CAPÍTULO 37: THE END OF AN ERA
—— THE END OF AN ERA ——
—Deberías de estar tumbado.— Le dijo Astrid a Leonidas al ver como este se había levantado, pero no había sido una buena idea, ya que un insoportable dolor causado por el veneno recorrió todo su cuerpo, haciendo que soltara un quejido de dolor junto a una mueca que evidenció que no estaba bien.
—No puedo, no sabiendo que me voy a morir.— Se quejó mientras Astrid le obligaba a sentarse en la cama, para después sentarse a su lado.
—No digas eso, siempre hay una solución y encontraremos una.— Aseguró mostrando que en aquellos momentos lo único que les quedaba era la esperanza, pero cuanto más tiempo pasaba esa esperanza más desaparecía y más se convencían de que su muerte era mucho más que inminente.
—Aunque he de admitir que ha sido una aventura mucho mejor de las que nos inventábamos para jugar de niños.— Rió Leonidas mientras volvía a tumbarse, centrando su atención en el techo, recordando las noches que él junto a sus hermanas en las que se quedaban despiertos contándose historias que nunca creían que iban a vivir. —¿Te acuerdas de cuando éramos niños? Creíamos qué íbamos a tener el mundo a nuestros pies, sin saber que en verdad iba a ser así.— Admitió mientras miraba a su hermana y la cogía de la mano, como cuando eran pequeños y Astrid dormía a su lado cada vez que tenía una pesadilla.
—Será mejor que guardes energías.— Le pidió con respecto a que debía de dejar de hablar, pero no lo decía porque de esa forma el veneno de hombre lobo fuera a actuar antes, sino porque no quería recordar una época que distaba mucho de parecerse a esa, ya que para Astrid jamás existió la posibilidad de que en algún momento fueran a morir sus hermanos.
—No es tu culpa, nada de lo que ha ocurrido lo es.— Prosiguió Leonidas haciendo que su hermana le mirase de nuevo, mostrando que por mucho que intentara mantener la postura de que nada la efactaba, la realidad era diferente, pues era su familia la que estaba sufriendo y ella, aun siendo una criatura poderosa, no podía hacer nada por remediar aquel dolor. —El destino quería que esto sucediera, y ha sido por algo. Fuimos elegidos para llevar una carga demasiado pesada cuando aún no sabíamos de la crueldad del mundo, nos volvimos crueles junto a él para aprender a sobrevivir y eventualmente nos perdimos, pero eso no significa que seamos los villanos de todos, hemos ayudado, hemos sido parte de la historia tanto de forma directa como de forma indirecta, y eso es algo de lo que no muchos pueden sentirse orgullosos.— Aseguró el menor, mostrando lo muy orgulloso que estaba por ser un Original, ya que de esa forma había podio vivir miles de vidas, tal vez no había vivido sus mil años de forma consciente, pero por lo menos podía sentirse orgulloso de haber visto el mundo crecer y cambiar.
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—No es un juicio, es un suicidio. Coge a Astrid, a Taylor y a Hope y marcharos de la ciudad.— Le dijo Elijah a Klaus al ver que este tenía la intención de regresar al complejo para ser sometido a un juicio, donde todos allí le culpaban de ser el monstruo de sus pesadillas.
—No, no os dejaremos.— Sentenció Astrid sabiendo que no podían dejar en la estacada a la familia, nunca lo habían hecho y menos lo harían en el momento donde más necesitaban que alguien les ayudará, estaban juntos en aquello por y para siempre.
—No, Davina, por favor.— Dijo Kol mientras empezaba a moverse, haciendo que todos vieran como las alucinaciones habían comenzado. —No por favor, no me dejes.— Añadió mientras Freya, Astrid y Taylor le sujetarán para que dejara de moverse ya que podía ser peor para él.
—Tiene que haber una manera de salvarles.— Comentó Freya mientras se acercaba a su hermano para poder hablar con él, mientras el resto luchaba por calmar a Kol.
—Entonces moveré cielo y tierra para hacerlo.— Sentenció el híbrido con firmeza, mostrando que haría todo cuanto pudiera para asegurar que su familia estuviera sana y salva.
