𝘾𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤
Habían pasado ya una semana desde que llegué a vivir con "Esos 4", así los había apodado y a ellos les daba igual. Diariamente aparecía una caja frente a mi habitación y aún no sabía quién era, siempre intentaba quedarme despierta para vigilar quien dejaba la caja pero aprovechaban cuando tenía que ir al baño o cuando el sueño me ganaba y caía rendida.
—¿Qué piensas?.— preguntó Juan mientras seguía con la mirada en su tableta, había estado dibujando e de nuevo
—En las cajas, siguen apareciendo en mi habitación y realmente me interesa saber quién las está dejando.— respondí
—Te están dando regalos, disfrútalos solamente.— dijo y negué con la cabeza
—Necesito saber quién las está dejando y porque razón.— expliqué
—Seguramente es Barca.— habló dejando su tableta de lado —Creo que es obvio pero le gustas.—
Había notado algunos comportamientos raros en Barca, yo sabía que él sentía algo por mí, aunque nunca se animó a decirlo pero no podía ser el de las cajas ¿o si?
—¿Qué piensas que debería hacer?.— pregunté y él parecía pensarlo
—Hagamos un plan, entremos a la habitación de Barca y busquemos alguna caja, algún regalo o algo que él podría darte.— respondió
¿Entrar a su cuarto no sería demasiado? ¿Qué probaría?
—Nunca he entrado al cuarto de Barca.— confesé, durante esta semana había podido entrar a todos los cuartos menos al de Barca, ese siempre estaba cerrado
—Ese es un misterio, nadie ha podido entrar ahí desde hace meses.— dijo intrigado —Ahí tenemos otra razón para querer entrar, ¿no te da curiosidad?.— preguntó
—No quiero invadir su privacidad.— respondí
—Tú no la vas a invadir, la voy a invadir yo.— exclamó —Tú solamente te encargarás de distraer a Barca mientras yo entro y busco las cajas.— dijo
No sonaba a un mal plan, sonaba muy sencillo pero aun así sentía que no teníamos que hacerlo
—Hagámoslo.— dije y él sonrió
Salimos de su habitación donde habíamos estado todo el tiempo y yo me dirigí a buscar a Barca, estuve frente a su habitación para después golpear la puerta. A los pocos segundos él salió volviendo a cerrar la puerta
—¿Qué necesitas?.— preguntó
—Es que hay una araña en mi habitación y es muy grande, ¿Puedes ir a matarla?.— pedí mintiendo
—¿Te dan miedo las arañas?.— preguntó ahora y yo asentí —Bueno, vamos.— dijo mientras caminábamos por el gran pasillo
Llegamos a mi habitación y cerré la puerta sin que él se diera cuenta
—¿Dónde está la araña?.— preguntó
—Eh.. yo la había visto ahí.— dije señalando una pared —Pero creo que se fue.—
—Si querías verme no era necesario inventar algo como una araña.— se burló mientras caminaba hasta la puerta e intentaba abrirla pero no podía —Creo que estamos encerrados.—
Me acerqué e intenté abrir la puerta pero realmente era imposible, alguien había cerrado la puerta desde fuera, sin duda había sido Juan
—Le mandaré mensaje a los chicos.— dijo buscando su celular en sus bolsillos —Dejé mi celular en mi habitación.—
—¿Entonces?.— pregunté y él golpeó fuertemente la puerta
—A esta hora es seguro que el único que esté en la casa sea Roberto y no creo que quiera venir a tu habitación.— dijo —Tendremos que esperar a que vuelva Juan o Ded.—
Yo sabía que Juan estaba en la casa, era la primera vez que no había salido a observar a la tal Ari.
