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Capítulo 6: ¿Te he mencionado lo mucho que te amo?

Luego de 7 meses o más, al fin les traje un nuevo capítulo de esta historia.

Las razones de mis pocas actualizaciones las han leído en mi muro y en algunos de mis otros libros.

Además, estoy a menos de una semana de cerrar el año escolar, entonces debo estar pendiente de mis notas para que no hayan problemas a la hora de que hagan el diploma para la ceremonia de graduación.

Créanme que esta historia es muy importante para mí, como todas las demás, y por eso quiero que los capítulos que lean sean de calidad y no por salir del paso.

Se vienen varias cosas, y eso incluye al salto temporal. No puedo esperar para que conozcan a los nuevos personajes, sobre todo como van a ser los hijos de Ben y Mal de grandes❤️

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Mal's POV:
Bostecé un poco, tratando de no quedarme dormida todavía. Tengo a Blair pegada a mi pecho como si su vida dependiera de ello. Come mucho para lo pequeña que es. Apenas han pasado dos semanas desde que nació.

Y estas dos semanas han sido realmente agotadoras. Ser padres es algo realmente asombroso, y Ben y yo amamos a nuestros hijos con locura, pero adaptarse a tener a los mellizos cada vez más enérgicos por su edad y a una bebé de apenas quince días no es nada sencillo.

Ya nos habíamos acostumbrado a que Mason y Ava tienen un horario de sueño bastante regular y que solo nos tocaba despertarnos un par de veces, y algunas noches ni siquiera hacía falta. Pero otra vez volvimos a estar privados de horas de sueño por Blair. Claramente estamos conscientes de que es algo normal porque ya pasamos por esto una vez y con dos bebés, pero sigue siendo agotador.

Lo bueno de esto es que ella está totalmente bien de salud y no hay nada irregular de lo que debamos preocuparnos.

Tomé el pañuelo de algodón que tenía sobre mi mesa de noche y la pasé alrededor de los labios de Blair y sus mejillas. Al terminar de comer veo que ya está muy tranquila y que lo más seguro es que logrará dormir por lo menos tres horas. La acomodé en mi hombro para sacarle los gases.

Ben está a mi lado entreteniendo a los niños, tratando de agotarlos un poco más para que no se despierten cuando su hermana menor lo haga.

Estas dos semanas habían estado durmiendo en su habitación, como casi siempre lo hacen, pero hoy los dejamos quedarse con nosotros porque mañana es el cumpleaños de su papá.

Ambos están abrazando a sus peluches de dragón y bestia mientras que oyen atentamente lo que mi esposo les está leyendo. Les gusta mucho oír cuentos antes de dormir y ver los dibujos en las páginas.

Sonreí enternecida al oír las voces y gestos que hacía para cada personaje. Amo ver como él hace todo lo posible por hacernos felices, sin importar qué tan cansado esté.

Ambos nos tomamos unas semanas para dedicarnos a los niños en todo lo que podamos, claro que de vez en cuando nos han tocado atender algunas llamadas y firmar papeles, después de todo es nuestro deber. Pero hemos recibido mucha ayuda de Bella, Adam y mi papá.

Hoy Ben tuvo que hacer las cosas solo ya que Blair se despertó antes de lo previsto y tuvo un accidente. Me tocó bañarla mientras que Ben leía los correos y la Señora Potts entretenía a los mellizos.

Debo admitir que me cuesta dejar que los demás cuiden a los niños, si a veces me cuesta con mis suegros, mi papá y hasta con nuestros amigos, más me va a costar con otras personas. Pero la Señora Potts es como de la familia y siempre cuidaba a Ben de niño, al igual que Ding Dong y Lumière, así que eso me deja más tranquila.

-Así es como la historia termina. La princesa Moana se convirtió en la Jefa de la tribu Motonuï y Mauï vuelve con los dioses- oigo como Ben termina de contarles, poniendo el libro a un lado de la cama.

Los niños aplaudieron, haciéndonos reír. Separé a Blair de mi hombro para poderla acostar en su cuna. Al igual que los niños a su edad, duerme de mi lado de la cama en una cuna pequeña. La coloqué con delicadeza para no despertarla.

