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El tiempo siguió pasando rápidamente y después de varios meses estábamos viajando de nuevo a España pero esta vez para la Velada.
Habíamos decidido viajar con amigos pero la mayoría se había adelantado dos días en tomar el vuelo, nosotros no pudimos por problemas con el pasaporte de mi novio.. Según él lo había extraviado pero estaba en el último cajón de un mueble
—Ya casi aterrizamos.— avisó Roier, mantenía su mirada en la ventana —Estoy muy nervioso.—
Durante los últimos días se estuvo comportando muy extraño, sabía que era por los nervios y eso me provocaba un tanto de ternura
—Todo el tiempo pasó rapidísimo.— dije con una sonrisa —Mañana tienes el pesaje y pasado es el evento.—
Escuché como suspiró y me miró con una pequeña sonrisa
—No tienes que ponerme más nervioso.— exclamó y reí un poco
El avión aterrizó por fin y empezamos a bajar, cuando estábamos en el aeropuerto fuimos por las maletas.
Cuando por fin salimos de ahí vimos a Ari, Rivers, Juan, Osvaldo y Producción esperándonos así que corrí a abrazar a mis amigas.
—No sé cuantas veces debo decirte que no corras.— me regañó mi novio cuando por fin me alcanzó, venía cargando todas nuestras cosas
—Lo traen de esclavo, pobrecito.— se burló Juan
—Ya quisiera Ari que tu le cargaras las maletas.— escuché a Producción
—No puedes hablar si Rivers te carga las maletas.— ahora habló Osvaldo
Mientras ellos seguían en lo suyo nosotras solo los mirábamos sin meternos en su platica
—Cómo sea, nosotros nos vamos.— habló Roier y lo miré confundida ¿por qué nos iríamos si nuestros amigos habían pasado a recogernos amablemente? —Me refiero a ellos y a mí.—
Señaló solamente a los chicos
—A chinga.— escuché a Rivers, parecía igual de confundida —¿Y nosotras por qué no?.—
—Tenemos algo que hacer.— respondió Juan —Hagan su tarde de chicas o cualquiera de esas mamadas.—
Miré como su esposa lo miró mal, al parecer tampoco sabía
—Iremos a dejar las maletas de los pendejos en el hotel y de ahí quedamos en acompañar a Roier a buscar algo.— explicó el Mariana
—¿Qué van a buscar?.— cuestioné intrigada —¿Y por qué no podemos ir?.—
—Es una sorpresa para ti.— avisó besando mi mejilla
Reí un poco
—Nos vemos al rato en el hotel.— se despidió y empezó a caminar siendo seguido por sus amigos
Mientras los veíamos alejarse nos quedamos con la misma expresión de duda
—Yo no me creí nada de eso.— exclamó Ari
—¿Se dieron cuenta que se organizaron mejor esos weyes para deshacerse de nosotras?.— cuestionó Rivers haciendo un pequeño siseo —Nos quieren ver la cara de pendejas.—
Pensaba que era la única con esos pensamientos tan impulsivos pero me alegraba tener amigas iguales que yo
—¿Vamos al hotel y los seguimos?.— pregunté y ambas me miraron —No me pueden decir que soy la única que piensa que hacerlo puede ser divertido.—
—No mames wey, tampoco tan tóxicas.— dijo Ari con un leve tono de burla —Busquemos otro plan para nosotras, este lugar es genial.—
Aun seguíamos en el aeropuerto así que empezar a movilizarnos sería bueno
—Estuve investigando un poco de lugares para recorrer con Roier pero como se fué creo que podemos ir juntas.— conté —Será una tarde divertida.—
Quizas debía descansar del viaje tan largo pero no quería ir al hotel, eso por ahora me haría parecer "tóxica", además según Roier era unas sorpresa para mí así que eso me daba ánimos para esperar
—No se diga más, pidamos un taxi.— habló Ari con una gran sonrisa
Saliendo de ahí fue increíblemente fácil encontrar un taxi, le dí la primera dirección que tenía en mente y empezamos el viaje
Fuimos a recorrer museos, tiendas, parques y una que otra catedral, habían cosas geniales en las que pasamos prácticamente todo el día
Pasaron bastantes horas, ya había oscurecido así que estábamos regresando al hotel
