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Capitulo 15

CAPITULO QUINCE: baile de despedida

Verano del 2009.

Los "juicios" de Kira influyen cada vez más en la población.

El mundo queda dividido entre los que le temen y los que le apoyan. Las verdaderas ideas de la población empiezan a salir a la luz.

No solo existen personas que empiezan a afirmar que Kira es sinónimo de justicia sino que varios países comienzan a aprobar sus métodos.

El mundo se acerca a una era de oscuridad bajo la ley de Kira.

L había muerto y el nuevo L había establecido un "círculo vicioso" con Kira.

Near no podía hacer más que inferencias acerca de lo que el antiguo L ya había descubierto, no hacía nada más que descubrir aquello que su predecesor ya había descubierto, era frustrante. La fuerza de Kira se fortalecía y él no hacía nada más que estar de acuerdo con los pensamientos de su predecesor.

Por ello buscó casos similares al de Kira. 

Tal vez en ellos podría encontrar algún “asesor” que aclarara su mente y lo ayudara a resolver aquel caso.

Pero ningún criminal era igual al otro, todos seguían un patrón pero ninguno de ellos había asesinado solo a criminales, o por lo menos eso creyó antes de leer el expediente de un asesino en serie japonés.

Él y Kira no eran iguales.

Podría decirse que, a comparación con este asesino, Kira era un santo benevolente.

Hitoshi Ogota, policía de —actualmente—, cuarenta años. 

Denominado “The Butterfly Ripper.”

Asesinó brutalmente a trescientas personas antes de su arresto.

Todos criminales.

Ni un solo inocente.

Su expediente decía que, durante el tiempo que había estado asesinando personas, parecía hipnotizado de vez en cuando. 

Pese a que fue encarcelado, el oficial a cargo no creyó que tuvieran a la persona correcta aunque toda la evidencia apuntaba a que Hitoshi Ogata era el responsable.

Por ello Near agendó una visita a Japón precisamente para entrevistar a esta persona. 

Por otra parte, después de que Light se uniera a la agencia nacional de la policía —asignado al departamento de comunicaciones en la división de inteligencia—, comenzó a revisar viejos expedientes criminales. Parecía revisar casos antiguos en busca de resolución, sin embargo durante los últimos días había estado revisando mayormente aquellos ya resueltos.

No apuntaba los nombres en una death note, más que eso, lo memorizaba para que Misa los anotara tiempo después.

Era un poco tedioso leer los expedientes, aquello podía tomarle horas, sin embargo uno en específico llamó su atención. Hitoshi Ogota era uno de los criminales más despiadados que había visto, sin embargo algo impulsó a Light a investigar más sobre su caso en lugar de simplemente hacer que Misa lo asesinara.

Los miopes sin visión jamás serán capaces de ver a través de mis obras de arte”, escuchó Light mientras miraba una de las entrevistas grabadas del asesino, “Yo soy solo un instrumento de pasión, mi musa puede buscar a alguien más que toque su canción de esplendor funerario, soy el primero pero no seré el único. Yo maté a esas personas con un propósito e incluso si muero ese propósito me mantendrá vivo y alguien más tomará mi lugar.”

Light suspiró, anotando algunas de sus hipótesis en el expediente antes de recibir una llamada.

Aquello le molestó, Misa solía llamarlo al trabajo para hablarle sobre cosas estúpidas y que él consideraba banales, era realmente estresante que lo molestaran mientras se encontraba trabajando.

—Light Yagami —contestó, irritado.

—Hola, Light —Al escuchar aquella voz dulce y suave, como el susurro de un amante, Light soltó el bolígrafo que tenía en su mano y se acomodó en la silla.

—Eos, es raro que llames —dijo, después de aclarar su garganta.

Ella soltó una risita.

—Lo sé, pero estaba pensando en ti —dijo ella, Light soltó un largo suspiro y apretó los labios, reprimiendo una sonrisa.

—¿Si? —La voz de Light adoptó un tono un poco más grave al decir aquella palabra, su voz tembló un poco.

