muy poco lo que le doy, lo sé, lo tuve claro desde el momento en el que decidí fijarme en ella, no soy estúpido. —lo último lo dijo tan tajante y molesto.

— Si no lo fueras no estarías perdiendo tu tiempo yendo detrás de ella. —continué sin estar de acuerdo con él.

— ¿Quién te asegura que estoy perdiendo mi tiempo, mmh?

Él... tiene razón.

— JeWeil, es como si yo te dijera que estar con JoongGuk es una perdida de tiempo cuando aquel día estuvo más que claro que para ti no lo fue. —ejemplificó con algo que definitivamente le dio muchos puntos a favor.

— ¿Y eso quiere decir qué...? —vacilé sintiendo mi cabeza doler.

— ¿Podrías respetar el hecho de que ella me guste?

Eso dolió, esas tres últimas palabras dolieron un poco.

— Claro... lo haré. —sin embargo, no estoy dispuesta a verme más patética frente a él.

— Gracias. —murmuró en tono casi inaudible.

Asentí recostándome de vuelta, cubriendo mi cuerpo por completo con la manta hasta mi cuello, dándole la espalda a su persona, en silencio.

Lim dijo que aceptara las cosas pero con esto no puedo, no si se trata de él.

— ¿Puedes irte? Me gustaría descansar un poco más antes de irme a casa, y no, no puedo hacerlo contigo aquí.

Lo escuché suspirar rendido antes de escucharlo alejarse, abrir y cerrar la puerta lo más silencioso posible cuando se fue.

Necesito un abrazo, pero él no puede dármelo y no estoy dispuesta a pedírselo.

Mi ansiedad aumentó, y Hanhi está vez acertó en mi sentir.

Ya era hora de hacer que JeWeil sintiera un poco de lo que ella hace sentir a los demás.

Drama entrando el chat desde ya, nmms, que emoción.😳

Jsjsjsjsjs, la mayoría se leyó el capítulo 25 pero no el 24 (o'･_･)っHe aquí las pruebas xd:

Sólo espero que esté capítulo se haya entendido a pesar de esto v:

Oh, ha llegado el momento de hacer promoción c:v tengo una cuenta de respaldo que recién me cree por si las dudas, por si gustan ir y seguirme por ahí (que lo dudo✌️porque LOL). Estoy como @jk_infiresmen (@jk_infiresmen)

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¡Gracias por leer!💙