𝘾𝙖𝙩𝙤𝙧𝙘𝙚
Estaba recostada en mi cama ¿Qué debía hacer ahora?, realmente me gustaba pero no sabía que hacer en estos casos. ¿Debía ir a decirle que me gustaba?
Alguien golpeó la puerta de mi habitación así que fuí a abrir, sorpresivamente era él.
—¿Estas ocupada?.— preguntó y negué dejandolo entrar.
—¿Necesitas algo?.— pregunté mientras él se sentaba en mi cama y yo cerraba la puerta
—Quería pedirte perdón por todo lo que te dije.— habló —No debo juzgar tus decisiones aunque no me gusten, tú ya eres grande y puedes elegir a Roberto si así lo quieres, no te diré nada más que pueda dañar tus sentimientos, yo seguiré cuidándote.—
Sonreí mientras me iba a sentar junto a él, sentí su mirada en mis ojos, acerqué mi rostro al suyo y corté poca distancia que nos unía, lo besé pero al instante se separó
—¿Qué está pasando?.— preguntó notablemente asombrado y reí
—Hoy comprendí muchas cosas.— expliqué —Y me dí cuenta que te quiero más de lo que imaginé.—
Pude ver como él sonrió y volvió a besarme, esta vez ninguno de los dos se alejó, el beso había empezado lento pero poco a poco empezó a subir su intensidad, no supe cómo pero Barca estaba recostado y yo estaba sobre él besándolo.
—¿Qué diablos está pasando aquí?.— la voz de Juan hizo que nos separaramos —¡No me lo puedo creer!.—
Ambos nos levantamos y yo tapé mi cara con mis manos, me sentía avergonzada de que Juan nos haya visto así
—Venía a decirles que la cena estaba lista pero creo que mejor me voy.— dijo corriendo fuera de la habitación
—No debes sentir vergüenza por esto.— habló Barca mientras quitaba mis manos de mi cara —No quiero saber que sientes vergüenza por lo mejor que me pasó en la vida.—
—Vamos paso a paso.— pedí y él asintío —Por ahora no le digamos a nadie hasta que sea el momento justo.—
Pensé que se iba a oponer pero en lugar de eso escuché que se empezó a reír
—¿Qué te parece tan gracioso?.— pregunté escuchando que no paraba de reír
—No quieres que nadie se entere y Juan lo sabe.— dijo y yo seguía sin entender —Sabes que él no es la persona más discreta.—
La realidad cayó sobre mi como una cubeta de agua fría, seguramente Ded y Roberto ya lo sabrían también, no era que me diera pena una relación con Barca, lo que me daba pena es que Juan les dijera que me vió sobre él besándolo en mi cama.
—No sería capaz.— dije intentando calmar mis pensamientos pero Barca seguía riendo
—Averiguemos si realmente es capaz.— exclamó Barca tomando mi mano y jalandome para salir de la habitación
Ambos caminábamos por aquel pasillo tan largo sin soltar nuestras manos, él parecía muy feliz pero yo seguía rogando para que Juan no haya abierto la boca. Bajamos las escaleras y vimos a los tres sentados, las miradas inmediatamente se centraron en nosotros y en nuestras manos que permanecían unidas
—Juan dijo que no iban a cenar.— habló Ded mientras aguantaba su risa —Porque los vio cenandose mutuamente.—
Él y Juan estallaron en risas mientras Roberto solo bajaba la mirada, sabía que estaba molesto porque no le hice caso
—Al parecer Juan no puedo guardar secretos.— dijo Barca soltando mi mano y ambos nos sentamos para comenzar a cenar
—¿Entonces es oficial?.— preguntó Roberto sin expresión alguna —¿Están saliendo?.—
Lo miré y me miró ¿molesto?, Iba a responder algo pero Barca se me adelantó
—Estamos intentándolo.— dijo y lo miré con una pequeña sonrisa
—¡Por fin!.— habló Juan emocionado —Solo tuvieron que pasar dos largos meses para que se dieran cuenta que estaban destinados.—
—Espero que sean felices.— dijo Roberto con la sonrisa más falsa que he visto en mi vida
Yo sabía que Roberto también sentía que tomaba malas decisiones pero realmente no me importaba, quería ser feliz y experimentar el amor
La cena siguió con todos bromeando y riendo, como normalmente, la única diferencia era que Roberto volvió a ser el callado que era cuando yo recién había llegado
—Iré a dormir.— avisó mientras se levantaba
—Es muy temprano.— recordó Barca
—Mañana me voy a levantar temprano, necesito dormir.— dijo Roberto
—Pero tu nunca te levantas temprano.— rió Ded
Roberto solo los ignoró y caminó hasta subir las escaleras dejándonos totalmente extrañados
—Esta raro.— hablé y ellos asintieron
—Quizas solo está cansado.— dijo Barca quitándole importancia
Terminamos de cenar y platicamos unas horas más, después cada uno se fué a dormir a su respectiva habitación.