—Si, por eso pensé en llamarte, quería escuchar tu voz. No nos hemos visto en semanas —la escuchó decir —Light sonrío, extasiado ante aquella declaración—. Tal vez podríamos vernos luego.

—Suena bien para mi —dijo él—. ¿Cuándo?

—Podríamos ir a mi departamento y comer algo o simplemente ir a un restaurante

—Suena bien para mi.

—Por cierto, también quería hablarte de lo que hice hoy en el día, ¿estás ocupado?

Light miró la carpeta de archivos en su escritorio por unos segundos, cerrándola mientras giraba en su silla.

—En lo absoluto, por favor, cuéntame cómo fue tu día.

Y dime por favor si hay algún bastardo al cual deba asesinar”, pensó.

Si llegaba a pensarlo bien, Eos era mejor pareja para Light que Misa.

O por lo menos esto era lo que creía Soichiro Yagami.

Misa era una buena chica, no podía negarlo, sin embargo él sabía perfectamente que Eos y su hijo tenían una larga historia juntos.

Ambos parecían almas afines pero al mismo tiempo tan diferentes que estas diferencias hacían que ambos se complementaran. Ellos habían sido hechos para estar juntos, aunque Eos y Light lo negaran, aunque ellos intentan ignorar aquella tensión era imposible el no hacerla evidente ante ojos ajenos.

Tanto él como su esposa —Sachiko—, estaban de acuerdo con aquello, pero ninguno podía entender el por qué su hijo decidía ignorar estos evidentes sentimientos para estar en una relación en la cual parecía no llevarse bien con su pareja.

Todos aquellos pensamientos habían llegado a la mente de Soichiro cuando vio a Eos llegar, pensó aquello cuando los vio abrazarse y darse el uno al otro miradas significativas.

—¿Van a salir? —preguntó Soichiro.

Light miró a Eos por un momento antes de responder.

—Si, no nos hemos visto en semanas, queremos actualizarnos un poco sobre nuestras vida —respondió su hijo.

—He estado un poco ocupada en el trabajo así que es difícil hacer que nuestros horarios concuerden 

—Supongo que irán a uno de los departamentos, ¿Misa los acompañará esta noche? —preguntó el padre de Light, sonriente.

—De hecho, iremos a un restaurante, Misa está algo ocupada con sesiones de fotos. Esta noche solo seremos Light y yo —respondió Eos, su voz era suave y elegante.

Yoichiro podía afirmar que no conocía otra mujer tan elegante y sofisticada como Eos, ella era una mujer mucho más que digna para estar con su hijo.

—Disfruten su noche, no lo retengo más —Yoichiro tomó la mano de Eos entre las suyas y le sonrió como despedida—, siempre es un gusto verte, pequeña.

Eos solo soltó una sonrisa, respondiendo un: "Igualmente, señor Yagami."

Su relación con la familia Yagami siempre fue más que buena, podría decirse que incluso Sayu y la madre de Light la apreciaban casi como a una hermana y una hija, tanto la familia de Light como la de Eos solían convivir cuando ambos solían ir en secundaria.

Curiosamente, por azares del destino, Light y Eos siempre habían estado en la misma escuela, en las mismas clases. Por esta misma razón ambas familias llegaron a conocerse.

La convivencia entre los Yagami y los Akugami solía ser frecuente, por lo menos era así que sucedió el "incidente."

Eos apretó los dientes mientras pensaba en ello.

No entendía porque insistían en llamar "incidente" a un evento tan desafortunado como el que los distanció.

—Conozco un buen restaurante italiano cerca de tu casa, podríamos comer y luego beber un par de copas —dijo Light, abriéndole la puerta de su auto a Eos en el asiento del copiloto.

—La comida italiana suena como una buena opción —dijo ella, sonriente, 

Light correspondió la sonrisa y cerró la puerta, rodeando el auto para poder llegar al asiento del conductor.

—El ambiente del restaurante es muy bueno, sé que te encantará.

Eos lo miró por un momento mientras él comenzaba a conducir.

—¿Qué te parece si mejor pedimos la comida para llevar y vamos a un mirador? podríamos hacer un picnic.

—Es una gran idea.

—Por cierto, hay algo que queria decirte.

