Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

«Capítulo 9»

Cuando comenzamos con esta prueba me di cuenta de dos cosas: a) las pruebas escritas no son tan malas como parecen; b) ¡esto es una maldita locura! ¿Cómo se les ocurre a los profesores hacer que un montón de adolescentes tengan que caminar por una rara combinación de selva-bosque sin ninguna supervisión?

Estaba sintiéndome vigilado en aquel lugar pero al menos sabía que estaba seguro mientras me mantuviera cerca de Samantha y Helen.

──Entonces, ¿ustedes dos son del mismo Estado? ──preguntó Samantha.

──Sí, nos conocimos unos días antes del inicio del verano ──contestó Helen con una sonrisa──. ¿Y tú? ¿No conoces a nadie de aquí?

Ellos dos siguieron hablando mientras seguíamos caminando. No quiero quedar como un envidioso pero me estaba sintiendo fuera de lugar viendo como ellos dos charlaban de una forma tan natural.

──Lo más probable es que se encuentren en el centro ──comentó Samantha──. No estoy del todo segura pero es la mejor opción que tenemos.

──Bien, eso podría darnos una buena ventaja ──contestó Helen con una sonrisa──. En este momento todos deberían estar yendo hacia allá, así que nos encontraremos con ellos apenas comencemos a acercarnos al centro.

Yo apenas y escuchaba escuchaba lo que estaban diciendo. Estaba nervioso por lo que pudiéramos encontrarnos en aquel lugar, después de todo, en la secundaria habíamos visto que tipo de animales que pueden ser peligrosos.

Lo malo es que cuando comienzo a sentirme nervioso mi vejiga comienza a trabajar.

Los nervios no dejaban de hacer que me entraran más ganas de orinar así que di un rápido aviso sin saber si sí lo habían escuchado o no.

Terminé tan rápido como pude pero apenas salí de los arbustos en los que me había metido me encontré con que ya no había nadie.

──¿Helen...? ¿Samantha...? ──llamé, intentando saber si se habían detenido por algún lugar cercano.

Miré a todos lados en busca de ellos pero no había ningún rastro.

«Maldición ──pensé, comenzando a caminar con cautela hacia la dirección que estábamos siguiendo──. No pudieron haber ido tan lejos.»

Para mi mala suerte ambos caminaban bastante rápido que pudieron haber llegado muy lejos en el tiempo que me tarde orinando.

Quería gritar pero temía atraer algo que tuviera una enorme posibilidad de hacerme daño o matarme.

Continué caminando lo más rápido que podía, evitando hacer algún ruido que atrajera a alguien. Mentiría si dijera que no estaba asustado pero ya habíamos pasado un buen rato deambulando y el atardecer estaba comenzando a llegar y, consigo, la poca luz que quedaba hacia que las sombras de los árboles crearan unas masas deformes que conseguían ponerme de nervios.

Después de un buen rato terminé llegando a lo que parecía ser el final del camino. No había nada más que vegetación salvaje que, siendo honesto, le daba un aspecto de ser una isla abandonada como las que había visto en la televisión.

[ . . . ]

Ya llevaba más de diez minutos caminando. Estaba tardando más de lo que hubiera querido pero tenía que tener mucho cuidado de todo mi entorno por si había algo durmiendo o acechando por ahí.

Seguí andando hasta que finalmente me arme de valor para llamar a Helen y Samantha.

No obtuve ninguna respuesta y solo me quedé parado donde estaba. Tenía miedo, mi ropa seguía húmeda, y para rematar todo estaba comenzando a hacer demasiado viento. Básicamente tenía que abrazarme para evitar sentir frío.

«Rayos ──pensé mientras continuaba caminando, el frío se hacía un poco más insoportable con la ropa húmeda──. ¿Por qué tuve que haberme detenido?»

Estaba tan metido en mis pensamientos que ni siquiera me daba cuenta por donde estaba caminando. Seguía tan inerte que cuando salí de mi mente solo me di cuenta de que tenía algunas hierbas (parecidas a las de los rosales pero sin espinas) enrolladas alrededor de los tobillos.

Las miré unos segundos antes de tomarlas en montón y arrancarlas para reanudar mi camino pero, en cuanto di el primer paso sentí que algo me había sujetado nuevamente del tobillo y terminé cayendo contra el suelo.

«¿Pero qué demonios?», miré hacia mis piernas solo para encontrarme con un montón de enredaderas sujetando mis tobillos, pero no sólo eso.

Juró que por un momento creí que tenía dos serpientes subiendo por mis piernas hasta casi llegar a mis rodillas.

De nuevo, comencé a arrancarlas para poder liberarme pero cada vez que lo hacía parecían salir o crecer más hasta el punto que las tenía en mi torso y brazos.

Empecé a retorserme como lombriz y dando pequeñas descargas eléctricas para zafarme de ellas, pero aún así parecían aparecer cada vez más.

No sé cuando tiempo estuve así pero al cabo de varios minutos me di por vencido y me quedé quieto. Ni siquiera usando mi Elemento pude ser capaz de salir de esa.

Al final opté por quedarme así un rato. Quería descansar y pensar mejor en como podría librarme de eso aunque no era tarea fácil, digo, estaba atado de brazos y piernas que apenas y era capaz de moverme.

Afortunadamente no me estaban apretando..., aún.

Ya estaba pensando en usar mi Elemento para hacerlas trizas pero antes de hacerlo escuché unos pasos fuera de los arbustos en los que estaba oculto.

Permanecí en silencio. No sabía si esos pasos pertenecían a otros elementales o a algún monstruo humanoide que se movía en dos patas. Intenté no moverme pero una de las hierbas comenzó a removerse entre mis costillas de tal forma que me provocaba cosquillas. No quería moverme pero de forma inconsciente lo hice y con ello algunas ramas crujieron.

Entonces, los pasos se detuvieron.

Estaba inmóvil. No sabía que debía esperar de lo que fuera que estuviera allá afuera pero justo cuando tenía pensado hacer algo los arbustos fueron separados y me sorprendí al ver que delante mío estaban la hija de la dueña de Bioma y sus dos acompañantes.

──¿Qué estás haciendo aquí? ──preguntó la chica.

──Me he quedado atorado cuando estaba caminando ──dije sin dejar de intentar zafarme──. No sé qué es lo que pasa con estas cosas pero parece que en cada esfuerzo que hago me atan con más fuerza.

Ellos me miraron por un segundo antes de que el chico de cabello naranja se me acercará y envolviera su mano en una llama que se acercaba peligrosamente hasta mis manos.

──Son las raíces de las orquídeas de lophus.

En cuanto acercó su mano flameante las raíces comenzaron a retroceder por miedo de ser quemadas. Apenas se quitaron de encima me levanté para alejarme de ahí.

──¿Cuánto tiempo llevas ahí? ──preguntó la chica.

──Creo que unos diez minutos ──respondí──. Estaba yendo con mis amigos pero me separe, me perdí y mientras los buscaba quedé atrapado aquí. Gracias por ayudarme, y por cierto, soy Jonah Harvey ──dije, estirando mi mano para estrecharla con la suya.

Ella me miró como si estuviera analizándome y sin imitar mi gesto respondió.

──Yo..., soy Amber Burakouv. Él es mi primo Evan ──dijo señalando al chico de cabello naranja──. Y él es nuestro amigo, Adriel Azod.

Bueno, ahora estaba confundido. Este chico, Adriel, tenía el mismo apellido que Samantha y extrañamente el mismo color de cabello: rubio dorado. Parecían ser gemelos a excepción por los ojos, puesto que los suyos eran azules y los de Samantha eran negros.

──¿Vas a quedarte ahí? ──preguntó Adriel──. Nosotros tenemos que seguir con nuestro camino, ¿qué es lo que vas a hacer tú?

No sabía que decir, quería alejarme cuando antes de aquel lugar y buscar a mis amigos pero sabía que eso sería imposible sin saber hacia donde estaba yendo exactamente.

──Bueno, me preguntaba si podría acompañarlos ──dije, un tanto nervioso por no saber que esperar de ellos.

──No necesitamos que nos ayuden terceros ──respindió Evan con una mirada de molestia──. Tenemos mucha prisa.