—Descansa.— dijo Barca dándome un beso en la frente, yo sonreí y lo abracé
Estábamos frente a la puerta de mi habitación y yo no quería soltarlo, realmente quería que lo que teníamos funcionara y aunque era nueva en las relaciones debía dar mi mayor esfuerzo
—Antes de que te vayas quiero hacerte una pregunta.— dije mientras rompía el abrazo —Para tí ¿Qué es lo más importante en una relación?.—
Pude ver qué él sonrió mientras tomaba mi mano
—Yo pienso que lo más importante es el amor, el cariño y la comprensión.— respondió sin borrar su sonrisa y yo me quedé pensativa —¿Piensas que me equivoco?.— preguntó
—El amor es importante pero lo más importante es la honestidad y la confianza, nunca estuve en una relación pero conocí parejas que se amaban pero terminaron por no ser honestos.— conté y pude ver cómo borró su sonrisa
—Te dejaré descansar.— dijo soltando mi mano
—Está bien, nos vemos mañana.— dije con una sonrisa mientras entraba a mi habitación y cerré la puerta
Salté sobre mi cama con toda la alegría posible, el amor se sentía realmente bien. Me puse mi pijama y me recosté para intentar dormir pero unos golpes en mi ventana se hicieron presentes, me levanté para ver qué era y pude ver a Roberto colgado del tejado
—¡Te vas a caer!.— exclamé y él rió
—No es la primera vez que hago esto.— confesó —Te espero en el tejado.— dijo y pude ver cómo subió completamente
Cerré la ventana y salí de mi habitación, caminé de manera silenciosa para que los demás no me escucharán y subí las escaleras que me llevarían al tejado.
Cuando llegué lo pude ver sentado viendo al cielo, me senté a su lado
—¿Cómo pudiste pasar tan rápido de "no sé si me gusta" a intentar algo con él?.— preguntó sin verme
—Es que de repente encontré todas las respuestas, quise intentar las cosas para ver cómo resultaban las cosas.— respondí —¿Tienes algún problema con eso?.—
—Yo no quiero que estés con él.— respondió mirándome —Esconde cosas.— volvió a decir
—¡Siempre lo mismo!.— exclamé —"Esconde cosas" "guarda secretos" "debes descubrir que oculta", dime qué es lo que pasa.—
—Entra a su habitación, ahí están tus respuestas.— dijo —Yo podría decirte todo pero es mejor que lo veas tu misma.—
Lo miré confundida y él parecía estar sonriendo ¿Quería acabar con mi relación que llevaba solo unas horas? Yo sabía que no debía hacerle caso pero la curiosidad empezaba a gobernarme
—¿Por qué haces esto?.— pregunté —¿Por qué no quieres que esté con él?.—
—Ya te dije que no te conviene.— respondió
—Quiero la verdad.— exigí y él me miró fijamente
—Quiero que estés conmigo, me gustas.— confesó
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