—Soy todo oidos.

Eos sonrió con malicia por unos segundos.

—Comencé a salir con alguien.

En aquel momento Light frenó en seco por unos segundos.

El castaño no tardó en volver a poner el auto en marcha, sin embargo, un sentimiento amargo se depositó en su boca.

—¡Light! —exclamó Eos luego de que el castaño frenara con tanta brusquedad.

—Lo siento, pensé que un gato venía cruzando la calle —se excusó agilmente—. Con respecto a ese "alguien", ¿Puedo saber su nombre?

—No —respondió Eos rápidamente—, no quiero oficializar una relación inexistente, por el momento, decirte su nombre significa que esa persona y yo hacemos algo más que salir. Decirte su nombre significaría que tengo un vínculo emocional.

Light levantó las cejas ante aquella declaración, deseando saber que era aquello en lo que pensaba Eos al decir aquellas palabras.

—¿A que te refieres con eso? ¿Qué tiene de especial decirme su nombre? 

Eos suspiró.

—Aveces eres un idiota —dijo, soltando una pequeña risita.

Light frunció el ceño.

—¿Por qué me insultas tan de repente? —dijo, queriendo contener una sonrisa.

—Aveces eres un genio muy estúpido —respondió—, simplemente diré que,  las preguntas complicadas aveces tienen respuestas simples.

—Entonces eso es un no a decirme su nombre.

—Así es.

—Esta bien no insistiré más.

Ambos se quedaron en silencio por un momento. Light pensó que podría preguntárselo a Misa, ambas parecían buenas amigas, parecía ser que Eos le contaba cosas como esa.

—Misa tampoco sabe como se llama —soltó Eos de repente, como si leyera su mente.

Light soltó un bufido, conteniendo una carcajada.

Eos lo observó con una sonrisa antes de devolver la mirada al camino.

Light tomó la copa de vino y bebió todo el líquido de un solo.

¿Cómo podía encontrar el nombre de aquella persona que amenazaba con llevarse a su diosa?

—Light —el susurró de su voz en su oreja era como melodía para sus oídos—. ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Adelante.

—¿Por qué odias tanto a los delincuentes?

Aquella pregunta lo tomó por sorpresa, por ello se detuvo a mirarla durante unos segundos que parecían ser eternos, buscaba en sus expresiones una razón profunda para realizar aquella extraña pregunta. Sin embargo ella parecía no tener dobles intenciones.

—Todo el mundo los odia.

—Sin embargo a veces parece como si quisieras matarlos a todos —aquello provocó que Light se tensara—..., a veces no te reconozco.

Light tensó la mandíbula.

—De los dos, ¿quién crees que odia más a los criminales? —dijo, mirándola a los ojos.

El corazón de Eos saltó un un segundo. Aquello la tomó por sorpresa.

—Yo tengo mis razones, ¿cuales son las tuyas? —respondió, con voz gélida.

Light suspiró.

—Lo siento.

Eos negó con la cabeza, tomando la botella de vino y bebiendo de esta, sorprendiendo a Light.

—Ya lo superé.

La pelirroja tomó su teléfono y colocó una de las canciones de su playlist para aliviar la tensión, la canción tenía un tono romántico que tomó por sorpresa a Light, era la primera vez que Eos hacía algo como aquello.

Ella siempre lo sorprendía con toda clase de cosas.

Light tomó su mano, sonriendo mientras se levantaba, ambos juntaron sus cuerpos, manteniendo sus manos unidas, él colocó su mano libre en la cintura de Eos mientras que ella colocó su mano al nivel de su omóplato, apoyando su rostro en el pecho de Light. Ambos podían sentir como el corazón del otro latía rápidamente, sin embargo, no podían adivinar cuál de los dos latía más rápido.

Esto es ridículo.” pensaron ambos, sin saber el porque sus corazones latían irregularmente rápido.

