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Era irónico hasta cierto punto como la madre Luna le otorgaba a mi compañero Hoseok un mate alfa, lo que más detesta un omega al ser ellos la clase superior que inflige la esclavitud sobre nosotros, pero sí, a veces pienso que la Diosa se divierte creando caos y desgracia sobre nosotros. Tengo la ingenua esperanza de que mi mate resulte ser un omega o como mucho un beta, al que conozca cuando logre huir de aquí y ser libre.

— ¿Y estás feliz con eso…?

La alfa Kwan parecía estar pasando por esos inicios de enamoramiento inevitable causado por el lazo, pero una cosa era que su lobo y su unión la obliguen a quererlo y otra muy diferente es que ella lo haga por voluntad propia. Aceptar a un omega no es cosa fácil, nunca había conocido parejas destinadas oficiales entre alfas y omegas, sería un escándalo enorme si ellos se dan a conocer. Agregándole el pesado hecho de que él no es un omega común, es un esclavo que próximamente cambiará el rango, ha prostituto, ningún alfa con dos dedos de frente estaría la mar de bien con ese hecho.

— ¿Por qué no lo estaría? — su sonrisa flaquea y veo en sus ojos el temor — Sí, sé que nuestra situación es complicada, y que seremos juzgados y mal visto por toda la sociedad, pero no me importa, Hoseok es mi mate, nada ni nadie cambiará eso. 

— Ojalá todos pensarán como tú. 

— No habría esclavitud, ni clases o rangos estúpidos — trago pesado al ver como prepara la jeringa dispuesta a inyectarme ese maldito líquido.

— Sí, no existirían — apartó su mano cuando la aguja roza la fina capa de mi piel — ¿Podrías no…?

— Tranquila, solo es un complejo vitamínico, aunque si debería de inyectarte también el madurante…

— ¡No quiero cargar con los bebes de esos asquerosos alfas! 

— Y no lo harás, trataré de hallar la forma más rápida posible para sacarte a ti y a Hope, con suerte también a otros esclavos, lo que lastimosamente me llevará unos días.

— Está bien, confiaré en ti, solo porque eres la destinada de Hoseok y la primera alfa en darme la mano y no escupirme la cara.

No opuse resistencia cuando me suministro el complejo vitamínico, ya que andaba famélica, con indicios de desnutrición y anemia. También me estragó un poco de sangre como rutina del chequeo. El madurante también entró en mi torrente sanguíneo, nunca cumpliría su principal función, yo misma me encargaría de ello, pero Sun me dijo que me ayudaría a regular mis hormonas, al no tener la presencia de mi loba, mi olor se suprimía y mis habilidades también y esto haría que se reactiven de cierta forma. 

Si conseguía despertar mi olfato, mejorar mi vista y audición, tendría más posibilidades de poder escapar u oponer resistencia en caso de que me tomarán cautiva nuevamente. 

— ¡Ya está! — ella me pasó un algodón con alcohol para limpiar la herida de la que penas salía una gota de sangre del leve piquete de aguja en mi brazo.

La sensación de ardor y frescura era en partes iguales, así que lo dejé presionado un rato hasta qué alcohol se secará por sí solo. Kwan me dijo que me quedara acostada un rato en la cama mientras ella rebuscaba entre sus cosas, algo que me quería dar. Envidiaba a Hoseok de buena manera, él había encontrado a su otra mitad, y esta, aunque fuera alfa, estaba dispuesta a darlo todo por él, por verlo libre, sin importarle jugarse su prestigiado trabajo y su privilegiada posición social. 

— Aquí están — me incorporé cuando ella vino hacia mí con dos frascos extraño — Es un sedante alucinógeno, con solo unas gotas hace delirar a cualquier persona hasta que caiga en la inconsciencia, puedes aplicarlo en bebidas fuertes que enmascaren su sabor fuerte o puedes aplicarlo como perfume sobre tu cuerpo. 

— Gracias…

— Con esto no tendrás que acostarte con nadie, puedes darle este también a mi Hope, no quiero a ningún estúpido alfa olisqueándolo tan siquiera. 

La alfa rubia sí que era posesiva y el cambio de color en sus ojos lo reafirmaban. 

— ¡Lo haré! — tome ambos frascos y los escondí dentro de mi toalla, en serio espero que no me los quite esa insufrible Dae. 

Me encaminé hacia la puerta, renovada y llena de esperanzas. Tal vez sí logre salir de aquí después de todo.

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En los jardines del palacio real se hallaba su gobernante, tomando los 10 minutos de descanso que se permitía él mismo cada 6 horas, cuando se hastiaba de firmar papeles y ver las caras largas de su consejo real, el cual esta mañana lo había sacado de sus casillas al tocar nuevamente el tema que no quería recordar, le falto muy poco para mandar al cuerno a esos viejos licántropos. 

Ríe mientras las yemas de sus dedos delinean los pétalos húmedos de una rosa a causa de la llovizna de la noche anterior. Tuvo que soportar los sermones y amenazas de destitución de parte del consejo, su hermano en la visita de un campamento de esclavos había encontrado a su mate, una simple e insípida omega esclava, a la cual claramente no quería ni podía desposar, pero era una buena carta bajo la manga del archiduque, este podría tener herederos antes que él, el rey. 

Hasta ahora había ascendido al trono y gobernado solo durante 7 largos años, el Consejo no había osado cuestionarlo en esto, pero justo ahora tenían la desfachatez de hacerlo. Él no quería casarse, encontrar a su mate y tener herederos, no quería una jodida esposa alfa para aparentar; sin embargo, se estaba viendo orillado a hacerlo.

— Malditos ineptos que se piensan que pueden obligarme a hacer lo que les venga en gana, pero está bien, les demostraré que soy el mejor rey que pueden tener. 

— Mi rey, que la bendición de la madre Luna lo cubra con su manto — a sus pies se arrodillaba su beta, el más fiel de sus sirvientes y su mano derecha. 

— Dime buenas noticias Namjoon.

El beta se levantó del suelo cuando su alfa le hizo la seña de descanso. A su pesar no le traía buenas noticias, sino que todo lo contrario. 

— Como usted ordenó hace unas semanas, todos los esclavos declarados omegas fueron trasladados de los campamentos mineros a los burdeles, el proyecto de gestación se está llevando a cabo a la perfección, en cuanto a la búsqueda, las muestras recogidas han arrojados resultados negativos…

— ¡¿Cómo carajos es eso posible?! — la delicada rosa que se hallaba entre sus dedos se hizo añicos dentro de su puño cerrado sin importarle las espinas de esta.

— Las muestras de sangre que han sido traídas se sometieron a la prueba real y todas fracasaron, aunque aún faltan las muestras del último lote de omegas, deberían de haber estado aquí desde ayer, pero el médico se retrasó, solo queda esperar. 

— Más te vale encontrarla Kim Namjoon.

— Lo haré mi rey, encontraré a su mate…

Continuará...

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