Capítulo 62
Narra Chaeyoung.
Llegué a la casa a eso de las siete.
Por el silencio creí que no había nadie. Entonces encontré a la señora Myoui y a su esposo cenando en el comedor.
—Buenas noches y buen provecho —Saludé inclinando un poco la cabeza. Ya estaba casi oscuro afuera.
—Chaeyoung —La señora Myoui se detuvo un momento para limpiarse la boca con una servilleta—. Ven, siéntate por favor, te serviré enseguida.
Hice caso. No tenía apetito pero no quería rechazar la cena.
Dejé mis muletas apoyadas en la silla de al lado y me mantuve con las manos entre las rodillas, mirando el borde de la mesa.
Me sentía un poco intimidada por la presencia del padre de Mina, no lo iba a negar, y no era buena fingiendo que digamos.
—¿Cómo estás? Mi esposa me comentó que tienes una cita con el médico el lunes.
—Sí, señor.
—Ojalá las cosas resulten como lo esperas entonces. Sabes que cuentas firmemente con nuestro apoyo. Ánimo.
Quisiera que mis padres dijeran eso alguna vez. Mamá.
—Aquí tienes —dijo la señora colocando mi plato sobre la mesa. Kimbap. Luego regresó a su lugar—. ¿Y? ¿Te divertiste con tu amiga?
—¿E-eh? —Casi me atraganto con la comida.
—Como se hacía tarde creímos que habías decidido pasar la noche en su casa. Seguro te acompañó de regreso, es una buena chica tu amiga Dahyun.
El tráfico hizo que me demorara más de la cuenta.
—Si, nos queremos como hermanas.
¿Por qué sonó como si hablara de Somi? Ni siquiera la conocen. Creo que es porque en realidad es con ella con quien estuve toda la tarde y no con Dahyun, y eso me causaba algo de culpa.
Mentí y no se sentía nada bien por más que no hubiéramos hecho nada malo. ¿Entonces por qué lo hice? ¿Por qué mentí? Sigo siendo muy idiota. Somi solo quería avisarme que se iría.
Se irá. Se irá y no me alegra, mucho menos la partida de Dubu por más que me repita a mí misma que es una gran oportunidad para ella irse a estudiar a otro país.
—¿Y Mina? ¿Está en casa? —Me animé a preguntar.
—Sí, llegó hace solo un rato. Cenó rápido y se fue a acostar. Dijo que estaba cansada. Ojalá no pesque un resfrío, siempre le repito que se abrigue bien pero parece que es más importante andar con estilo. ¿Por qué no se lo dices tú? A lo mejor a ti sí te haga caso.
—Lo intentaré —Me esforcé por sonreír.
Después de vaciar mi plato me excusé para irme a descansar también.
Al pasar por las escaleras se me cruzó por la cabeza subirlas, pero decidí mejor no hacerlo. Mina se había pasado estas dos últimas semanas ayudándome a estudiar, día y noche, además de encargarse de hacer el desayuno, el almuerzo y el aseo. Casi no había tenido tiempo libre para ella. No quería molestarla más de lo que ya lo había hecho.
Al otro día me desperté tardísimo, probablemente porque pude dormír recién pasada la medianoche.
Eran alrededor de las once de la mañana cuando pisé la cocina. Qué vergüenza.
—Buenos... —Suspiré al no escuchar ni el canto de un grillo— Qué tonta, deben haber desayunado hace horas.
¿A dónde habrán ido todos?
Vi entonces por la ventana a la señora Myoui en su jardín. Estaba arrodillada junto a unas macetas y una pequeña pala a su costado, sujetando unas camelias con guantes de jardinería.
—Buenos días, señora Myoui —Saludé al llegar al patio trasero.
—Buenos días, Chaeyon.
—¿Chaeyon?
—Chaeyoung quise decir. Disculpa, a pesar de las incontables veces que mi hija me corrigió, aún me cuesta recordar la correcta pronunciación.
Ella corregía a sus padres para que aprendieran bien mi nombre. Pingüina...
—¿Ella está en su habitación?
—No, salió temprano. Dijo que se reuniría con Nayeon y Mark para estudiar, incluso llevo su mochila y una bolsa cargada de libros. ¿Por qué? ¿Quedó contigo para algo?
—No, yo solo preguntaba —¿Se fue a estudiar a otro lado? Bueno, no tiene absolutamente nada de malo.
—Seguro no tarda en volver.
—Sí, igualmente no es que... Ojalá fuera tan inteligente como ella para ocuparme de mí y al mismo tiempo ayudar a mis amigas. De hecho, mejor voy a prepararme para mañana también. Llamaré a Dahyun si no es mucha molestia.