-¿Les gustó la historia que les contó su papá? - les pregunté.

Shiiii! - exclamaron al unísono.

Nosotros volvimos a reírnos.

-Otlo- dijo Max.

-¿Quieres que papá les lea otro cuento? - preguntó.

Nuestro pequeño asintió.

-Lo siento mi amor, pero es tarde y todos debemos dormir. ¿O acaso quieren estar cansados para el cumpleaños de su papi? - interrogué.

-Ño- respondieron al instante.

-Entonces debemos dormir, ¿sí?

Ambos asintieron. Ava se quedó sentada al lado de Ben, jugando con su peluche.

Max pasó por encima mío para sentarse al lado de la cuna. Tomó el peluche de Pegaso de Blair, le dio un beso y se lo colocó en sus brazos, no sin antes darle un beso a su hermana también. Adora a su hermana menor. Siempre anda pendiente de ella cuando está alrededor.

El peluche se lo regalaron Evie y Doug, como lo hicieron con los niños. Mi papá dio la idea por ser parte de los seres mitológicos griegos. Aunque hubo un momento que no estuvo muy convencido al recordar que también era la mascota de Hércules, pero luego se le pasó al ver lo feliz que estaba su nieta al recibirlo.

Acomodé la cobija de Blair para que no le dé frío y acaricié el cabello de mi hijo.

-¿Te vas a quedar un rato con ella? - él asintió como respuesta- Ok, pero no la vayas a despertar.

Puso su peluche sobre sus piernas y tomó una de las manitos de su hermanita, acariciándola con delicadeza.

Me voltée para ver a mi esposo y a mi otra hija. Ava está entretenida jugando con su dragón y su chupón. Es como su bebé, así que trata de colocárselo.

-Sabes, a pesar de que mañana es mi cumpleaños me alegro de que mamá y papá aceptaran no hacer nada grande. Blair aún esta muy pequeña para exponerla a mucha gente y solo quiero pasarlo en familia y con los chicos- me dijo Ben.

-Es tu día, así que haremos lo que quieras. Además, tengo algo planeado para la noche.

-¿En serio?

-Ujum- dije sonriendo.

-¿Y me podrías dar alguna pista?

-Sólo te diré que pasaremos un buen rato en la terraza y que mi papá cuidará a Blair hasta que vayamos a dormir.

-Pues me alegra que vayamos a pasar un rato a solas. No hemos podido tener una cita en un largo tiempo- dijo, tomando mi mano.

Lo tomé de las mejillas y uní sus labios con los míos. Estuvimos así unos segundos hasta que sentimos unos golpecitos en nuestras piernas y oímos las quejas de Ava.

Nos separamos riéndonos.

-¿Estás celosa de mamá y papá? - le preguntó Ben, dejando un beso en mi mejilla.

Volvió a darle un golpe a Ben con su peluche en la cara.

-Hey- se quejó, llevando una mano al lugar donde recibió el golpe.

Solté una carcajada.

-Ven aquí mi vida- le dije, extendiendo mis brazos hacia ella. Ava se acercó y me abrazó- No debes de estar celosa de tu papá. Así como lo amo a él los amo muchísimo a ti y a tus hermanos- me sonrió al oír lo último- Te amo mucho, mi pequeño dragón.

Comencé a llenarle la cara de besos, oyendo su risa.

-Además, si no me acercara a tu mamá ninguno de ustedes estaría aquí- le dijo Ben, cruzado de brazos.

Le di un golpe en el hombro, oyendo como Ava se reía en voz baja en mi cuello.

-¿Qué tal si le pides disculpas a tu papá? Él te ama mucho y no le gusta que te molestes con él - le susurré.

Ava se soltó de mis brazos y se lanzó a los de Ben, abrazándolo con fuerza. Él me sonrió al entender que era lo que podía haberle dicho.

Volví a mirar a Max, quien está abrazando a Blair.

-Cariño, ya es hora de dormir- le dije, hizo un ruido de queja sin dejar de abrazarla.