—No hay mucho que hacer en mi habitación, será una espera muy larga.— exclamé mientras me sentaba en mi cama, él se sentó junto a mí
—¿No tienes juegos o algo así?.— preguntó y negué con la cabeza —¿Nunca te aburres?.—
—Si, pero normalmente ocupo mi cabeza en otras cosas.— respondí —Por cierto, tengo una pregunta.—
—¿Cuál?.— preguntó
—¿Por qué le llaman fraternidad a la casa?.— cuestioné —Yo cuando pienso en una fraternidad imagino a algunos chicos en una universidad, así como los de la película de "Monsters University".— dije y ambos reímos
—Le llamamos así porque fraternidad también es el cariño y confianza de personas que se tratan como hermanos.— respondió —Todos llegamos a esta casa sin nada pero pudimos ir avanzando gracias a los demás.—
—¿Y cómo terminaron viviendo aquí?.— pregunté
—La casa y el terreno donde está el bosque pertenece a la familia de Ded, él trabaja en una tienda y un día llegó Roberto a pedir trabajo ahí, al parecer lo habían echado de su casa.— empezó a contar —Ded no solo le ofreció trabajo, también le ofreció ser algo así como su "roomie".—
—Y al final Roberto no quiso el trabajo, pero sí la casa ¿no?.— pregunté y Barca rio mientras asentía con la cabeza
—Después fue Juan, él llegó desde Colombia y no tenía a dónde ir, Ded lo encontró desorientado así que también lo invitó a su casa.— explicó —Y yo pues era amigo de Roberto, él me invitó a mudarme aquí, después me enteré de que la casa era de Ded pero igual me dejó quedarme.—
—Entonces básicamente ¿Ded se dedicó a adoptar inadaptados sin hogar?.— pregunté riendo y él asintió
—Por eso también terminaste viviendo aquí, inadaptada.— se burló mientras también reía
—Aun no puedo creer la suerte que tuve.— hablé —No solo porque me encontraste y me salvaste, también porque me trajiste a vivir aquí con personas maravillosas.—
Realmente estaba agradecida por el giro que dio mi vida, quizás todo sería perfecto si Roberto tuviera otra actitud
—A mí me gusta mucho tenerte aquí y creo que no soy el único que lo piensa.— dijo refiriéndose a Ded y a Juan —Incluso creo que Roberto ya te odia menos.— bromeó
—Yo empecé a verlos como hermanos a todos, incluyendo a Roberto.— confesé
—Eso me alegra bastante y también me pone feliz saber que te estás adaptando a vivir aquí.— dijo con una sonrisa
Mantuve mi mirada en sus ojos, eran realmente lindos si los veías de cerca, él empezó a acercarse más hasta que nuestros rostros quedaron a escasos centímetros.
—¡Barcaaa!.— gritó Roberto abriendo la puerta fuertemente y nosotros nos separamos de golpe
—¿Qué pasó?.— preguntó él mientras se levantaba de mi cama
—Vine a salvarte.— respondió y Juan entró detrás —Otra cosa, encontré a Juan husmeando en tu habitación.— exclamó
¡Nos había delatado! Miré a Juan y él solo me hizo un gesto para indicarme que no dijera nada
—Les he dicho que no me gusta que entren a mi habitación.— dijo Barca
—Solo quería ir a quitarte una chamarra que me gusta mucho.— mintió Juan —No sabía que escondías un cadáver y por eso no podíamos entrar.— bromeó
Barca camino hasta donde estaba Juan y lo jaló para así sacarlo de la habitación. Quedé sola con Roberto
—Sé que tienes algo que ver con eso.— habló mientras me veía
—¿Por qué no le dijiste a Barca eso en lugar de solo acusar a Juan?.— pregunté molesta, era un chismoso
—Porque tú no me importas y porque no creo que Barca sea capaz de reclamarte algo.— respondió —Tienes embobados a todos aquí pero a mí no.—
—Que bueno, eres el único que no me importa, si te tengo embobado o no pues no es algo que me afecte.— sonreí viendo cómo me miraba enojado y se iba
Me recosté en mi cama, ¿Qué había en la habitación de Barca y por qué no podíamos entrar?, Juan sabría la respuesta ahora que él había entrado, solo quedaba esperar para que me lo dijera
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