—Claro que no lo es. Usa el teléfono fijo de la sala, ¿sabes cómo usarlo verdad?
Asentí. No es como si hubiera nacido ayer tampoco. En casa teníamos uno también...
Mi casa, cuánto la echaba de menos. Echaba de menos muchas cosas.
Horas más tarde me encontraba en la cama rodeada de libros abiertos, pese a la incomodidad era el único mueble que siempre nos venía bien usar como mesa. Dahyun parecía bastante cómoda recostada en aquella silla con los pies sobre la cama.
—No sé cuántas veces llevo leyendo esto. Ya lo entiendo pero aún así no sé, estoy muy nerviosa —dijo poniendo la hoja impresa en su cara—. Ugh... Empiezo a asustarme —De un segundo a otro, se sentó correctamente bajando los pies de la cama—. ¡¿Qué pasa si en medio del examen me olvido de todo?! ¡Reprobaré, maldición!
—¡Pero qué! ¡Vete con tus malas vibras a otro lugar! ¿Cómo puedes pensar así? Tanto esfuerzo para qué, para que vengas con tu negatividad a matar la seguridad y la confianza en nosotras mismas que tanto nos costó forjar. Tienes que creértela, decirte que resolverás todo correctamente, que aprobarás y creértela. Somos las mejores, no hay nadie que pueda contra nosotras. Mañana seremos tú y yo contra el mundo y venceremos, VENCEREMOS ¡Ese es el espíritu! ¡Somos indestructibles! —Alcé el puño en el aire— ¡¡¡Indestructiibleees!!!
—Tienes razón —Se paró en la silla—. ¡Haremos el chasquido y venceremos!
Nos miramos desafiantemente desde nuestros lugares, y de la nada nos pusimos a reír.
Definitivamente echaré de menos todo esto.
—Qué payasas somos —Concuerdo—. ¿A dónde dijiste que fue Mina? —preguntó volviéndose a sentar.
—Con sus amigos.
—¿Qué fue eso?
—¿Qué cosa?
—¿Cómo qué cosa? Suspiraste y no fue un suspiro de amor. ¿Qué pasó? Cuenta.
—Nada. ¿Qué va a pasar?
—Te dijo que iría un rato o qué.
Es que precisamente no me dijo nada a mí.
Era extraño que no hubiera pasado esta mañana por mi cuarto a despertarme como los otros días. Claro que no es su deber pero... pero pensé que... que...
Hoy era el último día de repaso y creí que querría que nos preparásemos juntas, aquí, las dos. No, no estaba bien ser egoísta ni tampoco pretendía serlo, solo que había estado repitiéndome que estudiaríamos hasta el último día, que no me dejaría sola, especialmente el último día, o sea hoy, y no estaba. De pronto se llevó todas sus cosas como si aquí no se sintiera lo suficientemente cómoda...
¿Y si enfermó?
—¡Chaeyoung!
—¿Huh?
—Sé que algo pasa y no quieres contarme. Pero está bien, supongo.
Negué ocultando cualquier inquietud.
—Solo pensaba en que mañana será nuestro último día como estudiantes de secundaria. No volveremos a usar nuestros uniformes como estudiantes otra vez.
—No, no te pongas nostálgica desde ahora.
—No lo hago. Solo trato de decir que...
—¡A estudiar, Chaeyoung! Porque si no lo haces créeme que el año que viene seguirás usando el uniforme.
—Aish.
Continuamos leyendo y practicando como ratones de biblioteca durante el resto de la tarde. Hicimos un voto de silencio para no distraernos y solo hablábamos cuando se trataba de despejar alguna duda. A lo último ya cabecéabamos a punto de quedarnos dormidas.
—Agh —Me removí entre los libros—. No puede ser, me quedé dormida —Y babeé el libro de Geografía.
Dahyun estaba roncando suavemente en la silla en una postura bastante incómoda.
Le dolerá el cuello cuando despierte.
Bostecé con sueño pese a que recién acaba de despertar.
Me preguntaba qué tan tarde era. Me fijé la hora en el celular de Dubu y eran las ocho en punto de la noche.
—Pase por favor —Respondí al llamado en la puerta.
Era la señora Myoui. Traía una charola con... dos platos de comida y jugo.
—¿Cómo va el estudio, señoritas? La cena demoró un poco pero finalmente está aquí. Mi esposo insistió en hacer su risotto al estilo japonés, se recorrió varios mercados para conseguir el salmón teriyaki.
—Se ve delicioso. Muchísimas gracias.
—Provecho —sonrió cálidamente—. Por cierto, yo que tú despertaría a tu amiga antes de que se tuerza el cuello.
Ah, sí.
