"¡Severus puedo caminar no tengo ni un mes de embarazo!" Soltó una risita Hermione mientras su prometido se paseaba por los pasillos con ella en brazos, "¡solo me duele más de lo normal, pero seguro que es parte del embarazo!"

Subiendo las escaleras en movimiento, suspiró, "Hermione no puedo evitar que haya pasado una semana desde... ya sabes. Me preocupa el bienestar de nuestro bebé".

Le devuelve la mirada, sabiendo que el incidente con Sybil y el deslizamiento de Armotensia en su bebida se había convertido en un tema casi tabú. No queriendo molestarlo más, permaneció en silencio durante el resto de su paseo hasta el ala del hospital, que para su desesperación, se había convertido en un lugar que visita con demasiada frecuencia para su gusto.

"No hay nada de qué preocuparse", respondió Poppy después de haber analizado a la chica, "debido a tus repetitivos dolores tuve que realizar un hechizo para prever el futuro desarrollo en tu vientre, para saber cuál podría ser la causa de tu malestar.."

"¿Qué viste entonces?" Preguntó Severus, colocando una mano sobre el vientre de su amante.

"¡Si me dejaras terminar Severus te lo diría!" Espetó la enfermera, "¿has preparado ya una habitación para tus pequeños?".

"No, pero estábamos planeando dejar Hogwarts después de que el bebé naciera para cuidar de..." se detuvo, dándose cuenta de lo que Poppy había dicho, "¿dijiste pequeños?"

Los ojos de Hermione se iluminaron mientras colocaba sus manos sobre las de Severus. El reloj sonó en el castillo, indicando la medianoche. "Feliz Navidad, mi amor" gritó, volviendo a mirar a su amante, cuyos ojos brillaban y su sonrisa cubría su rostro.

"Efectivamente mon amour, Feliz Navidad".

Nueve meses después, Hermione y Severus se encontraban tumbados en el suelo, disfrutando del sonido crepitante de su chimenea mientras se acurrucaban en los brazos del otro. Acariciando la protuberante barriga de ella, cuyos gemelos se esperaba que hicieran su aparición en cualquier momento, Severus utilizaba sus habilidades de legeremancia para escuchar a sus pequeñas serpientes hablar.

De hecho, cuando Hermione estaba embarazada de cinco meses, Severus se despertó con las vocecitas que parloteaban junto a su cama. Había sacado su varita lista para golpear cuando había escuchado que una de las voces decía: "Creo que papá está molesto. Ha dejado a mamá sola en la cama".

Se había sorprendido aún más cuando la otra voz le respondió: "cabeza hueca, seguro que se fue a mear".

Desde entonces invadía la mente de sus hijos, hablando con ellos, estableciendo vínculos con los dos. Poppy había asumido que la fecha de parto de Hermione era hace tres días, pero por alguna razón, los gemelos no estaban listos todavía.

Hermione sentía un dolor constante, las contracciones iban y venían, su vejiga era presionada sin miramientos por los dos. Estaba agotada, por suerte Severus se había tomado su licencia, deseando pasar el mayor tiempo posible con su esposa y cuidarla durante el embarazo.

Cuando habían descubierto que estaba embarazada de gemelos el día de Navidad, no podían esperar hasta los meses siguientes para ver su barriga crecer. Sin embargo, Merlín sabía lo impresionado que estaba Severus con la capacidad de estiramiento de la piel de su mujer. Pensó que iba a reventar, lo que le hizo producir una crema que ayudara a la piel a regenerarse y a mantenerse tersa, sin las habituales estrías que muchas embarazadas ganan con los embarazos..

Riéndose al oír a uno de sus hijos gritar como un loco cuando el pie de su hermano le fue empujado a la cara, Severus arrulló: "Robin dale un poco de espacio a tu hermano, no hay necesidad de apresurarse".

Levantando una ceja confundida a su marido le explicó: "Robin se está arrastrando para salir, empujando a Bruce en el camino".

Poniendo los ojos en blanco Hermione le dio un golpecito en la barriga, "Robin amor esta no es la primera vez que molestas a tu hermano, no me hagas castigarte ya en el vientre".

"Espera a verme mamá y veremos quién gana" desafió Robin, antes de hablarle a su padre, "no le digas eso papá, tengo miedo de que me castigue de verdad".

"¿Qué ha dicho?" Preguntó Hermione, demasiado cansada para usar sus propias habilidades de legilimencia.

"Dijo que lo siente y que no lo volverá a hacer". Sonrió Severus, sabiendo muy bien que Robin será un Slytherin cuando crezca y se incorpore a Hogwarts. "Además el amor tienen que salir de una manera u otra, Robin solo está tratando de encontrar una solución".

"¿Pisando mi maldita cabeza?" Chilló Bruce, su mente llegó a Severus que resopló.

"Sí pero esa no es la forma de hacerlo. Escucha si esto sigue así creo que tendremos que someternos a la manera muggle" dijo acariciando su estómago, "me duele la espalda y no siento las piernas".

"¿Se refiere a lo que creo que es?"

"¡Bruce tenemos que salir ya!"

"Hermione los niños se están agitando, los estás asustando. Mis serpientes tomen su tiempo y amor por favor llamen abajo". Dijo Severus notando que la mano de Hermione se aferraba a su camisa.

"¿Calmarme?" Ella soltó un chasquido: "¿Calmarme? Estoy de 9 meses y-olvidé-contar días, mis piernas están hinchadas, incluso puedo caminar en lugares estrechos, no veo los dedos de los pies, estoy constantemente excitada y tengo un dolor eterno. Así que la próxima vez que desees tener más hijos, ¡encuentra un hechizo para quedarte embarazada!"

Encontrando su discurso divertido Severus se levantó y la ayudó a ponerse de pie. "Me gustaría poder ser más útil amor, de verdad. Sabes que te amo y..."

Los gritos de ella lo interrumpieron mientras se aferraba a él para salvar su vida, sus contracciones desgarraban todo su ser. "¡Hermione has roto aguas!"

"¡Aquí vamos!"

"¡Aleja tu feo pie de mi cara Robin!"

El final.

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