-Tu hermanita es muy pequeña para que duermas con ella. Pero te prometemos que cuando esté un poco más grande podrán dormir así cuando quieran- le aseguró su papá.

Pareció pensarlo unos segundos antes de dejar de abrazarla y ponerse al lado de Ben. Ava volvió a ponerse conmigo. Nos acomodamos debajo de las sábanas. Los niños nos estaban abrazando, lo que me reconforta mucho ya que sé que poco a poco comenzarán a dormir menos con nosotros.

Ben apagó la lámpara de su mesa de noche y pasó un brazo sobre nosotros. Le dio un beso en la cabeza a los niños y me sonrió.

-Buenas noches, mi reina.

-Buenas noches, cielo.

Bostecé antes de cerrar los ojos y poco a poco fui quedándome dormida.

(...)

Ben's POV:
Llevé uno de mis brazos a mi rostro al sentir la luz del sol sobre mis ojos. Oyendo atentamente pude percibir algunas aves en el jardín. Lo que me extrañó fue no oír a los demás.

Me estiré bostezando, dándome cuenta con esto que era el único en la cama. Abrí los ojos con pesadez, algo encandilado con la luz que atraviesa las cortinas de nuestro cuarto.
Al sentarme en el colchón me di cuenta de que Blair sigue durmiendo con tranquilidad sobre su cuna, así que lo más probable es que Mal le haya dado de comer hace pocas horas.

Tomé mi teléfono para ver la hora, encontrándome con una nota pegada a la pantalla. Sonreí de lado al ver que estaba escrita en tinta morada, lo que me dejó claro de quién era.

"Buenos días bello durmiente,

Sé que al ser tu cumpleaños esperabas vernos a mí y a los mellizos a tu lado. Pero no te preocupes, ellos están conmigo y nos verás en pocos minutos.

Estamos preparando algunos detalles pasa este día tan especial, tu cumpleaños número 23.

Te estaremos esperando en el jardín junto a la piscina.

~Te amo mucho, príncipe.
Mal"

Sonreí como un tonto. Esta mujer me vuelve más loco con cada día que pasa.

Me aseguré de que la bebé siguiera dormida y en buena posición antes de caminar hacia el baño. Encontré otra nota pegada al espejo, solo que esta estaba en tinta azul y la corona en la firma me hizo darme cuenta de que es de Evie.

"No tienes idea de cuantos planes han hecho tus padres y mi mejor amiga para este día, así que lo primero que debes hacer es ponerte la ropa que Mal te está dejando a mi nombre.

Tómalo como mi regalo de cumpleaños, cuñadito. Algo hecho a la medida por la mejor diseñadora para el Rey de Auradon "

Me reí un poco al leer lo último. Evie jamás cambiará. Y nunca nos decepciona con sus diseños, siempre encuentra la manera de adaptar todo al estilo de sus clientes, en especial si son sus amigos.

Me di un baño rápido, me vestí y salí justo cuando Blair comenzaba a despertarse. Me incliné hacia la cuna, le quité su cobija con cuidado y comencé a acariciarle la barriga. Eso ayuda a que se familiarice con nosotros y la despierta de manera relajada. Le sonreí al ver que abría los ojos.

-Buenos días, princesita.

Mi pequeña se estiró, me miró unos segundos y esbozó algo parecido a una sonrisa, bastante definida para solo tener quince días de vida. Definitivamente tendrá un desarrollo parecido a sus hermanos, todo herencia de mi hermosa esposa.

Levantándola me fijé en que ya estaba vestida y con su pañal cambiado, así que la apoyé con cuidado sobre mi hombro y tomé mi teléfono para salir de la habitación.
Al caminar por los pasillos del castillo todos los empleados me saludaban y felicitaban, gesto que agradecía. Mis padres siempre se aseguraron de que yo aprendiera a respetar a todas las personas y que aprendiera que se debe respetar todo el trabajo que hagan.

