Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

«Capítulo 4»

Cuando mis padres y Jeanine finalmente se habían ido me tomé el tiempo de darme una ducha mientras pensaba en lo que haría. Durante toda la tarde había intentado diferentes formas de hacer funcionar mi Elemento pero simplemente era imposible.

También había intentado contactar con Helen pero no conseguí su número por más que estuviera buscando en los grupos de la escuela.

«Tal vez mañana pueda hablar con él ──me dejé caer en mi cama mientras intentaba pensar en que debería de hacer──. Quizá estén equivocados y yo no sea uno de ellos y solo soy alguien normal.»

En el fondo eso es algo que quería pensar pero Helen y el señor Christian parecían estar bastante seguros con lo que decían y me resultaría imposible llevarles la contraria sin tener más pruebas más que mi propia palabra.

Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que, antes de que pudiera darme cuenta me quedé profundamente dormido.

[ . . . ]

Apenas llegué a la escuela me quedé un buen rato en la entrada, esperando a que Helen llegará para hablar con él.

No voy a negar que estaba un poco frustrado por mis intentos fallidos en día anterior pero también me sentía inseguro al recordar la mirada de Jeanine sobre mí, y esa inseguridad aumentaba aún más cuando recordaba la sensación que sentí cuando tomó mi mano. Afortunadamente no tuve que esperar mucho para ver a Helen caminando hacia donde yo estaba, como siempre con su típica sonrisa.

──Buenos días, Jonah ──me saludó sin detenerse mientras caminaba hacia la entrada por lo que tuve que seguirlo──. ¿Sucede algo? Pareces nervioso.

──Sí, hay algo que quería hablar contigo ──le hice una seña para que me siguiera, aun teníamos unos minutos antes de que las primeras clases iniciarán por lo que podríamos hablar con tranquilidad.

Cuando llegamos a un aula vacía comencé a contarle todo lo que había pasado el día anterior; desde mis intentos fallidos para usar los dos Elementos que me habían recomendado como la forma en la que Jeanine me había visto cuando estaba practicando en el patio.

Pude notar como la mirada de Helen pasaba de tranquilidad a intriga mientras analizaba todo lo que le había dicho, estuvo así por un rato hasta que tomó la palabra.

──Esto puede ser un problema ──dijo, mirándome con seriedad──. Tendremos que hablarlo con el señor Christian apenas salgamos de la escuela.

Estuve de acuerdo, escuchando la campaña que anunciaba el inicio de clases por lo que ambos tomamos nuestros caminos después de quedar en el mismo lugar que antes.

Caminé hasta que finalmente llegué al aula del señor Kauffman, profesor de Biología.

──Buenos días, Jonah ──me saludó Sarah al verme──. ¿Cómo te sientes?

──Me siento mucho mejor, gracias por preguntar ──respondí, tomando asiento mientras los demás estaban en lo suyo.

Al menos Helen ya estaba al tanto de lo que había pasado con Jeanine y me había dejado un poco más seguro al haberle hecho saber sobre ello. Estaba tan absorto en mis pensamientos cuando escuché a los chicos que estaban detrás de mí hablando acerca de algo.

──¿Lo dices en serio? ──preguntó el primero con asombro──. Pero eso es muy cerca, no puede ser real.

──Sé lo que te estoy diciendo, ni siquiera mis padres querían que viniera a la escuela ──su tono de voz dejaba ver que era algo preocupante pero no sabía qué exactamente.

Estuve a punto de preguntarles pero, antes de poder hacerlo entró el señor Kauffman acompañado del director.

──Buenos días a todos ──nos saludó el director. Nosotros también respondimos de la misma manera──. Estoy seguro de que muchos de ustedes ya debieron de haberse enterado pero para los que no tenemos que decirles que a las seis y media de la mañana se encontró el cuerpo de una chica en medio de la calle.

