«Capítulo 13»
Desperté con cinco para las siete, el dolor en mi abdomen había regresado y, como el doctor me había dicho, tuve que bajar a la cocina por un vaso de agua para tomarme el analgésico que me había dado.
En cuanto baje el sol seguía sin salir así que tuve que usar el interruptor para intentar ver algo.
«Debes tomar una cada vez que sientas dolor, no esperes a que aumente, ¿entendiste?», recordé decir al doctor mientras me servía agua.
Tenía mi mente distraída en mis pensamientos hasta que los pasos de alguien me sacaron de mi pequeña ensoñación.
──¿Tan emocionado estás por asistir a clases? ──reconocí la voz de Ashley. La miré, estaba recargada en el umbral de la puerta.
──El doctor me dijo que debía de tomar esto cada que sintiera dolor.
Ella se acercó para mirar detenidamente los analgésicos, leyendo de forma cuidadosa todo lo que decía en el envase de las pastillas.
──Son de las mejores ──comentó con una sonrisa, devolviéndome el envase──. Como materia prima llevan el néctar de un árbol llamado aphis. Siempre es bueno para curar a los demás.
Asentí para no verme como un tarado que no estaba al tanto de las cosas. Helen me había dicho que era mejor no hacerles sospechar al respecto e intentar mantener un perfil bajo.
──¿En serio te sientes mejor? Esa herida parecía ser bastante fea.
──El doctor dijo que estaría bien si seguía realizando el tratamiento tal y como me lo había indicado ──me sentaba bastante bien que alguien que no fueran Samantha o Helen se preocupada por mí.
Ashley curvo sus labios en una sonrisa cómplice antes de tomar un poco del agua del grifo.
──¿Crees que estemos en la misma clase?
──Depende ──dijo sin darme una respuesta clara──. Regresaré a dormir antes de que vengan por nosotros. Un gusto volver a vernos, Jonah.
Asentí, sintiendo un poco de calor en los oídos. Apenas comencé a sentir los efectos del analgésico decidí regresar a la habitación que había tomado.
Revisé mi celular (que apenas había terminado de cargar) y me di cuenta que ya tenía cinco mensajes de mi mamá preguntando qué había pasado.
Tuve que contarle una mentirilla. Le dije que habíamos llegado tarde y tuvimos que hacer varios recorridos para conocer mejor la escuela y el campus que nos tomaron casi toda la tarde, además, nos dieron a conocer mejor el lugar para ubicarnos y no perdernos.
Pensé que tardaría más en llegarme su mensaje pero apenas me deje caer en la cama llegó su respuesta: «Me alegra saber que estés bien. Asegúrate de tomar todas tus comidas y esfuérzate», todo esto acompañado de un corazón.
Le di una respuesta sencilla y me volví a acostar. Esperaba conciliar el sueño antes de que se dieran las ocho. Aun sentía como si le hubieran pasado un camión de remolque por encima así que necesitaba unas cuantas horas más de descanso.
[ . . . ]
Al despertar sentí como si apenas hubiera descansado algunos minutos. Mientras caminabamos al campo libre que estaba frente a la academia me sentía adormilado, así que caminaba como un zombie ebrio.
El sol de la mañana nos pegaba en la cara a todos junto al viento matutino. Era agradable.
No tardó mucho en que el señor Magnus no tardó en aparecer junto a la señorita Mikaela y otras cuatro personas más de las que solo reconocí al señor Christian que iba vestido con su misma chaqueta de cuero negro y unos tejanos negros que le daban una apariencia de motociclista aunque la expresión en su rostro era demasiado agradable como para ser uno de ellos.
──Buenos días a todos ──comenzó a hablar el señor Magnus, haciéndose oír a través de un micrófono──. Esperamos que hayan conseguido descansar lo suficiente. Sabemos que la noche fue dura para muchos de ustedes. Algunos, como de costumbre, consiguieron arreglárselas sin ningún problema y estoy orgulloso de eso porque demuestra que aún quedan muchos elementales capaces de hacer las cosas por su cuenta.
No creo haber sido el único que se haya sentido ofendido con eso.
──Aun así reitero que hay mucho en que trabajar ──prosiguió, mirando de un lado a otro──. Mis compañeros y yo comenzaremos a implementar algunos nuevos planes de estudio así como más horas de entrenamiento y para los que no se han enterado de nada hace un año se inició un nuevo sistema de pago dentro de la Kahane con ayuda de esto.
