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🌹•FOUR IV•🌹

Apenas iniciaba el mes de Septiembre y yo ya quería que acabara. De hecho, no tenía una razón para que quisiera que se acabase ya pero solía ser para mí un mes pesado.

— ¡Weil, Hanhi te busca!

Ese era papá llamándome mientras seguramente iba corriendo directamente al sillón para seguir mirando sus programas una vez había dejado pasar a Lim.

— ¡Ahora bajo!

Respondí dejando a un lado la atención que le estaba poniendo a mi celular. He de comentar que Hanhi era muy activa en cuanto a sus redes sociales, en cambio yo, tenía las redes pero sólo veía las publicaciones más no publicaba algo acerca de mí o algo que subir acerca de mi persona e incluso de algún un tema en específico o sin sentido.

— Olvídalo, te ahorré el tiempo de bajar las escaleras.

Dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella para dejarse caer en la cama. Tks, y luego la floja soy yo.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté frunciendo mis labios.

— Descansado, ¿no me ves? —suspiró con cansancio—. Subir las escaleras hacen que casi me quede sin oxígeno.

— ¿Y después? —dije sarcástica.

— Ah sí, te traje noticias acerca del chico del grupo “B”.

— ¿Sabes su nombre? —asintió con una sonrisa—. ¿Entonces por qué lo llamas “el chico del grupo B”? —su sonrisa se borró.

— Pff, aburrida. —murmuró quedando sentada en el borde de la cama.

— ¿Para eso me buscabas? —pregunté algo extrañada de su actitud—. Si es así, no me interesa, corriste en vano.

— ¿Entonces no te interesa saber que él le preguntó tu nombre a Hobi? —insinuó algo decepcionada.

No.

— ¿Tengo cara de que me interese? —inquerí con mi cara de odio la vida.

— Amh, ¿no? —supuso con una mueca.

— Exacto, no. —confirmé.

Trás unos largos segundos de silencio observando a mi querida amiga mirando con curiosidad mi habitación como si fuese la primera vez que la ve; no mucho después decidió hablar.

— Entonces, ¿qué haremos? —preguntó con una amplia sonrisa.

— Espera, ¿haremos? —resoplé—. Me suena a manada.

— ¡Vamos, es Sábado! —chilló con un puchero.

— ¿Y qué? Es otro día más que lamento de mi vida. —respondí estirándome con satisfacción sobre mi preciosa y cómoda cama. La escuché reír por lo bajo mientras yo exhalaba mirando el techo, sintiéndome relajada por un momento.

— ¿De verdad? —sonrió poniéndose de pie—. Ya somos dos. No te preocupes, no eres la única. —informó con alegría.

Es tan ella que me cuesta trabajo ser igual. En gran parte ella es la graciosa de las dos. No tengo ni puta idea de cómo le hace para decir estupideces sin siquiera pensarlas cada que abre la boca

— ¿A dónde pretendías llevarme? —interrogué un tanto curiosa de saber sus planes.

— No lo sé realmente. —rodé mis ojos ante su tan predecible respuesta—. ¿Crees que el señor Min te deje ir conmigo a un parque de diversiones?

— Quizás... —asentí abultando mis labios— Es lo más seguro, así no me obligará a escuchar sus explicaciones sobre fútbol o vóleibol.

— ¡De acuerdo! —gritó con emoción—. Quédate aquí, yo iré a convencerlo.

Ni siquiera me dejó responderle puesto que salió casi corriendo de mi habitación, y lo digo porque escuché cómo bajaba las escaleras más emocionada que apurada.

Tomé mi celular entre mis manos junto a un poco de dinero que tenía guardado y por supuesto una pequeña bolsa donde guardar tales objetos.

Papá suele darme algo de dinero cuando puede y tienes la posibilidad, dinero que he estado ahorrando, algo que agradezco infinitamente.

Bajé las escaleras recogiendo mi cabello en una coleta alta dejando unos mechones libres. Una vez haber llegado a la sala donde papá y Hanhi se hallaban, básicamente él sólo nos dijo lo de siempre—: “No lleguen tarde”.

