Maratón 6/7
Narra Chaeyoung.
Ya llevaba más de dos horas en cama. No por mi voluntad sino porque mi madre estaba convencida de que estaba enferma luego de ver mis ojos lagrimosos y mi frente ardiendo. Pero no era por eso.
—Mamá, no tengo fiebre.
—Claro que sí —dijo mirando el termómetro—. Aquí dice que tienes treinta y ocho grados.
—Seguramente porque lo dejaste cerca de la estufa cuando fuiste a la cocina por agua.
—No, eso sería muy torpe.
—Yo nada más digo...
—No hables mucho, no debes sobreesforzarte o empeorarás. Tendré que ir a la farmacia cuanto antes, no, mejor te llevo al hospital...
—Estoy completamente sana, mamá. ¿Qué tal si vas por un analgésico a la farmacia y me compras unas gomitas de frutas al volver?
—Muy bien —Se resignó—. Pero no quiero que te levantes salvo para ir al baño, es en serio. Necesitas que te traiga algo más, retoñito —Negué—. Entonces ahora regreso.
—Espera, al menos puedo ir a ver la tele o me aburriré.
—Está bien. Te llevaré un par de almohadas para que te acuestes en el sofá.
"Un par".
Sí, cómo no.
Como por arte de magia apareció con diez de ellas y las acomodó en la cabecera, en el respaldo y a un lado del sofá "para que no me cayera", según ella. Ni que fuera una bebé.
Para rematar, me cubrió con la manta de ositos que usaba cuando tenía diez años.
Es la historia de mi vida.
Ufff.
—Bien, ya regreso —Se despidió tras agarrar su cartera.
Tras perderla de vista mi sonrisa se esfumó. Me senté y abracé mis rodillas.
—Sí, adelante, pasa... —Al parecer alguien había venido—. Está un poco enferma... Sí, hazle compañía.
Vaya, vaya.
No me digan que...
—Ho-hola, Chaeyoung.
Con oír su voz me bastó para pegar un brinco del sofá con una almohada en las manos y comenzar la persecución.
—¡Qué diablos!
—¡Ven aquí, Dahyun! —dije persiguiéndola alrededor de la mesa de la cocina.
—¿Estás molesta? Vine a ver cómo estás.
—¡Con qué cara luego de haberme abandonado a mi suerte! —Casi la agarro.
—¿De verdad te jodió tanto?
—¿Ves que me este riendo?
Seguí correteándola por toda la casa hasta que volvimos a la sala y en un momento de distracción salté sobre ella y caimos al piso
—¡Cobarde, cobarde! —dije atacándola a almohadazos aunque no sabía si mis palabras iban dirigidas a ella o a mí misma.
—¡Yah! ¡Contrólate!
Puso su mano en mi cara para alejarme lo más posible al mismo tiempo que yo tenía mi pie encima de su cuello y no quería soltar su camiseta.
La almohada había volado por los aires.
—¡Te asesinaré!
—¡Adelante si eso te hace sentir valiente!
—¡Te atreves a hablar de valentía luego borrarte como si nada! ¡Menos mal que eres mi mejor amiga sino no sé qué haría sin ti!
—Ahhh, todavía somos amigas.
¡Así es, "todavía"!
—Ya llegué —Mamá había regresado. Rayos—. ¿Pero qué está pasando aquí?
Dahyun y yo nos miramos.
—...
—Lucha libre —Mintió ella—. Recordábamos viejos tiempos de nuestra infancia.
—Chaeyoung, te dije que no te levantaras.
—Lo siento, mamá —dije tras separarme de Dahyun.
Sacudimos un poco nuestra ropa y volví al sofá.
—Compré algunos remedios pero primero haré el almuerzo. ¿Quieres comer algo? ¿Te preparo un café? ¿Pan tostado? ¿Galletas?
—No, gracias, mamá —Vi de reojo a Dahyun y se estaba riendo.
—Bueno. Ah, antes iré a charlar un ratito con la vecina, ayer me contó que su hija se casará y quiere intercambiar ideas.
Asentí algo confundida y se fue otra vez.
Esta vez no me lancé sobre Dahyun pero sí la miré con reproche.
Ella rodó los ojos y con precaución se arriesgó a sentarse a mi lado.
—Chae.
—No quiero hablar contigo, Dahyun.
—Estoy intrigada por saber qué pasó.
¡Maldita chusma!
—Vete. Déjame sola.
—No lo haré hasta que me cuentes. Chae-
No la dejé continuar y empecé a golpearle el pecho con otra almohada.
—¡Todo esto es tu culpa! —Le recriminé— ¡No debí escucharte!
—¡Oye!
—¡No debí escucharte! ¡Todo salió mal porque te hice caso!
—Chaeyoung...
—¡Por qué tuve que hacerte caso! —Sollocé— ¡Ahora Mina me odia!
Mi fuerza fue disminuyendo con cada oración que iba formulando, y creo que dahyun presintió que las cosas se habían descarrilado porque me abrazó dejando sus preguntas de lado.
—Todo es tu culpa —Lloré en su hombro.
—Sí, Chaeyoung, es mi culpa, todo.
No podía dejar de culparla a pesar de saber muy bien que yo era la única causante de todo este lío. Yo era la única responsable de mis actos pero claro, era más fácil enojarme con otra persona.
—Chae, ¿te sientes mejor o te dormiste? —Seguía abrazándola.
—Las dos cosas —respondí cuando mis lágrimas cesaron.
—Dime que no dejaste tus mocos en mi camiseta —bromeó mientras yo me sonaba la nariz con un pañuelo descartable.
—"Ja ja".
—Es un bromita.
—Ya sé.
—Así que ¿te enfermaste?
—No. Es por mi apariencia que mi mamá cree eso.
—Pues sí, luces igual que una vagabunda, sin ofender —Rodé los ojos—. Oye sé que quieres patearme el trasero por haberme retirado-
—Por pintarte de colores querrás decir.
—Es que en mi casa me enseñaron a no meterme en las discusiones de pareja.
—Voy a hacer de cuenta que no oí nada por tu bien. Además —Suspiré— , ya no tiene sentido enojarme con nadie. Tampoco sirvió echarte la culpa, todo se vino abajo.
—¿Vas a contarme...?
—Si estás interesada en saber de lo que pasó con Mina, en resumidas cuentas me odia con todo su ser.
—¿Cómo?
—Escuchó nuestra charla y arremetió contra mí. Le expliqué —Más o menos— cómo fueron las cosas, que estaba enfadada y que terminamos ideando un plan en el cual involucramos a Jimin. Debiste verla —Me cubrí la cara con las manos— , estaba furiosa.
—Ay.
—Y no sé de dónde sacó que le pagué a Jimin —Solté incrédula.
—¿quÉ?
—Ya no quiero ir a la escuela. No tengo ganas de nada.
—Qué raro... Será que Jimin le fue con el cuento...
—¡Quién más! Obviamente fue él.
—Ok, ok, tranquila. Mañana podrás hablar con ella y-
—No, no se le pasará en una noche. No esta vez —Joder—. La he decepcionado.
—¿Y ya la llamaste? ¿Le escribiste? ¿Fuiste a su casa?
Negué.
—Sí la llamé pero no contesta, creo que desvió mis llamadas. Y a su casa no fui.
—¿Y qué estás esperando?
—Iba a ir pero... —Bajé la cabeza— No recuerdo su dirección. E-es decir, sé que queda pasando la escuela y antes de llegar a McDonald's, ¿o era después...? No, creo que era dos calles antes, lo que no sé es si era para la derecha o para la izquierda, luego la rotonda... o no...
—Ay, Chaeyoung.
—Es que solo fui una vez y no estaba muy concentrada que digamos.
Al ir, por la unión de nuestras manos y, al regresa, por nuestro beso.
Qué hermoso recuerdo y ahora solo vive en mi memoria.
—Pero es que no te sale una bien eh —No, ni una—. Mi consejo es este; deja que las aguas se calmen los siguientes días y me refiero a que le des espacio a ella para ordenar sus ideas. Y a ti para que aclares tus sentimientos.
—No tengo nada que ac-
—No me vengas con eso de que no sientes nada por Mina porque ya estoy harta de tu limbo. Hazme caso y evita cualquier tipo de choque con ella el resto de la semana porque te conozco bien y sé que meterás la pata hasta el fondo y emperorarás las cosas. ¿Simón?
—Sí.
Ya no quería cagarla más así que seguí su consejo y mantuve distancia de Mina en los dos días restantes.
No tuve que poner mucho de mi parte ya que con suerte y podía ver a Mina en clase. Era puntual al entrar al salón y se iba ni bien el profesor se retiraba, ni siquiera esperaba a que tocaran el timbre o la campana. No la veía en los pasillos ni cuando iba a buscar mis libros.
Probablemente también se había propuesto evitarme, no sabía exáctamente hasta qué punto pero era más que evidente que no quería estar en los mismos sitios que yo. Y eso me dolía.
Ya era sábado al mediodía y mi cuerpo parecía un cadaver tirado en medio de mi habitación.
Me sentí tan miserable como si me acabara de divorciar.
Joder, ¿qué fue eso?
Mi cerebro de huevo revuelto funcionaba cada vez peor.
Aish.
No importaba.
El lunes le hablaría a Mina y le ofrecería una sincera disculpa desde lo más profundo de mi corazón.
Ahhhh.
—Chaeyoung —Oí a mi madre golpear la puerta— , una amiga vino a verte. Dice que se llama Somi.
¿Somi?
Me paré del suelo con pereza y al bajar las escaleras, como una anciana, me encontré a Somi charlando con mi madre como dos vecinas chismosas.
Bueno, mamá sí lo es.
Carraspeé y recién ahí giraron a verme.
—Oh, hola Chaeng —Saludó poniéndose de pie.
—Hola, Somi.
—Chaeyoung, ¿acaso no te peinaste todavía? —habló mamá.
Reí nerviosamente.
—Que no se te haga costumbre. Iré por más té.
Avergonzada por mi madre y delante de Somi. Genial.
—¿Recién te levantas? —dijo Somi cortando el incómodo momento que dejó mi madre tras irse.
—Ehh, no. Es decir, me quedé dormida otra vez sin querer. Uhm... Somi... Yo olvidé que hoy iríamos al parque... Lo lamento —dije rascando mi nuca.
—Ah, no pasa nada. ¿Quieres ir a caminar?
—Ehm... Claro.
Subí al cuarto y me cambié de ropa. La que tenía puesta estaba arrugada de tantas veces que había rodado en la alfombra de mi habitación. Y de paso aproveché para peinarme.
Diez minutos depués salimos de mi casa.
—Es un lindo día para salir a estirar las piernas, ¿no crees? —Comentó mientras caminábamos sin rumbo.
—Sí.
—Debí traer mi patineta. Quiero usarla al máximo antes de que termine en la caja de recuerdos —Rió.
—Cierto.
—Ayer le hice una broma a mi hermana y se molestó mucho, tanto que tiró todas mis cosas al jardín de mi casa jaja. Es muy enojona jaja.
—Eso parece.
—Ahm, ¿puedo hacer una observación? —preguntó.
Asentí con desgano.
—Te ves muy desanimada.
—Ehh... lo lamento.
—¿Tienes algún problema? ¿Algo en lo que pueda ayudarte?
—Pues... Es complicado... Se trata de Mina y sé que ella no te cae bien así que...
—Es por el bullying que le hacen, ¿cierto?
—Sí —También.
—Estoy al tanto de lo que sucede. Me enteré al día siguiente de que les lanzaran comida a ella y a sus amigos. Quiero que sepas que el que no tenga simpatía por ella no significa que lo este disfrutando. No creo en el karma pero admito que esto se asemeja bastante a eso.
—Ella no se merece nada de lo que le está pasando. Al molestarla, burlarse e insultarla... —Frené mi andar— No conseguirán nada amedrentándola. La juzgan victimizándose cuando ellos están comportándose de la misma manera. Mina es la verdadera víctima aquí.
—¿Realmente piensas eso?
—Por lo visto tú no.
—No, no estoy de acuerdo con lo que está padeciendo pero, tampoco creo que eso la covierta en una víctima.
—Te estás contradiciendo, ¿lo sabías?
