O24
Sunoo recargó su barbilla contra su mano, tamborileando los dedos de su mano libre contra la mesa, observando la calle a través del ventanal de la cafetería. La mesera se acercó a la mesa con su orden, sonriéndole en agradecimiento por llevar su pedido, al tiempo en que la muchacha se retiraba, su mejor amigo apareció en la silla de frente agitado.
—Dios, necesitamos cambiar de locación porque siempre llego tarde. —se quejó, el ahora pelirrojo, mientras tocaba su pecho ante la agitación de su corazón.
—Está a la misma distancia de nuestros trabajos, tú eres quien sale a la hora para llegar tarde aquí. —contraatacó con una sonrisa divertida, tomando su bebida. —Pero, como un buen amigo que soy, para cuando llegas ya tienes hasta tu café y postre servidos.
—La humanidad agradece tu generosidad, Kim Sunoo. —guiñando un ojo, agarró el aire suficiente para comenzar a tomar el primer sorbo del café. —¿Cómo estás? Me sorprendió tu mensaje diciendo que nos viéramos.
—Han pasado un par de cosas que quería contarte. —sonrió, dejando su bebida a un costado.
—¿Tiene qué ver con tu destinado? Ya no supe más del tema.
Asintió. —Digamos que estamos comenzando una relación formal...
Se vio interrumpido por el grito de Jungwon, haciéndolo callar y cubrir su rostro al ser observado por las personas de las mesas cercanas a donde se encontraban. Hasta que volvió a su silencio, fue que quitó las manos de su rostro y lo reprimió con una mala mirada, junto con un rubor sobre sus mejillas.
—¡Sabía que quedarían juntos! No me equivocaba, tenía razón. —sonrió con emoción reflejado en sus facciones.
El omega negó, divertido. —Siempre tienes la razón, lo sé.
—Ahora dame los detalles, ¿Cómo es él? ¿Ya te marcó? ¿Ya pasaron el celo juntos? No, no pueden hacer eso porque tienen a un cachorro, ¿Verdad? Oh por dios, ¿Eres padrastro?
—En otra oportunidad puedo hacer que se conozcan, apuesto a que te agradará mucho porque es muy amable; No, no me ha marcado porque estamos en proceso de formar una relación; Tampoco hemos pasado el celo juntos; Si lo ponemos de esa manera... Sí, soy padrastro.
—Dios, tanto que amas a los cachorros y ahora tienes uno, tienes un alfa a tu lado y te veo feliz, siento que llevábamos años sin vernos.
—La verdad es que se sintió como una eternidad, pero creo que lo malo ya pasó y podremos vernos más seguido como normalmente lo hacíamos. —partiendo un trozo del pastel, bajó la mirada. —A pesar de haber tenido días tan malos, y de los cuales llegué a creer que no volvería a vivir nada de esto, siento que si vamos por la misma marcha, todo habrá valido la pena. Sé que puede sonar algo loco, podrás pensar que no debí de correr tanto riesgo solo para conocer a mi destinado, pero todo ello solo me hace valorar más lo que tengo y lo que está por venir.
—Sunoo, si estás feliz y te sientes bien, eso es todo lo que está bien para mí también. Si estás feliz, yo soy feliz, pero si estás triste o molesto por algo, entonces también seré triste y/o molesto porque quiero comprenderte. Aunque se hayan dado las cosas de esta manera, me alegra que estés sintiéndote bien y que tengas todo lo que siempre has añorado por tanto tiempo, porque mereces ser feliz y tener todo lo que desees, eres el omega más puro que tengo el privilegio de conocer y me siento honrado por ser parte de tu vida, créelo.
El castaño agarró una servilleta para sorber su nariz, sintiéndose repentinamente nostálgico por todo lo que ha cambiado desde la primera vez que se vieron. Había tenido una vida tranquila y llena de sueños antes de conocer a Sunghoon, pero una vez que llegó a su vida, solo pudo pensar en todos los retos que estaban por venir en su vida y que ahora agradece haber superado y lo que faltaba por afrontar, pero que sentía ahora que podría con todo mientras tuviera al alfa y a su cachorro a su lado.
Ahora se sentía seguro, y no podía pedir nada más que eso.
Su turno había finalizado demasiado tarde para su gusto, permitiéndose agarrar un taxi para llegar más rápido a casa y no demorarse más de lo que ya iba. No queriendo molestar a Sunghoon, le notificó por mensaje que iba de camino, de esa manera no estaría preocupado por si tardaba más de la cuenta.
Deseó llegar y tomar una relajante ducha, probablemente cenar algo ligero y acostarse a lado del alfa para descansar, sintiendo todo su cuerpo molido por cubrir las últimas horas a su compañero de turno que se había retirado antes de tiempo por problemas personales. Los cachorros que se encontraban en el área de neonatos no eran ninguna dificultad para él, sino que eran los padres que solían agobiarlo en ocasiones cuando no le ayudaban con los cuidados necesarios o no mostraban interés en ello.
A veces se preguntaba porqué creían ser capaces de ser padres si desde el primer momento que los cachorros los necesitan no están ahí para atenderlos, se lo dejaban todo a él. No era una molestia precisa por ser parte de su trabajo, pero no se comparaba cuidar de un cachorro que no era suyo a ver a los padres estar a su lado y seguir consolidando el vínculo que debían de tener al ser padres e hijos desde los meses de gestión, reconociéndolos y saber que estaban ahí para ellos.