Eso hice y Dahyun casi se cae de la silla.
—Señora Myoui —La llamé antes de que saliera del cuarto—. ¿Mina...?
—No ha vuelto aún. Te avisaré cuando esté aquí.
—Gracias.
Qué amable mujer. Por momentos es inevitable que me recuerde a mi madre, pero por otros... no se parecen en nada.
¿Qué estará haciendo ahora? ¿Qué hará cuando papá se va a la mueblería? Extraño la mueblería. ¿Mamá seguirá llorando por mí? ¿Seguirá odiándome? Es muy probable que no quiera ni verme. Debe pensar que la traicioné.
Después de cenar y ayudarme a devolver las cosas a su sitio, Dahyun se fue a su casa.
Era conveniente dormir temprano ya que teníamos que presentarnos una hora antes de que empezara el juego, digo los exámenes, o sea a las seis en punto, más el tiempo que nos tomaría alistarnos, uf.
Con el pijama puesto, salí una última vez al baño a lavarme los dientes y en el retorno... la encontré, encontré a mi pingüino subiendo las escaleras.
Sonreí con ilusión.
—Mina —Se detuvo. Por su mochila y la pesada bolsa que sujetaba, deduje que acababa de llegar de ver a sus amigas—. ¿Cómo estás?
...
...
—Estoy bien.
—Me alegro. Estaba preocupada de que hubieras agarrado una gripe, tu mamá dijo que ayer llegaste muy cansada y como mencionó que no acostumbras abrigarte... Mina, espera por favor —Casi me deja hablando sola abajo, algo que jamás había hecho antes. Qué.
Ni siquiera se daba vuelta.
¿Por qué está tan callada?
—Estuve estudiando toda la tarde con Dahyun. Ehm... Ya estamos más que preparadas para mañana. ¿A ti... te falta algo? ¿Necesitas ayuda? Sé que eres la que basicamente me ha explicado todo, pero por si...
—Iré a dormir.
¿Ah?
—Está bien. Buenas... —Siguió su rumbo en las escaleras—...Noches.
Tranquila. Solo está cansada, tú la estresaste con tus dificultades para entender esos temas que ya deberías saber. Es solo eso. Será mejor que no la molestes.
¿Por qué no me vió a la cara en ningún momento? ¿Y si de verdad pescó un resfriado y no quiso que lo notara para no preocuparme?
Algo anda mal.
—Descansa, Mina.
🌃
🌆
🌇
¡ ¡ ¡ ⏰ ! ! !
¡Es hoy, es hoy!.jpg 🐁
—Ughh... Qué demo... ¡Ah, llegó el día!
Me levanté tan rápido como pude de la cama y cuidando de tropezar con mis propias muletas, fui directo a asearme al baño de huéspedes.
¿Por qué estoy temblando? No tiene sentido, ya he tenido exámenes antes, desde siempre, y no suele irme mal, entonces... No estoy nerviosa. No. Bueno, un poquito.
¡Ahh! ¡A quién engaño, sí lo estoy! No soy más que un pollo desplumado en medio de una autopista.
Qué bueno que Dahyun no está aquí para verme. ¡¿Pero que pasó con mi espíritu de campeona de ayer?!
—No. Tú puedes, Chaeyoung. Estás más que preparada para esto, no dudes de ti si sabes perfectamente lo que tienes que hacer. Estudiaste mucho y lo harás bien, lo harás bien.
¡Eso es, sacaré la mejor nota y voy a aprobar!
No dejé de repetirme como loro que me iría bien, que aprobaría, incluso mientras me cambiaba de ropa en el dormitorio y me peinaba.
Como Mina no se había ni asomado por la puerta, pensé que a lo mejor estaría aún alistándose en su habitación, por eso me sorprendió encontrarla en la cocina cambiada y con la mochila colgando de su hombro.
—Buenos días.
—Buenos días, Chaeyoung —Sus padres fueron los únicos que me devolvieron el saludo. Mina ni siquiera me miró—. Adelante, justo le decía a Mina que podemos llevarlas hasta el instituto de camino al trabajo. Pero ven a desayunar, necesitan comer bien para tener mucha energía.
—S-sí, señora.
Muy amablemente me apartó una silla al lado de su hija, quien en cuanto tomé asiento dejó el suyo diciendo que iría a recoger su teléfono arriba.
¿Qué es esto? Primero ayer en las escaleras y ahora esto. ¿Es mi impresión o está evitándome?
Durante el trayecto a la escuela tampoco habló mucho, poco y nada mejor dicho. Se sentó de brazos cruzados en el otro extremo del asiento trasero del auto y se la pasó viendo por la ventana todo el rato.
A esta altura me di cuenta que algo raro estaba pasando.
