MOON AMARIS

-HIJOS DE LA LUNA-

PROLOGO

Steve estaba de viaje en Luisiana sólo para buscar al brujo que le daría las respuestas que necesitaba, pero aún no sabía muy bien como debía encontrarlo. Se había instalado en un motel barato de Pineville para pasar desapercibido y poder irse lo más rápido que pudiese pero las cosas se complicaron durante su búsqueda, un día mientras caminaba cerca de una posible ubicación del escondite del brujo un olor particular llegó a sus fosas nasales y por única vez supo lo que significaba aquello, su corazón latía fuertemente y su lobo interior se agitaba cada segundo más, su mate estaba cerca de él. 

Sus piernas caminaron deprisa sin pensar en absolutamente nada que no fuese ir directo que hacia su alma gemela, había demasiadas personas pero una sola de estas llamo su atención. Una preciosa joven de cabello negro y tes blanca dibujando algo en su cuaderno, su aroma era sin duda delicioso para él, se acercó a ésta lentamente para no asustarla con su presencia pero su cuerpo deseaba enormemente estrecharla entre sus brazos.

El aire pareció estar de su parte porque las hojas que su mate tenía a su lado salieron volando y su instinto le hizo correr para ayudar a su pareja con nombre desconocido a atrapar cada uno de sus dibujos. La chica noto su presencia y como un efecto magnético sus ojos fueron directos hacia los suyos, le entrego cada hoja que voló por el aire con una sonrisa. 

- Me llamo Steve De Vero - Ella se sonrojo de inmediato, sabia que esta sentía la atracción entre ambos ya que era algo bastante instantáneo en las mujeres humanas, aunque esta no supiera el porque de ello, nunca podría sentir algo semejante por nadie mas - Te vi correr angustiada por tus dibujos, espero que no se arruinasen. 

- Soy Diana Sotero - Steve sonríe ante el nombre ¿Seria coincidencia que se llamara justo como una diosa relacionada con la luna? - Gracias, de verdad. Son muy importantes para mi, gracias a tu ayuda mis dibujos están a salvo. 

- Tienes el nombre de una diosa - La chica se sonroja avergonzada - Y la apariencia total de una, hermosa y seguramente fuerte como una.

- Que dices - Niega sonrojada Steve pensó en lo preciosa que se veía así - No soy hermosa y mucho menos parezco una diosa. Mi padre me nombró así cuando nací porque el nombre le gustaba pero, el murió junto a mi madre en un accidente cuando tenía un año de edad. Lo siento, ni siquiera se porque te digo todo esto, seguro debes regresar a casa como yo. 

- Lo lamento mucho, yo también pase por ello - Diana miro el lago melancólica - Es difícil crecer sin tus padres, los míos murieron cuando tenía 5 años en un...accidente terrible, comprendo aquello. Puedo acompañarte a casa, no me gustaría que le sucediera algo malo a esos maravillosos dibujos tuyos Diana. 

- De acuerdo - Las mejillas de Diana volvieron a teñirse de rojo nuevamente, seguramente sin saber porque aceptaba tan de prisa - Así puedo conocer a este humilde salvador mío.