Teniendo esa espina de malestar en su pecho durante todo el camino, sacó su billetera para pagar la cantidad que el chófer le solicitó una vez que se estacionó sobre la calzada, agradeciendo por su servicio antes de bajar y dirigirse a la puerta de la casa. Tan pronto como abrió la puerta, el olor a comida y el aroma del alfa lo inundó por completo, haciéndolo sonreír y hacer que sus malestares y molestias quedaran fuera de la casa en cuanto entró por completo.
Dejando sus pertenencias en el perchero, se encaminó por el pasillo hasta la cocina, encontrándose con el alfa bailando con la melodía que los altavoces reproducían mientras Dongmin pegaba sus manos contra las mejillas del azabache, haciéndolo sonreír. La escena le provocó un ataque de ternura, mordiéndose el labio conforme recargaba su hombro contra el marco de la puerta y los observaba a la distancia, fascinado con la forma en que compartían el momento.
Sunghoon se detuvo brevemente al percibir el aroma del omega, girándose para encontrarlo en el marco de la puerta con una sonrisa en su rostro, invitándolo acercarse con una sutil mirada.
—Hey, Sunoo. —devolviéndole la sonrisa, juntó sus frentes tan pronto como terminaron con la distancia que los separaba. —¿Tiene mucho que llegaste?
Negó. —Acabo de llegar, pero no quería interrumpir su momento. Se ven muy tiernos juntos, inclusive quise sacarles una foto y retratarla en la sala.
El alfa soltó una carcajada. —Min no quiere dormirse, y recién terminé la cena, así que se me ocurrió comenzar a enseñarle a bailar para cuando lo necesite.
—¿Tu papi alfa ya está pensando cuando tengas pareja, Min? ¿Acaso es eso? —habló hacía el cachorro con una expresión divertida.
El silencio del alfa le hizo soltar una carcajada, divertido por su poca reacción con su comentario. Sabía que era un tema muy reciente para el pequeño cachorro, pero no estaba demás bromear un poco para molestar al azabache.
—Min es muy pequeño para pensar en tener pareja. —comentó, fingiendo una expresión de indignación.
Quitando el cachorro de sus brazos, siguió bailando con él mientras Sunghoon se encargaba de servir la cena y llevar los platillos hasta el comedor. Una vez que estuvieron en el comedor, se profundizaron en una amena conversación de sus días como era costumbre, y sin querer seguir despiertos por más tiempo del necesario, se encargaron de limpiar todo, dejando el comedor y la cocina impecables antes de asegurarse de llevar a Dongmin a su habitación para que fuera el primer en ir a dormir.
Entre los dos lo arroparon y arrullaron en su cuna, quedándose el tiempo suficiente para comprobar que dormía cómodamente hasta que salieron de la habitación para dirigirse a la del omega. Sunoo estaba sacando sus prendas de dormir cuando sintió la presencia del alfa detrás suyo, la mano contraria posicionándose a la altura de su cintura, sorprendiéndolo.
—¿Ocurre algo?
—Quería hablar contigo de algo.
—Adelante, estoy aquí. —se giró, su mano dirigiéndose a la contraria que reposaba sobre su cintura, capturando sus dedos entre los ajenos.
—Estuve pensando mucho últimamente, y ya que terminé mis sesiones de manera exitosa, todo parece andar bien y estamos bien con todo ello, pensé que podríamos, si tú quieres, hacer de esto oficial. —bajando la mirada, sonrió. —Ya no existe ninguna duda, tampoco me siento agobiado por un pasado que pudiera atormentar mis días, sino que ahora me siento libre y dispuesto a todo, y con todo me refiero a pasarlo contigo, omega.
Sunoo se quedó en silencio por unos momentos, gesticulando con sus labios pero sin emitir ninguna palabra. ¿Estaba escuchando bien? —¿Estás completamente seguro? Realmente no hay prisa, si quieres más tiempo para pensar y seguir esto de conocernos, lo entiendo. No hemos tenido tanto tiempo como antes, ambos hemos estado demasiado ocupados con nuestros trabajos, por ello te digo que puedo seguir esperando.
—Estoy seguro de esto, completamente. Si quieres tanto como yo deseo, me gustaría terminar de hacer oficial esto y sernos el uno al otro. No puedo imaginar otro momento para decirte esto, porque quería decírtelo tan pronto como la idea se asentara en mí, así que estaba esperando por ti hoy.
—Entonces ¿Quieres hacerlo oficial? —envolvió sus brazos alrededor de su cuello, sonriendo.
—Sé mi omega, así como yo seré tu alfa. —dando un paso en su dirección, alzó sus manos entrelazadas hasta la mejilla del castaño, mientras el otro brazo se envolvía en su cintura.
—Acepto, alfa.
Y entonces, en un instante eterno que parecía detener el tiempo, los labios de Sunoo se encontraron con los de Sunghoon en un beso suave pero lleno de pasión y ternura. Fue un encuentro tierno y emotivo, cargado de la promesa de un amor verdadero y duradero.
Los dos se perdieron en el beso, dejando que sus corazones se comunicaran en un lenguaje silencioso pero poderoso. En ese momento, no había dudas ni temores, solo el profundo conocimiento de que estaban destinados a estar juntos, unidos por un amor que trascendía.
Cuando finalmente se separaron, sus alientos entrecortados y sus miradas entrelazadas hablaban más que mil palabras. En ese beso, Sunoo y Sunghoon sellaron su compromiso el uno al otro, prometiendo caminar juntos de la mano en la aventura de la vida, con amor, lealtad y dedicación mutua. Era el comienzo de un nuevo capítulo en su historia, uno lleno de esperanza, felicidad y amor eterno.
el próximo cap es el último cap 😔
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