Cuando pisé el césped del jardín comencé a oír más voces. Sonreí al ver que todos los chicos se encontraban aquí junto a sus hijos, al igual que Hades, papá, mamá, Mal y nuestros hijos.

-¡Feliz cumpleaños Ben! - exclamaron todos al verme.

-Muchas gracias por esto, chicos.

Fui saludando a todos. Es genial ver como cada uno comienza a tener su familia y comienza la etapa más adulta de su vida. Mi mamá me abrazó con fuerza mientras que mi papá pasaba un brazo sobre mi hombro.

-Felicidades, hijo- me dijo.

-Cada día te pones más grande- se lamentó mi madre.

Mi papá y yo reímos. Le di un beso en la mejilla a mi mamá antes de soltarnos del abrazo.

-¿Podrían llevar a Blair a la sombra? Aún no tiene puesto bloqueador solar- les pedí.

-Claro que sí- respondió mi mamá al instante.

Tomó con cuidado a Blair y apenas la tuvo en sus brazos comenzó a hacerle caras y a entretenerla.
Hades se acercó hacia mí.

-Sé que siempre me muestro duro contigo, pero no sabes cuánto aprecio todo lo que haces por mi hija y mis nietos. Y aunque me cueste admitirlo en voz alta, te tengo en alta estima por ello- se acercó a mí y me dio unas palmadas en la espalda.

-Significa mucho para mí que diga eso señor- le agradecí.

-Somos familia, y creo que te he probado por el suficiente como para permitir que me llames Hades y no señor- dijo riéndose.

Le seguí la risa.

-Eso sí, no esperes sentimentalismo de mi parte muy seguido- agregó con algo de seriedad.

Asentí ante eso.

-Papi- oí las voces de mis hijos llamándome.

El padre de Mal nos dio espacio y se fue con el resto.
Me agaché en el suelo y extendí mis brazos. Tanto Max como Ava corrieron hacia mí, veo que vienen de jugar con sus primos. Los estreché entre mis brazos y los llené de besos.

Levanté la mirada, encontrándome con una Mal sonriente. Los niños se separaron de mí luego de unos segundos y volvieron con sus primos, Chico y Cerbero. Al estar de pie, mi esposa se acercó a mí.

-Feliz cumpleaños, amor- me dijo, abrazándome por la cintura con un brazo y rodeando mi cuello con el otro.

Sonreí y besé su frente.

-Gracias, mi princesa malvada.

Ella sonrió y besó cortamente mis labios antes de tomar mi mano. Nos acercamos a la mesa cubierta por un toldo, la cual ya estaba llena de comida.

-Tus padres tuvieron la idea de hacer un desayuno aquí, pasar el día en la piscina y hacer una parrillada más tarde.

-Eso suena como el plan perfecto- le dije.

Nos sentamos en la mesa y el desayuno comenzó. Estuvo repleto de conversarciones, risas y muy buena comida.

(...)

Casi todos estamos dentro de la piscina, refrescándonos por el calor que hace en el verano. Algunos se lanzan por el enorme tobogán, otros están jugando volleyball con una pelota de goma y los demás jugamos con los niños.

Ava y Max están defendiéndose bastante bien en el agua con sus flotadores y con ayuda ya que los hemos acostumbrado a nadar aquí y en el Lago Encantado.

Alcé a mi princesa en el aire, haciéndola reír. La atrapé justo cuando estaba por caer al agua.

-¿Te gusta estar en el aire, no es cierto pequeña? - le pregunté acariciando su mejilla.

-Shi- exclamó con felicidad.

Me reí y la senté sobre una de los flotadores en forma de fresa junto a Emma. Ya que es ligeramente alto podemos dejarlas ahí sentadas sin preocuparnos tanto.

Max estaba flotando junto a mí. Tiene puestos unos flotadores de animales. Lo puse sobre mi espalda y fui nadando así hasta llegar junto a la orilla donde estaba Mal, oyendo la risita de mi hijo.

Ella está recostada sobre una de las sillas. Tiene puesto un pareo de tela esmeralda sobre su traje de baño morado con dorado y unos lentes de sol negros. Se ve perfecta. Pero sé que hay algo que la está inquietando para que no haya entrado al agua.

