Kang JoongGuk, un chico bastante alto, sonrisa linda y delgada, ojos grandes y oscuros, cabello castaño claro, y por supuesto...

Apuesto y guapo.

— Entonces, ¿vas a salir hoy con un chico?

Papá no puede aceptar el hecho de que vaya a salir con JoongGuk así porque sí, sin una razón aparente para mí, lleva ya un buen rato haciéndome preguntas sobre él y yo, sobre qué tipo de relación tengo con su persona, y sobretodo, qué intenciones tiene él conmigo y viceversa.

Pero no me quejo, YoonGi es peor.

— Papá, no haré algo ilegal o algo así.

— Más te vale. —musitó demandante—. Estaré llamándote, ¿de acuerdo?

— Sí... —vacilé en un tono alargado y perezoso—. Sólo será un rato, además, ¿por qué no le hiciste este drama a Boung cuando comenzó a salir con ese tipo que la final resultó ser un verdadero patán?

— No me culpes a mí, tu madre no le puso límites a tu hermana. Cada vez que le cuestionaba algo a Boung, tu madre salía en su defensa.

— Bueno... —sonreí traviesa—. No me pondré en contra de eso porque tienes razón. Aún así, ¡no abuses de las llamadas! —pedí, mirándolo con advertencia—. Te llamaré cuando llegue.

— Ajá. —agh, esa mirada de nuevo, tan gélida y neutra que a veces da miedo—. ¿Vendrá por ti o se encontrarán en algún lugar?

— Nos encontremos. —respondí deduciendo desde ya sus intenciones.

— Bien, ¿a dónde? —buscó entre los bolsillos de su pantalón las llaves del auto hasta que las encontró—. Te llevaré.

Suspiré rendida. Es mi padre y está preocupado por saber con quién diablos va a salir su hija menor, a dónde va a ir y qué rayos va a hacer.

Es más paranoico que mamá.

Supongo que esa fue una de las razones por las cuales se separaron, juzgar no sirve de nada, porque al final de cuentas ambos tomaron esa decisión por su bien. Los dos han de tener sus razones válidas para ya no haber querido seguir y continuar.

Mamá les dio libertad a sus hijos y papá trató de limitarlos, no de mala forma, sino que él siempre trató de que tuviéramos libertad pero que también supiéramos el límite de esa misma. Un ejemplo es Boung, hubo un tiempo en el que su vida diaria era salir de fiesta hasta que papá le puso un alto, sin embargo, el regaño que le esperaba fue intervenido por mamá, por lo cual se salvó la muy infeliz.

Y luego está YoonGi. Oh gran Dios del sarcasmo y de las malas palabras, mi ejemplo a seguir.

Nah, mentira. Ese idiota solo me enseñó a defenderme con palabras hirientes de ser necesario, decir buenos insultos, y a ser honesta en exceso.

Mis padres nunca tuvieron problema con él, a pesar de que algún día golpeó a un bastardo que trató de sobrepasarse con Boung. He de decir que fue satisfactorio ver cómo YoonGi golpeaba al tipo, se lo merecía.

— Tráeme una hamburguesa cuando regreses. —ordenó tranquilo estacionándose enfrente de un restaurante de comida rápida.

— ¿Y el dinero? —le extendí la palma de mi mano abriéndola y cerrándola un par de veces.

— ¿Qué dinero? —me dio una mirada de inocencia, y es obvio que no lo es.

— No pienso comprar tu hamburguesa con mi dinero, apenas me alcanza para mí.

Maldijo por lo bajo antes de mirarme de reojo con recelo y rendido, para finalmente buscar en su billetera dinero.

— Quiero mi cambio de vuelta. —puso el dinero sobre la palma de mi mano—. Ah, y también el ticket. —señaló con un tono de reproche—. No creas que no me he dado cuenta de que te quedas con el cambio.

— Ya te habías tardado. —comenté guardando el dinero en mi pequeño bolso.

— Mocosa, sin vergüenza. —bufó—. ¿Dónde está el chico? Si quiera debo conocerlo.