El castaño se separó un poco de ella, haciendola girar sobre su propio eje para luego volver a pegar sus cuerpos, dando un pequeño giro, la pelirroja no pudo evitar soltar una risa, haciendo a Light sonreír, sintiéndose aliviado por alguna razón que desconocía. Cuando Eos comenzó a tararear él no pudo evitar comenzar a cantar la letra de aquella canción por lo bajo mientras la pelirroja solo se limita a escuchar, aquel no era el tipo de música que Light solía escuchar, sin embargo, sus padres solían reproducirla todos los fines de semana durante las noches para bailar cada vez que su padre llegaba temprano a casa.

Eos levantó la mirada, encontrándose con los brillantes ojos de Light, intentando sin éxito evitar que su corazón se acelerara más al ver cómo la observaba con una expresión que jamás esperaba ver en él.

Con delicadeza el castaño hizo que la chica lo abrazara de la cintura, haciendo que él pudiera tener el espacio suficiente para acariciar su rostro y, así, poder admirar este, después de todo no sabia cuando volvería a tener la oportunidad de verlo con tal de detalle. Su futuro era incierto, No podía asegurar si estarían juntos o no.

Light prefería vivir el presente, el presente en el que podía tenerla entre sus brazos, el presente en el que podía admirarla, el presente en el que podía tenerla frente a él, observandolo con aquellos ojos ámbar brillantes que amaba con locura.

Light se comenzó a acercar lentamente al rostro de la chica, que se jodiera el mundo, quería estar con ella, quería amarla, quería ser amado, quería morir sin arrepentimientos, quería morir sabiendo que dio hasta su último intento para conquistar a la mujer que tanto deseaba. Quería dar lo mejor de él para enamorarla. Quería que le perteneciera.

“¿Qué diablos estoy pensando?”, se preguntó a sí mismo, aquellos pensamientos no eran propios de él, sin embargo, la simple presencia de Eos era tan embriagante que a veces, solo a veces, los pensamientos de Light abandonaban toda razón.

Es por ello que  lo que pasó después cayó como un balde de agua fría sobre la cabeza de Light:—Ya no puedo mirarte como antes —dijo ella en un susurro, soltando a Light y abrazándose a sí misma—. Cada vez que te veo recuerdo lo que le hicimos a Misa aquella noche y no quiero que eso vuelva a suceder.

—¿A qué te refieres con eso? —dijo Light, frunciendo el ceño, intentando acortar la distancia entre ambos.

—Olvídate de mí —El castaño pudo ver la tristeza en los ojos de la chica. —. Olvida que alguna vez dije que sentía algo por ti.

—Eos, espera un momento, creo que estás precipitando un poco las cosas.

—No, no lo estoy haciendo, esto que pasa entre los dos hace que me duela el corazón —dijo ella, la voz rota que salió de los labios casi rompe el corazón de Light—. Prefieres estar con Misa que estar conmigo.

—El otro dia yo te expliqué que…

—Sé lo que dijiste, la situación es que prefiero no ser razonable, tu necesitas a Misa y yo solo soy un obstáculo. Lo mejor será dejar de hacer esta clase de cosas juntos para evitar lastimarnos —Eos desvió la mirada.

—No puedes hacerme esto —Light la tomó de los brazos—. Yo te quiero a ti.

—Entonces, ¿por qué estamos con otras personas si nos queremos? —dijo ella—, déjame ir.

—El otro dia estabas de acuerdo conmigo.

—Lo estuve meditando en estos días, por eso me di cuenta que lo mejor es simplemente quedarme con la duda antes que perder  la dignidad queriendo estar con un hombre que no es mio.

—¡Pero si soy tuyo! —soltó Light de repente.

Aquella respuesta los sorprendió a los dos.

Fue entonces que Light se dio cuenta que no le gustaba el efecto de Eos tenía en él, por ello soltó su agarre mientras miraba directamente al suelo, intentando buscar allí la solución a su predicamento.

Light suspiró, mirando como Eos lo miraba con sorpresa.

—Te llevaré a casa, creo que ambos tenemos muchas cosas que pensar.

Eos suspiró, parcialmente aliviada, sin embargo su mente divagaba. Ni a ella ni a Light les gustaba el efecto que tenían el uno sobre el otro.