Los señores Myoui nos dieron toda la bendición del mundo antes y luego de bajarnos del vehículo, incluso me abrazaron. No se fueron hasta entramos a la escuela y perdimos de vista. Y otra vez me imaginé que mis padres estaban aquí como muchos otros apoyando a sus hijos.
Ellos saben que hoy rindo exámenes. A lo mejor... No.
No vi sus caras por ningún lado, tampoco al auto de papá. Suspiré con decepción.
Por andar distraída, no me di cuenta que Mina me estaba dejando atrás.
¿Qué le pasa? ¿Por qué actúa así? No hice nada malo para que se enoje conmigo, que yo sepa.
—¡Mina!
Se detuvo por los casilleros.
—¿Qué? —Por fin me mira, mi corazón ya no lo estaba soportando.
—¿Sucede algo? Porque siento que... Si hice algo que te-
—Me pasé toda la noche estudiando. Estoy un poco cansada.
—Ah, no tenía idea —Con que eso—. Realmente siento mucho haberte complicado el estudio, sin mí podrías haberte organizado mucho mejor. Ayer-
—¡¡¡Chaeyoung!!! —Dahyun— Hola, Mina. AHHH, estoy y no estoy, Chae. Los días se pasaron muy rápido, necesito más tiempo para pulir mis conocimientos, un día más.
—Iré con Nayeon, me está esperando en el aula. Suerte.
—Pero, espera... —Solo deja de molestarla Chaeyoung, ya te dijo que no pudo dormir y todo por pasar más tiempo ayudando a una cabeza de chorlito como tú, por eso estás obligada a aprobar.
Lo haré, aprobaré con una muy buena nota para que estés orgullosa de mí, Mina.
—¿Qué es esa cara y por qué Mina se fue así nada más?
—Está exhausta. Se pasó todo el día de ayer estudiando y no durmió en toda la noche. Deseo que le vaya muy bien, se lo merece más que nosotras.
—Sí, tienes razón. Por cierto, rindes primero en el aula 3-B y luego en el 7-D. Están en el mismo pasillo de abajo así que no tendrás que subir o bajar las escaleras.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque yo misma pegué la papeleta con los horarios y aulas en la cartelera del gimnacio. Desde entonces no he olvidado mis salones, 7-D y 3-B.
—Ah... Oye, son los mismos.
—Pero al revés.
—¿Y Mina?
—¿No te dijo? En el último piso —Aish—. ¿Y? ¿Qué se siente pisar la escuela después de semanas?
—Pues... un poco extraño pero bien al mismo tiempo.
De un momento a otro la campana empezó a sonar y resta añadir que todos se alborotaron como ganado en el matadero. Ay God.
Hora de rezarle a los dioses de todas las religiones.
—AHH, necesito palabras de ánimo, Chae —X2—. ¡¡¡FIGHTING!!!
—¡¡¡FAITIN!!!
Que comience el juego.jpg 🪓
Un preceptor esperaba en la puerta del salón a que entraran todos y, posteriormente unos profesores y la vicedirectora llegaron al salón. Todos nos pusimos de pie a saludar.
Presté mucha atención a la introducción pero sobretodo al momento que explicaron los lineamientos de la primera y segunda parte del examen, además de los puntos que tendrían en cuenta al momento de la corrección, prohibiciones, sanciones para los que hicieran trampa, ay.
Como había mencionado, el examen era escrito y constaba de dos partes, cada una compuesta a su vez por una parte teórica y otra práctica. De más está decir que comprendía el contenido de todos los programas de todas las materias. El tiempo de duración era de cuatro horas cada parte, con un intérvalo de una hora en el medio entre ambas.
Acto seguido de que concluyera la explicación los profesores empezaron a repartir un juego de hojas boca abajo sobre la mesa de cada pupitre del salón. Cuando obtuvimos el asentimiento de la vice, pudimos darlas vuelta.
Inhalé y exhalé profundo antes dar vuelta las mías.
¡Manos a la obra!
A ver, cuál es la primera asignatura... Inglés. Bueno, empezamos potente.
CUATRO HORAS DESPUÉS... 🕚
Entregué mi examen y me retiré del salón en absoluto silencio.
...
3...
2...
1...
Sin comentarios.
Volteé a mi derecha y vi a Dahyun en la otra punta del pasillo. Creo que salimos al mismo tiempo.
Como socias camaradas, caminamos bien top una hacia la otra a cambiar de aulas.
Parecíamos un meme de Zoolander.
Ni siquiera nos dirigimos una palabra cuando pasamos una al lado de la otra. No era necesario, intuíamos que todo estaba marchando más que bien.
¡Yeah!
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