Quien diría que desde mayo del 2013 muchas cosas cambiaron, nuestros planes familiares eran simples, mantenernos juntos hasta el final, pero las cosas no siempre resultan como queremos, siempre hay alguna piedra en el camino o un desvío y todo se desmorona, ya sea para bien o para mal.

A veces duele pensar que ya no eres la misma de antes, aquella niña alegre y risueña, esa que no importaba si el día estaba gris, solo sonreía sin pensar en el mañana, porque, digo, un niño de 9 años no piensa en su futuro, solo se concentra en jugar y dice que quiere ser de grande, más no tiene definido la manera en la que lo lograra, solo sabe que quiere ser igual que sus hermanos mayores, seguir su ejemplo y ya, pero el tiempo siempre pasa factura y uno madura, otras veces la adolescencia llega y también es otro factor que pasa factura, pues unos se vuelven rebeldes o simplemente callan para encajar con su entorno y simular lo que no son realmente.

Soy una adolescente, ¡Compréndeme! Ya no soy aquella niña risueña cuyo único deseo de cumpleaños, navidad y año nuevo era que sus padres volviesen a estar juntos, es más aquel año que nuestros padres se separaron simulé seguir siendo aquella niña risueña que solía ser para reconfortarlos a ustedes, sin embargo aquel brillo que yo misma sabía que tenía en mis ojos fueron reemplazados por los sollozos y lagrimas nocturnas.

Es difícil creer que tu mundo se puede venir abajo por una simple acción, a partir de ello empezamos a aceptar la triste realidad y afrontarla, ustedes maduraron, yo seguía siendo una niña, conforme fui creciendo ustedes me ofrecieron toda la juventud que dejaron atrás al verse forzados a madurar, agradezco ello, pero a veces siento que ustedes quieren que yo viva su juventud en la manera en la que ustedes quisieron vivirla y no me dejan vivir la mía, es cierto, a veces quiero disfrutarla de la manera errónea, pero para ustedes están, para guiarme, no para criticarme, regañarme y cohibirme a mi misma de lo que puedo y no puedo hacer, a veces es bueno dejar uno tropiece, para que sepa cuan dura es la realidad, ahora lo hacen, pero siempre aconsejándome, se que soy cobarde al escribir esto y dejarlo en el anonimato, pero simplemente quiero expresar lo que siempre quise sin que ustedes se enteren o tengan que pasar tiempo conmigo por un simple texto, porque no quiero volver a ser tratada como a aquella niña risueña de 9 años consentida y caprichosa, quiero aprender que en la vida uno cae y se levanta para poder ser mejores, aprender a definirme y saber que quiero para mi vida.