—Deberíamos repetir esto algún otro día.— hablé emocionada —Es genial estar con ustedes.—
Ellas rieron un poco aunque también parecían contentas de estar conmigo, ese sentimiento de saber que todo era mutuo se sentía tan bien
—¿No te sentiste mal o te agotaste mucho?.— preguntó Rivers un tanto preocupada y negué
—Ya vimos que si resiste así que nuestra próxima noche de chicas será en el after de la velada.— habló Ari —Ahí Ama habrá llegado y podemos estar las cuatro.—
Sabia que Ama llegaría mañana en la tarde, ella y Filis habían comprado sus boletos después porque tenían otro compromiso en Monterrey antes que este viaje
—También después del día de la Velada podemos planear vacaciones solo para chicas.— ofrecí y ambas asintieron
Llegamos al hotel así que entramos y fuimos directo al ascensor
—¿En que piso estás?.— me preguntó Rivers mientras esperábamos que las puertas se abrieran
—En el quinto piso.— respondí —¿Ustedes?.—
—Ambas quedamos en el tercero, pensamos que también habían reservado ahí.— respondió ahora Ari
Quien se había encargado de eso había sido Roier, supuse que no había coordinado eso con sus amigos
El ascensor llegó y nos subimos, Rivers oprimió el botón "3" y después el "5", le agradecí con la mirada
—¿Creen que ya hayan llegado?.— cuestioné —No me gusta estar sola y menos en un lugar que prácticamente no conozco.—
—Juan me avisó qué ya habían llegado.— contó Ari
—Mi producción también me envió mensaje.— habló Rivers y ambas me miraron
Saqué mi celular para revisarlo, no tenía ni mensajes ni llamadas perdidas.. Quizás asumió que mis amigas me habían dicho que ya habían llegado
Llegamos al tercer piso así que se despidieron de mí prometiendo que nos juntaríamos mañana a primera hora para desayunar, salieron del ascensor y las puertas se cerraron, estaba totalmente sola
Los dos pisos pasaron rápido y por fin llegué, salí del ascensor y caminé por el largo pasillo. Me detuve al ver a una chica de la que según yo era nuestra habitación.
Saqué mi celular para asegurarme de que el número de habitación fuera correcto y efectivamente era ese. Me aseguré de que aquella chica se haya ido y entré, olía a perfume que sin duda no era de mi novio
—¿Sebastián?.— lo llamé mientras caminaba por la habitación
Mis ojos por fin se centraron en la cama totalmente destendida con mi novio durmiendo ahí sin camisa.
Me acerqué un poco solo para observar que tenía marcas de labial rojo en sus mejillas y un potente aroma a alcohol, por mi mente pasaron mil escenarios de lo que pudo pasar aquí y ninguno era bueno
De repente mis ojos se llenaron de lágrimas y mi estomago se revolvió
—¡Sebastián!.— grité haciendo que se despertara sobresaltado
—¿Qué pasa?.— cuestionó con molestia en su cabeza —¿Por qué me gritas?.—
Mi mundo ahora giraba mayormente en dirección a él, en la relación que teníamos y ahora.. tenía un mal sabor de boca
—Mentiroso.— murmuré con las lágrimas saliendo por fin
—¿Qué?.— cuestionó, parecía no escucharme
—¡Mentiroso, eres un mentiroso!.— grité mientras simplemente me alejaba
Él se levantó de la cama y ahí pude ver que incluso solo estaba en bóxer ¡ahora lo tenía más que claro!
—Yo...— me detuvo tomando mi brazo —No me acuerdo como llegué.—
—Dijiste que irías por algo para mí.— recordé —¡Tú y tus amigos son muy idiotas!.—
Me solté de su agarré y simplemente lo miré, aún no podía dejar de llorar
—Vístete y vete.— pedí al ver que sus ojos también estaban llenos de lágrimas —Por favor, necesito estar sola.—
Y no dijo nada más, simplemente fué a vestirse y después salió de la habitación.
Me acomodé en el sillón para seguir llorando, ¿Por qué me hacia esto? ¿Por qué luego de tantas cosas juntos?...
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