—Necesito tiempo.— Explicó Freya sabiendo que los dos hechizos que iban a hacer requerían su tiempo, para organizarlos y hacerlos, además de la presencia de Rebekah.
—¿Crees que debería de enfrentarme a un juicio de esa índole?— Preguntó Klaus sorprendido por lo que su hermana mayor estaba insinuando.
—Esa es la parte fácil.— Aseguró Freya sabiendo que la parte más complicada era que Klaus saliera con vida de algo que realmente era una sentencia de muerte para él. —Para salvar a tu familia tienes que salir de ese juicio con vida.— Sentenció la bruja con firmeza, haciendo que el híbrido se quedará en silencio pensando muy seriamente en lo que eso podía significar.
—Esta empezando con las alucinaciones, cuando le paso a Finn tardo casi tres horas en morir.— Comentó Leonidas sabiendo que a Kol no le quedaba mucho tiempo de vida, y por ende a Elijah y a él tampoco. Pensar que te quedaban tres horas donde solo había agonía y dolor era algo que realmente cualquiera aborreceria, pues sabía que la vida, lentamente, se estaba marchando y no existía forma alguna de evitar lo que parecía ser inevitable.
—Tenemos que traer a Rebekah.— Sentenció Freya sabiendo que su hermana también debía estar comenzando a sufrir los efectos del hechizo, lo que significaba dos cosas, la primera que Rebekah iba a tener que luchar contra sí misma para permanecer cuerda el tiempo que fuera necesario; y lo segundo era que sin Rebekah allí no iban a poder incluirla en el hechizo que la dormiría para así poder salvarla.
—Iré a por ella.— Sentenció Asttid sabiendo que de todos los presentes iba a ser la única que no solo podría salir con vida si alguno de los vampiros decidida atacarla, sino también por qué era la única que podía enfrentarse a la versión demoníaca de Rebekah y no morir, los demás estaban demasiado débiles, Klaus iba literalmente al matadero, y Taylor aunque era un híbrido era muy vulnerable, así que solo quedaba ella.
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—Nuestros caminos se separan aquí, lobita, entraré solo y tu te llevarás a Rebekah y te les llevarás lo más lejos que puedas.— Le dijo Klaus a Astrid rompiendo el silencio que ambos habían mantenido desde el momento en el que habían salido del ático de Lucien.
—Buscare una cura para cada uno, te lo prometo.— Le tranquilizó Astrid sabiendo que no descansaria hasta que toda la familia estuviera reunía de nuevo, y en perfectas condiciones.
—Se que lo harás, pero hasta entonces que no te encuentre nadie. Es cuestión de tiempo que quieran también tu sangre o la de Hope.— Explicó el híbrido sabiendo que cuando él dejará de ser de interés para aquellos que le querían ver sufrir, buscarían la forma de hacerle daño y la forma de hacerlo era atacando y tal vez matando a Astrid y a Hope. Por suerte, el único que podía matar a la híbrida era Marcel, pero al igual que todos ella podría caer presa de su sed de venganza.
—He sabido esconderme.— Le tranquilizó sabiendo que nadie la encontraría a no ser que ella quisiera ser encontrada, y para su suerte y la desgracia de algunos, nadie iba a dar con ellas hasta que no hubiera traído a todos de vuelta, entonces y solo entonces, harían frente a todos y cada uno de los enemigos que se habían propuesto a ser testigos de su caída.
—Ten cuidado, si te pasara algo yo...— Empezó a decir Klaus, mostrando que tal vez podría perder a sus hermanos pero si en el hipotético caso llegaba a perderla, tal vez no se lo perdonaría nunca.
—Estaré bien, Nik. No te preocupes, intenta salir tu con vida de ese juicio.— Le tranquilizó mientras le dedicaba una pequeña sonrisa, sabiendo que había llegado el momento de contarle que estaba embarazada, principalmente aquella no era la forma idónea para decirle que iban a volver a ser padres, pero aún así era la única oportunidad que había para poder decírselo. —Oye, antes de que entres ahí... creo que deberías de saber esto.— Empezó a decir Astrid algo nerviosa, sin saber como iba a decírselo, ya que la primera vez las cosas no salieron tan bien como uno podría llegar a imaginar. —Estoy embarazada.— Dijo finalmente sorprendiendo a Klaus con aquellas dos palabras, ya que nunca se esperaría que aquello pudiera ser posible, pero teniendo en cuenta las circunstancias por las cuales Hope fue concebida, tal vez era más lógico de lo que podían llegar a creer.