Escuché el jadeo de muchos en el aula, yo también jadeé de la sorpresa. Nunca antes había pasado algo como eso en nuestra zona y qué hubiera pasado de la noche a la mañana era preocupante, más porque ni siquiera había escuchado nada en las noticias ni por parte de mis padres, lo que significaba que ni siquiera se habían enterado hasta hace apenas unos minutos.

──... con esta reciente y preocupante noticia los padres, profesores y directivos hemos tomado la decisión de que a partir de hoy serán llevados y traídos a sus hogares. Espero que entiendan que todo esto es por su seguridad pero no hay nada que tener, todos los agentes de la policía ya se están haciendo cargo de todo el caso y que sólo esto será una medida temporal.

Estaba preocupado. Todos estos asesinatos ya habían estado presentes desde que tenía memoria y hasta entonces siempre había escuchado lo mismo; «No se preocupen, las autoridades y las agencias especializadas ya están trabajando en eso.», pero hasta hoy no había mejora, solo se habían resuelto unos dos casos y eso a medias, jamás han avanzado más allá de dar el nombre de la víctima pero aún persiguiendo al asesino.

Desafortunadamente no había nada que pudiera hacer pero Caleb y el abuelo ya me habían asegurado que estaban más cerca de encontrar al asesino y eso me causaba cierto alivio.

──Por hoy las clases continuarán con normalidad pero se les dará salida apenas termine el almuerzo ──prosiguió el director, colocando ambos brazos detrás de su espalda mientras nos miraba a todos, era obvio que seguía preocupado por el tema──, no tienen porque tener miedo, mientras nosotros y los guardias de seguridad estén monitoreando la escuela todo estará bien.

Me niego a creer que realmente eso pueda sernos de mucha ayuda, hace algunos años (cuando tenía trece o catorce) estaba estudiando en otra escuela no muy lejos de esta ciudad y recuerdo claramente que durante la mañana, cuando estaba terminando de prepar mis cosas y veía la televisión apareció el reporte de un adolescente asesinado en la entrada de su propia escuela preparatoria, ¿lo malo? Había sido a las mismas horas de la mañana y NADIE se había dado cuenta.

Ese desafortunado incidente fue lo que hizo que muchas (por no decir todas) las escuelas comenzarán a implementar seguridad incluso durante las primeras horas de la mañana.

Hace tiempo hubiera comenzado a tener una hiperventilación pero habíamos llegado a un punto en que estas noticias eran como una especie de rutina. Claro, seguían siendo impactantes e inesperadas pero, hasta cierto punto ya nos habíamos acostumbrado y eso era preocupante porque mi abuelo y Caleb ya habían mencionado que si esto seguía así durante los próximos años sería tan normal que las personas podrían llegar a normalizarlo.

Estaba asustado por más que pueda esconderlo de los demás, que fuera tan cerca... Dioses, no me quiero ni imaginar el dolor de los familiares de esa chica am haberse enterado... si es que llegan a mostrarla en las noticias...

[ . . . ]

Finalmente se dieron las once de la mañana y todos comenzamos a tomar nuestras cosas para irnos cuanto antes.

Miré por la ventana del aula y los pude ver; ya habían como siete autobuses amarillos recogiendo a los chicos y chicas que ya estaban fuera.

«Menudo desastre», pensé mientras guardaba mi último cuaderno.

Esperaba que todo esto no afectará tanto mi salida con Helen, aun tenía que avisarle a mis padres y después de lo que pasó en la mañana estoy seguro de que sería difícil convencerlos.

Durante el camino me asegure de mirar detenidamente los lugares por donde pasaba, la ciudad estaba llena de edificios tanto grandes como pequeños pero eso era lo que alcanzaba a ver a lo lejos ya que vivía en una zona un tanto apartada pero también habitada.

Estaba tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de cuando nos detuvimos. Cuando miré al frente y a los lados me di cuenta de que parecía haber tráfico, eso no era tan normal así que llamó mi atención.

Quería comenzar a hacer mi tarea para tener el resto de la tarde libre para intentar convencer a mis padres de que me dejarán ir con Helen unos minutos, sabía que estando él y el señor Christian no correría ningún peligro. Estaba por comenzar s escribir cuando un fuerte chirrido se escuchó fuera del autobús acompañado de un estruendoso golpe que sacudió todo el autobús de forma casi vertiginosa.

Apenas y pude agarrarme de mi asiento, todos estábamos aturdidos. Los primeros en acercarse a las ventanillas fueron los de cuarto (no conocía a la mayoría) pero en cuanto una chica se acercó un grito agudo salió de su boca como su hubiese visto a la mismísima muerte.

Todos los que nos habíamos mantenido alejados nos acercamos inmediatamente hasta las ventanillas.

Yo al ser un poco más bajo que los demás tuve que abrirme paso en medio de todos ellos, lo cual no fue nada fácil pero al final lo conseguí... Tan sólo desearía no haberlo hecho...

Apenas llegué a las ventanillas sentí unas náuseas espantosas, como si mi estómago se hubiera tragado todos mis nervios y los estuviera revolviendo en mi interior sin parar. Al lado del autobús se encontraba el cuerpo de un chico tirado en medio de un charco se sangre pero no sólo eso...

Por lo que suponía ese chico había sido arrollado, no sé si de forma intencional o no pero todo indicaba que estaba totalmente destrozado, ¿por qué?, se preguntarán. Cuando baje la vista me encontré con una enorme abolladura en el metal del autobús y también una marca de sangre como si hubieran usando un trapo empapado de ésta para limpiar el metal.

Todos estábamos asustados y sin pensarlo dos veces comenzaron a salir del vehículo. Yo tampoco fui la excepción y salí en cuanto pude.

Al hacerlo ya habían varios autos de policía y una ambulancia recién llegando con sus sirenas chillando de forma irritante.

──¡Todos quédense atrás, que nadie se acerqué! ──gritó uno de los policías mientras sus compañeros ponían cintas que decían «ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ ᴇʟ ᴘᴀsᴏ».

Dos médicos se acercaron al instante, llevaban botiquines y todo lo necesario para atender a la persona. En el fondo yo tenía esperanzas de que siguiera vivo pero debido al golpe y la enorme abolladura que había en nuestro autobús supuse que lo habían aplastado de tal forma que había muerto al instante.

Aun sentía esas enormes ganas de vomitar, la escena era de lo más horripilante ante mis ojos. Escuchaba a algunas personas del tráfico hablando acerca de un auto que iba hecho fiera hacia el lado contrario. También mencionaban algo de que fue un accidente pero siendo honesto, lo que había dejado no parecía serlo en absoluto.

Por todo el caos apenas me pude dar cuenta de que estaba comenzando a faltarme la respiración por lo que tome mi inhalador para intentar respirar. Estaba asustado, no quería seguir viendo eso, personas asustadas y gritando, el enorme charco de sangre, los paramédicos haciendo todo lo posible por ayudar al joven y los chillidos de las sirenas de la ambulancia.

No podía calmarme, mis pulmones estaban comenzando a arderme por la forma en la que respiraba pese a que intentaba parar y tranquilizarme, incluso llegué a pensar en la idea de que mi inhalador dejará de funcionar en ese instante.

Mi mente estaba centrada en eso hasta que sentí una mano sobre mi hombro. Estaba por decir «Helen, que bueno que nos encontramos» pero apenas giré la cabeza me encontré con Jeanine que, al parecer había llegado junto al resto de su equipo de noticias.

──¿Estás bien, Jonah? ──me preguntó, usando sus dos brazos para sujetarme y evitar que me cayera.

Ella miró hacia el incidente antes de volver a verme, por su expresión supe al instante que estaba sumamente preocupada por mi estado y por lo que acababa de presenciar. Digo, no todos los días arrollan a alguien delante de ti de una forma tan atroz así que estaba en completo shock y me se me estaba comenzando a dificultar regular mi respiración.

Apenas y era capaz de centrarme en mí mismo por lo que no me di cuenta de cuándo Jeanine me metió a su coche, dándome un inhalador nuevo que había pedido a los paramédicos. Mientras intentaba regular mi respiración la escuché hablando con sus compañeros y por lo que alcance a oír es que iría a dejarme en casa.

Seguía estando asustado y en shock por lo que vi, así que me alivió saber que me llevaría a casa.

──No te preocupes por nada, Jonah ──me dijo Jeanine mientras entraba al auto, abrochándose el cinturón de seguridad──, tus padres aún no llegan pero te llevaré con un médico lejos de todo este caos para que se asegure que no te haya sucedido nada física o mentalmente ──el motor del coche empezó a andar──, después de llevaré con tus padres.

Asentí. Ojalá me hubiera dado cuenta de muchas cosas en ese momento pero estaba tan alterado por lo que acababa de suceder que no podía pensar en nada más.

[ . . . ]

Pasaron algunos minutos hasta que comenzamos a llegar a la calle que llevaba a mi casa pero Jeanine decidió dar vuelta, yendo por la calle que daba a la izquierda, la cual nos llevaría a una zona diferente. En ese momento ya me sentía mejor que antes ─aun no del todo recuperado pero mejor─ para hablarle y hacerle notar lo que había hecho que, para mi confundida mente de esos momentos, había sido solamente una confusión de calle.

──Disculpa, Jeanine... ugh...──mi pecho y pulmones seguían doliéndome por el ataque de asma, así que se me dificultaba un poco hablar──. La calle que lleva a la casa de mis padres es la derecha. Te has equivocado.

──No, primero tengo que llevarte con un médico para que te atienda ──respondió con una especie de prisa, ni siquiera me volteó a ver o echó un vistazo por el retrovisor──. Te aseguró que no tardaremos mucho y mientras te estén atendiendo llamaré a Elizabeth y Abraham para tenerlos al tanto de tu condición.

Estaba nervioso pero decidí quedarme en silencio. No sabía a que clase de hospital nos diríamos pero Jeanine parecía muy concentrada en el camino que preferí no preguntar.

Conforme seguíamos avanzando los edificios y casas comenzaban a disminuir hasta que ya somos se veían unas de vez en cuando, eso estaba poniéndome los nervios de punta. Afortunadamente ya me sentía mejor por lo que tomé el valor suficiente como para hablar.

──¿A qué hospital se supone que vamos? ──alcancé a ver mi reflejo en el retrovisor, notando como mi ceño se comenzaba a fruncir lentamente, algo usual que solían comentar mis padres cuando sospechaba o me molestaba por algo.

──A uno donde yo asisto de vez en cuando ──respondió como si fuera una obviedad, aun sin mirarme──, ellos son bastante rápidos, no tardarán más de unos cinco minutos en atenderte además, tenemos que buscar un inhalador nuevo.

Podrán decirme idiota y estarán en lo cierto porque pese a que mis sentidos me decían que llamará a mis padres cuanto antes no lo hice y simplemente me quedé sentado, centrado en lo que había pasado y lo repentino que había sido.

Al final llegamos a una especie de consultorio pequeño en donde Jeanine me pidió, caso obligándome, a salir del auto para que fuera atendido.

El lugar era un poco pequeño, de paredes azul celeste en toda la sala de espera (que afortunadamente tenía a cuatro personas) mientras que el pasillo que parecía dar al consultorio era un poco más pequeño pero por lo que calcule daba un espacio de unos quince o veinte metros con la sala de espera.

«Cálmate ──pensé, estaba comenzando a ponerme de nervios así que intenté alejarlos jugando con mis dedos──. Cálmate, no va a pasar nada.»

Seguía asustado porque la sensación de peligro que sentí cuando conocí a Jeanine estaba regresando pero me obligue a alejarla para relajarme, no me costó mucho así que comencé a pensar con claridad.

