𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙨𝙚𝙞𝙨
—Barca se pondrá loco cuando se entere de todo esto, ¿ustedes dos tienen algo?.— preguntó Juan cuando los tres por fin volvimos a la habitación de Roberto
—No tenemos nada.— respondí bajando la cabeza
—¿Entonces que fué ese beso que ví?.— preguntó casi gritando
—Juan, cálmate.— pidió Roberto —¿Te estás poniendo así solo por Barca?.—
El ambiente quedó en un gran silencio durante unos segundos y Juan solamente me miró, parecía molesto, era la primera vez que lo veía así y realmente no entendía porque
—¿Me puedes dejar solo con Roberto?.— preguntó y los miré confundida
¿Había algo que no podía escuchar? Según Juan yo era como su "hermanita" y jamás me había excluido así de un tema, realmente sentí algo atravesando mi pecho.
—Esta bien.— dije con la mejor sonrisa que me salió en ese momento —Si me necesitan estaré en mi habitación.—
Ambos asintieron y yo salí de la habitación de Roberto, sentí como detrás de mí cerraron la puerta, yo me quedé ahí y pegué mi oído a la puerta rogando escuchar algo
—¿Es neta lo que estás haciendo?.— escuché que preguntó Juan
—¿Qué parece que estoy haciendo?.— ahora preguntó Roberto
—¡La estás utilizando! ¡Estas haciendo algo que dañara a Barca y a ______!.— gritó y mi corazón se aceleró
—¿Cómo podría estar haciendo eso?.— preguntó
—Roberto, por favor, te conozco.— exclamó Juan y yo solo hice una mueca —Solo estás detrás de ella para olvidar todo el dolor y la soledad que te hizo sentir la muerte de....—
—¡Cállate!.— aquél gritó me hizo sobresaltar —No sabes de lo que hablas, ni tú, ni barca.—
—No dejaré que la fraternidad vuelva a separarse y menos por una chica.— escuché y mi estómago se revolvió —¡Barca estuvo años detrás de ella! No puedes hacerle esto.—
—Uno no puede decidir que es lo que siente, no es mi culpa que las cosas se estén dando de esta manera, ella me hace sentir vivo ¿entiendes?.— preguntó Roberto y sonreí inconscientemente
—¿Te gusta?.— preguntó Juan
De repente no escuché nada más, parecía que se habían quedado en silencio. Sabía que Roberto sentía algo por mí, él se había encargado de recordarmelo siempre que tuvo la oportunidad
—¿Quieres la verdad?.— preguntó Roberto y nuevamente hubo un silencio pero ahora fué más corto —No me gusta.—
No sabía porqué pero sentía mi corazón romperse, mi estómago se estaba revolviendo y las ganas de llorar se hicieron presentes
—¿Entonces por qué lo haces? ¿Para joder a Barca? ¿Por qué te hace sentir "vivo"?.—
—Lo hago porque no es justo.— respondió —Barca al parecer buscó a alguien que fuera básicamente idéntica a mi novia y la trajo a vivir con nosotros ¡Él es el que parece quererme joder constantemente! ninguno de ustedes pensó en lo que yo podía sentir al verla, se parecen tanto y cuando estoy con ella siento como si mi novia siguiera viva ¿sabes?.—
Mi cabeza empezaba a doler y las lágrimas empezaron a salir mientras me tiraba al piso, ¿solo me estaba utilizando para su estúpida fantacia de que su novia aún estaba con vida? al parecer todo con él había sido falso
—Roberto, somos adultos ya.— dijo Juan —Debes dejar ir a las personas que ya no están, no puedes simplemente lastimar a los demás solo por tener la idea de que "no fué justo", casi nada en esta vida es justo.—
—Yo se lo había advertido.— exclamó —Cuando _____ llegó a la fraternidad le advertí que haría su vida imposible.—
Eso había sido el primer día que llegué pero pensé que después del cumpleaños de Juan todo había cambiado, pensé que él empezaba a quererme.. así como yo había empezado a quererlo
—No digas mamadas Roberto.— habló Juan —¿Por qué? Déjala, ya viste que es buena, ella no tiene la culpa de nada.—
—¡Es una tortura verla!.— gritó —Solo quiero que para ella también sea una tortura verme.—
Las lágrimas seguían cayendo y mi cuerpo empezaba a temblar, esto me estaba matando
—Eres un pendejo.— murmuró Juan
Me levanté del suelo y corrí escaleras abajo, quería salir de la casa, ¡había jugado conmigo! desde el principio solo quería hundirme, quería verme destrozada y lo había logrado.
Salí de la casa llorando y a lo lejos pude ver a Barca con Cry, traían bolsas en sus manos, supongo que era la comida. Corrí y abracé a Barca haciendo que tirará las bolsas
—¿Qué pasa?.— preguntó abrazándome también pero yo estaba ahogada en llanto, no podía responder —¿Por qué estás así?.—
—Yo me adelantaré, los dejo solos.— dijo Cry mientras caminaba a la casa, no sin antes acariciar un poco mi cabeza
Todo estuvo en silencio y yo me aferraba cada vez más fuerte a él
—Perdoname, fuí una tonta.— murmuré sin soltarlo
—¿Qué tengo que perdonarte?.— preguntó sin entender
Yo lo solté un poco para verlo, él pasó su pulgar para limpiar las lágrimas que habían en mi cara.
—Realmente eres un ángel y yo simplemente... dudé de tí muchas veces.— dije evitando el tema de Roberto
—No soy un ángel.— dijo riendo un poco
—Para mí siempre lo fuiste.— confesé con una pequeña sonrisa pero mucho dolor en mi interior
—Entremos a la casa ¿si?.— pidió y yo lo miré dudosa—Te compré algunos dulces, podemos comerlos en tu habitación mientras me cuentas que es lo que te tiene tan mal.—
Él acarició mi cara con su mano y recogió las bolsas que aún estaban en el piso. Entramos a la casa, él dejó las bolsas en la mesa y sacó todo lo que me había comprado, realmente eran muchos dulces
Tomó mi mano y subimos juntos las escaleras, mientras caminábamos no paraba de pensar en lo mucho que Roberto me lastimó. Si a eso quiere jugar, entonces jugaremos los dos.
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