Tercera persona omnipresente.
🗡️🪓

Imperios.

Hace al menos tres décadas la Bratva y la mafia Alemana firmaba su contrato de paz entre un círculo de multitudes que no repelaban a las leyes más altas de la mafia, observando cómo inocentes se convertían en monstruos no de los que salen debajo de la cama, de esos que se cuelan en tus sabanas haciéndote olvidar quién eres.

En una mesa estaba tendida una mujer cuyo nombre no suele salir de los labios del cazador, y en la otra yacía el antiguo Pakhan de la mafia rusa. Usando su sangre para la firma.

Pagaron con la muerte su traición y trajeron límites entre los sobrevivientes.

Mientras al cazador levantaba el corazón de la mujer en la tabla, el Boss lo hacía con su padre. Ambos mataban a su sangre para derramarla en sus acuerdos de paz y límites.

De primera mano no se apreciaba el dolor pero esto se convertiría en un nuevo villano. Aquel al que le mataban ambos padres, aquel que lloraba en un rincón. Un pequeño que sólo veía a esos futuros líderes quitarle lo que más amaba en la vida.

Así nace un villano.

Pero en los acuerdos futuros están no meterse con la mujer del enemigo, no traicionar a tu sangre y menos a la mafia.

Otorgada será tu sangre para sacrificio si faltas a la orden.

¿Será por esto que el cazador tiene tanto miedo de dar herederos y..., será por esto que el Boss tiembla al saber que procreó un hijo con la mafia enemiga?

Tic-tac a los líderes.

Entre contiendas y un villano silencioso, disfrazado, podrá ser el que los hunda para siempre.