Aun la tenía a mi lado, así que lo mejor sería ser cauteloso. No sé a qué se debía esa sensación de inquietud e inseguridad pero Helen me había dicho que le hiciera caso a mis instintos, así que lo mejor sería irme cuanto antes. Ya había calculado más o menos cuanto me tardaría en regresar a la calle que me llevará a mi casa ─tal vez una media hora si iba caminando─. Afortunadamente aún tenía el inhalador que Jeanine me había conseguido así que de momento mi asma era un problema secundario.

──Oye, Jeanine... ──cambié mi tono a uno que sonará como si estuviera adolorido, tan sólo espero que funcione──, me estoy sintiendo un poco nervioso, ¿puedo ir al baño?

──Ehm, claro ──su voz nuevamente se tornó dulce, dándome unas cuantas palmadas en la espalda──. Solo asegúrate de regresar cuanto antes, los doctores son muy rápidos y no tardarán menos de diez minutos en atendernos.

«Ese tiempo será más que suficiente», pensé, sonriendo dentro de mí.

Enseguida me levanté para irme al baño que, para mi suerte, estaba apartado de la sala de espera así que no tendría que preocuparme mucho por el ruido.

Cuando entré cerré la puerta y le puse el pestillo, al menos se veía bastante resistente en caso de que quisieran romperlo. Mirando a mi alrededor me di cuenta de que había una pequeña ventana por encima del lavabo. No estaba del todo seguro del todo pero pensé que tal vez podría salir por ahí sin ningún problema.

Subí con cuidado al lavabo, apoyando mi pie izquierdo sobre éste al mismo tiempo que apoyaba el otro sobre el inodoro, tenía que ser bastante cuidadoso para no romper nada. En cuanto alcancé la ventana la abrí, fue un poco difícil porque tenía que tener mi peso controlado para no romper nada pero en cuanto lo conseguí comencé a trepar por ella hasta que pude sacar mi cuerpo cintura para arriba.

Por un momento pensé que me quedaría atorado pero, aunque me di un buen golpe, conseguí bajar. Ahora sólo tenía que irme caminando o bien, conseguir un taxi o algo que pudiera llevarme hasta mi casa.

«Tengo que tener cuidado y permanecer en calma», tomé un pequeño respiro, ya estaba comenzando a sentir mi corazón palpitando de forma veloz por la ¿adrenalina?, supongo.

Sabía que Jeanine se daría cuenta de que algo estaba pasando si tardaba más tiempo en el baño así que tenía que aprovechar ese tipo. Para mi suerte sabía en que calle estaba por lo que regresar no sería un problema.

[ . . . ]

Pasé por lo menos unos diez minutos caminando por la calle, ya debía ser como la una de la tarde así que tenía que darme prisa.

Caminé un poco más hasta que me detuve para tomar un descanso, ¿ya había mencionado que no era alguien atlético?

Continué caminando, estaba atento a cualquier cosa que pudiera pasar alrededor solamente porque mis sentidos parecían estar como locos poniéndome cada vez más de nervios.

En muchas de esas situaciones me convencí (a medias) de que todo estaría bien. Así continué por unos minutos hasta que sin siquiera esperarlo sentí las manos de alguien que me tomaba por la espalda y comenzaba a ponerme algo en los ojos.

Forcejeé con todas mis fuerzas para intentar zafarme de quien sea que fuera, incluso comencé a lanzar patadas pero eso solo pareció provocar que ese tipo (cosa que supuse por la musculatura de su cuerpo) me pusiera una especie de trapo que cubría mi boca y nariz.

Hice un esfuerzo enorme por aguantar la respiración e intentar liberarme pero fue imposible. Esa persona apretó aún más el pañuelo contra mi nariz y terminé inhalandolo, notando un intenso olor de lo que parecía ser cloroformo mezclado con otra sustancia. Seguí luchando hasta que sentí mi cuerpo más débil y mis sentidos entumecidos, poco a poco (a parte de la venda que tenía en los ojos) sentía como todo se quedaba en absoluta oscuridad hasta que me desmayé.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro