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Capítulo 21: Legado Malvado

Maratón 1/3
Aquí les dejo el nuevo capítulo.

Sé que en el anterior se prendió todo y encima dejé un final preocupante,pero aquí tienen la continuación.

Voten y comenten.

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Mal's POV:
Sentí que mi espalda estaba apoyada sobre algo suave. Qué extraño porque lo último que recuerdo es que estaba caminando con Ben, sus padres y los chicos camino a la oficina de él.

Poco a poco empezaron a volver las imágenes de antes de que cerrara mis ojos. La molestia en la cabeza no se había ido, pero al menos era soportable.

Abrí los ojos pero no lograba enfocar la vista en nada de lo que tenía alrededor. Esperé unos segundos y volví a intentar, encontrándome con una Evie con rostro preocupado sentada al lado de mí.

Caí en cuenta de que estaba en mi cama, o sea, en mi habitación. Intenté levantarme pero otra vez el dolor de cabeza se intensificó.

-Ya, tranquila M, debes tener cuidado-me dijo Evie ayudándome a recostarme de nuevo.

-¿Qué fue lo que me pasó?-le pregunté cuando el dolor de cabeza se fue aliviando.

-Tú dímelo. Desde esta mañana te he notado algo rara y ahora de la nada te pasa esto.

¿Qué rayos pasa conmigo?

-Unos minutos después de que Ben tuviera que traerte cargada por qué no reaccionabas, el Hada Madrina y Jane entraron avisándonos que ya el encantamiento estaba listo. Al verte así, automáticamente preguntaron que había pasado.

Logré sentarme con cuidado, ya dejando de sentir ese malestar en la cabeza.

-Ella dice que te desmayaste por estrés-la miré confundida- Eso lo causó el repentino regreso de tu madre y tener que hacer un hechizo tan potente para transportarnos a todos hasta acá.

-Eso no tiene sentido, E. Cuando mejoré mi magia con ella y con Jane, hicimos hechizos muy parecidos a este y jamás me desmayé.

La peliazul a mi lado se encogió de hombros.

-¿Dónde está Ben?

Me parecía raro que no estuviera aquí.

-Ya decía yo que no era normal que no me lo hubieras preguntado-dijo con una sonrisa burlona- Jay y Carlos tuvieron que sacarlo de aquí a la fuerza. Luego de que el Hada Madrina dijera lo que tenías, ella y Jane se fueron con los padres de Ben para empezar a investigar. Pasaron unos minutos y tú no despertabas. Tardaste al menos media hora en hacerlo. Él empezó a caminar en círculos por todo el cuarto, acción que veo que le pegaste tú-dijo señalándome con su dedo índice- Hasta que Jay se hartó y dijo que fuéramos a alcanzar a los demás. Él se negó repetidas veces hasta que lo convencí de que yo me quedaría contigo. Me hizo caso y a regañadientes salió del cuarto.

Una pequeña sonrisa se posó en mis labios.

-Me lo esperaba.

-Mal, él estaba muy preocupado por ti, al igual que los demás-agarró mis manos con las suyas y se sentó enfrente de mí- Ya llevas varios días con malestares que no son propios de ti y lo sabes.

La miré con el ceño fruncido. Creo que ya sé a dónde va esta conversación.

-Evie...

-No, Mal-me interrumpió- Lo que te estaba diciendo antes de entrar a la catedral era muy cierto. ¿Estás cien por ciento segura de que esto no tiene que ver con algo más?

Con todo lo que pasó antes de que nos trajera al castillo, mis pensamientos con respecto al tema habían desaparecido, al menos hasta ahora. Iba a responderle pero alguien abrió la puerta.

Pude notar la mirada de alivio que me dio Ben cuando me vio despierta. Caminó hacia mí, se agachó y me dio un beso en la frente.

-Creo que mejor los dejo solos y voy a ayudar a los demás-dijo Evie levantándose de la cama.

Me dio una mirada de <<otra vez siento dejarte así>> y salió del cuarto, cerrando la puerta detrás de ella.

-Estaba muy preocupado por ti-dijo sentándose conmigo- Has estado rara los últimos días. ¿Segura de que estás bien?-rozó con cuidado mis mejillas con sus nudillos.

Ya para este momento, lo estoy dudando .Y no podía mentirle, pero tampoco era el momento de hablar de eso, por más de que le había prometido que hablaríamos de esto al llegar. Ni si quiera sé si yo estoy lista para saber la verdad, menos en estos momentos, y no creo que él lo esté tampoco. Pero no puedo mentirle.

-Realmente, no lo sé-me encogí de hombros-¿Qué lograron descubrir en este rato?

-Princesa, no evadas el tema, estoy llegando a pensar que es algo más grande de lo que imaginamos-me dijo y encerró mis manos entre las suyas.

Su gesto me tranquilizó un poco, ya que lo que había dicho antes me puso nerviosa.

-No es que quiera evadir lo, príncipe, solo creo que no es el momento. ¿Sí?-hice una pausa y lo miré directo a los ojos- En estos momentos, es más importante intentar descubrir que planea mi madre y detenerla antes de que le haga más daño al reino. Te juro, que cuando termine todo esto, lo hablaremos.

Suspiró.

-Está bien-se levantó y extendió su mano hacia mí- Creo que es mejor que tú misma oigas lo que sabemos hasta ahora.

Me levanté con su ayuda y pasó un brazo por mis hombros.

(...)

-¿Están diciéndome qué no saben cómo demonios ella logró salir de su hechizo?-pregunté alterada.

-Lamentablemente no, Mal. Lo siento-se disculpó Jane.

Agarré mi nariz entre mis dedos y tomé aire.

Doug había subido a ayudarlos y estaba abrazando a Evie por los hombros.

-Lo único que logro entender hasta ahora, es que de algún modo u otro tu madre logró recuperar sus poderes-dijo el Hada Madrina y todos posaron su mirada en mí.

Todos estaban alrededor del escritorio de la oficina de Ben. Nosotros dos estábamos sentados del otro lado en la misma silla. No era momento para que estuvieran reclamándome nada, así que Jay y Carlos se quedaron callados por eso.

-Pero Mal, hay algo más-dijo la mamá de Ben.

-¿Qué cosa?

-¿Se lo digo yo o se lo dicen ustedes?-preguntó Ben detrás de mí y agarró mi mano por debajo de la mesa.

Su mirada estaba encima de mis mejores amigos.

-Mejor dicelo tú-dijo Carlos algo incómodo y, ¿nervioso?

¿Qué no me han dicho aún que ellos tres están pálidos, como si hubieran visto un fantasma? No se pusieron así hasta que mi prometido les preguntó eso.

-Amor-dijo aclarándose la garganta- Cuando estábamos en la catedral, ¿recuerdas que hubo un brillo dorado afuera?-me preguntó.

-Sí...

Esto ya no me está gustando.

-Bueno...Resulta que la barrera de la Isla se rompió.

¿¡QUÉ!?

-No te desmayes de nuevo, hermana. Nos dimos cuenta de que otra vez la cerraron-dijo Jay.

-¿Y entonces cuál es el problema?-les pregunté.

-Es mejor que se lo digas tú, hijo-dijo Adam dirigiendo su mirada a Ben.

Tomó aire.

-Carlos, Doug y el Hada Madrina lograron ver varias cámaras de seguridad del reino. Y, captaron imágenes afuera de la catedral.

Cada vez sentía que esto iba de mal en peor.

-Querida, tú mamá no es la única aquí-me dijo Bella.

Oh no...

-Eso quiere decir que...

-Que sí hay villanos sueltos-hizo una pausa-Los únicos que escaparon de ahí fueron 5 villanos-me dijo Ben.

Mi espalda se tensó.

-¿Quiénes fueron?-pregunté.

Ya empezaba a sospechar quienes podían ser.

-El Hombre Sombra...-empezó Jane.

-...Mi papá...-dijo Jay nervioso.

-...Mi mamá...-siguió Carlos y Jane lo tomó de la mano para relajarlo.

-...Mi mamá...-continuó Evie con los ojos llorosos.

-...Y tú papá-concluyó Ben.

Mis ojos se abrieron como platos y se cristalizaron. Él me abrazó con fuerza.

-Se ve que todo fue planeado para que solo ellos escaparan-dijo el Hada Madrina.

No lograba articular ninguna palabra. Como si no fuera suficiente con ella suelta, tenía que aparecerse él también.

-Mal-me llamó Ben.

No sabía que decir, ya de por sí me era difícil saber que mi mamá está allá afuera, esto fue la gota que derramó el vaso.

-Yo...Yo...Creo que necesito salir a tomar aire-dije y me levanté rápidamente dejando a todos sorprendidos.

Sin querer choqué con Doug antes de salir corriendo por la puerta.

-¡Mal!-gritaron Ben, Evie, Jay y Carlos al unísono.

No me dediqué en mirar hacia atrás y corrí en dirección a alguna salida a los jardines del castillo. Necesitaba respirar y pensar las cosas con calma.

Las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos y tuve que apartarlas con la palma de mi mano.

Encontré un banco donde sentarme. Cuando lo hice, algunas lágrimas cayeron por mis mejillas y parpadee varias veces para frenarlas. Miré hacia arriba y noté el brillo del encantamiento que rodeaba el castillo.

A los pocos minutos, oí unos pasos y en ese instante supe de quienes eran.

-Lo siento, no sé porque corrí así-me disculpé con la mirada baja.

-Ya lo sabemos, Mal-dijo Carlos y Chico rozó su cabeza con mis tobillos.

El perro estaba suelto en el piso así que le fue fácil llegar hasta mí.

Levanté la vista y lo miré.

-Reaccionar así no es algo normal en ti-dijo Evie.

-Es cierto-concordó Jay.

Ben se sentó a mi lado, pasando un brazo por mi cintura, y los chicos se sentaron en el pasto frente a nosotros.

Él sí sabía que era la segunda vez que reaccionaba así. La primera vez fue por la conversación que tuve con mi mamá hace ya unos meses, porque todo se me salió de las manos y ya no aguantaba más sus palabras. Pero esto...

-Al menos logré pensar un poco las cosas-les dije.

Una idea me vino a la mente.

-Conozco esa mirada tuya, ¿en qué piensas?-preguntó Ben.

-Hasta el momento, no tengo un plan exacto para vencer a mi madre. Antes de idear ese plan, necesitamos saber que es lo que quieren hacer todos los villanos- mi vista se posó en mis amigos, algo apenada.

Sé que no soy la única que ha sufrido por sus padres. Por eso entendí perfectamente el semblante que ellos tenían cuando los nombraron.

-Entonces, ¿qué planeas hacer?-preguntó Carlos mientras que acariciaba a Chico.

-Antes que nada, hay que recuperar muchos de los objetos del Museo de Historia Cultural de Auradon, ya que sabemos que deben de estar por buscarlos-le respondí.

-¿Y cuáles serían esos?-indagó Jay.

-Es muy obvio que mi madre ya debe de tener los objetos que más le importan. Al fin y al cabo, ya vimos que tenía uno de ellos-dije refiriéndome al cetro.

El otro debe ser la piedra de mi papá.

<<El Hada Madrina tiene su varita, así que no debemos preocuparnos por eso. Los demás son: la rueca de mi mamá, el cetro de cobra de Jafar, la lampara del genio,la manzana envenenada de la Reina Malvada,las cartas del Tarot del Dr.Facilier y su amuleto VooDoo, el anillo de la envidia de Cruella y por último pero no menos importante-hice una pausa-El espejo de Evie y mi libro de hechizos.

Evie me sonrió. Por más de que ella lo había dado al museo antes de que yo diera mi libro, sé que extrañaba tener un objeto que la acercara a su mamá.

-Espero que no te moleste lo de mi libro, cariño-dije volteando un poco la cabeza para mirar a Ben.

-Ya has aprendido a usar tu magia sin depender de ella o del libro, así que no. Además, no es seguro que tu mamá lo obtenga.

Suspiré del alivio.

-¿Y cómo diablos pretendes que transportemos todo eso?-preguntó Jay.

-Sí, es obvio que no podremos con tanto-le siguió Carlos.

-Eso déjenmelo a mí-dije con una sonrisa de victoria.

Sé que si hacemos esto a tiempo, eso nos dará ventaja por encima de nuestros padres.

(...)

-¿Estás segura de que no quieres que vaya con ustedes?-preguntó Ben con un tono de duda.

Puse mi mochila en mi hombro y me volteé para rodearle el cuello.

-Créeme, estaremos bien. Protegeremos a nuestro reino-vi como sonreía por lo último- Y muy pronto,en vez de preocuparnos por esto, volveremos a hacerlo por nuestra boda-le aseguré y rocé su nariz con la mía.

-Está bien, confió en ustedes porque sé que podrán defenderse si es necesario-me dio un pico y sonrió-Te amo, no lo olvides.

Lo abracé con fuerza, esperando que todo salga bien y pueda volver a sus brazos rápido.

Caminé hacia el pasillo fuera de mi habitación, donde me esperaban Evie, Jay y Carlos. Los demás se quedarán aquí e intentarán encontrar más pistas de los los lugares a donde pueden ir.

-¿Todo listo?-preguntó Evie.

-Sí-dijeron nuestros hermanos al unísono.

-Bien-agarramos nuestras manos y recité el hechizo- En el castillo no quiero estar, al museo de historia cultural nos llevarás.

Un humo morado nos rodeo y aparecimos dentro del museo.

-¿Sabes? En cierto momento nos hubiera sido útil que conocieras ese hechizo-dijo Jay- Así, hubiera evitado ese golpe en mi brazo aquellas vez.

Me encogí de hombros.

-¿Y cuál hubiera sido la gracia si no te veíamos caerte?-le pregunté divertida y Evie choco los puños conmigo.

Carlos se rió.

-No perdamos más tiempo-les dije.

Pensé en qué hechizo me serviría y transporté la rueca de mi madre al castillo. Al igual que a la lampara del genio.

-Veo que has mejorado con tu magia, M-dijo Evie en tono orgulloso.

-¿Recuerdan donde guardaron tu espejo y tu libro?- preguntó Carlos mirándonos a Evie y a mí de manera alternativa- Ese espejo nos puede ser útil en caso de que no encontremos algo.

-Sí. Vamos chicos

Los tres me siguieron hasta el final del largo pasillo hasta que encontramos mi libro y el espejo,cada uno encerrado por una cúpula de cristal a su alrededor.

Los liberé, dejando los cristales inmaculados.

-Me sorprendes, Malsy-me halagó Jay.

-Es un hechizo simple, no requiere de mucha ciencia-dije como si fuera algo obvio.

Tomé del suelo mi libro y acaricié la portada. Me trae tantos recuerdos. Lo guardé en mi bolso junto con el espejo de Evie. El cual tuve que arrebatarle de las manos riéndome ya que estaba viendo si su maquillaje estaba en orden.

-Viejos objetos vienen, viejas costumbres vuelven-dijo Evie riéndose.

Caminamos hacia las escaleras y seguimos las señalizaciones para llegar al área de los villanos, como habíamos hecho cuando recién llegamos a Auradon.

A los chicos les dio algo de impresión ver las estatuas de sus padres de nuevo. A mí ya no tanto,después de todo, había visto a mi madre enfrente de mí hace pocas horas.

-Es mejor irnos acostumbrando, creo que pronto volveremos a verlos-dije después de haber recitado un hechizo para que todas las cosas que faltaban llegaran al castillo.

Había sido fácil ya que todo lo que quedaba estaba en la zona de los villanos.

-Creo que es mejor que regresemos-dijo Carlos y asentí.

Estaba apunto de pronunciar el hechizo que nos devolvería al castillo hasta que oímos un ruido en el piso de abajo.

-Maldita sea-gruñí entre dientes.

-¿Quiénes son?-preguntó Jay.

Evie le dio un golpe en la cabeza.

-¿Quiénes crees idiota?

-Síganme-les susurré ya que las voces se oían más cerca.

Caminamos hacia el fondo del lugar y justo antes de que estuvieran a una distancia cercana, logré decir un hechizo que nos protegería y nos haría invisibles.

Necesitamos saber que planean y además, el hechizo para teletransportarnos iba a dejar una nube de humo durante unos segundos. Y así iban a descubrir que acabábamos de estar ahí.

-Auch-se quejó Carlos en voz baja.

Jay le había dado un pisotón.

-Shhh-le dijimos Evie y yo.

-Debemos ser discretos pecas-le susurró Jay.

-Los dos, cállense de una buena vez o voy a...- empezó Evie pero la interrumpí poniendo una mano encima de su boca.

Acababan de entrar.

Sentí como los tres chicos a mi lado se tensaban al ver a sus progenitores después de tantos años. Y a mí me pasó lo mismo al ver a mi papá.

-¡Ineptos, ¿como no se les ocurrió que ya habían venido a llevarse todo?!-les espetó mi padre molesto.

-No es nuestra culpa que doña estoy loca por los perros haya insistido en querer buscar uno antes de venir, sin éxito alguno-dijo Jafar.

-Oye, no digas nada. Tú querías buscar una lámpara mágica-le recriminó la Reina Malvada.

-Habló la que quería buscar un espejo mágico-dijo el Dr.Facilier.

Los anteriormente nombrados empezaron un debate sobre qué quería cada uno y Cruella se les unió.

Vi como mi papá y mi mamá rodaban los ojos al mismo tiempo.

-¿Lo haces tú o lo hago yo?-le preguntó mi madre.

Logré entender lo que decían porque leí sus labios, con los gritos de los demás no se oía nada.

-Haznos los honores-le respondió.

-¡SILENCIO!-gritó a todo pulmón.

Todos se cayaron después de haber sido golpeados por la magia de ella.

-Ya estoy empezando a arrepentirme de haberlos liberado-les escupió irritada.

-Como sea, ¿cuál es el punto de seguir con esto si no tenemos nuestras cosas?-le preguntó la Reina Malvada.

Quien sacó una lima de su bolsillo y empezó a hacerse las uñas.

-Habla por ustedes, Reina-le respondió con simpleza mirando su cetro y a mi papá.

Él sacó de su bolsillo la piedra. Sabía que la tenía. Lo que no entiendo es cómo obtuvieron esas dos cosas y no lo demás.

-¿Qué vamos a hacer ahora?-le preguntó mi papá.

-Ya que veo que la mocosa de nuestra hija es más poderosa de lo que pensábamos y se llevó todo lo interesante de este lugar. Es hora de empezar el siguiente paso de nuestro maquiavélico plan-sonrío con malicia.

-¿Y cuál sería ese paso?-preguntó Cruella y todos la miraron mal.

Vi como mi mamá articulaba un Agh.

-¿No lo recuerdas?-le preguntó.

Ésta negó con la cabeza y mi papá se llevó una mano a la frente.

-Vamos a despertar a los jóvenes, incluida nuestra secuaz involuntaria, y haremos que actúen como hipnotizados. Luego, nos acercaremos a nuestros hijos y haremos que vuelvan a su legado malvado-relató mi madre.

Mis cejas se fruncieron. ¿Secuaz involuntaria?

Todos los villanos se rieron macabramente.

-Al fin, podré vengarme de ese ladronzuelo al que lamento llamar hijo-dijo el padre de Jay.

Le di una mirada de reojo y vi cómo este apretaba los puños.

-Yo, de esa niñata buena para nada que ni con un hechizo, logró seguir a su sangre,al igual que su hermana-dijo el padre de Celia y Freddie.

-Ay, ese niño ingenuo y temeroso querrá tener que quitarme los cayos de nuevo-dijo Cruella con indiferencia.

Carlos también apretó los puños.

-Esa niña malagredecida querrá haberse encontrado un príncipe y no a ese patético hijo de Tontín-dijo la Reina Malvada soplando sus uña y guardando la lima en uno de sus bolsillos.

Evie reprimió las lágrimas así que agarré su mano en señal de apoyo.

-Y nosotros, lograremos por fin tener nuestra venganza contra la tonta de nuestra hija y su tonto rey-concluyó mi mamá luego de que mi papá pasara un brazo por encima de su hombro.

Mis padres y los de mis amigos se rieron a carcajadas.

-Vamos a nuestra guarida, tenemos mucho que planear-dijo la Reina Malvada y le dio una mirada cómplice.

Mi madre los transportó de uno en uno. Cuando fue el turno de mi padre, él la detuvo un momento atrayéndola hacia él por la cintura de manera posesiva.

-Y si nos sobra tiempo, creo que nosotros dos podemos recuperar el tiempo perdido esta noche-le sugirió con coquetería.

Vi las muecas de desagrado de los chicos.

-Consideraré tu oferta si nos vamos de una buena vez-le siguió el luego ella en el mismo tono.

Ambos se rieron y un humo verde y azul los rodeo antes de que desaparecieran.

Agh, que asco.

Para muchos debe ser lindo que sus padres se lleven bien, pero en mi caso, la manera de ellos de llevarse bien es asquerosa en exceso.

-Ew-soltaron mis amigos al mismo tiempo.

-Ni me lo digan a mí-dije sacudiendo la cabeza por unas imágenes traumáticas que pasaron por mi mente.

De nuevo, que asco.

Deshice los dos hechizos y nos teletransporté de vuelta al castillo.

Nos aparecimos en medio de la oficina de Ben y todos los presentes nos miraron. Nuestras respectivas parejas se nos acercaron rápidamente.

Ben me apretó contra su pecho.

-Ya estábamos preocupándonos-me susurró en el oído y me dio un beso en la sien.

-Lo siento, pero era necesario que nos quedáramos más tiempo-le dije del mismo modo.

Nos separamos y agarré sus manos. Lo miré a los ojos pero alcé la voz para dirigirme a todos.

-Creo que debemos empezar a armar un plan, y rápido. Presiento que no nos quedan muchos momentos de tranquilidad.

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Bueno,esta es la primera parte del maratón.

Estoy emocionada que se viene mañana para la fanfest.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor,su escritora💕.

Publicado el 26/04/2019.

Editado el 09/07/2019.

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