──Por favor ──supliqué──. Hace un rato que estoy perdido. Solo quiero encontrar a mis amigos y llegar a la academia cuanto antes. Prometo que les puedo ser de ayuda.

Evan y Amber me miraron con excepción mientras que el único que parecía estar interesado era Adriel.

──P-puedo ayudarles ──agregué para convencerlos──. Tengo Elemento Rayo, no sé cómo pero estoy seguro que puedo serles de ayuda en algo.

──No hace falta ──comenzó a decir Evan, mirándome con molestia, creo──. Nosotros ya tenemos a...

Amber levantó su mano para impedir que siguiera hablando. Me miró por unos segundos como si me estuviera analizando.

──Podemos ayudarte pero harás lo que nosotros digamos ──me dijo sin cambiar su expresión estoica en ningún momento──. Después de lo que acabamos de ver me doy cuenta que no eres tan apto en lugares como estos.

Quería replicarle que no era cierto pero si las plantas eran capaces de dejarme en el suelo no quería ni imaginarme que más cosas habían por ahí y conmigo, que seguía aprendiendo a usar mi Elemento, sabía que no iba a terminar bien.

──Está bien ──terminé accediendo a regañadientes. Igual, no es como si pudiera pedir mucho, al final ellos me estaban dando una oportunidad.

──Ya que todo está decidido podemos seguir adelante ──dijo Amber, limpiando su falda y suéter──. Aun tenemos una buena cantidad de tiempo pero no tenemos que perder más.

[ . . . ]

Pasamos un buen rato caminando y, para nuestra mala suerte, ya había anochecido y eso podría traernos aun más inconvenientes.

Evan se había comenzado a poner de mal humor puesto que, según él, ya deberíamos de haber llegado al centro de la isla desde hace más de media hora.

No estaba seguro de qué debía hacer en este momento pero lo mejor era permanecer en silencio.

──Ya sabían que el primer lugar que buscaríamos sería en el centro ──comentó Amber──. Lo mejor será buscar por otro lado.

──¿Qué hora será? ¿Las siete?

Evan seguía bastante irritado y lo entiendo. Llevábamos un buen rato caminando en busca del centro solo para encontrarnos con absolutamente nada.

──Tenemos que buscar una ruta diferente ──dijo Amber──. Será mejor que solo quedarnos parados sin hacer nada.

Estuvimos de acuerdo con ella y reanudamos nuestro camino de forma recta. Afortunadamente Evan y Amber podían usar su Elemento (fuego) para iluminar el camino.

Eso era de mucha ayuda puesto que los árboles tapaban la luz de la luna y teníamos caminar a ciegas. Los dos Burakouv parecían estar de mal humor por lo que estaba pasando (puede que incluso Adriel estuviera sintiendo la tensión en el aire y por eso no decía ni una palabra) así que pensé en quizá darles una mano para iluminar.

Arranqué una rama de un árbol medio seco y empecé a usar unas cuantas descargas para intentar incendiarlo. Ya había visto varias veces como es que los árboles se prendían en llamas después de que un trueno les cayera. Esperaba que con unas cuantas descargas fuese suficiente para incendiar una rama.

Miré a Adriel, parecía un poco tenso con todo lo que estaba pasando, así que intenté deshacerme de ella un poco y de paso saber si se trataba de algún pariente de Samantha.

──¿Samantha Azod? ──parecía confundido después de haber escuchado ese nombre, incluso después de que le diera una descripción detallada sobre ella──. Sinceramente no conozco a ninguna chica de mi familia que se llame así, lo siento.

──Está bien... ──dije, aun siguiendo con la rama──. Pero no crees que sería mejor...

Mis palabras se quedaron en el aire cuando un grito pudiendo ayuda resonó entre la oscuridad. Incluso me había olvidado de lo que estaba haciendo.

──¿Qué fue eso? ──pregunté con temor.

La voz parecía haber sido de una chica. Sonaba asustada y muerta de miedo como para que su grito se escuchará hasta donde estábamos nosotros.

Nos quedamos en silencio por un buen rato. Supongo que en ese momento ni Amber ni Evan sabían que hacer.

──Sigamos adelante ──dijo ella──. Ya debemos estarnos acercando.