—¿E-estas segura?— Preguntó asimilando lo que acababa de escuchar, ya que bueno tampoco es que fuera algo que esperase escuchar, de hecho aún ya siendo padre le seguía sorprendiendo aquel hecho
—Sí..., creo que era mejor que lo supieras a que dentro de a saber cuando te llevarás la sorpresa.— Admitió respirando aliviada de que su reacción no fuera exactamente igual a la de Hope, aunque cualquier reacción podía considerarse mejor que esa.
—Tener cuidado, por favor.— Insistió Klaus de nuevo justamente antes de darla un beso en le frente. —Y si es niña ponle el nombre de Eliana.— La pidió para después acercarse a la puerta y entrar, haciendo que Astrid se quedará en el lugar que había acordado con Rebekah donde la estaría esperando.
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—Vamos, Rebekah, no tenemos mucho tiempo.— Dijo Astrid justamente después de que ambas se abrazaran.
—Creo...— Empezó a decir la menor de los Mikaelson creyendo que iba a ser mejor que se quedará con Klaus, de esa forma podría evitar que Marcel le hiciera daño.
—Tus hermanos te necesitan, no hay tiempo que perder.— La recordó sabiendo que ella era clave para el hechizo, pero también sabiendo que no la iban a dejar a su suerte.
—Vaya caras que tenéis.— Comentó con burla Rebekah una vez que ella y Astrid entraron en el ático, haciendo que ambas vieran que la situación estaba a punto de llegar a su límite.
—No es momento se hacer bromas, hermana.— La advirtió Elijah sabiendo que debían de actuar de forma inmediata, en cualquier momento podrían morir.
—¿Tienes todo listo, Freya?— Preguntó Astrid a Freya, sabiendo que la respuesta era positiva aún así prefería hacer la pregunta.
—Comenzaré mi parte cuando tu empieces la tuya.— La tranquilizó mientras se sentaba en torno a la mesa, al igual que Rebekah, Elijah, Kol y Leonidas. Astrid, en cambio, se acercó a la cocina, donde Freya la había preparado todo.
—Indamus indocre, cincamus noves am.— Empezó a decir Astrid mientras cerraba los ojos e intentaba mantener su respiración relajada. —Indamus indocre, cincamus noves am.— Repitió por segunda vez al mismo tiempo que Freya comenzaba con su hechizo, todo bajo la atenta mirada de Taylor la cual observaba como Freya sangraba de la nariz, mientras que Astrid lo hacía por los oídos. —Indamus indocre, cincamus noves am.— Dijo por última vez justamente cuando la sangre que había sobre el papel que Freya tenia delante, en el que estaban escritos los nombres de todos, a excepción del de Taylor, se manchaban de sangre. Mostrando que serían Klaus y Astrid las anclas para que la Chambre de Chasse tuviera éxito.
—¿Estas bien?— Preguntó Taylor sujetando a su hermana, la cual se había tambaleado una vez que el hechizo había terminado.
—Ellos lo están.— Respondió haciéndola ver que lo único que la importaba era saber que su familia estaba sana y salva.
—¿Y tú magia?— Preguntó preocupada sabiendo que podía existir la posibilidad de que ya no hubiera rastro de ella.
—Se esfumó, vuelvo a ser híbrida.— Sonrió aliviada al saber que aquel peso había desaparecido de ella, y que había contribuido a ayudarles.
—¿Qué hacemos con ellos?— Preguntó la morena mientras observaba a los cinco, los cuales parecían estar sumidos en un profundo sueño del que no iban a despertar con la facilidad que cualquiera podría llegar a creer.
—Lo tengo planeado, les meteremos en cinco ataúdes y les llevaremos lo más lejos que podamos.— Resumió su hermana mostrando que la realidad volvía a ser como en el pasado, una vez más volvían a estar destinados a huir con los ataúdes, por suerte había un incentivo esta vez, y Astrid sabía que cumpliría con su parte la llevara el tiempo que la llevara.
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—Siento que hayas tenido que volver al ataúd, hermanito. Pero te prometo que te sacaré de él. Volveremos a estar juntos, te lo prometo.— Murmuró Astrid mientras miraba a su hermano, el cual volvía a estar encerrado en un ataúd, la única cosa que ella había aborrecido y era el hecho de que él volviera a uno.
—¿Hablando con Leo?— Preguntó Taylor justamente cuando Astrid cerró el ataúd.
—Es mi hermano, quería despedirme de él.— Respondió con obviedad mientras bajaba la persiana del camión y la cerraba con llave.
—Están bien, As. Buscaremos una cura para cada uno de sus males, y cuando la tengamos les traeremos de vuelta. Cueste lo que cueste.— La recordó sabiendo que debían de aferrarse a aquella realidad, al hecho de que llegaría el momento en el que, de nuevo, serían libres y de que tendrían una cura por si Marcel decidía volver a morderles, pero a pesar de ellos quien le preocupaba a la híbrida era Klaus. Pues viviría atormentado sabiendo que había sido derrotado por aquel al que había considerado como un hijo.
—El precio han sido demasiadas vidas, vivimos creyendo que nunca llegaría el momento en el que existiera una criatura o una especie superior a nosotros, por lo que siempre hicimos cuanto quisimos sin tener en cuenta las futuras consecuencias, ahora comprendemos que ya no somos las criaturas más poderosas que existen. Estamos subordinados a Marcel Gerard, y con uno de sus mordiscos podría matarnos. Debemos de aprender que incluso la criatura más fuerte siempre es superada por alguien más.— Explicó Astrid mientras cogía en brazos a Hope, la cual empezó a jugar con el pelo de su madre sin comprender nada de lo que estaba pasando, pues aún era muy pequeña para recordar o ser consciente de algo.
—¿A donde vamos a ir?— Preguntó Taylor mientras guardaba un par de cosas en la parte de atrás de los asientos del camión.
—He hablado con Mary, es la propietaria de una casa algo lejos de aquí. Nos quedaremos allí escondidas hasta que encontremos la cura de todos ellos.— Explicó Astrid sabiendo que muy en el fondo ella todavía tenía criaturas que la ayudarían, y eso la hacía sentirse dichosa, porque eso significaba que la ayudarían a dar con las curas antes de lo que podían llegar a imaginar.
—¿Y los ataúdes?— Preguntó su hermana sabiendo que Astrid no iba a cometer la imprudencia de dejarlos cerca de ellas, por qué eso sería ponerse todos en peligro.
—Les dejaré escondidos en otro lugar, es muy arriesgado que les mantengamos con nosotras. Podría ser un riesgo.— Respondió con obviedad mientras ambas se subían en el camión, quedando Hope en la parte de atrás, atada a su sillita, junto a una pequeña mochila con sus cosas y algunos peluches, donde también se encontraba la carta que Klaus la había escrito.
—Pues en marcha, hay que irse antes de que decidan venir a hacernos una visita, a ti por lo menos. Eres la única Original que ha quedado... ilesa.— Alegó la híbrida sin comprender como es que eso podía haber sucedido, pero a pesar de que era una incógnita, prefería que así lo fuera pues ahora que estaba con su hermana no quería perderla, aunque fuera por un determinado tiempo.
—Davina me advirtió de que a mi no me iba a afectar la profecía.— Explicó finalmente la rubia mientras agarraba con fuerza el volante.
—Kol hablaba de ella, de que la vio por una última vez.— Murmuró la morena mientras agachaba su cabeza al recordar la desesperación y el dolor en todos ellos. Había sido una agonía para ella presenciar algo así.
—Estuvo bien verla por última vez.— Murmuró Astrid mientras sacaba de su cazadora la pulsera que evitaría que Hope hiciera magia.
—¿La vas a poner la pulsera?— Preguntó al ver cuales eran las intenciones de su hermana.
—Es lo mejor para todos, principalmente para ella. Su magia es y será muy diferente a la mía y a la de...— Empezó a decir al ser consciente de que Hope heredaria una magia que ella no comprendía, y que su segundo magia heredaria una magia que ella sí entendía, pero que también era peligrosa.
—¿A la de quien? ¿Qué pasa?— Preguntó Taylor al ver que su hermana parecía estar ocultandola algo que parecía ser importante.
—Vuelvo a estar embarazada.— Comentó mientras la dedicaba una sonrisa, haciendo que Taylor la mirase sorprendida por lo que había escuchado.
—¡¿Enserio?!— Exclamó sorprendida mientras sonreía. —Enhorabuena.— Añadió mientras abrazaba a su hermana, comprendiendo ahora porque a ella no la había afectado la maldición, porque había un factor que no se había tenido en cuenta, y era la posibilidad de que se pudiera volver a quedar embarazada. —Al menos esta vez no habrá brujas locas que quieran matar al bebé.— Comentó mientras ponía los ojos en blanco, haciendo reír a la rubia. —¿Qué dices, Hope? ¿Te gustaría tener un hermanito?— Preguntó girando la cabeza para mirar a su sobrina la cual no comprendió ni una de las palabras que habían dicho, ya que estaba demasiado concentrada mordiendo el peluche que Elijah la había regalado cuando nació.
—Seguro que sí.— Sonrió Astrid sabiendo que el mejor regalo que uno podía tener era el privilegio de tener un hermano, las cosas eran mucho mejor cuando se tenía uno. Aunque a veces fueran insoportables, siempre iban a estar ahí para ayudar en lo que fuera necesario o para hacer frente a una buena pelea.
★★★
No siempre hay un final feliz de temporada, pero creo que es el final agridulce perfecto para esta temporada que termino de una forma tan trágica.
La escena del principio de Leo y Astrid, de verdad me encantó hacer el monologo de él, es algo que siempre he pensado de los Mikaelson, y que lo dijera Leo... bueno ya sabemos todos lo sentimental que es, y más con Astrid, aunque me encanta aún más hacer guiños a su infancia, porque de alguna forma siempre he querido hacer el paralelismo de que su infancia fue mucho más diferente a la que tuvieron los Mikaelson.
Por otro lado, la escena de Elijah pidiendo a Klaus que les deje y huya, hablamos de KLAUS MIKAELSON, él no huye, él desaparece. Vale, fuera bromas, estaba claro que no les iba a dejar en la estacada. Pero lo que le pide Freya... salir con vida de un juicio de tus enemigos... si llegan a ser él estaría muerto en cuanto pusiera un pie en el complejo.
La escena de Klaus y Astrid, creo que sin duda ha sido la más bonita que he escrito hasta el momento, y me pareció perfecto ese momento en el que le revela que serán padres, y la reacción de Klaus... Bueno quería hacerla completamente diferente a cuando se entero de la existencia de Hope. Pero creo que le da el toque ese momento en el que la pide que de ser niña la pusiera el nombre de Eliana, todos sabemos la importancia que tenía en esta historia, y creo que era perfecto, todo en esa escena, su despedida, todo, simplemente fue perfecto. Y más fácil de escribir de lo que puedo admitir.
La parte del hechizo, ESTABA CLARO que iba a descargar el poder que Astrid tenía de Adelaide aquí, lo que significa que al arco de Adelaide ha llegado a su fin. Aún así la presencia de Taylor en este capítulo, a pesar de ser secundaria es muchísimo más importante de lo que creéis, porque es el pilar de Astrid en todo lo que está sucediendo.
Y la escena del final del capítulo... os aseguro que Hope y Eliana serán insuperables, pero esa escena... La amo sin duda, es que no se que destacar de ello, más allá de la referencia de las brujas. Amo las referencias.
De verdad os digo que este capítulo es de mis favoritos por todo lo que representa y significa, y aparte le disfrute mucho a la hora de escribirlo porque hay en él detalles que no puedo describir con palabras. Simplemente cada escena es un detalle importante para que sea el capítulo perfecto.
Dicho esto, finalmente damos por concluido el arco de la temporada 3, por lo que este próximo miércoles tendremos un capítulo PRECIOSO, de transición, y el sábado empezaremos con la temporada 4.
Ya queda menos para que Klaus y el resto de Mikaelson estén reunidas y estén con las hermanas Mikaelson.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Maratón 4/4
Os leo ♥️
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