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Dos semanas pasaron desde aquel directo, no había mucho que mencionar, nosotros seguíamos fingiendo una relación frente a las redes
Después de ese día evité hacer esfuerzos, no creí que fuera necesario ir al doctor, mientras me cuidara mejor estaría bien
—¿Qué haremos con mushu?.— preguntó Roier, estábamos hablando por llamada mientras empacaba mis cosas para ir a España para los Esland
—Conseguí a alguien que lo cuidará.— hablé guardando poca ropa en mi maleta —Con todo lo que pasó la última vez con mamá me aseguré de cambiar la cerradura así que no puedo pedirle que cuide a Mushu, además no confío en ella para eso.—
—Está bien.— exclamó —Terminé de alistar todo, ¿voy a tu casa o nos vemos en el aeropuerto?.—
Habíamos acordado viajar juntos, si eramos novios teníamos que llegar juntos.
—A mí todavía me faltan algunas cosas por guardar.— avisé mirando el desorden que tenía por toda mi habitación —Estoy intentando no hacer tanto esfuerzo aún hasta recuperarme de la anemia.—
—Iré a ayudarte.— dijo, sabía que él aún se preocupaba por mí después de como casi me desmayo ese día —Voy para allá.—
Reí un poco y terminé la llamada para seguir empacando.
Las cosas con Roier empezaban a sentirse más fáciles, sabía que debía tener cuidado de no sentir algo por él pero sin duda estaba disfrutando su compañía
El pequeño mushu entró a mi habitación, sería raro no estar con él por algunos días, simplemente el sonido de sus patitas al caminar alegraba mi existencia
—Si no fuera un viaje tan largo te llevaría.— dije cargandolo y acariciandolo un poco
Salí de ahí para ir directamente a la sala, me senté dejando a Mushu junto a mí y prendí la televisión, debería seguir empacando pero prefería esperar a que Roier viniera
Nunca había nada interesante en la televisión, siempre solía ver las mismas películas y series
Puse una película cómica y en lugar de prestarle atención me dispuse a jugar con mi celular. No supe cuanto tiempo pasó pero escuché el timbre
Me levanté rápidamente y me dirigí a la puerta, antes de abrir me dí un último vistazo en el espejo, linda como siempre, acomodé mi cabello y abrí por fin
—Hola.— saludó con una sonrisa y lo dejé entrar, tenía una maleta
Cerré la puerta y al verlo de nuevo ya estaba cargando a mushu, ese perro me estaba quitando su atención
—¿Estabas viendo una película?.— cuestionó al ver la televisión —¿Acabaste de empacar?. —
Negué acercándome a él para quitarle a Mushu
—Me sentía cansada.— mentí haciendo un pequeño puchero
Me quitó nuevamente a mushu para bajarlo y tomó mis hombros
—Entonces vamos a empacar, el vuelo ya casi sale.— exclamó empujandome directo a mi habitación
Sabía que estaba exagerando, el vuelo salía en casi dos horas
—¿Qué es todo esto?.— cuestionó al ver ropa por todos lados, mi maquillaje regado y mis demás accesorios desacomodados en la maleta
—Intenté empacar.— reí al ver su reacción —Al menos guarde un poco de ropa y más cosas.—
—¿Olvidaste como empacar sola?.— se burló y asentí —Me aseguraré de guardar bien todo tu maquillaje, tu sigue guardando la ropa.—
—Yo debería dar las ordenes.— dije y él negó —Pero está bien, tampoco es como que te dejaría elegir que ropa empacar para el viaje.—
Nos pusimos a acomodar mis cosas, él a cada rato me preguntaba para que servía cada producto que había en mi bolsa de maquillaje
Después de algunos minutos ya habíamos acabado pero yo estaba exhausta de nuevo
—Volviendo del viaje te llevaré al doctor.— avisó pero negué —No es normal que te canses tan rápido.—
—Es por la anemia, cuando me cure de eso todo volverá a la normalidad.— dije y él empezó a jalar mi maleta
Salimos de la habitación y apagué la televisión que había dejado prendida. Mushu estaba durmiendo en el sofá así que me acerqué para acariciarlo
—Mami volverá en unos días, cuida la casa.— susurré pero seguía durmiendo, realmente parecía un bebé
—¿Como va a cuidar la casa?.— se burló Roier —Está tan chiquito que cualquiera podría pisarlo.—
Lo miré mal, se podía meter con cualquiera menos con Mushu
—Vámonos.— dije y él asintió
Caminamos hasta salir de mi casa, estando afuera esperamos un taxi
—Deberías comprarte un auto.— me dijo y reí —Tienes suficiente dinero con todos tus patrocinios y tu marca de maquillaje, además lo que aún te pagan de twitch, es bastante.—
—No sé manejar.— dije obvia —Además no es como que salga mucho, prefiero tomar taxis o ubers.—
—Si algún día compras un auto yo podría ser tu chófer.— se ofreció y reí
—¿Sabes conducir?.— cuestioné burlona
—No.— rió también —Pero aprendería para mantenerte segura.—
—Eres terrible.— sonreí un poco
Un taxi se detuvo, ambos subímos las maletas y después nos subímos.
El camino paso rápido, afortunadamente no había tránsito. Cuando llegamos al aeropuerto, pagamos, bajamos y el chófer nos ayudó a bajar nuestras maletas así que le agradecimos
Caminamos un poco pero antes de entrar al aeropuerto me detuve, busqué en mi bolso mis lentes oscuros pero no los encontraba
—Los olvidé.— murmuré cerrando mi bolsa —¿Ahora que hago?.—
Roier se agachó y abrió un poco su maleta, de ahí sacó un par de lentes para él y unos para mí
—Vine preparado.— me los dió y cerró su maleta —Cuando viajamos por última vez dijiste que me traerías unos lentes pero supuse que ya no lo harías por todo lo que pasó, no quería que fueras la única con lentes.—
—Eso no explica por qué traes unos para mí también.— dije asombrada, ambos nos pusimos los lentes y entramos por fin
—Cuando los ví los compré para ti.— confesó —Y los traje porque sabía que no te gusta estar sin lentes en lugares como el aeropuerto, pensé en dartelos aunque trajeras los tuyos.—
Sonrei sin decir nada más, él sin duda se estaba acostumbrando a mí y yo también a él.
Caminamos y nuevamente nos detenían para algunas fotos, no eran tantas esta vez pero aún así eran bastantes
Después de un proceso algo largo por fin abordamos, ambos nos quitamos los lentes. Sabía que el vuelo sería demasiado largo así que me acomodé para intentar dormir
—¿Tan rápido te dormirás?.— preguntó y yo cerré los ojos
—Si, no quiero escucharte, guarda silencio.— pedí sin siquiera abrir los ojos
—Hay formas más creativas para callarme.— murmuró pero lo ignoré
Sentí como me jaló para recostarme sobre sus piernas, abrí los ojos de inmediato
—Así estarás más cómoda.— exclamó y estuve dispuesta a levantarme pero él lo impidió —Duerme.—
Era cierto que estaba más cómoda así pero no quería quedarme ahí
—No puedo dormir así.— dije
—Lo soluciono, no te preocupes.— habló
Se inclinó un poco y dejó un pequeño beso sobre mis labios. Lo miré asombrada
—Es tu beso de los dulces sueños.— dijo burlón —Si intentas levantarte lo haré de nuevo.—
Cubrí mi boca con mis manos, no me levantaría pero tampoco dormiría por un rato más.
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