Rodé mis ojos, y busqué con mi mirada a JoongGuk, una vez lo divisé, tranquila le respondí—: Es él. —lo señalé con mi mirada—. Mesa cuatro, fila dos.

— Tú fuiste la que escogió un restaurante así, ¿cierto? —asentí orgullosa—. Espero que él sea quién pague la comida.

Lo miré con mi ceño fruncido. Pensándolo bien, ¿cómo fue que mamá y él terminaron juntos si literalmente son los opuesto?

A mamá le encanta gastar, mientras que papá prefiere no hacerlo tanto.

— ¿Qué? —resopló resentido—. No me mires así, es de caballeros pagar por la chica.

— Caballeros mi trasero, cada quien va a pagar su comida. No seas tacaño.

Me retiré el cinturón de seguridad para después abrir la puerta y bajar del auto.

— ¡Oye, niña grosera, si sigues así no saldrás con ese chico de nuevo!

— Papá, lo mismo me dijiste con WuSeo y mira, al final me dejaste sufrir.

— Tú fuiste quien quiso seguir detrás de ese bastardo.

— Si me dejaste ir detrás de ese bastardo, ¿por qué no con él? —señalé detrás mío—. Él ni si quiera es un FuckBoy, míralo. —me hice a un lado aún sin cerrar la puerta del auto, dándole vista para que mirara a JoongGuk—. ¿No crees que parece un buen chico?

— Lo mismo dijiste con Lee. —me recordó con una mueca burlona.

— ¡Aish! Tú en serio disfrutas recordarme lo patética e ingenua que fui en ese entonces.

— Al menos lo sabes, hija. —suspiró asintiendo con serenidad.

— ¡Papá! —chillé molesta y resentida—. El punto es que estaré bien, no te preocupes por mí, ¿ya?

— Bien, bien, pero llámame cuando ya vengas de regreso, ¿de acuerdo? —asentí con una sonrisa—. Si él se ofrece a pagar tú no digas nada, ese dinero que traes tú podríamos ahorrarlo. —lo miré fijamente seria ante sus palabras—. Sí, sí. —resopló indignado—. No entiendo desde cuándo no aceptas que te paguen la comida. —murmuró entre dientes.

— Ve a casa con cuidado, papá. —musité cerrando la puerta del auto ignorando lo que dijo.

— Mmh, lo haré. —asintió encendiendo el motor—. Vayan con cuidado los dos, debo irme.

— Adiós. —me dio una mirada rápida llena de aprobación antes de irse.

Saqué el aire acomulado en mis pulmones, sintiendo así un gran alivio después de hacerlo. Una vez haber entrado al establecimiento, JoongGuk me encontró de inmediato, alzando su mano para que yo pudiese localizar e ir hacia la mesa donde se encontraba.

— Lamento llegar un tanto tarde. —me disculpé tomando asiento frente a él.

— Oh no, no te preocupes, no tiene mucho que yo también llegué. —negó con una sonrisa—. Lo bueno es que ya estás aquí.

— Supongo. —me encogí de hombros apenada—. ¿Ya ordenaste? —pregunté algo tímida.

— No, de hecho estaba esperando a que llegaras.

Me estoy cuenta de que yo definitivamente no haría eso, es decir, yo al menos ya hubiera pedido aunque sea una bebida o yo qué sé.

Él es demasiado educado y caballeroso para comer antes que los demás. Maldición, yo en cambio no, yo ya estuviera casi atragantándome con la comida. ¿Cómo rayos es que yo le gusto? Hablo en serio, él puede hablar sin maldecir a nadie y yo no, todo el tiempo estoy mandando a la mierda a alguien sino es que al carajo.

Es demasiado educado ante mi maleducada lengua.

— ¿Quieres ordenar ya?

Iba a responder un: "Por supuesto que sí", pero con él mirándome así siento que me veré muy escandalosa, y lo peor de todo es que...

¿Desde cuándo me importa?

— Si quieres. —respondí tranquila.

— Bueno, entonces toma. —me extendió la carta del menú—. Pide lo que quieras, yo invito hoy.

— Oh, no es necesario. —negué de inmediato sin sonar brusca, mientras recibía el menú—. Así está bien, gracias.

— Insisto. Yo fui quien te invitó desde un principio, permíteme invitarte esto también. —me sonrió mostrando su blanca dentadura, peinando su cabello hacia atrás.

Maldita Serotonina, maldita Dopamina. Malditas hormonas.

¿Por qué diablos él no apareció antes de que yo cometiera un error tan grande como enamorarme del idiota de Lee? ¿Tienen idea de las lágrimas que me hubiera ahorrado si en vez de haberme quedado embobada con WuSeo hubiera sido con JoongGuk?

Qué desperdicio de lágrimas. Ni si quiera me hubiera arrepentido.

— Por cierto, linda Weil.

Aunque, ¿quién me asegura que hubiera sido diferente?

— ¿A dónde quieres ir después de comer?

A todos lados menos a tu corazón.

—No lo sé, no la había pensado hasta ahora, lo siento. —confesé avergonzada—. Pero, ¿qué hay de ti? ¿A dónde quieres ir?

— Hay un laberinto de espejos en la plaza central, ¿quieres ir allí? —preguntó recargando su barbilla sobre su mano, mirándome en silencio.

— Nunca he entrado a uno de esos, supongo que será divertido. —dije dándome unos segundos para observar con detalle su rostro.

— Entonces iremos ahí.

— ¿Qué pasa si me pierdo, ah? —señalé fingiendo altanería—. ¿Qué harás si me sucede algo, eh?

— No te preocupes, linda Weil. —tomó mi mano sintiendo lo tibias que eran las suyas—. No me iré de ahí hasta encontrarte.

— Más te vale.

— Aunque, ¿qué harás si quien se pierde soy yo? —inquirió curioso.

— Romperé los espejos de ser necesario.

Soltó una carcajada ante mi respuesta, la cual al parecer le causó bastante gracia, soltó mi mano para después acomodar algunos mechones de mi cabello detrás de mis orejas.

Sonreí por eso.

— Sólo espero que no te lastimes demasiado en el proceso de ser así. —dijo antes de retirar sus manos de mi cabello.

— De acuerdo, de acuerdo. —vacilé con un toque de diversión—. Pero en serio, ¿ya podemos comer? Es que ahora de verdad tengo hambre.

Y él sólo volvió a reír.

"La Dopamina es conocida como el neurotransmisor del placer, en el sentido de que nos mueve a conseguir algo que consideramos positivo, mientras que la Serotonina se le conoce como la hormona de la felicidad porque regula las emociones."

•••

¡AHHHHHHHHHHHHH!
¡Akzvlajzondbak!

No tienen ni idea de lo
emocionada que me puse al escribir escenas como estás con JoongGuk y JeWeil v:

Pido perdón porque me he encariñado con Kang y no llevo ni la mitad de está historia ;-; ptm.

Esto recién empieza, también en cuanto al tema del romance porque creo que lo de comedia lo ha tenido desde un principio XD ( '◡‿ゝ◡')

Digan 'Yo' los que son Team
Kang JoongGuk┗(•ˇ_ˇ•)―→:

Digan 'Yo' los que son Team
Jeon JungKook┗(•ˇ_ˇ•)―→:

Digan 'Yo' los que son Team
de ambos┗(•ˇ_ˇ•)―→:

Mala onda quien me deje en visto, como siempre :') *inserte chillido dramático por los que no me hacen caso* ಠಗಠ (┛ಸ_ಸ)┛彡┻━┻.

Y por último, les propongo algo :D

Si hay más de veinte votos en este capítulo, actualizo mañana 7u7r xdxd. No va a llegar de todos modos, así que por eso no me preocuparé mucho v:

En fin,
¡Rrrrrrrrap Monsta!

MJ☁️

•••

¡Gracias por leer!💙