Narrador

Recuerdos invadian la mente del pequeño ser que estaba inspeccionando el rostro de su acompañante, no sabía de dónde había salido todo lo que la noche anterior le había dicho, no sabía de dónde vino en un lado le asustaba y en el otro no se sentía ¿Pleno, en paz? No sabía pero lo que si sabía era, que no se trataba de alguna sensación fea, no, más bien algo tranquila era lo que sentía pero no sabía describirla, llevo su mano al rostro del ajeno y con su dedo anular despejó el rostro del chico de los molestos cabellos que evitaban verle el rostro de mejor manera.

- de donde te conozco mi rey- susurro viendo bien al chico se le hizo familiar.

- eso mismo me preguntó pequeño pecado- dijo el contrario abriendo sus ojos y sonriendo en el momento que lo vio.

Ambos al verse a los ojos pudieron apreciar mejor la aurora de colores que en ambas partes se hacía presente cada vez que conectaban miradas, era realmente hermoso, sacando así a ambas partes una reacción de asombro.

- tus... Tus ojos- dijo YoonGi impresionado de verlo de cerca, era magnífico.

- los tuyos también, pequeño, cambiaron de color- acercó mejor el cuerpo del chico al suyo y lo apreso en sus brazos, dejando un pequeño beso en su coronilla- te eh marcado mi pecado, eres mío- su voz salió algo ronca, y con un tono de posesión, arrancándole un suspiro al contrario.

YoonGi por su parte, pensaba que solo eran las marcas que se encontraban en su cuerpo, su cuello, pecho, muslos y brazos, entre otras áreas, pero no a eso no se refería el ser inhumano.

- tuyo mi rey- dijo sin saber lo que aquellas palabras habían ocasionado en el ser demoníaco, su vista fue a dar a las afueras dónde habia una ventana y vio el sol salir un poco más, quería decir que eran entre las 7:00 ó 7:30 ya era tarde- dios mío, es tarde debo irme- apresurado salió del cálido abrazo y busco su ropa para así cambiarse e irse lo más antes posible.

- después de lo que pasó y dije, acreditas a ese señor, puf, no lo creo, y a dónde irás- el solo se levantó y colocó unos bóxers nuevos, el haber mencionado al ser que lo creo le causó algo de molestia, pero no diría nada.

- debo irme, si mi... Si el descubre que no fui a casa anoche me matará- de solo pensar la reacción de su padre lo ponía en pánico.

¿El? Quien diablos era "el" y por qué le haría daño a su pequeño.

- permíteme llevarte, y no es alguna pregunta- se coloco rápido su ropa y salieron, la casa de YoonGi estaba algo retorada, 8 calles y habían llegado, viendo así los focos de todos apagados.

- sigue dormido- lo dijo más para el mismo que para SeokJin, suspiro dejando así salir con ese suspiro toda la tensión y miedo acumulado.

- ve entra, me iré cuando hayas entrado a casa- dijo dejándole un beso en su frente susurrando unas palabras en su mente.

- hasta luego, regresa a salvó- camino hacia su casa y al entrar cerro muy delicadamente para no hacer ruido alguno, no quería levantar a su padre, pero no contaba con que si padre lo esperaría en un sofá con una botella de soju y varias a su alrededor vacías, una vara en su mano derecha y fijando su mirada en el.

- dónde mierda estabas y por qué no llegaste a dormir?- sus palabras eran arrastradas, y el tono en que las decía era para saber que no estaba de buen humor.

- pa... Padre yo- yo- un fuerte golpe lo hizo saltar en su lugar, su padre había golpeado la mesa de noche cerca del sofá.

- nada de padre, seguro y estabas de maricon, maldita puta asquerosa, en eso no te pareces a tu madre, te pareces físicamente a ella, pero no eres ni serás lo mínimo que ella fue, maldito pedazo de escoria, no se cómo pude decir que te salvarán a ti en vez de tu madre- se levantó y a un así casi callendo al piso llegó a dónde su hijo.

Jin estaba de camino a su departamento, a decir verdad aun seguía pensado en aquellas palabras dichas la noche anterior, también estaba algo molesto ya que el no tenía planeado dejar ir a su pequeño, bueno no tan temprano, quería seguir en un abrazo cálido rodeado de sábanas y del aroma natural de su acompañante, algo en el se habia desconectado ya que se descincertaba de ser tan lindo con el chico que conoció hace apenas unas horas, pero es que era inevitable, el deseaba protegerlo y cuidar de el pero sentía que podría pasar algo y lo menos que quería era, volver a sufrir una perdida más.

Llegando ya a su casa fue y arreglo todo, cambio sábanas, fundas de las almohadas y las lavo, el se baño y se cambió, y al salir solo continuaba el aroma de aquel chico, su piel y cabello olían a vainilla con un toque de chocolate y es así como seguía oliendo, secándose el cabello algo lo alarmó, sentir un fuerte golpe en su brazo lo hizo reaccionar, y reviso todo el alrededor pero no había nada, después sintió uno más pero en la cara y a lo lejos escucho esa voz.

"Padre, déjeme, no!!" esa voz, sabía de quién era y de inmediato fue en su búsqueda, no lo iba a permitir, le tomo solo 10 minutos en llegar, y a las afueras de esa casa se escuchaban los golpes, se apresuró y entro a la fuerza, buscaba desesperadamente a el dueño de sus pensamientos y no lo veía a la vista, siguió y subió a la segunda planta llegando a un cuarto donde los golpes eran más fuertes, su sangre hervía, su mandíbula estaba tensa y sus manos hechas puños con los nudillos blancos por la fuerza, estaba a nada de perder el control y al abrir la puerta todo ese control se fue a la mierda al ver a su pequeño pecado tirado llorando, con su labio roto y sangrando, aún sujeto con una vara en el aire queriendo pegarle a su chico.

- lo tocas una ves más, y te juro por los siente infiernos que estarás muerto y no tendré misericordia de ti y de tu maldita y podrida alma- su voz salió demaciado grave, demaciado ronca y con una profundidad alarmante, en YoonGi solo causó alivio en ves de miedo, y al señor de avanzada edad le causó un miedo grandísimo que sus piernas temblaron.

- así que... Tu eres el imbécil que se cogió a esta maldita puta- el señor se rió y se volteo, dejando antes un último golpe en YoonGi.

Okey okey hasta aquí está Parte, lo prometido es deuda, los quiero mis frutitas, hasta luego.