-¿Cariño? - la llamé.

Mal levantó la mirada de Blair, quien está profundamente dormida con su cabecita apoyada en su pecho. Al estar tan pequeña no podemos meterla al agua, pero aún así Evie le hizo un traje de baño para que aunque sea estuviera un rato al sol.

-¿Se están divirtiendo? - me preguntó sonriendo.

-Sip- respondió nuestro hijo.

Ambos reímos al oírlo. Aunque aún no sepan pronunciar bien las palabras conocen muchas. Algunos días se ponen más conversadores que otros.

Mal se acercó al borde de su silla, teniendo cuidado de no despertar a la bebé.

-¿Te sientes bien? Con esto de que aún estás de reposo sé que no quieres hacer mucho esfuerzo- pregunté, colocando una mano sobre su rodilla.

Ella suspiró.

-Estoy bien. Es solo que debo acostumbrarme a mi cuerpo luego del parto. Aún estoy algo hinchada y sé que no recuperaré mi figura de antes, al menos no por el momento- dijo, haciendo una mueca.

-Pues déjame decirte que te veo igual de hermosa que antes. Creo que hasta más- le dije.

Negó con la cabeza sonriendo.

-Sólo lo dices porque me amas y no quieres que me sienta mal.

-Lo digo porque es cierto.

Me levanté un poco y besé la punta de su nariz. Nos quedamos conversando un rato hasta que oímos los reclamos de Lonnie y Jane.

-Por el amor de dios, están por ser padres y siguen haciendo bobadas de niños- se quejó la ojiazul, llevándose una mano a la frente.

Todos reíamos al ver como Jay y Carlos trataban de quedarse de pie sobre dos flotadores. Se empujaban entre sí para hacer perder al otro. Lo peor de todo es que a un lado de ellos estaban Harry y Gil intentando lo mismo.

-Ya me vi viuda antes de siquiera casarme- dramatizó Uma.

Cómo todos vimos venir cuando ella atrapó el ramo en la boda de Jay y Lonnie, Harry le pidió matrimonio hace dos meses. Aunque técnicamente terminaron siendo los dos los que hicieron la pregunta.

-Ni te atrevas a... - Jay no terminó de hablar cuando Carlos logró empujarlo dentro del agua, al igual que Gil a Harry.

Alena y Jane les aplaudieron mientras que los demás no podíamos parar de reírnos.

(...)

El resto del día fue extremadamente entretenido. Hicimos la parrillada mientras que los niños y los perros jugaban en una piscina que les inflamos y llenamos. Era mucho más seguro que dejarnos en la piscina grande. Abrí mis regalos, de los cuales los de Mal y los niños se destacaron al ser cosas hechas a mano. Y cortamos el pastel.

Mi mamá y Mal me habían hecho un gran pastel de chocolate junto a la Señora Potts y lo comimos con helado. Y cuando todos nuestros amigos se habían ido, pasamos un rato hablando con nuestros padres hasta que fue la hora de dormir de los niños.

-Parece que lo dos ya están profundos- me dijo Mal.

Los observamos unos segundos más. Ambos tienen sus chupones, abrazan a sus peluches y están bien arropados. Apagamos la luz y encendimos la lámpara que les proyecta figuras en el techo. Generalmente las que más les gustan son las de estrellas y planetas. Además se asustan menos al tener un poco de claridad si despiertan.

Caminamos en silencio hasta nuestra habitación y cerramos la puerta. Hades se llevó a Blair cuando subimos a los niños. Y durante parte de ese tiempo Mal no estuvo, así que supongo que estaba arreglando lo que me dijo anoche.

-Sé que no es la gran cosa, pero quería organizar algo para nosotros dos luego de tanto tiempo sin poder tener alguna cita- me dijo.

Al entrar a la terraza quedé impresionado. Hay luces colgando, algunas velas y la manta en el suelo tiene dos copas junto a una botella y una cesta de picnic.

-¿Te gusta? - preguntó con nerviosismo.

