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En el reino Choi todo era totalmente normal, desde la desaparición de el hijo Kang, el rey Yeonjun no ha estado más que estar atento a cualquier noticia de aquel reino, además de que su propio hijo le había presentado "su omega", el rey estaba alegre por su hijo y más porque en su reino tenía la gran probabilidad de tener mucho poder, sólo que el único que no parecía estar feliz era el mismo Soobin quien al conocer al omega de su hijo se había mostrado demasiado cortante con el de cabellos azules, pues no confiaba para nada en él, además de que el omega se había presentando como Hyunsoo y no había dicho de donde era, tampoco sabía nada de sus padres, era notable que no era del reino Choi pues el chico parecía bastante perdido en aquel lugar.
Durante esos pocos días en que "Hyunsoo" estaba ahí en el mismo techo que Soobin, el mismo adulto se había encargado de descubrir lo que era de ese chiquillo, era demasiado extraño que apareciera de la nada fingiendo ser el omega de su hijo, además solo dijo su nombre sin dar detalles, no hablaba mucho sobre su vida y mucho menos quería convivir con ellos, era demasiado distante e incluso con Sunghoon quien era "su alfa", lo que había hecho estallar al rubio era saber que Yeonjun no iba a dudar en dejar la corona sabiendo que su hijo ya tenía un omega con cual gobernar.
—No confío para nada en ese omega, ¿no se te hace extraño que venga de la nada? —pregunta Soobin enojado, viendo a su esposo sentado en aquella misma silla mientras se mostraba cansado de solo recibir quejas de su omega.
No pasó ni una semana de conocerlo y Soobin ya estaba haciendo berrinche por lo mismo, inventando muchas cosas para correrlo del reino y peor, a Choi no le importaba la vida de ese omega, pues él tampoco había tenido la necesidad de investigar la vida del omega que ya había escogido para gobernar, simplemente la vida de un futuro rey omega no era interesante para un rey alfa.
—Deja tus celos, Sunghoon ya es todo un hombre y tu no puedes seguir tratándolo como un niño, entiende que ya creció. —le responde Yeonjun con serenidad, sin dejar de revisar aquellos papeles que tenía que atender, mientras en su mano tenía aquella distintiva pluma, escuchó un bufido por parte del rubio pero le ignora.
—No tengo problema con eso, a lo mejor lo embarazó y por eso se siente obligado a casarse con ese omega cualquiera. —Yeonjun reacciona por dichas palabras, golpeando fuerte el escritorio enojado, el omega rubio guardó sus palabras, el azabache estaba harto de escuchar las mismas excusas de Soobin quien se negaba a darle el trono a Sunghoon pues al igual Hyunsoo (Sunoo) se convertiría en rey del reino Choi.
—Te recuerdo que tú también estabas en espera de Sunghoon cuando nos casamos. —Soobin tragó saliva cuando las palabras del alfa cruel se dirigieron a él, tal vez él no era nadie para quejarse de Hyunsoo si es que estuviera en espera, pero eso no quitaba el hecho de ser un completo desconocido que nadie podría reconocer su rostro y que menos su familia estuviera presente.
Más en aquella época en dónde los padres del omega eran quienes buscaban a los del alfa para quedar en un acuerdo, así como los padres de Soobin habían terminado vendiendo a su único hijo con tal de que el alfa rey pudiera estar en el trono, en este caso, ni siquiera se sabía de su apellido.
—Estaré tranquilo cuando se sepan de sus padres, y que también yo me asegure que no está en espera.
—Deja de meterte en los asuntos de nuestro hijo, confío en él, y él obtendrá la corona lo más pronto quieras o no. —dicho esto, fue suficiente para que el omega se fuera enojado, cerrando la puerta fuertemente al salir.
Soobin estaba seguro que ese omega no era de fiar, y tenía que saber más de dónde había salido, reconoce a cada uno de los omegas con los cuales Sunghoon ya había salido y en ningún momento este se había atrevido la molestia en presentar al peliazul, lo cuál es raro que en poco tiempo este ya haya conseguido alguno, caminaba bastante enojado, ignorando a las sirvientas que le preguntaban por su estado, había llegado al jardín donde encontró a dicho omega y lo miró amenazante, no cualquier plebeyo usaba esas finas ropas que portaba el omega, el conocía a todas las familias ricas del reino y en ningún momento había visto al peliazul entre ellos.
Sunoo se percató de la presencia de su "suegro" acercarse, aquella incomodidad le había invadido, pues este se acercaba a su dirección como si tuviera algo referente a que decir, las sirvientas lo seguían intentando detener sus pasos pues ellas parecían estar asustadas con el humor de este. Cuando Soobin ya se encontraba frente de él, él sólo pudo hacer una reverencia, saludando al omega mayor, pero este no le correspondío, lo miró confuso.
—Quiero que te largues de mi reino, ¡Ahora!. —soltó enojado Soobin, confiando en los instintos de su lobo, las sirvientas quisieron llamar su atención pero este las miró con mala gana a la misma vez ordenando que se fueran o se meterían en problemas, por lo cual no tuvieron más opción que aceptar dicha orden.
—No entiendo lo que quiere decirme...
—¿Estás sordo? Te ordené que te fueras de mi reino, no me importa si esperas o no, no quiero que mi hijo ande con un omega cualquiera. —después de sus feas palabras, Sunoo había permanecido en el mismo lugar sin saber qué responder, era obvio que si quería irse en ese momento no podía hacerlo, al ver Soobin que este no se iba comenzó a gritar llamando a los guardias cuáles llegaron rápido a la escena.
Algunos corrieron a atender al rey y miraron confusos también la situación.
—Quiero que se lo lleven. —señaló con rabia al pobre peliazul, pero más fue su enojo al ver que ninguno de los guardias parecía querer hacer sus deberes.
El guardia real fue quien se atrevió a enfrentar al rey.
—No podemos sacarlo.
—¿Ah no? ¿Quién te dijo eso?
—Fuí yo. —Sunghoon se acercó a su padre, con una mirada llena de seriedad, jamás creyó que su padre podría hacer tal cosa, y su preocupación por el hecho de que pudo haber descubierto que Sunoo era del reino Kang, ahora que estaba desaparecido en el suyo pudo levantar cualquier sospecha.
—No quiero a este omega aquí, ni siquiera sabes de dónde viene. —cambió su tono de voz a uno más tranquilo, Sunghoon rodó los ojos, rechazando a su padre omega.
—Lo conozco perfectamente, ahora te recuerdo que soy un adulto y puedo estar con el omega que quiero, no debe porque ser aceptado por tu parte. —Sunghoon sólo le ordenó a Sunoo que lo siguiera, el cual no dudó en hacerlo mientras que Soobin había quedado perplejo, jamás en su vida Sunghoon le había renegado y mucho menos rechazado, pero obviamente su rabia hacía aquel omega estaba incrementando por haber hecho que su hijo se pusiera en contra de él.
Sunoo evitaba mirar hacia atrás, pues el aroma de aquel omega estaba en aumento y amargo lo cual significaba que tanto la parte humana y del lobo, no estaban de buen humor en ese momento, y al parecer Sunghoon no estaban exaltado y mucho menos interesado en el estado en que se encontraba Soobin.
Cuando ambos estaban nuevamente en el castillo, algunas sirvientas comenzaron a murmurar y entre todos esos murmullos, Sunoo escuchó insultos por parte de estas mismas en cómo él se había atrevido a insultar a su rey, en ese instante él ya no quería seguir con el trato.
—Creo que tu padre tiene razón. —paró en seco, al mismo tiempo las sirvientas los miraron con ojos curiosos, y Sunghoon se percató de ello, por lo cual lo toma de la mano para llevárselo a un lugar mucho más privado del cual podrían hablar sin que esos ojos y orejas estuvieran husmeando.
Tardaron tan solo unos minutos caminando tras los pasillos del castillo, encontrándose en el camino a varios sirvientes y trabajos de lugar, no sólo Soobin sospechaba del omega nuevo, todos sospechaban de aquel peliazul, cual no pertenecía a una descendencia de aquel reino, ambos terminaron entrando en una de las habitaciones así dejando que Sunoo dejara que las miradas lo siguieran viendo.
—Tenemos un trato, y no voy a dejar que lo rompas solo por las tonterías de mi padre. —gruñó el alfa, su desesperación por convertirse en rey era tan grande, prevalecía del gran poder que iba a obtener después de ahora tener un omega con el cuál "gobernará".
—Entiendo, pero tu padre está sospechando y no quiero meterme en problemas, si esto se sabe puede que mi reino se entere y piensen que hago traición. —la preocupación de Sunoo es tan grande al poder ser encontrado y de nuevo en cuatro paredes ser encerrado, solamente iba a dejar la corona por convertirse en el peor castigo de un reino.
—Entonces deja de hacer que sospechen, también estoy arriesgando mi puesto en este reino, solamente tienes que fingir ser mi omega, no habrá más.
—Sé que me quieres para eso, y solo así lograrás obtener el trono de tu padre, pero para obtenerlo tenemos que casarnos, y eso no lo quiero hacer. —respondió enojado, jamás comprendió cómo es que Sunghoon estaba tan tranquilo al tener que saber eso mientras que el solo se veía consumido por la desesperación, no quería casarse con él, él quería casarse con alguien quien si fuera su alfa, no con alguien quien lo estaba usando temporalmente, para Sunoo el matrimonio era de gran prestigio.
—Te daré todo lo que necesitas, tierras, ambas de oro, riquezas, o lo que quieras pero para pagarte todo tienes que poner de tu parte. —Sunghoon siempre tenía todo tipo de estrategias para convencer, no por nada se había convertido en un verdadero alfa en tan poco tiempo en su adolescencia, su padre siempre le había dicho que la única manera de conseguir lo que más deseaba era usar a los otros a su antojo.
—No acepto, consigue otro omega.
Claro para Sunoo era fácil decirlo, pero Sunghoon haciendo eso no iba obtener nada, pues si bien era fácil conseguir omega pero no uno al cual pudiera manejar a su manera, así que optó por su otra estrategia.
—Si ese es el caso entonces, significa que quieres regresar a tu reino y lo peor de todo, sabrán que intentaste traicionar a tu pueblo.
—No harías eso. —se sentía como un objeto, tal vez si lo hubiera ignorado jamás se hubiera metido en un problema más serio.
Sunghoon se encogió de hombros, pues a él casi no le importaba si a Sunoo le hacían algo fuera de su reino, solamente estaba haciendo lo que le convenía, el rey tenía que ser codicioso, o sino jamás obtendría lo que quería, en aquellos años de su vida solo había sido criado por Sunghoon, y todo lo que su padre le enseñaba el lo aprendía de inmediato, jamás Soobin se había ocupado de cuidarlo totalmente, todavía recordaba las veces en que quería a su padre omega con él, pero este siempre le daban excusas siendo que el alfa era el que hacía todo el trabajo en aquel reino.
Por ahora lo que tenía en mente era tener poder siendo un alfa, Sunoo solamente era un omega.
—Como quieras.... Igualmente el afectado serás tú.
El omega entendía que no tenía tantas esperanzas, su lobo sólo le decía que debía hacerle caso pues de todas manera no tenía a dónde ir, y él se lo iba a pagar en cuanto terminara aquella estafa, así que asintió rendido, haciendo que Sunghoon formará una gran sonrisa, después de ello, Sunoo se prometía jamás decir sobre lo que había pasando en ese entonces y se disculpaba mentalmente con sus padres por desobedecerlos pero ya no tenía caso.
—Lo haré y me darás todo.
La luna era demasiado hermosa en aquella noche, las estrellas parecían pequeños puntos blancos en el cielo cuales junto a la luna brillaban con intensidad, algunos guardias miraron con sorpresa sus cabellos azules cuales brillaban más en la noche, Sunoo no le tomaba tanta importancia pues estaba en el jardín disfrutando la vista, los grillos junto a las ranas cantaban, y eso le daba más satisfacción ya que antes ni eso podía escuchar estando encerrado.
No se había dado cuenta que al sentir esa satisfacción había creado que su lobo soltara su aroma dulce a moras azules, un exquisito olor que los guardias alfas olisqueaban a la lejanía y que sin embargo estaban conteniendo las ganas de acercarse al omega del futuro rey, todos se mantenían al margen a excepción de uno que era un sirviente y se acercó hasta con una sonrisa en sus labios.
—Hola. —saludó una voz masculina sentándose a lado de Sunoo con una sonrisa carismática.
Sunoo volteo encontrándose con dicho omega, y él también le saludo con un dulce "hola", para el alfa escuchar la voz de ese omega le habían hecho sonrojar, era tan tierno, sus mejillas pomposas cuales parecían ser comestibles y sin olvidar de la gran belleza que este poseía ante sus ojos, podría jurar que Sunoo brillaba como la misma luna.
—Escuché que eras el futuro omega de mi rey, me siento tan complacido de que haya elogiado a un omega hermoso para sus futuros herederos. —de la nada sus palabras salieron, al mismo tiempo el alfa avergonzado solamente se disculpó por dichas palabras, el cual Sunoo solo sonrió aceptando.
El jóven omega no se sentía incómodo, aquel alfa era joven y apuesto, aunque si él podría notarlo, él era uno más de esos sirvientes que atendían a los Choi, y por su vestimenta tal vez era el jardinero de aquel hermoso jardín.
—No creo que haya herederos. — respondió.
El alfa hace una expresión incómoda ante su respuesta pero se siente confundido por su respuesta, en cambió eso no iba a evitar que quiera convertirse en el primer amigo del omega.
—¿Puedo saber por qué dice eso, su majestad? Digo, es que es una obligación el tener herederos siendo rey, es muy importante tener descendientes quienes también tomaran el trono.
—Lo sé, me da algo de pena pensar en eso, supongo qué es la única razón por la cuál los reinos consiguen un rey omega, solamente para que estos puedan procrear. —no era algo que le gustaba en su naturaleza, a él le hubiera encantado poder ser un alfa para no haber tenido la necesidad de dejar a sus padres, pero muy en el fondo sabía que a su padre Taehyun estaba decepcionado, ahora que era omega le resultaba difícil poder sentirse con libertad, incluso Sunghoon parecía atarlo con sus amenazas.
El chico no siguió con el tema en la conversación, puesto a que podría ser que logró incomodar a Sunoo con sus palabras, lo que sí está en claro es que este era tímido y callado, lo que resultaba algo difícil poder sacar un tema distinto de conversación, los demás guardias lo miraban con amenaza advirtiendole con la mirada de que estaba haciendo mal en estar con ese omega, pero él no podía evitar ver a un omega triste y solo.
—Mi nombre es Seungmin, por si quieres ser mi amigo.
—No creo que al príncipe le guste esa idea. —no era como si de verdad le importara, además de que no tenía ninguna relación con Sunghoon aparte de su trato.
—Bueno, pero eso no evitará que podamos ser amigos, ¿o sí? —Sunoo niega formando una sonrisa más grande y brillante, y Seungmin se siente afortunado de poder hacer que el omega por fin pudiera dejar de desprender ese aroma a tristeza.
Sin embargo, una tercera persona se acercó ambos dejando en incremento su aroma dominante de un verdadero alfa de alto rango, Seungmin pronto se alejó del omega en cuanto reconoció el aroma del príncipe, Sunoo borró su sonrisa de inmediato poniéndose de pie.
—¿Qué haces aquí Seungmin? Te pedí que hicieras un trabajo, no que hablaras con... él. —dijo refiriéndose al omega, apenas se estaba adaptando el nombrarle con el nuevo nombre falso, ni menos decirle su omega a Sunoo ya que todavía resultaba extraño llamar a su enemigo de esa manera.
—No se preocupe, me encargo de eso, con su permiso. —dijo Seungmin haciendo reverencia a ambos, para después tomar marcha disponiéndose de Sunoo, y aquella acción no le hacía ninguna gracia a Sunghoon, pues para su lobo ese alfa tenía la intención de ser más que amigos de aquel omega.
Miró a Sunoo, y este se encogió con algo de miedo, lo natural de un omega era temerle a un alfa que desprende su aroma a manera de protección.
—Vamos, tienes que descansar. —le ordenó obligándolo a irse junto con él, interrumpiendo cada centímetro de paz en su ser.
Los guardias no dijeron nada, el aroma a moras seguía desprendiéndose de Sunoo, pero el aroma a naranja de Sunghoon cual empezó a cubrirlo como forma de protección así los alfas dejaban de pensar en intenciones con el de cabellos azules.
De nuevo ambos estaban dentro del castillo, ninguno tenía la intención de darle las buenas noches a los mayores, seguramente Soobin estaba molesto y no quería ver a Sunoo ni en pintura.
Sunghoon llamó a una de las sirvientas, y la mujer no tardó en aparecer acatando las órdenes de su príncipe.
—¿Necesita algo, joven Choi? —pregunta la mujer haciendo una reverencia hacia Sunghoon, ignorando por completo a Sunoo quien estaba detrás del alfa.
—Lleve a Hyunsoo a su habitación.
La mujer miró atrás al omega, notando que era el mismo que todos hablaban, diciendo de que era un omega cualquiera y que había manipulado al príncipe para que este se quedara ahí, pero ella sabía que hacer, además de que el rey Soobin había sido claro con sus órdenes en hacer lo posible para que este dejara el castillo lo más rápido.
—No hay habitaciones disponibles para él. —dijo de mala gana, haciendo que Sunoo notará aquello.
—¿En serio? —la mujer asintió.
A Sunghoon se le hacía algo patético aquello, el castillo tenía suficientes habitaciones para más de 200 personas contando a las que pertenecen a los trabajadores y sirvientas del lugar, si su padre Soobin intentaba incomodar a Sunoo, él también haría lo necesario para evitar aquello.
—Entonces sólo lleva a Sunoo a que se cambié, dormirá conmigo.
La mujer tanto Sunoo abrieron los ojos sorprendidos, pero a esta no le quedó más que asentir, llevándose a Sunoo a la habitación correspondiente.
Ambos alejándose de Sunghoon, Sunoo no decía nada al respecto siguiendo a la mujer que lo llevó a una habitación solo dándole indicaciones de dónde podía encontrar ropa cómoda para dormir, y ect.
Él asintió agradeció a la mujer, a pesar de que esta le estuviera mirando con mala cara él tenía que ser bastante agradecido con la ayuda, fue así que tardo unos minutos en cambiarse y al poco tiempo esté había salido, la mujer terminó por llevarlo a la habitación que le correspondía a Sunghoon, entre pasillo y pasillo, entre más se acercaba más se notaba el prestigio que tenía el príncipe en el castillo.
Se siente nervioso al estar frente a las grandes puertas de la madera lisa, la mujer tocó recibiendo un pase por parte del príncipe, dejó a Sunoo adentro y después de fue cerrando las puertas, Sunoo no se sorprendió al ver la grande y decorada habitación de colores dorados y tonos rojos, pues bien él también había tenido ese privilegio.
Sunghoon se encontraba leyendo un libro, al igual que con su pijama puesta.
—Puedes acercarte, no muerdo. —dijo sin despejar la mirada de aquel libro de color verde.
—Es incómodo, soy... Un omega.
—Mi omega. —corrigió. —Aquí tienes que hacer lo que eres, al menos hasta que termine, no sientas vergüenza la cama es suficientemente grande para los dos.
Sunoo asintió, acomodándose incómodo en la cama, Sunghoon dejó de leer para apagar la lámpara, dejando como la única luz la iluminación de la ventana del balcón que dejaba ver a la gran resplandeciente luna.
Sunoo permaneció quieto, con sus mejillas sonrojadas de la vergüenza de estar en la misma cama con el alfa, en cambio el contrario ni siquiera sintió una pizca de vergüenza al acercarse al cuello de Sunoo y aspirar el tan dulce aroma.
—¿Q-Qué haces? —pregunta nervioso.
—Cállate y déjame olerte. —Sunghoon toma a Sunoo de la cintura llevándolo a su pecho, enterrando su nariz en el cuello donde más estaba la esencia, y su lobo no hacía más que disfrutar. —Podría permanecer así toda la noche, Luna.
—Tu eres la única que sabe en dónde está mi hijo, por favor dime. —el omega imploró llorando hacia la jóven, a pesar de los años Sullyoon seguía viéndose como una hermosa mujer joven, como en la primera vez que la vió, y aquella noche la había encontrado en el bosque, mientras está cantaba una característica canción.
—Claro que lo sé, pero no puedo decirte. — la mujer ya no tenía sus cabellos rubios, ni menos azules, ahora su cabello se había tomado en negro.
¿El por qué? Pues Sullyoon había dado su azul a Sunoo y su rubio a Sunghoon, dejando ahora un oscuro en representación a la oscuridad que hay en un eclipse.
—Estoy preocupado por mi hijo, siento un dolor en el pecho al no saber nada de él.
Sullyoon no hace más que ignorar sus palabras, sonriendo al omega con hipocresía, ya le había advertido al omega y como prometió se estaba cumpliendo, pero la peor oscuridad estaba por venir entre ambos reinos.
—Cuando la luna y el sol se juntan, hay oscuridad. —Beomgyu no había entendido las palabras de la mujer, lo cual ella prosiguió. —Mientras que la luna ruega, el sol lo reniega, si ves bien, podrás encontrar a tu hijo, pero será demasiado tarde.
—¿Qué quieres decir con eso?
—La luna escogió el alma de tu hijo.
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