El director nos mostro a todos una especie de smartwatch salvo que la correa era más ancha de lo normal, casi del mismo tamaño de las muñequeras que usan las personas que van al gimnasio.
──Les daré una breve explicación: esto es un recolector de puntos. Lo que hará, como su nombre lo dice, es recolectar puntos que les servirán para pagar diferentes cosas dentro de la academia como los alimentos que sean de su preferencia, ropa y objetos de uso personal.
De entre todos los chicos hubo uno que levantó la mano, era de cabello castaño rizado, varias pecas en las mejillas y los ojos de un azul celeste aunque tenía los ojos medianamente cerrados, como si aún tuviera sueño o simplemente era de ojos rasgados. Llevaba una gorra de rasta azul que hacía juego con su sudadera azul-negra.
El señor Magnus le dió la palabra.
──¿Cómo podremos reunir los puntos? ──preguntó──. ¿Tendremos que hacer más pruebas como la de ayer o...?
Recé internamente para que no se tratará de eso. Estaba seguro de que si teníamos que hacer eso una y otra vez para conseguir una vida rentable en la academia entonces iba a irme después del primer semestre.
──Nada de eso será necesario ──sus palabras me tranquilizaron──. Antes de todo la idea fue sugerida por mi compañero Nail ──dijo, señalando a un hombre de cabello blanco y ojos dorados que estaba a su lado──. Con el curso anterior tuvimos algunos inconvenientes en cuanto a las calificaciones de los estudiantes, así que la forma en la que podrán conseguir puntos será dependiendo de sus calificaciones.
Michael levantó la mano.
──¿Qué calificación será la mínima para obtener puntos? ──preguntó sin esperar que le dieran la palabra. Eso provocó una mirada de molestia.
──El número aceptable será de siete para arriba. Cualquier calificación baja a esa será inaceptable para poder canjear por los cien puntos que se les daran.
No tenía mucho de que preocuparme, nunca había sido un genio en todas las materias pero tampoco me iba tan mal, solo necesitaba un poco de estudio y estaba seguro de que todo marcharía bastante bien.
──Pasando a lo siguiente: los entrenamientos tendrán lugar después de las tres de la tarde, cada clase será asesorada por su profesor.
En eso una voz del fondo preguntó quién sería el profesor de cada clase y a cuál perteneceríamos cada uno de nosotros.
Yo también tenía la misma pregunta, solo que no me animaba a hacerla después de haber visto la cara molesta del señor Magnus.
──Los profesores ya han elegido a sus alumnos, ellos y ustedes son los únicos que están al tanto de ello. Ahora, si me disculpan, tengo muchos asuntos que atender. Dejaré a mi asistente a cargo y, cualquier duda que tengan, pueden preguntarle a sus profesores.
Apenas el señor Magnus se retiró muchos chicos y chicas comenzaron a caminar de un lado a otro, hablando con sus amigos e intentando saber como encontrarían a sus profesores y a que clase pertenecerían.
Iba a acercarme a Helen y Samantha, sin embargo sentí una mano en el hombro cuando estaba a punto de dar el primer paso.
──Que agradable noticia saber que llegaste hasta aquí. Por un momento creí que no lo ibas a conseguir ──un alivio recorrió mi cuerpo al ver que se trataba del señor Christian.
──Tuve un poco de ayuda ──respondí, recordando lo que el director nos había dicho──. Por cierto, ¿usted sabe cómo sabremos quienes son nuestros profesores y a que clase iremos?
──Eso es fácil de responder ──dijo con su sorisa de siempre──. Para saberlo solo tienen que recordar quienes fueron a darles las solicitudes.
Una enorme sorpresa y alivio me inundó por completo. Saber que él sería mi profesor me sentaba bien porque a diferencia de los demás sabía que el señor Christian sería el único que me tendría más paciencia.
──Ahora ve y relájate. Mañana a esta misma hora iniciaran las clases.
──¿No empezaríamos desde hoy?
──Digamos que conseguí convencer a Magnus para que les diera un día de descanso antes del primer día ──su sonrisa se ensanchó aun más, como un niño que acababa de hacer una travesura──. Bienvenido a Kahane, espero que en serio haya sido lo que esperabas.
Me dió unas cuantas palmadas en el hombro y se alejó con el resto de profesores.
Estaba contento, eso quería decir que Helen y yo estaríamos en la misma clase aunque, ahora solo quedaría pendiente saber quienes serían mis nuevos compañeros.
Lo único que pedía era que no estuvieran ciertas personas.
[ . . . ]
Después de un buen rato había comenzando a dar una vuelta por la zona. Aun seguía asustado por lo de la úrsula pero conociendo este lugar de día era completamente diferente: había animales salvajes (conejos, ardillas y uno que otro erizo) yendo de un lado a otro sin el mejor cuidado. Casi parecía que nada podía hacerles daño ahí.
Casi.
Seguí con mi exploración por unos cuantos minutos más hasta que llegué a un arroyo que llamó mi atención. Mi curiosidad me ganó y comencé a seguir la corriente, eso sí, siendo cuidadoso con cualquier cosa que pudiera encontrarme por el camino.
No sé cómo explicarlo pero el aire que me rodeaba era mucho más agradable al que respiraba en la ciudad. La brisa del mar se mezclaba con el aroma fresco de los pinos y abetos, formando una fragancia deliciosa.
Continúe con mi camino hasta que me tope con tres elementales caminando en la misma dirección que yo.
Uno de ellos parecía ser un chico por el cabello negro y corto, los otros dos parecían ser hermanos o algo parecido debido a que ambos eran peliblancos y extrañamente llevaban un conjunto de ropa parecido: la chica llevaba una chaqueta escolar de color morado con una sudadera negra dentro mientras que el otro chico llevavaba lo mismo, solo que con los colores invertidos (chaqueta negra y sudadera morada).
No conseguía escuchar bien lo que estaban diciendo pero parecía que estaban buscando algo siguiendo por el arroyo.
──¿Qué están haciendo? ──pregunté, acercándome a ellos con cuidado. No sabía si tenían la misma actitud que Amber y Evan.
──Estábamos viendo a dónde nos lleva el arroyo ──respondió la chica──. Escuchamos que puede haber algo escondido al final.
──¿«Puede»? ──pregunté, acercándome un poco más──. ¿Qué podría haber escondido al final de un arroyo? Además, ¿no les da miedo caminar por ahí? Puede aparecer un monstruo.
──Ese es el punto ──contestó el chico de cabello blanco──; no sabemos con que podemos encontrarnos, ¡esa es la mejor parte!
No entendía porque les emocionaba tanto la idea de encontrarse con algo desconocido pero, pese a mi experiencia con la úrsula, a mí también me estaba entrando un poco de curiosidad. Incluso podría compararlo con el sentimiento que tenía cuando veía videos de misterio y emestaba a punto de saber la razón del porqué a todo.
──Tenemos todo el día para buscar cosas interesantes ──prosiguió el chico de cabello negro──, no podemos desperdiciar ningún segundo para investigar la isla.
──¿Para qué necesitaríamos hacerlo?
──Varios de nuestros familiares vinieron aquí antes que nosotros ──comenzó a explicar el gemelo varón──. Ellos nos contaron que, para entrenamientos o competencias entre clases, siempre se ha usado toda la isla como campo.
Entendí a que se referían. En caso de que aquello siguiera estando vigente era mejor tener una idea de nuestro terreno.
Pero seguía sin saber que estaban buscando al final del arroyo.
──Oigan, ¿puedo acompañarlos?
──¡Por supuesto! ──respondió la chica──. Mientras más vayamos mejor. Por cierto, soy Ellie Egho y él es mi hermano: Elliott Egho.
──Soy Jim Enam ──se presentó el otro chico.
──Jonah Harvey ──dije, sonriendo. Se sentía bien conocer a más elementales agradables. Incluso estaba pensando en que los únicos problemáticos eran los de fuego──. Y... Eh..., ¿puedo saber a qué clase pertenecen? Bueno, ¿quién es su profesor?
──Estamos con el señor Christian ──respondió Ellie──. Él y nuestros padres son amigos desde que eran jóvenes así que fue por nosotros a la primera.
Escuché atentamente lo que ellos me decían hasta que al final retomamos el tema del arroyo. Elliott comentó que tenía grandes esperanzas de encontrarse con un tesoro, al igual que su hermana. Por otro lado, Jim esperaba encontrarse con algo más común, como un cuaderno o alguna caja que alguien dejó ahí cuando estuvo en su primer año.
Mientras caminabamos me preguntaron que es lo que yo esperaría encontrar de algo como eso. Me tomé unos segundos para pensar porque aunque la búsqueda fuera algo tonta, también me causaba curiosidad.