Juntos eran perfectos, pero al mismo tiempo, eran tan retadores el uno para el otro que la necesidad de tenerse se convertía gradualmente en obsesión. La tentación que provocaba el tener frente a ellos un ser que podría llegar a ser similar a ellos de alguna manera los llevaba a confundir sus mentes.

Claro, ambos eran tan narcisistas como para pensar que eran buenos el uno para el otro solo por el simple hecho de ser parecidos.

Luego de que Light dejara a Eos en su departamento, ella no tardó mucho en comenzar a hacer maletas, Si los eventos estaban por desarrollarse de la manera en la que ella los predecía prefería no estar presente cuando el clímax de la historia llegara a su punto más candente.

Pero, ¿por qué?

¿Por qué el espectador mas fiel a aquella obra de teatro que representaba la vida de Light preferia irse sin ser capaz de ver en primera persona como se desarrollaba una de las mejores tramas que esta podia tener?

Para Kind, la mente de Eos trabajaba en un extraño nivel que de vez en cuando, incluso para él, era imposible saber la razón de sus acciones.

Pero esta era facil de descifrar.

¿Por qué? 

Porque años atras él estuvo presente cuando una de las mejores interpretaciones se hizo presente en aquel teatro llamado “planeta tierra.”

Una interpretacion en la Eos hizo un papel estelar y que, esta vez, los espectros de su pasado amenazaban con acecharla en esta nueva obra de teatro cuyo protagonista no era del completo agrado del shinigami.

La situacion que se presentaria a continuacion no era del todo impredecible.

Mello, uno de los chicos cuyo expediente se encontraba sobre el escritorio de Eos, habia raptado a alguien realmente importante del cuerpo policial. Pero eso no era lo importante.

Lo importante vendria despues.

Eos ya se lo habia explicado con anterioridad. Puesto que el secuestro que se llevó a cabo esa noche era algo que Eos ya habia vaticinado.

—”Es improbable que el padre Light entregue un elemento tan importante como la death note solo para intercambiarla por un hombre que evidentemente estaría dispuesto a sacrificar su vida por el bien de su nación”—dijo—. “No, será algo más complicado que eso, si lo que leí en el expediente que Mikami me entregó es correcto. Mello está obsesionado con ganarle a Near. Es por ello que está dispuesto a hacer lo que sea con tal de atrapar a Kira y tener ne sus manos un elemento tan codiciado como la libreta que la policia tiene en su posesión, Mello tratará de secuestrar a Light o a Sayu.”

La pregunta principal en esos momentos podia llegar a ser: “Si Eos sabe que no sera raptada, ¿por qué empacaba como si su vida estuviera en peligro?”

Los policias tienen una rutina bastante marcada al momento de trabajar un caso.

Conectan pistas, intentan descubrir patrones y, cuando no logran encontrar ni un vestigio de lo que podria ser una respuesta, le piden ayuda a alguien que podria meterse en la mente del criminal. Alguien igual o más dañado que él.

Los crimenes de Hitoshi Ogota eran incomparables a los de Kira. Si, Kira tenia un conteo mucho más alto de victimas, pero Hitoshi era mucho más despiadado.

Cualquiera que se atreviera a leer sobre su caso o ver la foto de los cuerpos de sus victimas podia corroborarlo.

Lo que ambos tenían en común era que sólo atacaban criminales y, por ello, Eos sabía que no tardarían mucho en contactar a Ogota.

La historia de Eos no era enredada, seguia una linea bastante constante en lo que se podria considerar como su desarrollo y crecimiento como persona, pero hubo un punto de quiebre que la llevó a ser quien era en ese momento.

La historia de Eos jamás contada en la cual Hitoshi Ogota cumplia un rol sumamente importante. 

La historia del asesino de la mariposa.


Última edición: 12:00 pm

Long time no see.

que he estado desaparecida, pero han pasado muchas cosas últimamente, no me encuentro muy bien de salud y a demás comencé a trabajar para poder pagar mi universidad.

Apenas tengo 19 y tengo peor salud que mi abuela.

En fin, espero que les haya gustado el capitulo.

No olviden dejarme sus comentarios y votos, los aprecio mucho

Gracias por leer

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