Apoyé mis manos en su cintura con delicadeza y la acerqué a mí.

-Claro que me gusta. Gracias, princesa.

Ella sonrió y me abrazó. Al separarnos nos sentamos y comenzamos a comer. Ya que habíamos almorzado tarde son más que todo frutas y unos trozos extra de pastel.

-Te pregunté sobre esto en la piscina, pero no insistí mucho ya que estaban los demás - hize una pausa y dejé mi plato con pastel y fresas sobre la manta- ¿Realmente cómo te sientes ahora que han pasado un par de semanas luego del parto?

-Bueno, es algo complicado. Lo que te dije de como me siento con mi cuerpo es cierto, pero sé que poco a poco me acostumbraré. Pero del resto estoy bastante bien. Los malestares han ido disminuyendo y logro dormir más tranquila aunque Blair se despierte.

Bebió un poco de su copa antes de seguir hablando.

-Aunque no debí cargar a los niños la mañana siguiente a la que llegamos. Mi cuerpo aún estaba débil para eso y creo que eso fue una de las cosas que me puso peor- dijo a modo de queja.

-Pero lo hiciste con la mejor intención. No habías podido cargarlos desde hacía varios meses- le recordé.

Ella me sonrió.

-Siempre encuentras las palabras correctas. Ya sea cuando necesito que alguien me suba el ánimo o solo por hacerme reír.

Tomé su mejilla con cuidado.

-Te amo, y mereces ser feliz todo el tiempo.

-Y yo te amo a ti.

Nos recostamos sobre la manta, conmigo apoyando mi cabeza sobre un cojín y ella sobre mi pecho.

-Pensando en como ha sido la experiencia de tus partos me he sentido realmente impotente al no poder hacer nada para ayudarte. Definitivamente admiro la fuerza y el valor que tienen las mujeres al pasar por eso y el embarazo- le dije, acariciando su cabello.

Levantó la cabeza y me miró.

-¿En serio?

Yo asentí.

-Ustedes pasan por absolutamente todo lo malo de esos procesos, nosotros los hombres no tenemos el derecho de opinar ni quejarnos sobre algo por lo que jamás pasaremos.

-Te veías tan tranquilo cuando los mellizos y Blair nacieron que nunca esperé que te sintieras así- dijo.

-Traté de hacer lo posible por estar tranquilo porque sabía que necesitabas mi apoyo. Además, no quería alterarte en un momento así. Necesitabas tranquilidad- ella sonrió y tomó mi mano- Pero tener a los niños en mis brazos y ver que ya estabas mejor me hizo muy feliz.

Besé su coronilla y la abracé.

-Por estas cosas te amo. Eres totalmente sincero conmigo en todas las ocasiones.

Me abrazó con fuerza y nos quedamos en un silencio cómodo por unos cuantos minutos.

-Esta mañana mientras que arreglábamos todo mi papá y yo estuvimos hablando sobre mis poderes, y también de cómo la magia hace que algunas cosas sucedan diferente con los niños y conmigo- dijo- Llegamos a la conclusión de que su desarrollo es algo más avanzado debido a mi herencia mágica, como ya lo creíamos.

-¿Hablaron de cuando van a comenzar tus entrenamientos con tus poderes? - le pregunté.

Ella asintió.

-Creemos que cuando pase el tiempo de reposo que me indicó la doctora podremos empezar- seguí acariciando su cabello- Ya aprendimos con los niños que mi recuperación puede ser algo más rápida al tener herencia de dragón, de hada y de semi-diosa, así que al pasar ese tiempo nada debería de salir mal.

-Me enorgullece mucho que quieras seguir aprendiendo sobre tus poderes y explorándolos.

Acercó su rostro al mío y nos besamos durante varios minutos hasta que nos hizo falta el oxígeno. Aparté un mechón de cabello de su rostro y la tomé de la barbilla.

-¿Te he mencionado lo mucho que te amo? - le pregunté.

Mal se rió, con los cachetes levemente rosados.

-Unas cuantas veces, pero amo oírte decirlo.

Ahora yo fui quien se rió. Nos miramos durante unos segundos. Ella mordió su labio inferior y no pude evitar volver a besarla. Este es el primer momento a solas que tenemos desde un par de meses antes de que Blair naciera. Siempre que estábamos solos trabajábamos o simplemente queríamos relajarnos. Cuando nos separamos besó mi mejilla.

-Demonios, no podemos pasar ni cinco minutos solos porque terminamos así- dijo riéndose.

Seguí su risa y coloqué mis brazos alrededor de su cintura.

-He llegado a pensar que tal vez tiene que ver con nuestros instintos. Teniendo en cuenta mi parte bestia y tu parte de semi-diosa- comenté.

-También lo he pensando. Pero hay que admitir que aparte de eso es muy claro que ya es algo natural en nuestra relación y no sólo en nosotros- me dijo, apoyando sus manos sobre mi pecho y sonriendo juguetonamente.

-No tiene caso negarlo sabiendo que es cierto- le seguí el juego, acariciando su espalda.

Ella se rió.

-¿Te gustó este día? - preguntó, volviendo a acomodarse.

-No fue el cumpleaños más elaborado, pero eso fue lo que lo hizo especial.

Pasamos al menos media hora en silencio, observando la luna y las estrellas hasta que Hades tuvo que traer a Blair porque era su hora de comer.

Y al momento de irnos a dormir, no podía estar más feliz de tenerlas a mi lado y saber que los niños estaban a tan solo unos pasos.

(...)

Algunas semanas después...

Narrador Omnisciente:
Era un sábado bastante ajetreado en el castillo Beast, ya que ese día irían por primera vez al Olimpo. Era el momento en que Mal al fin conocería a su familia paterna y que Hades tal vez pudiera recuperar el puesto que le correspondía entre sus hermanos.

No fue nada sencillo convencer al Dios del Inframundo para que asistieran a la fiesta, mucho menos con la situación que tenía con la mayoría de sus hermanos y su exesposa. Pero después de mucha insistencia y ojos tiernos de parte de su unigénita, sus nietos y hasta su perro, no tuvo más opción que aceptar.

Entendía porqué Mal tenía interés en el lugar. Era la primera interacción que tendría con alguien de su familia que no fuera su madre o él, - a excepción de algunos de sus primos lejanos-, y conocería más sobre su herencia y sus poderes. Y luego de tantas cosas por las que había pasado por su culpa, no quería arruinarle esto. Se merecía conocer a su familia.
Y sabía que de algún modo u otro era el momento de que al menos tratara mejorar su relación con su familia, se lo había prometido a Mal.

Tenía muy claro que habían muchos desastres en su familia, pero no podía quitarle a su hija el derecho de conocerlos. Además, sabía que no pasaría nada malo a ella y a sus tres nietos estando él, su yerno y los padres de él. Y tenía muy claro que la ojiverde era muy capaz de defenderse si alguien trataba de sobrepasarse con ella o sus hijos.

Hades sonrió al ver como Ava y Max caminaban hacia él junto a Cerbero. Los sentó sobre su regazo y dejó al can a su lado.

-Todo lo que hago por su madre, pequeños diablillos- les dijo.

Los dos niños sonrieron y comenzaron a jugar con su cabello.
Luego de algunos minutos se les unieron Bella y Adam, y después de ellos Ben, con una Blair pacíficamente dormida en sus brazos. La colocó con delicadeza en su coche.

-¿Mal ya está lista? - le preguntó el ex-rey.

-Ya debe de estar por bajar.

Dicho y hecho, la pelimorada llegó a la sala unos cuántos segundos después, dejando deslumbrados a todos.

(sólo no tomen en cuenta el broche en el cabello...)

-Querida, luces bellísima - la alagó la mujer castaña.

-Gracias, Bella.

Ben sonrió y pasó un brazo por su cintura. Le susurró algo al oído y Mal rodó los ojos con diversión y le dio un leve golpe en el brazo, con los pómulos ligeramente rojos.

-Mucho cuidado con lo que le dices a mi niña, mini Bestia, sabes que aún te vigilo- le advirtió el dios.

El castaño asintió con nerviosismo. Sus progenitores y esposa sólo rieron.

De pronto, un humo rojo se esparció por la habitación. Al dispersarse, apareció nada más y nada menos que Hermes, el dios mensajero del Olimpo. Llevaba su túnica de seda color crema y sandalias de gladiador doradas con alas a la altura de los talones.

-Hermes- dijo Hades, algo sorprendido.

-Que bueno verte de nuevo, tío Hades- le devolvió en tono burlón. Se acercó a la familia real- Todos van a quedar fascinados al ver a tu hija y a su familia.

Mal sonrió y se presentó, al igual que los demás.

-Y estos niños son muy adorables- dijo, haciéndoles muecas a los más pequeños de la familia, provocando sus risas.

Hizo una pausa y observó la vestimenta de todos.

-No sé cómo será con los demás, pero me causa muy buena impresión que todos hayan adaptado su ropa al estilo olímpico para esta ocasión- agregó.

-Bueno, fue idea de Hades- comentó Adam con una expresión burlona.

El nombrado lo fulminó con la mirada.

-Eso les agradará más aún- dijo, riéndose junto al padre de Ben- Ah, y antes de que se me olvide y nos vayamos, todos acordamos en que les trajera unos presentes especiales para la ocasión.

Al decir eso, chasqueó los dedos y nueve cofres dorados aparecieron sobre la mesa principal de la sala donde se encontraban. Si los detallaban bien, se darían cuenta de que eran hojas naturales bañadas en oro. Primero se acercó a los reyes regentes y a su hijo.

-Esta es nuestra manera de darles la bienvenida de manera oficial a nuestra gran familia- anunció el dios mensajero.

Les entregó un cofre a cada uno. Los cuales contenían una diadema para Bella, una corona para Ben y otra para Adam.

-También quisimos darle un detalle a los más pequeños- miró a los padres de los niños.

Se miraron unos segundos antes de asentir. Hermes se agachó frente a los niños. Le colocó una diadema a Blair, otra Ava y una corona a Mason. Los mellizos se rieron al notar las alas en los zapatos del mayor.

-Para la semi-diosa hay dos cosas- explicó.

Mal se acercó a la mesa, en la cual quedaban tres de los cofres. Su pariente le indicó con un seña cuales eran los de ella. La caja más ancha contenía una diadema y la caja más alargada contenía un collar.

-Ese collar fue escogido especialmente por Atenea para ti- le dijo.

Mal sonrió agradecida antes de aceptarlos. Bella la ayudó a colocarse las dos joyas.

(imaginen que la de Mal además de las hojas también tiene unas calaveras con esmeraldas en el centro y en los dos extremos de la diadema)

-Y claramente, me pidieron algo muy específico para ti, Hades- dijo.

El Dios del Inframundo lo miró. Dudó unos segundos hasta que su hija le dio un leve codazo y tomó el cofre. Lo abrió, encontrándose con una de sus coronas de antes de terminar en la Isla de los Perdidos.

-Esto no me lo esperaba- admitió.

-Tenemos muy en claro lo que ha pasado en el último año, y sabemos que debemos darte una nueva oportunidad. Sobre todo cuando ya han ocurrido cosas peores en la familia- declaró Hermes.

Luego de decir eso esperaron a que Ben y Mal se hubieran asegurado de tener todo lo que necesitaban para sus hijos antes de dirigirse a la entrada principal del castillo. Al llegar, se encontraron con un carruaje griego de gran proporción. El mismo tenía en la parte delantera tres majestuosos pegasos que llevarían el rumbo.

-¿Listo para una fiesta en el Olimpo? - preguntó Hermes.

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5000 palabras para compensar los meses sin actualizar.

En este momento no tengo un orden muy específico de como serán las siguientes actualizaciones, pero ya tengo una idea de donde será mi próxima actualización. Y no, no será en este libro.

Agradezco infinitamente la paciencia que tuvieron al esperar este capítulo por tantos meses.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 19/06/2021.

Editado el 19/07/2021.

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