—Tal vez no logro explicarme. ¡Es que eres demasiado buena Chaeyoung! Jamás antes había conocido a alguien como tú. No odias a nadie. ¿Acaso no le guardas ni un poco de rencor a Myoui luego de todo el bullying que te hizo? Porque Dahyun me contó todo al respecto y no me entra en la cabeza que ahora la llames "víctima", ¿cómo es eso posible?
—Somi...
—Eres tan buena y compasiva que me da bronca. Esa chica se está aprovechando de ti para generarte culpa y así atarte a ella a toda costa. Honestamente no sé si ella merece esto o en qué medida pero de lo que estoy completamente segura es de que no te merece.
—Yo también hice cosas malas. La lastimé, herí sus sentimientos.
—Como si ella tomara en cuenta los tuyos. De haberlo hecho no te habría chantajeado.
—No, pero...
😨
¡¿¿¿quEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE???!
¿¿¿CÓMO???
¿¿¿DÓNDE??
¿¿¿CUÁNDO???
—¿Có-có... N-no sé de q-qu...
—Ya, no tienes que negarlo.
MaldiCIÓN.
—¿Qué sabes?
—Eso, que Myoui te chantajeó para conseguir que aceptes ser su novia.
—Fue Dahyun, ¿no?
—No, no fue Dahyun. Me enteré durante el campamento, la noche que fui por hielo. Lo escuché decir a una de las amigas de Mina. Era una discusión —Nayeon.
—¿Entonces sabes del video? —Temblé.
—Ehh, no. ¿Cuál video?
AAAAAAIIISHHHHHHHH.
—Te tomó un video y te chantajea con eso, ¿tengo razón?
Qué inteligente.
Asentí con frustración y me senté en las escaleras de la casa de un vecino.
Es vergonzoso pero necesito desahogarme o explotaré por tanta presión.
—Teníamos una maestra —Que seguro ya ni se acuerda de mí— Se llamaba Jihyo y... Uhm... Me gustaba.
Ahh, no puedo con estooooo.
—El caso es que... —Somi me escuchaba con mucha atención, lo cual me ponía más nerviosa— Cuando anunció que dejaría el instituto para siempre yo decidí confesarle lo que sentía —¡¡¡Qué vergüenza!!!— y... Ese día... yo esperé que todos se fueran y... y... y le confesé mi amor p-pero me rechazó y... —¡¡¡Ahhhhh!!!
—...Y Mina te grabó sin que te dieras cuenta.
—S-sí —En parte.
No hacía falta contarle toda la ridícula escena. ¿No?
—Tranquila, no diré nada —dijo simulando cerrar su boca con llave—. Tu secreto está a salvo conmigo. Puedes confiar en mí.
Sonrió al decir lo último pero no parecía una sincera. Era como si estuviese conteniendose o reprimiendo algo dentro de ella.
Nos mantuvimos en silencio por unos largos minutos.
—Chaeyoung. Ahora que sé tu secreto quiero que sepas el mío.
—¿Huh?
—Ya sabes, un secreto por otro.
—No te sientas obligada, te lo conté porque quise y porque te tengo confianza.
—Lo sé pero también quiero que lo sepas cómo me siento.
—Bueno.
Sonrió.
—Ehm... verás... —Empezó tras una pausa— Primero admito que me me sentí sorprendida cuando supe que te gustaban las chicas. No porque crea que es algo malo, para nada sino que... Ya sabes, no es algo... habitual. Ehh... ¿Recuerdas que te mencioné que me gusta alguien de la escuela?
—Sí. Dijiste que me revelarías su identidad cuando fuéramos al parque de diversiones —Ya se me está pegando lo chismosa de Dajiun. Sabía que no era una buena influencia.
—Pues... resulta que la persona que me gusta es... es una chica. Y no solo me gusta, estoy e-enamorada.
—Oh —Eso sí que no lo vi venir—. Me alegro por ti, tienes mi apoyo... Oh, no, me habías dicho que tenía novia. Qué mal... Pero dijiste que no se aman así que... A lo mejor tienes chances...
—Chaeyoung.
—¿Sí?
—¿Es en serio?
Pestañeé varias veces sin captar muy bien la pregunta.
¿Qué piensan del SomixChae?
👀💆
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