Y sin más nos dejó ir. Tampoco nos demoramos en llegar a tal lugar al cual queríamos ir.

Detesto venir a esté tipo de cosas en ocasiones cuando es fin semana porque hay demasiada gente y eso en ocasiones suele ser algo tedioso y sofocante para mí amargado ser. Algo soso.

Hanhi no demoró mucho en comenzar a querer subir a algún juego de los cuales podía observar hasta donde se le permitía ver en su campo de visión.

— ¿A dónde quieres subir primero?

— No lo sé, tú fuiste quien quiso venir aquí. —me encogí de hombros—. Tú escoge. —animé señalándola con mi mentón.

— ¡De acuerdo! ¡La montaña rusa primero!

No me dio tiempo de al menos responderle ya que había tomado mi muñeca, jalando de ésta hacia donde ella fuera.

— ¿Estás lista? —me cuestionó, y yo negué en respuesta—. ¿Por qué? Siempre demuestras ser muy valiente, Weil. —señaló.

— No es que sea valiente en estos momentos, me pone nerviosa ver lo alto que llega. —expliqué sintiendo vértigo.

— ¿En serio? ¡No tengas miedo! —gritó con euforia—. Una vez que estás arriba sentirás tu corazón latir a mil, además de la adrenalina, claro.

— Adrenalina o no, no deja de verse peligroso y a la vez genial. —comenté suspirando.

— ¡Vamos! No pasará nada, lo prometo.

Lim es de esas chicas dulces que te prometen miles de cosas y tratan de cumplirlas, o como ejemplo este momento, ella sólo me dice que lo promete para darme seguridad, aún sabiendo que no sabe si eso pasará.

— Como sea. —musité resoplando—. Sólo no me grites en el oído cuando estemos allá arriba. —le advertí desde ya.

Asintió con frenesí dibujando una sonrisa en su rostro mientras caminábamos a medida que avanzaba la fila, creo que esto fue rápido ya que es temprano y siendo fin de semana en unas horas esto estará infestado de personas. Detesto las multitudes, a Hanhi le agradan.

— Me muero, es muy alto. —comentó algo aterrada.

¿Ahora quién es la miedosa aquí? El juego mecánico acaba de empezar, solo han pasado unas cuantas curvas y bajadas y está es la más alta y estamos subiendo demasiado lento, supongo que para aumentar nuestro nerviosismo y miedo, o cierto, también la adrenalina.

— Por favor, no grites en mi oído. —le pedí al ver que ya no faltaba mucho para estar en la punta.

— No prometo nada, así que lo siento anticipadamente porque no creo dejar de gritar.

— Diablos, sea quién sea que se le haya ocurrido inventar está clase de cosas, es un puto genio para ponerme de nervios y a la vez ansiosa.

— Weil... —susurró en un tono chillón.

— ¿Qué? —mascullé imaginando ya lo que me iba a decir.

— Ya me arrepentí, me quiero bajar.

Y claramente acerté porque sus respuestas son demasiado predecibles.

— No puedo ayudarte con eso, estamos es la maldita punta Hanhi, y aunque no lo estuviéramos no podría.

Y gracias al cielo se nos ocurrió tomar asiento en el medio, quizás así no nos daría tanto miedo.

— ¡Se te ama Weil!

Ahí va otra vez, se despide tan dramáticamente.

— ¿¡En serio!? ¡Porque a mi no me interesa quién me quiera o no!

— ¡Pero Jeon.-

Y sus palabras se fueron por la borda cuando la tan esperada bajada en picada llego, joder, ¡esto es de lo mejor!

— ¡Weil, dile a Hobi que lo amo! —exclamó como pudo, la estulta.

— ¡Cierra la boca, y deja de gritar!

— ¡¡Ahhhh!!

Claramente mi tímpano quizás no haya sobrevivido, ¿la culpable? Está regulando su respiración después de haberle rezado a no sé quién cuando las subidas y las bajadas del juego se hicieron más fuertes.

— Lo siento. —susurró apenada cuando bajamos de esa cosa.

— Te mataré.

¡Gracias por leer!💙

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Capítulo corregido
y editado: 09/03/2022.

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