──Quizá encontremos algún objeto personal de alguien, como un cepillo, una sudadera o en el mejor de los casos unas notas que pudieran sernos de ayuda.
Me miraron como si fuera un bicho raro pero al final entendieron mi punto: con una buena guía estaríamos varios pasos delante de las demás clases.
──Entonces, ¡reanudemos la búsqueda!
[ . . . ]
El camino fue más calmado de lo que había pensado. Lo único aterrador que nos encontramos fue un dragón de komodo de unos tres metros de largo que nos hubiera atacado de no ser porque Elliott lo ahuyentó usando su Elemento: Hielo.
Me resultaba raro ver a otro elemental de hielo a parte de Helen pero he de admitir que también era fascinante porque todos tenían una forma diferente de usar sus Elementos.
Por ejemplo, mientras que Helen creaba pequeños muros y levantaba pinchos para defenderse, Elliott literalmente congelaba su mano como una especie de guantelete para atacar.
Después le contaré a Helen de esto, quizá él también pueda hacerlo.
──Ya estamos llegando ──dijo Ellie, acelerando más el paso.
Los demás también corrimos detrás de ella. No lo voy a negar, yo también estaba emocionado por saber lo que nos encontraríamos más adelante.
En cuanto llegamos me decepcione por un momento pero se me pasó al ver que delante de nosotros teníamos un paraíso oculto: había un gran manantial con el agua completamente cristalina, rodeado de árboles y siendo alimentado por el agua que llegaba del mar. Parecía estar en buen estado.
No me malentiendan, toda la fauna en la isla estaba bien cuidada y mantenía un toque de no civilización, pero aquel lago se veía diferente, casi llegaba a preguntar si no se trataba de una especie de fuente mágica donde aparecería una sirena cantando o algo así.
Aunque después de haber visto todo lo que había pasado el día anterior no me hubiera sorprendido si nos hubiéramos encontrado con una.
──¡Uau! Este lugar se ve increíble ──exclamó Ellie, acercándose junto a Elliott hasta el manantial.
Jim y yo también los acercamos, asombrados por lo que estábamos viendo.
El agua olía a limpio. Había visto varios lagos y ríos por toda la ciudad pero, encontrar uno así de limpio, era casi imposible, por eso me encontraba tan maravillado.
──Tengo una buena idea: ¿qué les parece si llamamos al resto de nuestra clase para pasar un rato juntos?
Ellie asintió ante la idea de su hermano.
──Sería una excelente oportunidad para conocernos todos, ¿no, Jim?
Quise pensar en la razón por la que querrían mostrarles a todos el lugar tan precioso que acababamos de encontrar pero después pensé que esta podría ser la oportunidad perfecta para conocer a los demás integrantes de la clase del señor Christian.
[ . . . ]
No nos tomó mucho tiempo avisar a todos, solo bastó con decirle a unos cuantos para que avisaran al resto y, en cuestión de minutos, ya todos estábamos en el manantial. Algunos decidieron entrar al agua, asegurándose de no ensuciarlo, mientras que otros preferimos mantenernos fuera. En total éramos una docena de adolescentes disfrutando de nuestro día de llegada a Kahane.
Yo había querido meterme pero tenía los vendajes por la herida del abdomen así que lo dejé para otra ocasión, después de todo, esta no sería la última vez que visitariamos este lugar.
──Pareces estar de mejor humor ──me dijo Helen, sentándose a mi lado.
Asentí. Él pensaba que había estado así debido a la discusión que había tenido con Amber el día anterior. No quería decirle que en realidad era porque estaba comenzando a tener dudas respecto a mi elección. Aun seguía sintiéndome fuera de lugar y eso no me agradaba nada.
Helen me dio una palmada en el hombro mientras seguíamos mirando a los demás. Incluso Sam había decidido darse un chapuzón junto a los demás.
Todo lo que acababa de vivir en mis primeros días de la academia no era lo que esperaba pero sin duda habían sido muy interesantes. Ahora sólo quedaba esperar como serían las clases con mis nuevos compañeros.
──Lamentamos la demora ──la voz de Adriel interrumpió mis pensamientos──. Pensé que había que seguir el arroyo arriba, por eso nos tardamos más de lo normal.
Ashley se acercó para hablar con él.
«Bueno ──pensé──. Quizá solo sea Adriel quien está en mi clase.»
No me había dado cuenta de cuan equivocado estaba cuando me di la vuelta y me encontré también con Amber y Evan, ambos con una cara de no querer estar ahí.
«Rayos...»
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