CAPÍTULO 3: THE PROPHECY
—— THE PROPHECY ——
—¿Dónde os habíais metido?— Preguntó Leonidas al ver aparecer a Astrid y a Taylor, las cuales ya habían acordado previamente que mentira contar para que no supieran lo que había pasado.
—Camille me pidió ayuda con una cosa, y a Taylor la pidió ayuda Marcel.— Respondió Astrid con tranquilidad, sabiendo que cuanta menos información les dieran sería mucho mejor.
—Bien, porque parece ser que alguien ha convencido a Davina para que rompa la maldición que hay sobre los media luna. La manada al completo vuelven a ser humanos, ¿vosotras no sabéis nada?— Intervino en ese momento Elijah, haciendo que ambas le mirasen sorprendidas para luego mirarse entre sí al ver que la palabra de la bruja había sido cierta.
—No, pero tal vez Davina lo ha hecho por caridad, o por intereses. A saber los motivos por los que se mueven las brujas.— Alegó Taylor restándole importancia, y diciendo algo que sí era evidente, ya que desde que habían llegado a Nueva Orleans las brujas habían demostrado que se movían únicamente por una clase de intereses, los propios.
—¿Qué es lo que pasa?— Preguntó Astrid dándose cuenta de que algo estaba ocurriendo, podía verlo en el rostro de su hermano y en el de Elijah, y evidenciaban que algo, tal vez malo, estaba ocurriendo.
—Me ha llegado información inquietante de Lucien Castle, no me fio de la fuente pero me fio de Freya por eso la va a realizar un hechizo para saber si sus supuestas advertencias de una guerra entre las estirpes son o no ciertas, y por ende sus advertencias a un posible ataque hacia quienes quedamos con vida.— La explicó Elijah, haciéndola ver a Astrid que tal vez la advertencia que la había hecho a ella y a Klaus no fuera tan falsa como creía.
—No confío en Lucien, pero sí en Freya. Así que a ver qué puede sacar de ello.— Respondió Astrid sabiendo que Freya descubriría si era cierto o no, y en aquellos momentos Astrid quería que fuera mentira, más que nada porque con una amenaza de muerte cualquiera podría morir y pensar en esa posibilidad la aterraba.
—Iré a ver a la manada, con lo que sea me informáis.— Les pidió Taylor mientras se marchaba, queriendo asegurarse de saber como estaban Jackson y los demás, principalmente ahora que ya eran libres.
—Si tomaste sangre de esa bruja adivina, la sangre seguirá en tu cuerpo. Si existe un arma que pueda matarte lo averiguaremos.— Le dijo Freya a Klaus, mientras preparaba todo a la par que Klaus la daba de su sangre, y Leonidas, Elijah y Astrid se acercaban a ambos, quedando la bruja rodeada por los cuatro Originales a la espera de que les dijera. Sin perder más tiempo, Freya metió las manos en el cuenco lleno de sangre, para a continuación decir una serie de palabras.
—Freya, para.— La ordenó Leonidas al ver la sangre que estaba empezando a salir de los oídos de ella, a la vez que la mesa empezaba a temblar y los papeles que había puesto sobre la mesa se prendian fuego por si solos.
—Es verdad, os acecha una sombra terrible.— Les advirtió Freya, haciendo que los cuatro compartieran una mirada. —A Rebekah también.— Añadió la bruja, confirmando que ningún Original iba a librarse de lo que parecía ser una inminente muerte. —Si se cumple esta profecía caereis todos, uno por un amigo, otro por enemigo, otro por un igual, otro por un amante y el que queda por la familia.— Les advirtió haciendo que los cuatro comprendieran la gravedad de los problemas, lo que suponía que cualquiera de ellos podía ser asesinado por incluso las personas más cercanas, y eso dificultaba las cosas, por qué ya no solo estaba en juego sus vidas sino también el destino de la raza vampírica.
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Sur de Francia, 1002 d.C.
—Este lugar es enorme.— Comentó Eliana mientras Astrid y ella miraban a todas partes con demasiada atención.
—¿No percibes ese olor?— Preguntó la mayor de las hermanas, haciendo que la menor se concentrará en él percibiendo el olor a la sangre fresca.
—Es sangre, tal vez sea sangre de algún animal.— Alegó Eliana restándole importancia.
—Aquí no matarían a un animal, ya le traerían muerto.— Respondió con obviedad su hermana mayor, mientras las dos se dirigían hacia el lugar del que procedía aquel exquisito olor.
—Siento interrumpir.— Sonrió Aurora la cual apareció al lado de ambas, haciendo que las dos hermanas se dieran cuenta de que debían de mantener las distancias. —Esa zona está reservada únicamente para los campesinos, ya sabéis, las cocinas y mazmorras.— Añadió con obviedad mientras las conducía a otra parte.
—Lo sentimos, aun nos estamos acostumbrando.— Respondió Astrid con tranquilidad, sorprendiendo a su hermana con la facilidad que había conseguido mentir.
—No debéis de preocuparos, sois también mis invitadas. Mi padre no hará caso a vuestra presencia, más allá de lo cotidiano y de lo que dicta el protocolo.— Las tranquilizó Aurora mostrándose encantadora, aunque en verdad era una fachada, pues al igual que su padre y su hermano, era diabólica como ninguno. Pero aquello era un detalle que ningún Mikaelson se había dado cuenta, habían dado a parar en un lugar donde su crueldad podía llegar, incluso, a quedar reducida a un segundo plano.
—¿Eso debería de tranquilizarnos?— Preguntó Eliana confundida.
—Bueno, siempre pienso que es más divertido hacer cuanto quieres sin que alguien esté encima tuyo supervisando si cometes un error o no. Saltarse las normas a veces es divertido.— Sonrió Aurora, haciendo que las dos hermanas la devolvieran la sonrisa ante su comentario. —¿Leonidas es vuestro hermano?— Preguntó con curiosidad. —Disculpar por la pregunta, es que al ser tantos me he perdido un poco.— Añadió nerviosa.
—Sí, es el mediano.— Respondió Astrid mientras se daba cuenta de que algo, en aquel lugar, no la convencía del todo.
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—Hay algo en este lugar que no me convence del todo.— Le dijo Astrid a Klaus, haciendo que este le mirase confundido al no comprender lo que ella estaba insinuando.
—¿A que te refieres?— Preguntó confundido sabiendo que si ella había hecho aquella suposion es por que sabía que ocurría algo, o por lo menos tenía la ligera sospecha de que así era.
—No estoy del todo segura, por eso voy a ir a comprobarlo.— Respondió con obviedad mientras se disponía a marcharse, haciendo que Klaus la detuviera.
—Tu apoyaste a Rebekah y a Eliana de querer venir aquí.— Alegó sin comprender por qué ahora sospechaba de un lugar en el que, supuestamente, estaban más seguros que en los bosques, a la espera de la siguiente víctima o de alguna noticia sobre el paradero de Mikael.
—Antes percibí el olor a sangre fresca.— Explicó sabiendo perfectamente que aquella sangre debía de ser humana, porque sino no había explicación alguna de que sus dientes de hubieran alargado por unos segundos.
—Podría ser sangre animal.— Sugirió el híbrido restándole importancia.
—Eso ha dicho Eliana, pero mis colmillos crecieron y no lo hacen con la sangre animal; además de que aquí no van a matar a un animal; y de que Aurora nos ha cortado el paso, evitando que fuéramos allí. Lo que significa que ahí hay algo que no quieren que veamos.— Respondió con obviedad, mostrando que descubriría lo que estaba pasando, porque era más que evidente de que allí estaban ocultando algo. Y si lo que estaban ocultando era peligroso, preferiría mantener a salvo a sus hermanos y al resto de la familia, puede que fueran las criaturas más poderosas que existieran sobre la faz de la tierra, pero aún podía ver que una parte de ellos hacía lo imposible para aferrarse a aquel lado humano que les abandono hacia ya un año.
—Y asumo que quieres ir y descubrir lo que esta pasando.— Alegó Klaus con obviedad, haciendo que Astrid sonriera en señal de que así era, de hecho estaba segura de que acabaría descubriendo lo que pasara porque iría hasta aquel lugar de una forma o de otra, y era más que evidente de que nadie la iba a detener. Aunque no estuviera teniendo en cuenta la su curiosidad podría ser catastrófico para ella y los demás. —Iré contigo.— Sentenció mientras abría la puerta, para a continuación ambos salir de la habitación y recorrer los pasillos en completo silencio intentando no ser vistos, ni escuchados por nadie. —¿De verdad crees que puede ser sangre humana?— Preguntó en un susurro mientras los dos seguían caminando.
—¿Por qué no iba a serlo?— Preguntó de vuelta la rubia, la cual no comprendía porque dudaba de su suposion. —Lo que somos diferencia muy bien de la sangre de un animal a la sangre de una persona.— Añadió sabiendo que aunque la sangre no era nada de especial entre una especie animal y la especie humana, para ellos marcaba la diferencia. Ya que no era lo mismo la sangre de un caballo, por ejemplo; a la sangre de una persona que aún estaba viva.
—Tu aún no has...— Klaus no termino su comentario ya que al ver la expresión de Astrid supo que se estaba metiendo en un terreno pantanoso, en una conversación que habían tenido muchas veces donde el resultado siempre terminaba con ella enfadada.
—No quiero matar a alguien, podemos aprender a mantener el hambre a raya.— Dijo la rubia mientras entraban en el pasillo donde Aurora las había detenido a ella y a Eliana. —Además, no se porque existe una necesidad de matar, sí nos alimentamos de las personas, pero podemos hacerlas olvidar lo que han vivido. Seguro que de esa forma evitaríamos que Mikael nos encontrará.— Añadió con obviedad, sabiendo que si él daba con ellos era por el simple hecho de que los cuerpos muertos en los caminos llamaban la atención de las brujas, y en su defecto de la única criatura que tenía el poder de matarles.