Quería moverme y seguirlos pero nuevamente oí el mismo grito. Esta vez pedía ayuda con una especie de sollozo desesperado.

Me quedé ahí, mirando hacia esa dirección. Quería ayudarla pero no sabía exactamente que hacer. Repentinamente una piedresita me golpeó en la cabeza, sacándome de mis pensamientos.

──¿Qué tanto estás haciendo ahí? ──dijo Evan──. Tenemos mucho camino por delante. Andando.

──¿No vamos a ayudarla? ──pregunté. Temía que algo pudiera pasarle a quien sea que estuviera ahí.

──Pfft, ¿por qué tendría que preocuparnos a nosotros? ──la expresión de Evan era la de desdén──. Aquí cada quien tiene que cuidarse a como sea. No somos niñeros de nadie.

──Evan tiene razón ──respaldó Amber──; quien sea que esté ahí lo está por su descuido. Si estamos aquí, intentando llegar a Kahane, es porque nos consideraron aptos para cuidarnos por nuestra cuenta.

Estaba atónito por lo que había escuchado. ¿Realmente estaban dispuestos a dejar que una persona muriera solo porque no era su problema? Sé que era tonto pero no iba a dejar que una de mis futuras compañeras muriera o se perdiera.

Quienquiera que fuera lanzó otro grito, esta vez más débil que el anterior. Esto sólo era mala señal.

Ya iba a correr a la dirección de donde venía pero antes de poder hacerlo alguien me sujetó de la capucha de mi sudadera, impidiéndome moverme y haciéndome caer en el suelo.

──¿Qué piensas hacer? ──cuestionó Amber──. ¿Acaso olvidas cómo fue que te encontramos? ¿De verdad quieres ayudar a alguien siendo... tú?

──Es mejor que dejarla morir ──dije, levantándome para encararla──. No puedo entender cómo es que ustedes pueden abandonar a alguien cómo nosotros.

Amber me miró de mala manera, como si acabará de insultarla.

Me puse de pie para irme pero antes de hacerlo sentí como si me hubieran golpeado con una roca, incluso terminé golpeándome contra el tronco de un árbol.

Por el golpe un fuerte dolor tanto en la espalda como en el estómago me hicieron estremeserme y hacer una mueca por los segundos que permaneció ahí.

──Mejor cuida tus palabras ──espetó Evan──. Estás con nosotros así que vas a hacer lo que digamos si no quieres que te abandonemos.

Adriel intentó apaciguar las cosas pero le fue imposible. Parecía que Evan iba a atacarme en cualquier segundo. El momento donde él pareció calmarse fue cuando Amber se puso en medio de nosotros pero, en lugar de reprendelo a él me miró a mí como si fuerse un bicho molesto.

──Tú eres quien toma la decisión ──dijo, acercándose lo suficiente como para sujetarme de la sudadera y obligarme a ponerme de pie──; o sigues adelante con nosotros hasta que encuentres a tus amigos o... ──me dió un tirón lo bastante fuerte como para quedar a una distancia considerable de ella── te largas a donde sea que esté esa chica y sigues por tu propia cuenta. ¿Qué vas a elegir?

Estaba sorprendido por lo que acababa de escuchar, no podía creer que ellos estaban dispuestos a dejar a alguien morir antes de intentar ayudarle.

Quizá eso era lo que los hacía diferentes a los humanos, por ende peores de lo que creía...

Aparté la mano de Amber de mí sin ningún tipo de tacto, incluso le mantuve la mirada. En ese momento me sentía más valiente que de costumbre y me agradaba.

──Iré a ayudarla ──dije. Podía sentir los ojos de Amber y Evan mirándome con furia──. Ustedes pueden irse como cobardes.

No esperé una respuesta, solo me di la vuelta y comencé a correr a la dirección de donde había provenido aquel grito. Lo único que escuché a mis espaldas fue un «Déjalo, no es nuestro problema» por parte de Amber. Seguramente se lo había dicho a Evan.

Hasta este punto me alegraba haber sido criado por humanos. Yo mismo me repudiaría si hubiera actuado de la misma forma que ellos.

Creo que queda claro que no me agradaba ser un elemental. La mayoría parecen ser tan egoístas y poco amables.

Detesto ser uno de ellos...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro