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╰ ▻ "𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐"

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Amaba ir a esa florería solo para que ese bello chico que parece mayor me atendiera.

Iba a ese lugar solo para ver como sus grandes manos manipulaba los girasoles y adornaba con minirosas y los follajes que usaba.

En un día donde me urgía un ramo de flores de casualidad había encontrado ese pequeño local. Era el cumpleaños de mi hermana y por haber ido a una exposición de arte lo había olvidado por completo.

Pero al haber entrado a ese lugar y en mi rostro azotara el olor del Dollar, Orquídeas y gardenias: pude ver al hermoso chico de porte pulcro y belleza abrumadora.

Su solo perfil definía los detallados rasgos que tenía, los labios gruesos y la manzana de Adán que se movía al tragar la saliva me hacia querer realmente admirar esa belleza tan propia de los hijos de afrodita.

-Bienvenido ¿En que le puedo ayudar? - Me pregunto.

Hasta su voz era perfecta.

-Hola, busco un ramo para una señorita de quince años.

El chico sonrió y dejo las tijeras con la que cortaba los tallos para poder atenderme, salio detrás del mostrador y comencé a escuchar la explicación que me daba al mostrarme la repisa con jarrones de flores que se posaban allí.

Realmente ni podía entender bien su explicación, solo veía como sus labios se movían al son de su marcado Manzana de Adán y dejaba que me hipnotizara con sus ojos brillantes y alegres.

Pero realmente era su fachada.

Después de escoger las flores deje que el chico armará el bouquet para mi hermana, sus manos hábiles se movían con gracia con los Licientus blancos y las rosas en tono azul pastel, colocaba el papel decorativo y amarro con un coqueto listón y formó un lindo moño.

Realmente no pude ni siquiera entablar una conversación por lo abrumado que estaba por ese bello chico.

- ¿Como te llamas? -Pregunte después de pagar.

-Jin, ¿y tú?

-Namjoon, un placer conocerte Jin.

Y estaba allí, esa bella sonrisa que nunca iba a poder olvidar, se había clavado por siempre en mi vida.

-Gracias, eres el primer cliente que atiendo.

- ¿Enserió? Creí que era tu negoció.

-Que más quisiera, es mi trabajo en lo que pueda ejercer mi carrera.

-¿Que estudiaste?

Jin limpio sus manos y me sonrió.

-Turismo, mala elección.

-No es mala decisión, solo que debes de salir de Seúl e ir a lugares turísticos.

El florista solamente me miro fastidiado y asintió.

-Si, solo que no me gusta la playa y el sol.

Yo solté una risita tierna.

-Ni a mi, tenemos un punto a favor.

El chico soltó su risa y aunque fuera algo muy, pero muy peculiar, era la risa más tierna pero graciosa que había escuchado en mi vida.

Poco a poco me ganaba su confianza, en ocasiones le ayudaba a descargar las flores y en ocasiones me enseñaba a como limpiarlas para volver a empacarlos.

Si pudiera compararlo con alguna flor, diría que es una bella gardenia, blanca y pura como su presencia, a kilómetros se nota su presencia por su perfume y cada año florece.

Solo que ahora no se su vuelva a florecer.

Poco a poco me contaba de su vida, como salió de casa al salir del closet y trabajaba por ratos para poder terminar su carera, a la larga se dio cuenta que esa carrera no era para él pero resignado debía terminarla.

Trabajo como ayudante de fotografía, ayudante de cocina, recepcionista y hasta ahora que trabaja como florista, pronto descubrí que era dos meses mayor que yo y era sorprendente que a la fecha... se encontrará perdido.

Pero de igual forma, él no perdía su brillo, claro que no.

Poco a poco comenzaba a enamorarme de él. Y era gracioso porque realmente yo estaba seguro que me gustaba las chicas pero no, también me gustaban los chicos.

Si me dirían que buscará una canción para él, diría que son las cuatro estaciones de Vivaldi, perfecta pero complicada.

En ocasiones salíamos al parque, al cine o veíamos películas en su departamento de cuatro por cuatro.

Sin mentir, su departamento era algo muy pequeño y sin ventanas, solamente un pequeño clima y sin engañar... era muy deprimente.

Entendía su soledad en ese lugar, realmente entrar allí era una cueva.

- ¿Has pensando en mudarte? - Cuestione, porque realmente le quería preguntar si quería irse a vivir conmigo.

Algo estúpido, pero realmente quería sacarlo de ese lugar.

-Con los fondos que cuento realmente no me alcanza para nada, y regresar con mis padres no es opción, ellos dejaron de ser mis padres.

-Pero Jin...

-Namjoon, si realmente quieres estar aquí simplemente no digas nada.

Y fue allí donde me arrepentí de haber abierto mi boca.

A la larga él solamente me trataba como amigo, pero yo lo quería para algo más.

Se que era algo estúpido que él me viera con otros ojos pero me propuse no rendirme y así fue. Al año de habernos conocido me declare con un ramo de gardenias y él me correspondió.

Eramos felices, de verdad eramos felices. Lo presente con mis padres y ellos lo recibieron como su hijo, en ocasiones Jin ayudaba a mi mamá a cocinar y en preparar licor a mi papá. El ocasiones jugaba juegos de mesa con mi hermana y habia noches en que se quedaba a dormir.

Pero nunca me había percatado de algo...

Comenzaba a adelgazar poco a poco.

El seguía trabajando en aquella florería que comenzaba a expandirse, su jefe le concedió un local y el amaba estar en medio de los tulipanes y las amapolas. Entre rosas y girasoles. Entre las campanelas y las nubes.

Lo veía tan feliz que no me había percatado que sus bellos ojos comenzaban a apagarse poco a poco.

Había días donde no me contestaba los mensajes o se desaparecía. La florería era abierta pero a veces no estaba él en el lugar y solamente se encontraba el personal que estaba bajo su cargo.

A veces iba a su departamento y lo encontraba en medio de su pequeña cama tocando la guitarra en completa obscuridad y solamente acompañandolo la luz de una pequeña lámpara de lectura.

Nota nueva de las cosas que le gusta hacer Jin: Tocar la guitarra.

Recuerdo perfectamente aquel día, dejo de tocar su guitarra y en mi celular sonaba una canción que no sabía como se llamaba pero era amena y tranquila.

Y entonces paso.

Aquel beso fue como besar a un ángel de Dios. Aquel beso también fue como besar la perdición de Lucifer.

Su cuerpo fue tendido en medio de las sábanas y la danza de las dos almas sucedió.

Sus gemidos eran tan dulces, su solo cuerpo era una perfecta flor exótica que aun no ha sido descubierto.

Si sus labios fueran una flor, diría que es una rosa en tonos lilas o un tulipán rosa.

Sus ojos lloraban del placer brindado y su piel era matizado por el sudor. Y al final, caímos rendidos en el colchón y nos entregamos a los brazos del Dios del sueño.

A partir de ese día las cosas fueron diferentes, el me evitaba y yo solamente me desesperaba por que sus ojos de flor de cristal no me miraban.

Hasta que un día pude enfrentarlo.

- Hyung ¿Solamente me querías para acostarte conmigo? ¿O porque me evitas?

Jin soltó un suspiro y me miro.

-No es eso Nam, solo que... me siento abrumado.

- ¿Abrumado? ¿En que sentido?

Y entonces me sonrió, me extendió el ramo de gardenias y yo lo tome.

-Mi cortejo ¿Lo aceptas o lo dejas?

Y no pude evitar sonreír.

-La acepto.

Y a los dos meses comenzamos a ser pareja, realmente me sentía tan feliz, alado de él. En ocasiones saliamos a pasear, al cine o al parque de diversiones.

Pidió sus vacaciones para salir de viaje e irnos a algún pueblo de Daegu.

Pero nunca conocí a sus padres.

Y ustedes se preguntaran ¿Que son ahora después de hace dos años?

Él ya no está aquí.

Fue muy egoísta conmigo.

Lo encontré en su cama dormido, el frasco de Diazepam vacío y yo estaba como loco tratando de despertarlo.

Junto a mis padres fuimos al hospital para que me pudieran decir algo pero el doctor solamente me miro con la cama más triste que había podido ver en algún médico.

Lo que el hizo fue muy egoísta.

-Joven, el joven Kim Seokjin ha muerto.

Hasta la fecha no he podido entrar a ese departamento ni siquiera abierto la carta que me había dejado.

En su funeral llore hasta más no poder y las flores que siempre amaba ahora lo adornaban.

El cuadro que estaba en aquel altar fue rodeado de las gardenias que amaba y decoraba un listón negro.

No se porque lo hizo, no se porque tomo esa decisión.

Solo se que no pude salvarlo, como él lo hizo conmigo.

Seokjin, donde quiera que estés...

Espero que estés gozando de la tranquilidad que no encontraste aquí, estés más relajado y rodeado de las flores que amabas en vida.

Mientras yo exista tendrás a una persona que te recuerda con mucho amor y cariño.

Ahora estoy casado, tengo dos hijos y uno de ellos lleva su nombre.

Él ama también las flores y ayuda a mi esposa en el jardín, pidió que sembramos una gardenia y por supuesto que lo hice.

MinJi sabe de tu nombre y que fuiste para mi, pero a lo contrato que pensé que haría me ha ayudado en mi proceso de solamente tenerte como un bello recuerdo y hasta me dice que hubiera deseado conocerte.

Jin, estoy siendo feliz.

Jin... estoy bien.

Jin... ¿Qué te falto?

Jin... ¿Porque lo hiciste?

Jin...

Jin...

Jin...

¿Puedo ir contigo?

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