—¿Escuchas eso?— Inquirió Klaus al escuchar una serie de gritos de dolor, haciendo que Astrid se detuviera mientras se percataba de su presencia.
—Son gritos de dolor.— Murmuró Astrid mientras los dos seguían caminando por el pasillo, esta vez siendo el híbrido el que estaba en cabeza, haciendo que ambos llegarán a un punto muerto, donde podían observar, sin ser vistos, como Tristan de Martel torturaba a un pobre hombre.
Los dos se quedaron en completo silencio, observando desde las sombras, como el mayor de los hijos del conde no sólo heria a aquel pobre hombre, sino como disfrutaba del sufrimiento de este. Sorprendiendo a los dos vampiros, pues en aquel momento fueron testigos de que ellos no eran criaturas sanguinarias, sino que también el ser humano lo era. Y se confirmó cuando uno de los hombres que acompañaba a Tristan mostró su espada para a continuación corta una pierna al hombre, ante aquella acción Astrid retrocedió asustada, pues ni la crueldad de ellos llegaba hasta aquel extremo en el que disfrutaban infligiendo dolor a una persona inocente.
—Debemos de irnos.— Dijo Klaus mientras agarraba a Astrid de la mano y ambos desaparecían a velocidad vampirica, para regresar a la habitación que ambos compartían.
—¿Dónde demonios nos hemos metido?— Murmuró la vampira completamente sorprendida por lo que había visto.
—Sin duda alguna en un lugar donde podemos tener problemas.— Respondió Klaus con obviedad sabiendo que debían de actuar de forma precavida.
—Pero no saben de nosotros, y tampoco pueden matarnos. El hechizo decía que solo el roble blanco era de que podía matarnos.— Alegó Astrid recordando con exactitud el motivo por el que incendiaron un símbolo tan sangrado como era aquel.
—¿Después de lo que hemos visto quieres quedarte?— Preguntó Klaus sorprendido por lo que había sugerido Astrid.
—Lo que creo es que deberíamos de no hablar de lo que hemos visto.— Comento sabiendo que aunque aquello era algo que no se olvidaría. —Llevamos un año huyendo, Nik. Y aunque odie darle la razón a Finn, tiene razón. De esta forma no dormimos o en una cueva o en el los bosques, podemos cazar sin que duden de nosotros y podemos saber donde se esconde Mikael.— Insistió esperando poder convencerle de que ocultar aquello era mejor que volver a huir.
—¿Y si eso hace que nos expongan?— Alegó con obviedad sabiendo que eso era peligroso para todos.
—¿Qué es lo que pueden hacernos? Técnicamente ya estamos muertos.— Respondió Astrid con obviedad, haciendo que Klaus la mirase con una expresión de pocos amigos al escuchar su comentario, pero muy en el fondo sabia que tenía razón. Todos estaban cansados de dormir en el suelo, o de pasar frío por las noches, finalmente podían refugiarse en un lugar donde, aunque se hacían pasar por quienes eran, podía aprender a ser nobles para beneficiarse de ello. Tal vez, incluso aquello les permitiera aspirar a tener una vida mejor que la que tendrían si se pasaban el resto de la eternidad vagando por los bosques, a la espera de una siguiente víctima o de huir de nuevo.
★★★
Estaba deseando publicar este capítulo desde que le hice.
Primero por el tema del flashback con Eliana, de verdad os digo que me da pena haberla matado pero se que era necesario, aun así os insisto en que tengo sorpresas con respecto a ella cara al futuro de esta historia. Y ahí por una escena que os hará gritar.
También creo que era necesario mostrar esa relación entre ambas, se que dejé ver que Astrid trataba a su hermana casi como si fuera una hija, y creo que después de todo entendéis sus actos. Pero también creo que esta bien mostrar esa complicidad que se tenían, esa luz humana que aún quedaba en ellos.
Por otro lado la escena Klastrid, es que les amo, y esa escena creo que muestra esa diferencia que quiero marcar, ese antes de la crueldad, antes de ser LOS MIKAELSON, y espero haberlo mostrado.
En un principio no tenía intención de que fuera así, pero creo que esta mejor que mi primera idea, mostrar esa complicidad entre los dos, esa confianza que quiero volver a mostrar en este tercer libro, además de que habrá una pequeña diferencia entre este flashback y el que tendrá lugar dentro de un par de capítulos. Aunque evidentemente no todo es un camino de rosas, y ese debate que ambos tienen creo que es más maduro de lo que he llegado a escribir. De hecho me costó, porque Klaus maduro... es algo complicado, él es más... explosivo.
Por último, la escena del principio, me encanta ver los efectos de esta serie, se nota el gran crecimiento que la industria a tenido, te hace sentir como si fuera real, y tal vez por eso amo este género, porque te acerca a esa fantasía.
Bueno antes de nada ¿Quien creéis que morirá por un amante?
¿Y quien creéis que morirá a manos de un igual?
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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